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mardi, 05 février 2013

Actualidad de Ramiro de Maeztu

Actualidad de Ramiro de Maeztu

 

José Luis Ontiveros para TdE - http://www.tribunadeeuropa.com/

Hoy que España vive el revanchismo cobarde por parte de un gobierno sectario y vengativo y que se ha pretendido remover el odio de causas históricas derrotadas y no acatar la Ley de Amnistía que aceptara en 1977, el recientemente legalizado Partido Comunista Español, aun pendientes los crímenes de lesa humanidad de Santiago Carrillo y la Cheka en Paracuellos del Jarama, conviene recordar a Don Ramiro de Maeztu que naciera el 4 de mayo de 1875 y que muriera sacrificado por los milicianos rojos el 29 de octubre de 1936 tras esos viajes a la muerte que cobraron la vida de José Antonio Primo de Rivera, de Ramiro Ledesma y de Onésimo Redondo entre una parte significativa de la inteligencia y el talento del resurgir hispánico y que ahora se tratan de olvidar con la ignominiosa y zapateada Ley de la memoria histórica.

Resulta profética aquella expresión de Maeztu ante el pelotón de fusilamiento: “Vosotros no sabéis por qué me mataís! ¡Yo sí sé por qué muero!”, que son pura unción y recogimiento sacramental de la vida verdadera y de la palabra. La España del Frente Popular tenía la obsesión de cargarse al Ejército, a los intelectuales, a los patriotas y al clero católico, el alzamiento nacional del 18 de julio de 1936 fue en su esencia una revuelta por la preservación de España, degradada a tribus soviéticas de alpargatas que vieron reventar las bubas de la peste de su propia descomposición.

Ramiro de Maeztu es un hombre sumamente complejo. Uno de los mejores prototipos de la generación de 1898 con Unamuno, difirió de lo castizo por su herencia inglesa, su madre, su estancia de 15 años en Inglaterra y su esposa. Hay en él un tipo de liberalismo hispánico conservador muy peculiar que lo hizo presentar en su obra máxima Defensa de la Hispanidad, un tipo de crítica poco común en el conservatismo católico: “Los sistemas educativos, de otra parte, y sobre todo el bachillerato enciclopédico, no forman hombres de trabajo, sino almas apocadas que necesitarán el amparo de alguna oficina para asegurarse el pan de cada día”. Ello no desmerece su reivindicación de la plenitud cultural hispánica cuya postración sería obra de la extranjerización de su ser, que alcanzó en el s.XVIII el afrancesamiento y la decadencia. Eugenio Vegas que lo admiró hace una evocación marcada por la espiga rojinegra que brotaba en España de la pólvora y la sangre de sus mejores hombres, en ella recapitula en las diversas premoniciones que tuvo Maeztu sobre su asesinato. Si bien Ernesto Giménez Caballero lo llama camisa negra: “Todos los escritores que viven en el barrio de Salamanca terminan por teñirse de un gris fascista, gran color de moda, de una tentación aristocrática y antidemocrática…” Y que Maeztu con el pseudónimo de Van Poel Krupp escribió la novela por entregas La guerra de Trasvaal y los misterios de la Banca de Londres en donde revela los financieros con rol y apellido que impulsaron la guerra contra los boers para apoderarse de los diamantes de las minas de Sudáfrica. Hay en su denuncia una precisión semejante a la de Céline en Bagatelas para una masacre sobre los centros financieros responsables de la segunda guerra. Escribió en inglés Authory, liberty and function que tradujera como La crisis del humanismo. Mas lo cierto es que si bien trató con don Aníbal como se ocultaba el revolucionario nacionalsindicalista Ramiro Ledesma en sus tertulias, nunca se hizo de la Falange, permaneció fiel al tradicionalismo hispánico con un pensamiento original que encumbró con la autoridad suprema de su muerte.