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jeudi, 27 novembre 2008

Europa se lanza a la batalla por los recursos energeticos del Artico

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Europa se lanza a la batalla

por los recursos energéticos del Ártico

Europa debe entrar en la batalla por el control de los recursos naturales del Ártico, una zona rica en hidrocarburos y otras materias primas que hace años parecía imposible explotar pero que, gracias al deshielo que está provocando el cambio climático, empiezan a estar a disposición de quien quiera aprovecharlos.

Así lo cree la Comisión Europea, que ayer presentó en Bruselas una comunicación al Parlamento y al Consejo en la que recomienda a los Veintisiete que tengan en cuenta a esa región para resolver algunos de sus problemas más acuciantes.

«Los recursos del Ártico podrían contribuir a reforzar la seguridad de suministro de la Unión Europea, tanto en lo que se refiere a la energía como a las materias primas en general», señala el texto que ayer presentaron conjuntamente los comisarios de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, y de Pesca y Asuntos Marítimos, Joe Borg.

Océano helado

El Ártico es un inmenso océano helado, en su mayor parte despoblado y en muchas zonas inhabitable a causa del permanente frío polar, pero con una espléndida riqueza paisajística y natural. Ocho países se han atribuido históricamente su propiedad y han creado el Consejo Ártico para gestionar la región, en el que la Comisión Europea reclama ahora una plaza de observador permanente. Tres de esos países son socios de la UE -Dinamarca, Finlandia y Suecia-, y otros dos, aliados preferenciales en el Espacio Económico Europeo -Islandia y Noruega-. Con los otros tres, Canadá, Rusia y Estados Unidos, los Veintisiete también mantienen sólidas relaciones estratégicas.

La comisaria de Relaciones Exteriores aseguró ayer que, según algunos estudios, el 25% de las reservas de gas y petróleo que aún no se han descubierto en el planeta están allí. Y que si antes era muy complicado acceder a ellas, el cambio climático lo está poniendo más fácil. La temperatura se ha elevado en la región en los últimos años el doble de lo que se había calculado, y la placa de hielo se está fundiendo a mucha más velocidad de lo esperado. Según Joe Borg, el deshielo también está abriendo nuevas rutas de navegación y grandes posibilidades pesqueras.

«La combinación del cambio climático con los más recientes avances tecnológicos plantea nuevas oportunidades y desafíos», asegura el comisario de Pesca y Asuntos Marítimos. «La UE está dispuesta [...] a mantener un equilibrio adecuado entre el objetivo prioritario de conservación del medio ambiente y la necesidad de proceder a un uso sostenible de los recursos naturales», subraya Benita Ferrero.

Un trozo del pastel

La propuesta parece sobre todo encaminada a advertir al mundo de que la UE también quiere un trozo del pastel de la riqueza del Ártico, aunque revistiendo sus intenciones con el manto de la preocupación medioambiental y de la protección de la población de la zona, unos 3,8 millones de personas.

Por eso, al margen de la explotación del petróleo, el documento que presentaron ayer Borg y Ferrero-Waldner también hace propuestas genéricas en torno a esos aspectos: crear nuevas infraestructuras de investigación; controlar el uso de sustancias químicas; mejorar la prevención, preparación y respuesta ante posibles desastres naturales; promover la participación de la población indígena en el diálogo sobre el futuro del Ártico; extender el marco regulador de la pesca; mejorar la vigilancia marítima, y fomentar la gobernabilidad multilateral de la región entre los interesados.

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