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lundi, 09 octobre 2017

"Deshacer España es deshacer Europa". El objetivo de EEUU

 
Ex: http://www.elespiadigital.com

MOSCÚ (Sputnik) — La eventual declaración de independencia catalana podría provocar la secesión de otras regiones europeas y, a fin de cuentas, un conflicto en Europa, declaró el ex primer ministro de Francia (2014-2016) y actual diputado, Manuel Valls.

"Deshacer España, es decir un Estado nación (…) es deshacer Europa; y si abrimos la caja de Pandora, mañana será el País Vasco, y luego el País Vasco francés, y luego Italia del Norte, y luego habrá guerra", dijo Valls, de ascendencia catalana y nacido en Barcelona, en una entrevista con la cadena BFMTV.

A su juicio, la fuerza de España está en tener grandes regiones como Cataluña y el País Vasco, y la fuerza de estas consiste en formar parte de España, uno de los pocos antiguos Estados naciones de Europa.

"Creo que Europa y los dirigentes europeos deberían hablar de lo que está pasando en España no para ser mediadores, sino para decir que eso (independencia catalana) no es posible", manifestó.

Al admitir que las imágenes de la violencia policial del domingo 1 de octubre, el día del referéndum de autodeterminación catalán considerado ilegal por Madrid, son "obviamente espantosas" y "se vuelven contra el Gobierno central", Valls subrayó que "la Constitución de España debe respetarse".

El diputado francés llamó también "al diálogo necesario para encontrar las vías" de solución entre las fuerzas políticas españolas.

"La derecha española y los socialistas españoles, que tienen peso en el Parlamento, deben ponerse de acuerdo para eventualmente reformar la Constitución y permitir la profundización de uno u otro aspecto", puntualizó.

Valls considera que la Constitución de España de 1978 es "una de las más democráticas".

¿La Unión se disuelve? Bloomberg advierte del peligro a la integridad europea

La Unión Europea pronto puede enfrentar nuevos desafíos a su integridad, cree el columnista de Bloomberg, John Micklethwait.

Según el autor, ya surgen nuevos problemas relacionados con las crecientes tensiones entre Francia y Alemania, por una parte, y varios países de Europa oriental, por otra. En un futuro próximo, la República Checa, Hungría y Polonia pueden repetir el camino del Brexit.

"Ahora, otra ruptura puede estar esperando a Europa, impulsada por una mezcla similar de cólera reprimida y maniobras políticas a corto plazo. Esta será entre el viejo núcleo democrático de Europa Occidental de la UE, liderado por Merkel y cada vez más por Emmanuel Macron, que están dispuestos a integrar la zona euro, y los autoritarios populistas de Europa del Este, a quienes no les gusta Bruselas. Esta vez los argumentos son sobre la libertad política y la soberanía nacional", escribe Micklethwait.

De momento, en los tres países arriba mencionados el Gobierno es más bien euroescéptico.

A finales de este mes el analista considera probable que los checos tengan un nuevo primer ministro algo semejante a Donald Trump —Andrej Babis- un multimillonario populista que quiere enviar a los inmigrantes árabes de vuelta a casa y promete hacer que el Gobierno funcione tan bien como sus negocios.

Babis se opone claramente a una mayor integración europea del tipo que quiere Macron y está también contra la intromisión de Bruselas en los asuntos de Europa del Este.

Jaroslaw Kaczynski no es el líder oficial de Polonia, pero sí dirige el Partido derechista Ley y Justicia que dispone de ambos cargos —de presidente y de primer ministro—. Es un crítico feroz de Merkel, especialmente en las cuestiones de inmigración, y está en una guerra casi permanente con la UE, destaca el autor de la nota.

La tríada es liderada por el primer ministro de Hungría, Viktor Orban. "A pesar de los carteles de la oposición que lo representan a él y a sus amigos de negocios como gánsteres, se espera que Orban gane fácilmente las elecciones de Hungría el próximo año", señala Micklethwait.

En su opinión, salir de la Unión Europea es un suicidio económico para cualquier país de Europa del Este, y es obvio ante cualquier observador imparcial. Sin embargo, "los votantes británicos no pensaron de esa manera. Después de décadas de haber sido informados de lo inútil que era la UE, sobre todo en cuestiones de migración, millones de británicos enojados votaron a favor de marcharse".

Para Micklethwait, los países más al Este de Europa tienen mucho más que perder que los británicos, en caso de que salgan de la Unión, y tampoco el Oeste quiere perder más miembros. Con todo eso, "existe también la posibilidad de que las manipulaciones a corto plazo se interpongan, de que la acción cree la reacción", concluye.

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Análisis: ¿Intenta EEUU la balcanización de Europa?

Germán Gorráiz López

El Brexit y el triunfo de Trump escenificaron el finiquito del “escenario teleológico” en el que la finalidad de los procesos creativos eran planeadas por modelos finitos que podían intermodelar o simular varios futuros alternativos y en los que primaba la intención, el propósito y la previsión y su sustitución por el “escenario teleonómico”, marcado por dosis extremas de volatilidad que afectarán de manera especial a la vieja Europa.

Así, Europa estaría sufriendo una aguda crisis identitaria agravada por el triunfo del Brexit y por el “proceso de balcanización europeo” ideado por EEUU para mediante selectivos atentados terroristas, la crisis de los refugiados y el despertar del anhelo independentista de las Naciones europeas sin Estado, provocar la aparición de fuerzas centrífugas que aceleren la desmembración de la actual Unión Europea y que tendría como paradigma la inmediata declaración unilateral de Independencia de Cataluña.

Salida de Gran Bretaña de la Unión Europea (Brexit)

En el Reino Unido convergían una mayor exposición a los activos tóxicos (hipotecas subprime), a los activos inmobiliarios y una libra revalorizada que había estancado sus exportaciones, por lo que el Banco de Inglaterra se vio obligado a realizar sucesivas bajadas de tipos de interés, implementar medidas cuantitativas (Quantitative Easing) para incrementar la base monetaria y depreciar repetidamente su moneda para estimular sus exportaciones . Sin embargo, tras retornar al poder los conservadores liderados por David Cameron y fieles a su política euroescéptica (nula voluntad británica de embarcarse en un proyecto en decadencia en el que la soberanía británica estaría supeditada a los mandatos de Bruselas), incluyeron en su programa electoral del 2.015 la convocatoria de un referéndum sobre la salida de la UE para el 2016, con lo que Cameron tranquilizó a las bases más radicales de su partido al tiempo que arrebató la bandera al partido en alza de los euro-escépticos( UKIP) en la creencia de un cómodo triunfo y de la continuación de Reino Unido en la Unión Europea en condiciones similares a Suiza.

Sin embargo, la irrupción de fuerzas centrífugas lideradas por el ex-alcalde de Londres, Boris Johnson consiguió la victoria inesperada de los partidarios del Brexit que consideran que el Reino Unido no necesita de Europa ya que podría convertirse en la Singapur de Occidente desde su atalaya financiera de la City londinense al tiempo que metrópolis del comercio de Ultramar al pilotar la nave capitana de una renacida Commonwealt, siguiendo la filosofía de Winston Churchill : “Estamos en Europa, pero no en ella”, con lo que tras el triunfo del Brexit, podríamos asistir al renacimiento de la Commonwealt y a un nuevo conflicto de las Malvinas.

El khaos griego

Peter Morici, economista y profesor de la Universidad de Maryland, dijo en la cadena Fox News que “ la necesidad de una unión fiscal en la zona euro y de que el BCE adopte un papel similar al llevado a cabo por la Reserva Federal de EEUU, no llegarán a tiempo para salvar a los países periféricos y consideró la posibilidad de que “dichos países abandonen el euro para poder así imprimir su propio dinero y resolver sus problemas como lo hizo Estados Unidos a raíz de la crisis financiera".

En el caso griego, la troika que comprenden la UE, el FMI y el BCE llevan tiempo presionando a Grecia con un riguroso programa de privatizaciones debido a su desorbitante Deuda Pública y ha obligado a implementar reformas estructurales y fiscales para modernizar la Administración pública y la sanidad, mejorar el mercado laboral y adaptar la presión fiscal a las circunstancias (rebajar el IVA situado en la actualidad en el 23%,) se han traducido en subidas de impuestos, reducción de funcionarios, supresión de organismos públicos, recortes de salarios y pensiones de jubilación, flexibilidad en el mercado laboral y brutal pérdida de puestos de trabajo (más de un millón desde el inicio de la crisis).

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Además, se estima que la deuda pública del país heleno ascenderá hasta el 200 % del producto interior bruto (PIB) en el 2017, existiendo el temor de que podría pasar del default (incumplir sus pagos) a la salida de la Eurozona (medida drástica que contaría con las bendiciones de su principal acreedor, Alemania) , por lo que “cada vez más empresas europeas y estadounidenses se preparan para lo que antes era impensable”, según The New York Times.

¿Finiquito a la actual Unión Europea?

La hipotética exclusión de Grecia de la Eurozona supondría el finiquito de la Eurozona pues el resto de países periféricos (Portugal, España, Irlanda, Malta y Chipre), seguirá inexorablemente el movimiento centrífugo de Grecia y deberán retornar a sus monedas nacionales, sufrir la subsiguiente depreciación de las mismas y la regresión a niveles de renta propias de la década de los 70 , con el consiguiente efecto demoledor en los mercados bursátiles. Así, asistiremos a la reconversión de la actual Eurozona en la Europa de los Siete ( Alemania, Francia, Bélgica, Holanda, Italia, Luxemburgo y Austria), quedando el resto de países europeos periféricos (Portugal, España, Irlanda, Grecia, Eslovenia, Malta y Chipre), gravitando en sus anillos orbitales y viéndose obligados a retornar a sus monedas nacionales , sufrir la subsiguiente depreciación de las mismas, regresión a niveles de renta propias de la década de los 70 e inicio del éxodo al medio rural de una población urbana afectada por la asfixia económica, embargo de viviendas e ingreso en las listas del paro, con la consiguiente revitalización de extensas zonas rurales y rejuvenecimiento de su población.

Además, el retroceso de las exportaciones debido la contracción del consumo interno de la UE por la recesión económica, ( los intercambios comerciales entre los Estados miembros de la UE alcanzan el 60% del volumen total de su comercio ) y las sucesivas devaluaciones de las divisas de China y países emergentes encarece los productos europeos y reduce su competitividad frente a los países del resto del mundo,(con especial incidencia en países tradicionalmente exportadores como Finlandia) lo que podría provocar que dicho país abandone la Eurozona y proceda a la constitución de una Federación Escandinava (integrada por Noruega, Finlandia,Letonia, Estonia y Lituania) que pivotaría en la ambivalencia comercial ruso-europea.

El resto de países del centro y este de Europa, (integrantes de la llamada Europa emergente), sufrirán con especial crudeza los efectos de la tormenta económica al no contar con el paraguas protector del euro y se verán obligados a depreciar sucesivamente sus monedas , aumentar espectacularmente su Deudas externa y sufrir alarmantes problemas de liquidez y asimismo, deberán retornar a economías autárquicas tras sufrir masivas migraciones interiores, al descartar la CE la modificación de las reglas para la adopción del euro en la Unión Europea y así poder acelerar la adhesión de los Estados miembros del centro y este de Europa y deberán proceder a la reapertura de abandonadas minas de carbón y obsoletas centrales nucleares para sacudirse la rusodependencia energética.

¿Hacia la total balcanización de Europa?

Las fuerzas centrífugas presentes en el escenario europeo habrían provocado el auge de movimientos independentistas del que Escocia sería paradigma de dicho movimiento y alumno aventajado tras el referéndum celebrado para decidir sobre la permanencia o no de dicha nación en Gran Bretaña. El profesor James Mitchell, responsable de la escuela de Gobierno y Política Pública de la Universidad de Strathclyde (Glasgow, Escocia), explica que las razones de un pueblo para querer su independencia “radican en el fracaso de sus respectivos Estados, pues las naciones subestatales se sienten ninguneadas”.pero según la actual doctrina imperante en Bruselas, “un Estado resultante de un movimiento secesionista perdería su condición de miembro de pleno derecho de la zona euro y habría de comenzar el proceso de readmisión”, lo que en la práctica imposibilita la secesión.

Sin embargo, tras el Brexit , asistiremos a una progresiva disolución de la actual UE como ente político, momento que será aprovechado por las actuales naciones sub-estatales europeas (Escocia, Flandes, Bretaña, Alsacia, Córcega, Cataluña, País Vasco, Galicia, Padania,Tirol del Sur, Irlanda del Norte, Cornualles e Isla de Man) para conseguir la desconexión y provocar la aparición de un nuevo mapa geopolítico europeo en el horizonte del 2.020, con lo que se habría conseguido el objetivo de EEUU de balcanizar Europa para convertir a la Vieja Europa en un mero vasallo.

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