Reduccionismo de la identidad y análisis geopolítico
por Tiberio Graziani*
Ex: http://paginatransversal.wordpress.com
El estudio acerca de la relación que existe entre religión y análisis geopolítica suscitó un renovado interés entre los estudiosos y los analistas a partir de la revolución capitaneada por Khomeini y también por el envolvimiento del movimiento de los mujāhidīn en la coeva guerra sovietico-afgana. En efecto estos dos episodios, además de constituir un acontecimiento geopolítico importante y que en cierto sentido adelantó la incipiente desestructuración del sistema bipolar, reintrodujeron en las dinámicas internacionales el elemento religioso, como factor útil e imprescindible para la comprensión de la escena global. Según el autor el fundamentalismo religioso constituye una reinterpretación reduccionista de la misma religión, la cual tiende a constituir un elemento decisivo para la elaboración de las neoideologías de la identidad y para la definición de su proyección geopolítica.
Luego de las crisis de las ideologías dieciochescas y de las del siglo XX irrefrenablemente resurgidas aproximadamente durante los últimos treinta años del siglo pasado, contemporánea y vinculada con el colapso del viejo orden bipolar, con el transcurrir del tiempo la religión ha asumido un peso cada vez más dominador y estructural por lo que respecta la construcción de las que podríamos definir de forma aproximada “neoideologías de la identidad”. Esto es verificable en algunas áreas particulares del planeta como, por ejemplo, el Cercano y Medio Oriente. En este cuadrante geopolítico la religión asumió, también a raíz del atentado de las Torres gemelas del 2001, un rol prominente en los enrevesados y complejos asuntos internacionales.
Por lo que atañe el ámbito de la teoría y el análisis geopolítico, sin pasar por alto el aporte metodológico de Samuel Huntington1, se debe evidentemente al francés François Thual2 el hecho de haber vuelto a proponer una reflexión más específica del factor religioso en tanto que elemento imprescindible para una comprensión completa de algunos de entre los más complejos escenarios regionales; por lo que concierne, sin embargo, la práxis geopolítica es metodológicamente necesario hacer referencia a los dos siguientes acontecimientos, contemporáneos, pero diametralmente opuestos: el proceso revolucionario encaminado por Khomeini que se concluyó con la instauración de la República Islámica de Irán y la experiencia de los mujāhidīn en la guerra soviético-afgana.
En Irán el factor religioso remite a un sentido muy particular, además de expresar en su totalidad la capacidad de atracción que ejerce, sea con respecto a la población, sea con respecto a amplios estratos de la clase dirigente del país. Éste ha sabido imponerse a nivel estatal, constituyendo en un delicado equilibrio ideológico-confesional, una parte relevante, si bien no fundamental de la visión inspiradora del sistema de gobierno todavía imperante. En el caso de Irán la reelaboración de la religión islámica ocurrida en el curso de un intenso proceso histórico que se puede hacer remontar por lo menos desde los albores de la revolución khomeinista (1963) hasta nuestros días, se manifestó a través de una síntesis, por otra parte continuamente reactualizada bajo el impulso del vértice de la República islámica, entre el poder temporal y la autoridad espiritual, al punto de impregnar, con suceso, la gestión práctica de una sociedad moderna y sumamente compleja.
Pero Irán hasta ahora representa una excepción. Otros movimientos políticos inspirados por el Islam como, por ejemplo. El movimiento taliban, de alguna forma heredero de los mujāhidīn anteriormente citados, así como el de los Hermanos musulmanes, que se “pusieron a la prueba en la gestión del poder”, fracasaron miserablemente. Las causas del fracaso de estos movimientos son, por supuesto, múltiples y variadas, exógenas y endógenas. Observamos que la incapacidad de captar las transformaciones que se están sucediendo, la de realizar válidas y duraderas alianzas, la de proponer alternativas realistas y practicables a la de los modelos occidentales, así como la de sustituir las viejas oligarquías presentes en aquellos países cuya penetración y arraigo los condujo a la conquista del poder, derivan, en sustancia, de la capacidad de interpretación esquemática y restrictiva del grande legado histórico y cultural que caracteriza a la religión islámica. El reduccionismo de la identidad que caracteriza a estos movimientos, más acentuado en el caso extremo de los talibanes y más variado en el de los Hermanos musulmanes, no solo invalidan sus acciones políticas, sino que crea una grande hipoteca en la actividad gubernamental en el medio y largo plazo. En particular el reduccionismo de identidad aplicado al Islam, es decir, el llamado islamismo político, no se combina bien con la gestión de la complejidad requerida para poder gobernar una nación en la coyuntura actual en donde los factores de interdependencia internacional en los sectores económico, político y militar pesan considerablemente en la elección de los gobernantes, influenciando la dinámica geopolítica.
Notas
(1) Samuel P. Huntington, The Clash of Civilizations?, en Foreign Affairs, vol. 72, no. 3, Summer 1993, pp. 22-49; Lo scontro di civiltà e il nuovo ordine mondiale, Milano 1997.
(2) François Thual, Géopolitique du chiisme, 1995; Le douaire de Byzance. Territoires et identités de l’orthodoxie, Paris, 1998; Le désir de territoire. Morphogenèses territoriales et identités, Paris, 1999; Géopolitique du Bouddhisme, Genève, 2002; Géopolitique des religions. Le Dieu fragmenté, Paris, 2004. Véase también, para un difrente y alternativo punto de vista, la obra de Graham E. Fuller e Ian O. Lesser, Geopolitica dell’Islam. I paesi musulmani, il fondamentalismo, l’Occidente, Roma, 1996.
(3)Ruhollah Khomeini, Il governo islamico o l’autorità spirituale del giureconsulto, prefacio de Franco Cardini, Rimini, 2007; Pejman Abdolmohammadi, La Repubblica Islamica dell’Iran: Il pensiero politico dell’Ayatollah Khomeini, Genova, 2009.
(Traducción al castellano de Vincenzo Paglione)
* Presidente del IsAG, Director de Geopolitica
Fuente: El Espía Digital
La geopolitica delle religioni
SOMMARIO
Editoriale
Claudio Mutti, La geopolitica delle religioni
Dossario – La geopolitica delle religioni
Marco Costa, La tradizione confuciana nella Cina socialista
Parama Karuna Devi, Narendra Modi e il Risorgimento induista
Ermanno Visintainer, Religioni in Asia centrale
Carmela Crescenti, Geopolitica del sufismo
Ali Reza Jalali, Geopolitica dell’Islam sciita
Giuseppe Cappelluti, L’Islam russo: il Tatarstan
Vittoria Squillacioti, Le confraternite sufiche in Senegal
Ivelina Dimitrova, Il pilastro ortodosso dello Stato russo
Leonid Savin, Chiesa ortodossa russa, Stato e società
Stefano Vernole, L’influenza dell’Ortodossia sulla geopolitica serba
Andrea Turi, Docete omnes gentes. La geopolitica del Vaticano
Mahdi D. Nazemroaya, La persecuzione dei cristiani in Siria e in Iraq
Aldo Braccio, Protestantesimo e Occidente
Alessandra Colla, Deus vult. Sette protestanti e imperialismo statunitense
Kevin Barrett, L’Islam come controcultura americana
Gian Pio Mattogno, I fondamenti teologici dell’imperialismo sionista
Ábel Stamler, Una setta sionista in Ungheria
Interviste
Intervista a Guglielmo Duccoli (a cura di Aldo Braccio)
Recensioni
Aleksandr Dugin e Alain de Benoist, Eurasia, Vladimir Putin e la grande politica
Ecco di seguito l’elenco degli articoli presenti in questo numero, con un breve riassunto per ciascuno di essi.
LA GEOPOLITICA DELLE RELIGIONI
Ecco di seguito l’elenco degli articoli presenti in questo numero, con un breve riassunto di ciascuno di essi
EDITORIALE
Claudio Mutti, La geopolitica delle religioni
LA TRADIZIONE CONFUCIANA NELLA CINA SOCIALISTA
di Marco Costa
Nella storia della Cina moderna, nata dalla lotta rivoluzionaria culminata con la fondazione della Repubblica Popolare Cinese del 1949, confucianesimo e socialismo hanno vissuto, un rapporto tanto controverso quanto originale. Se in epoca maoista – ed in particolare nella fase della Rivoluzione Culturale alla metà degli anni Sessanta – le due filosofie parevano porsi su orizzonti culturali ed ideologici antitetici, con l’affermarsi della linea riformatrice in seno al PCC si è assistito ad un recupero parziale e corretto di alcuni elementi del confucianesimo. Basti pensare a concetti quali “sobrietà”, “armonia”, “unità”, ai quali la quinta generazione di dirigenti del PCC sembra affidarsi per governare la complessità sociale di una Cina sempre più proiettata verso un ruolo da protagonista sullo scenario globale.
NARENDRA MODI E IL RISORGIMENTO INDUISTA
di Parama Karuna Devi
La salita al potere di Narendra Modi, oggi a capo del governo indiano come Primo Ministro, è il risultato di un’evoluzione culturale e politica della maggioranza indù della popolazione che è iniziata negli anni Ottanta. Dopo aver ottenuto l’indipendenza dal regime coloniale britannico, l’India ha iniziato un lungo percorso di recupero e integrazione della propria identità nazionale, ma solo in tempi relativamente recenti si è arrivati alla consapevolezza della necessità di una radicale decolonizzazione della mentalità popolare. Il Risorgimento induista ha dovuto e dovrà ancora superare grandi difficoltà interne ed esterne, nonché momenti di violenza e di tensione, anche a causa della mancanza di informazione adeguata e addirittura della propaganda ostile degli schieramenti politici convenzionali e del negazionismo storico e religioso delle istituzioni accademiche. Ma se l’esperimento riuscisse, come sembra probabile, sarebbe una svolta epocale, non solo per l’India ma anche per il resto del mondo.
RELIGIONI IN ASIA CENTRALE
di Ermanno Visintainer
Parlando di religione in Asia centrale è importante evitare il fraintendimento che, quasi automaticamente, scaturisce dall’apparente sinonimia di Islam e islamismo. Il primo termine si riferisce alle modalità in cui questa religione si è manifestata nella storia, il secondo alla sua reificazione in feticcio da parte delle moderne categorie di pensiero. Col passaggio di consegne dalle antiche credenze dei Turchi preislamici alla sintesi rappresentata dal sufismo di Ahmed Yassawi, l’Islam ha assunto una sua forma specifica e caratteristica della regione centroasiatica. L’odierno Kazakhstan, con le iniziative fautrici del dialogo interreligioso e interculturale volute dal presidente Nursultan Nazarbayev, intende essere un modello per l’intera regione.
GEOPOLITICA DELL’ISLAM SCIITA
di Ali Reza Jalali
Dopo alcuni secoli di oblio politico, preceduti però dallo splendore dell’epoca safavide e non solo, l’Islam sciita è tornato alla ribalta, prima grazie alla rivoluzione iraniana del 1979, poi per via di una rete di alleanze regionali con movimenti e paesi guidati dalla componente sciita. La diffusa presenza sciita è quindi la principale risorsa cui può ricorrere, per esercitare la propria influenza, una nazione come quella iraniana, volenterosa di riprendere il suo storico ruolo imperiale. Il principale concorrente geopolitico dell’Iran nel mondo musulmano è il governo neoottomano di Ankara, determinato anch’esso a svolgere di nuovo, come in passato, un ruolo centrale nella regione che fu culla della religione islamica.
L’ISLAM RUSSO: IL TATARSTAN
di Giuseppe Cappelluti
“Gratta un Russo e troverai un Tataro”, dice un proverbio russo. Sovente descritto come un luogo di convivenza pacifica tra Cristiani e Musulmani, il Tatarstan sembra smentire i paradigmi sullo “scontro di civiltà” e sull’indigeribilità dei Musulmani. Va però detto che il clima di tolleranza che caratterizza il Tatarstan odierno è il frutto di secoli di convivenza e talora di contrasti fra Russi e Tatari.
LE CONFRATERNITE SUFICHE IN SENEGAL
di Vittoria Squillacioti
Gli ordini sufici Tijaniyya e Muridiyya hanno svolto in Senegal un ruolo molto importante, non solo nell’ambito propriamente religioso, ma anche come mediatrici nei rapporti con il potere politico, prima con quello coloniale e poi con quello instaurato dopo l’indipendenza (1960). I discepoli di queste confraternite dedicano la loro vita alla comunità religiosa prendendo come punto di riferimento spirituale il capo religioso, chiamato serign, shaykh o marabut. I discepoli credono che solo attraverso il rispetto delle regole della confraternita impartite dal Serign sarà possibile ottenere il perdono di Dio e di conseguenza il Paradiso. L’influenza della Muridiyya, in particolare, è vasta e si estende ad ogni campo della vita di chi ne fa parte e in alcuni casi la parola del Marabut arriva ad essere legge indiscutibile.
IL PILASTRO ORTODOSSO DELLO STATO RUSSO
di Ivelina Dimitrova
La plurisecolare storia russa, che trae origine dalla trasformazione dei principati russi nel grande impero zarista, evidenzia l’importanza dell’Ortodossia come pilastro dell’identità nazionale e culturale. Pur tuttavia, da sole la crescita economica russa e la dirigenza politica russa non sono sufficienti per riaffermare una comune identità per le popolazioni slave ed ex comuniste, un tempo riconducibili all’ideologia sovietica ed oggi attratte dalle sirene del capitalismo occidentale e dalla globalizzazione atlantica. Il recupero della centralità dell’Ortodossia assume quindi fondamentale importanza per la rinascita russa, oggetto di continui attacchi identitari e socioculturali fin dal disfacimento dell’Unione Sovietica.
CHIESA ORTODOSSA RUSSA, STATO E SOCIETÁ
di Leonid Savin
In Russia la salvaguardia dei fondamenti delle religioni tradizionali e il sostegno governativo alle istituzioni ecclesiastiche hanno una stretta relazione con la stabilità politica e sociale. Studiosi di dottrina dello Stato, teologi ed esperti di relazioni internazionali negli ultimi tempi dibattono sul tema del rapporto fra le autorità dello Stato russo e la Chiesa Ortodossa Russa. Il presente articolo prende in esame l’interazione tra le istituzioni della Chiesa Ortodossa, il governo dello Stato e la società russa.
L’INFLUENZA DELL’ORTODOSSIA SULLA GEOPOLITICA SERBA
di Stefano Vernole
Che l’Ortodossia rimanga oggi un fattore geopolitico di primaria importanza lo si constata facilmente nell’ambito geopolitico della Serbia. Nella stessa ultima Costituzione di quella nazione, promulgata il 15 giugno 2008, si afferma che il Kosovo e Metohija è parte integrante della Serbia e non se ne riconosce l’indipendenza. Le ragioni di questa “ostinazione” si spiegano con la storia secolare di quel popolo, per il quale le radici cristiano-ortodosse e i relativi riferimenti simbolici rimangono un fattore identitario ineludibile.
DOCETE OMNES GENTES. LA GEOPOLITICA DEL VATICANO
di Andrea Turi
Il ritorno del fattore religioso sulla scena internazionale ha portato al ripensamento delle relazioni tra Stati sulla base dell’inserimento dell’azione – morale e politica – esercitata dalle istituzioni religiose quale variabile primaria. Per il Cattolicesimo, l’elezione di Papa Francesco ha rinnovato l’interesse per gli affari vaticani e spinto a interrogarsi sul ruolo (geo)politico della Chiesa di Roma, che in questo scritto (breve e senza presunzione di essere esaustivo) viene trattato in una prospettiva storica: partendo dalle origini sino ad arrivare ai recenti sviluppi, analizziamo i ripetuti spostamenti spaziali, geografici e politici che hanno caratterizzato l’evoluzione della Chiesa Cattolica.
LA PERSECUZIONE DEI CRISTIANI IN SIRIA E IN IRAQ
di Mahdi Darius Nazemroaya
Le linee di confine di quelle che vengono percepite e presentate come aree di diverse civiltà sono spesso artificiali. La persecuzione dei cristiani della Siria e dell’Iraq è finalizzata ad eliminare la funzione dell’Asia sudoccidentale quale ponte fra diverse civiltà e a tracciare una invalicabile linea di frontiera tra il mondo islamico e quello cristiano, nel quadro della strategia statunitense dello “scontro delle civiltà”.
PROTESTANTESIMO E OCCIDENTE
di Aldo Braccio
La rappresentazione dell’Occidente imposta dall’egemonia statunitense e supinamente accettata dall’Europa prevede generalmente l’adozione di una mentalità laica e secolarizzata, alla cui formazione hanno però contribuito l’etica protestante e particolarmente la dottrina delle chiese riformate di impronta calvinista e puritana. Si tratta di una contraddizione solo apparente, perché tali disposizioni di carattere religioso hanno determinato l’adozione di comportamenti e di stili di vita contraddistinti dall’affermazione del primato dell’economia e dalla ricerca del successo mondano, nonché da quella “autonomizzazione dell’individuo” che è alla base dell’individualismo moderno. Indipendentemente dal giudizio che si voglia dare complessivamente sulla Riforma luterana e singolarmente sulle diverse declinazioni del protestantesimo, l’importanza degli apporti considerati ci sembra costituisca un tratto caratteristico di quella entità geopolitica strumentale e ambigua denominata Occidente.
DEUS VULT. SETTE PROTESTANTI E IMPERIALISMO STATUNITENSE
di Alessandra Colla
La particolare aggressività dell’imperialismo statunitense è sempre stata una caratteristica della “Nazione sotto Dio”, a partire da quando i primi emigranti inglesi sbarcarono sulla costa atlantica dell’America settentrionale per impiantarvi quelle che sarebbero poi divenute le Tredici Colonie. Motivato da solidi agganci nella tradizione veterotestamentaria, riportata in auge dalle sette protestanti e in particolare dal Puritanesimo, l’espansionismo americano ha assunto ben presto caratteri messianici che nel corso del tempo l’hanno reso, più che una minaccia, un pericolo concreto per il mondo libero.
L’ISLAM COME CONTROCULTURA AMERICANA
di Kevin Barrett
Mentre la maggior parte dei musulmani americani è costituita di immigrati di prima, seconda o terza generazione, in America c’è una comunità islamica vecchia di secoli, quella afroamericana, che si ritiene rappresenti un terzo o anche una metà della popolazione musulmana d’America. Di solito questa comunità viene trascurata da chi si occupa dell’Islam americano: o per motivi d’ordine razziale o per la volontà di presentare l’Islam come un fenomeno straniero e non americano. Eppure nell’Islam statunitense i musulmani afroamericani costituiscono il gruppo di gran lunga più numeroso.
I FONDAMENTI TEOLOGICI DELL’IMPERIALISMO SIONISTA
di Gian Pio Mattogno
Il Sionismo non è solo “nazionalismo ebraico”. Ridurre l’ideologia sionista ad una mera questione di politica territoriale è un errore politico, storico e storiografico. Anche se il Sionismo è un fenomeno moderno, le sue radici più autentiche vanno rinvenute nella Bibbia ebraica, nel Talmud e nella letteratura rabbinica. L’imperialismo sionista è una conseguenza dei principi fondamentali della religione giudaica e delle aspirazioni messianico-imperialistiche di Israele. Il suo obbiettivo specifico immediato è la pulizia etnica della Palestina (imperialismo regionale), ma esso mira soprattutto a spianare la strada all’avvento del “Messia” e all’impero universale di Israele.
UNA SETTA SIONISTA IN UNGHERIA
di Ábel Stamler
A partire dagli anni Duemila, la setta neoprotestante “Chiesa della Fede” (Hit Gyülekezete) esercita sulla vita politica ungherese una tale influenza che, senza una conoscenza dei suoi orientamenti fondamentali, la politica interna ed estera dell’Ungheria sarebbe alquanto incomprensibile. La setta, dichiaratamente sionista, esercita sui governi ungheresi una pressione univoca a favore di una sempre più stretta dipendenza da Israele e dagli Stati Uniti. La Chiesa della Fede, che agisce dal 1979, in seguito all’approvazione della nuova legge sulle comunità religiose (2011), si è venuta a trovare sullo stesso piano della Chiesa Cattolica Ungherese, della Chiesa Riformata d’Ungheria e della Chiesa Evangelica d’Ungheria, delle quali è indiscutibile l’importanza storica nel Paese danubiano. Ciò è dovuto ad un parlamento in cui è largamente maggioritario il Fidesz, un partito conosciuto come conservatore e di destra.
INTERVISTA A GUGLIELMO DUCCOLI
a cura di Aldo Braccio
Esperto in materie storiche, Guglielmo Duccoli ha legato il suo nome alla direzione editoriale di riviste quali “Civiltà” e “L’Illustrazione Italiana”, di cui ha anche curato la ricerca e la digitalizzazione della collezione storica completa. Attualmente collabora al “Progetto Sinapsi” del Ministero dei beni e delle attività culturali e del turismo per la gestione e la valorizzazione del patrimonio culturale digitale delle biblioteche e degli archivi italiani.
RECENSIONE di Eurasia, Vladimir Putin e la grande politica, di Aleksandr Dugin e Alain de Benoist
a cura di Giacomo Gabellini
Eurasia, Vladimir Putin e la grande politica è un saggio di grande spessore sia sotto il profilo filosofico-culturale che sotto quello geopolitico-strategico, perché spiega in maniera piuttosto esauriente i presupposti, i contenuti e le finalità che l’eurasiatismo si propone di ottenere, smontando un pezzo alla volta le teorie statunitensi riguardo alla cosiddetta “fine della storia”, che secondo i suoi promotori avrebbe inesorabilmente fatto scivolare il pianeta verso un ordine mondiale democratico e liberale.