Se esperaba que en las próximas elecciones al Parlamento Europeo avanzaran significativamente los partidos patrióticos y nacional-populares. Y como señalaba hace unos días el diario The Washington Post, el mayor beneficio de ello lo obtendrá un hombre que no está en ninguna lista electoral: Vladimir Putin.

De hecho, los principales líderes europeos escupen saliva y condenan a Putin, pero los votantes comprometidos en apoyar lo que les gusta apuntan a Putin y como “el líder de Rusia desafió a Occidente y plantó cara en Ucrania.” Esto será un nuevo golpe a los esfuerzos de los burócratas de la UE para tomar una postura firme en contra de Rusia.

Muchos partidos de los denominados de “extrema derecha” así como un cierto número de grupos izquierdistas apoyaron abiertamente las acciones de Rusia en Ucrania y acusaban a los EE.UU. y la UE de provocar la crisis (ejemplo de Podemos en España). “Es la extrema derecha y la extrema izquierda quien enfurece a las corrientes europeístas con Putin” señalaba el experto de la London School of Economics Simon Hicks. También le gusta a estas corrientes políticas que toda esta situación ilustra la hipocresía de las élites: dijeron que iban a tratar a Putin con dureza, pero son incapaces. El aumento de la representación de la extrema derecha no podrá influir directamente en las decisiones sobre las sanciones. Esto continuará ocurriendo pues depende de las decisiones de los gobiernos nacionales que están dominados por los grandes partidos, decía el diario The Washington Post. Sin embargo, junto a los radicales de extrema izquierda, pueden ocupar una tercera parte del Parlamento Europeo, lo que dará una nueva arma Putin para una guerra mediática. “A Putin le será más fácil burlarse de los europeos”.

Esto es lo que los medios de comunicación rusos ya están diciendo: hacen hincapié en que los líderes radicales de derecha pueden ser los representantes legales de Europa. El Front National francés se puso a la vanguardia”, mientras que las fuerzas pro-rusas se alzaban en el este de Ucrania, Marine Le Pen declaraba a los periodistas en Moscú que “la Unión Europea había declarado una nueva guerra fría a Rusia”.

Hay que señalar que muchos políticos europeos de corrientes nacional-populares fueron invitados como observadores a la península del Mar Negro y testificaron que las votaciones habían transcurrido en libertad y eran justas. Aunque entre los radicales en Europa hay muchas diferencias, comparten el deseo de debilitar a la UE y “seguir las mismas líneas nacionalistas y autoritarias” que valoran de Putin, según el analista político alemán del Washington Post.

De hecho, muchas corrientes nacional-populares se sienten almas gemelas de las ideas de Putin: Él se opone a la decadencia occidental y al liberalismo, y aboga por el nacionalismo conservador, bajo el cual exige que se adhieran a los valores tradicionales. Los nacionalistas europeos creen que Europa está en declive por el cosmopolitismo pro-americano, considera uno de los analistas húngaros: “Putin propone un modelo alternativo, un líder que apoya abiertamente puntos de vista cristianos, que no consideran los derechos humanos de especial importancia y que cree en la mano poderosa de Dios”. También señala que “la facción anti-UE” en el Parlamento Europeo puede “votar a favor de los intereses de Rusia para expresar sus puntos de vista.”

Las ideas de Vladímir Putin: “Rusia es el bastión contra la hegemonía estadounidense y la decadencia occidental

El presidente ruso Vladimir Putin defendió su visión de una Rusia con responsabilidad “histórica”, en un mundo inestable, bastión contra la hegemonía estadounidense y garante de los valores ante a la decadencia del mundo occidental. Rusia defiende “los valores tradicionales”, en especial, la concepción tradicional de la familia, y se opone a la “tolerancia estéril” practicada en numerosos países, declaró el presidente ruso en un famoso discurso en el Kremlin.

Rusia rechaza “la supuesta tolerancia, estéril, que no hace diferencia entre sexos“, afirmó Putin. “Cada vez más gente en el mundo apoya nuestra postura, que es la defensa de los valores tradicionales, que constituyen desde hace milenios los fundamentos morales y espirituales de la civilización de cada pueblo“, agregó.

Asimismo, el jefe de estado ruso denunció “la revaluación de las normas morales” en muchos países del mundo, en los que se le exige a la sociedad, “por muy extraño que parezca“, “poner al mismo nivel el bien y el mal“. Rusia defiende “un punto de vista conservador” con el objetivo de “impedir una vuelta atrás” hacia “el caos de las tinieblas“, declaró Putin citando al filósofo ortodoxo Nicolas Berdiaev, expulsado de Rusia tras la revolución de 1917.

Rusia ha sido muy criticada en occidente por promulgar una ley que prohíbe la “propaganda” homosexual a menores, un texto considerado como discriminatorio por los defensores de los derechos humanos. Rusia reaccionó antes con vigor a la legalización del matrimonio homosexual en varios países, entre ellos Francia. “El mundo es cada vez más contradictorio y agitado. En esas condiciones, se refuerza la responsabilidad histórica de Rusia“, declaró Putin en su mensaje a la nación en el gran salón del Kremlin. Se trata de la responsabilidad de un “garante clave de la estabilidad global y regional, y de un Estado que defiende con constancia sus valores“, agregó, reivindicando el papel de su país en la crisis siria. Aliado desde hace tiempo del régimen de Damasco, al que suministra armas, Rusia bloqueó cualquier veleidad de intervención occidental en nombre del derecho internacional. “No aspiramos al nombre de superpotencia, si se entiende por ello una ambición de hegemonía mundial o regional, nosotros no atacamos los intereses de nadie, no imponemos a nadie nuestra protección y no damos lecciones a nadie“, declaró Putin, en un alusión clara a Estados Unidos. “Pero nos esforzaremos en ser líderes“, agregó el exagente del KGB.

Subrayó su determinación de lograr el proyecto de unión económica euroasiática con los países surgidos de la exURSS, a los que Rusia invita con insistencia.

Putin advirtió a Estados Unidos, sin nombrarlo, contra una tentativa de asegurarse la superioridad estratégica. “El problema nuclear iraní se termina, pero el sistema de defensa antimisiles sigue“, ironizó. Rusia ha denunciado siempre la instalación a su lado de elementos de ese dispositivo, justificado por Estados Unidos por la amenaza de “estados canallas”. “Nadie debe tener ilusiones sobre la posibilidad de obtener la superioridad sobre Rusia. No lo aceptaremos nunca“, declaró Putin, recordando haber lanzado un programa de rearme del país “sin precedente”.

Fuente: El Espía Digital