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mercredi, 29 novembre 2017

Robert Steuckers: "Vivir en el territorio de un Imperio significa cumplir una tarea espiritual"

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Robert Steuckers: "Vivir en el territorio de un Imperio significa cumplir una tarea espiritual"

Ex: https://latribunadelpaisvasco.com

Por su indudable interés, ofrecemos un revelador fragmento de la entrevista concedida a la web "Euro-Synergies" por el pensador identitario belga Robert Steuckers, destacado defensor de la unidad euroasiática y uno de los miembros fundadores del movimiento filosófico conocido como “Nueva Derecha”. En español Steuckers ha publicado su libro “Sinergias identitarias” (Editorial Eas, 2016). En exclusiva para La Tribuna del País Vasco, publicamos este fragmento traducido, en el que se destacan sus ideas sobre el emperador Carlos I de España y V de Alemania y la figura del “katehon”, resistencia o contención del caos y la decadencia (Traduccion: Carlos X. Blanco).

RS-EEcover.jpgBori Nad (Serbia): En 2016, publicó el libro "The European Enterprise: Geopolitical Essays". Explora los fundamentos históricos, culturales y espirituales de los principales imperios europeos, es decir, el principio del Reich, el cual no es equivalente a "nación" (si lo entiendo bien), y  considera que el desarrollo natural de Europa se ha visto obstaculizado o evitado por la "civilización occidental". Usted presta especial atención al "tema ruso": el espacio ruso y el concepto de Eurasia. ¿Por qué es necesario en la era de la globalización o ante los intentos de los Estados Unidos por imponerse como una hegemonía mundial o "globalizar" su propio modelo político y económico?

Robert Steuckers: De hecho, he explorado y seguiré explorando el pasado europeo, ya que la amnesia es la peor enfermedad que puede sufrir un cuerpo político. No se puede pensar en Europa sin pensar simultáneamente la noción de Imperio y la así llamada "forma romana". Carl Schmitt era muy consciente de ser el heredero de la "forma romana", ya sea pagana / imperial o católica, formas heredadas por la "nación alemana". Actualmente, nadie niega la importancia de Schmitt en el ámbito de la teoría política. Algunos círculos de la Nueva Izquierda estadounidense, como  “Telos", incluso han promovido sus obras en el Nuevo Mundo más allá de cuanto habían soñado los pocos estudiantes alemanes de las obras de Schmitt. El Imperio Romano se basaba geográfica e hidrográficamente en el Mar Mediterráneo y el Danubio: el "Mar Medio" aseguraba la comunicación entre el Valle del Ródano y Egipto, entre Grecia e Hispania, etc. y el enlace del Danubio entre el sur de Alemania y el Mar Negro y más allá de esta área póntica, las legendarias Cólcide y Persia, que más tarde serán mitificadas por la orden de caballería del vellocino de oro, creada por Felipe, duque de Borgoña en 1430.

RS-SIcover.jpgDespués de la caída del Imperio Romano, existió la conocida "translatio imperii ad Francos" y más tarde, después de la Batalla de Lechfeld en 955, una "translatio imperii ad Germanos". La parte central de Europa se convirtió así en el núcleo del Imperio, estando ahora centrada en el Rin, el Ródano y el Po. El eje del Danubio se cortó al nivel de las "Puertas de hierro", más allá del cual el área bizantina se extendía hacia el este. El Imperio Bizantino fue el heredero directo del Imperio Romano: allí la legitimidad nunca fue disputada. La comunidad del Monte Athos es un centro espiritual que en fecha reciente ha sido plenamente reconocido por el presidente ruso Putin. El Imperio Romano-Germánico (más tarde Austriaco-Húngaro), el Imperio Ruso como heredero de Bizancio y la comunidad religiosa del Monte Athos comparten los mismos símbolos de una bandera dorada con un águila bicéfala negra, remanente de un antiguo culto tradicional persa donde las aves aseguraban el vínculo entre la Tierra y los Cielos, entre los hombres y los dioses. El águila es el ave más majestuosa que vuela en las alturas más elevadas en el cielo, y se convirtió obviamente en el símbolo de la dimensión sagrada del Imperio.

Vivir dentro de los marcos territoriales de un Imperio significa cumplir una tarea espiritual: establecer en la Tierra una armonía similar a la que muestra el orden celestial. La paloma que simboliza el Espíritu Santo en la tradición cristiana tiene de hecho la misma tarea simbólica que el águila en la tradición imperial: asegurar el vínculo entre el reino uránico (Urano Griego / Varuna Védico) y la Tierra (Gaia). Como miembro de un Imperio, me veo obligado a dedicar toda mi vida a tratar de alcanzar la perfección del orden aparentemente perfecto de los cuerpos celestes. Es un deber ascético y militar presentado por el arcángel Miguel, también una figura derivada de los seres hombre / pájaro de la mitología persa que los hebreos trajeron de su cautividad babilónica. El emperador Carlos V intentó encarnar el ideal de esta caballería a pesar de los pequeños pecados humanos que conscientemente cometió durante su vida. Él permaneció verdaderamente humano, un pecador, y dedicó todos sus esfuerzos a mantener vivo el Imperio, a hacer de él una muralla contra la descomposición, que es la tarea del "katechon" según Carl Schmitt. Nadie mejor que el francés Denis Crouzet ha descrito esta tensión perpetua que el Emperador vivió en su maravilloso libro, "Charles Quint, Empereur d'une fin des temps" (Odile Jacob, París, 2016). Estoy leyendo este libro muy grueso una y otra vez, lo que me ayudará a precisar mi visión del mundo imperial y entender mejor lo que Schmitt quiso decir cuando consideró a la Iglesia y al Imperio como fuerzas "katechon". Este capítulo está lejos de ser cerrado.

RS-portuND.jpgCrouzet explica en su libro que la Reforma alemana y europea quería "precipitar" las cosas, aspirando al mismo tiempo a experimentar animadamente el "eschaton", el fin del mundo. Esta teología de la precipitación es el primer signo exterior del modernismo. Lutero, de una manera bastante moderada, y los otros actores de la Reforma, de una manera extrema, querían el fin de un mundo (el fin de una continuidad histórica) que consideraban profundamente infectado por el mal.
Carlos V, explica Crouzet, tiene una actitud imperial y de "katechon" (resistencia, contención). Como emperador y siervo de Dios en la Tierra, tiene que frenar el proceso de "escatón" para preservar a sus súbditos de las aflicciones de la decadencia.


Después de Lutero, los elementos puritanos extremistas de la Reforma en el norte de Francia, Holanda, Münster y Gran Bretaña harán que esta "teología de la precipitación" sea aún más impaciente, incluso la Inglaterra anglicana y el reino anglicano en las Trece Colonias de América del Norte, tal y como los acontecimientos trágicos lo atestiguan: la decapitación del rey Carlos I debido a la revolución puritana de Cromwell. Esta forma de ver la historia como una maldición profunda ha sido heredada por los Padres Fundadores en los futuros Estados Unidos. Con la tradición deísta en Inglaterra y en la tradición política Whig tanto en Gran Bretaña como en América del Norte, esta "teología de la precipitación" se racionalizará hábilmente y a ella se le dará un barniz iluminado que culminará en el plan del presidente Wilson para purgar el mundo del mal. La "filosofía de la precipitación" (y no la "teología") de los filósofos franceses conducirá a una escatología política secular bajo la sombra de la guillotina, bajo la cual todos los que supuestamente frenaron el proceso tuvieron que perecer preventivamente. Después de Wilson, varios diplomáticos estadounidenses acuñarán principios que impiden que la propia soberanía de los Estados se exprese mediante el lanzamiento de todo tipo de proyectos proactivos con o sin guerras. Desde el colapso del sistema soviético, la "teología de la precipitación", disfrazada de manera racional, se volverá una vez más disparatada. Ya conoce los resultados: una catástrofe en los Balcanes, un punto muerto en Iraq, una guerra interminable en Siria y Afganistán. La "teología de la precipitación" como característica del mundo occidental, del mundo liderado por el hemisferio occidental o por los reinos al oeste de Europa occidental o de Europa central, no ofrece una solución valiosa a los problemas que inevitablemente ocurren en el mundo imperfecto bajo el Uranos perfecto o los Cielos. Los puntos de vista de Carlos V consistieron en desacelerar el proceso y dirigir operaciones militares moderadas contra los rebeldes. Era una mejor postura de todos modos.

En los años noventa, descubrí que China y muchos otros países asiáticos desarrollaron una forma alternativa de armonizar las relaciones internacionales, excluyendo, entre otras cosas, el principio post-wilsoniano de intervenir violentamente en los asuntos de otros países. Este es el principio adoptado no solo por la China de Xi Ping hoy sino también por Putin y Lavrov. La alternativa china excluye, por ejemplo, la política de "cambio de régimen" que ha arrojado a Irak y Siria en estas atroces guerras civiles que los regímenes baasistas anteriores pudieron sabiamente evitar, aunque sin piedad. Pero, ¿no es mejor tener un implacable régimen "katechon" aunque imperfecto que ver a cientos de miles de personas inocentes son asesinadas en ataques sin sentido, bombardeos, o masacres talibanes / salafistas? La "teología de la precipitación" de los Estados Unidos post-puritanos / neo-Wilsonianos y de los musulmanes salafistas ha creado caos en países que, de otro modo, estarían tranquilos. ¿Acaso el propio Lutero no advirtió a sus contemporáneos  que el diablo podía usar el lenguaje teológico (o "neolengua") para engañar al pueblo?

mercredi, 25 octobre 2017

Charles Quint : empereur d'une fin des temps

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Charles Quint : empereur d'une fin des temps

Auteur : Denis Crouzet
Editeur : Odile Jacob
Nombre de pages : 450
 
Ex: http://www.famillechretienne.fr

L’historien Denis Crouzet brosse un portrait saisissant de Charles Quint dans le contexte de la fin de la chrétienté.

Quand le pape Benoît XVI a renoncé à la charge pontificale en février 2013, le philosophe Alain Finkielkraut compara le geste du pape allemand à celui de l’empereur Charles Quint. Le 25 octobre 1555, dans son palais bruxellois, le vieil homme s’adressait ainsi à la cour impériale : « Je me sens maintenant si fatigué que je ne saurais vous être d’aucun secours, comme vous le voyez vous-même. Épuisé et brisé comme je le suis, j’aurais des comptes à rendre à Dieu et aux hommes si je ne renonçais à gouverner. » Tout comme Benoît XVI, l’homme pleura amèrement après cette annonce, puis se retira dans un monastère.

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L’un et l’autre ne peuvent se comprendre qu’à travers la mission qu’ils estimaient avoir reçue de Dieu. L’historien Denis Crouzet nous la décrit dans son dernier essai. Un ouvrage dense, à la lecture exigeante, mais d’une richesse incomparable. Plutôt que de céder à la facilité du genre biographique, l’auteur nous transporte sur une courte période allant de 1545 à 1552. Sept années d’un règne qui en compte trente-six. L’époque est l’un des moments charnières de l’Histoire européenne et de la civilisation : dans sa lutte contre les princes protestants réunis dans la ligue de Smalkalde, Charles Quint semble avoir remporté la victoire à Mühlberg en 1547. Mais en 1552, le traité de Passau établit définitivement le célèbre principe : « Tel prince, telle religion. » Il s’agit du jour où « tout bascule », puisque l’Europe chrétienne n’est plus, déchirée entre catholiques et protestants.

Certes, l’empereur Charles Quint vit une époque qui sait le glorifier, mais ce personnage impénétrable cachait en lui une peur face au tragique de l’Histoire : « Une épreuve dramatique toujours recommencée, durant laquelle ce qui a été gagné est sous tension d’être perdu, bien vite. » Plus Bourguignon que Habsbourg, il est la parfaite illustration du mot de Boileau : « Rarement un esprit ose être ce qu’il est. » Mais il savait aller de l’avant, sous la contrainte, imitant par ailleurs le Christ fait homme. Stoïque, mais chrétien.  

Christophe Dickes

lundi, 03 mars 2014

La Batalla de Pavía

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La Batalla de Pavía

por  José Luis Álvarez

Ex: http://eloccidental.es
 
Se cumplen 489 años desde que en la madrugada del  24 de febrero de 1525 los valerosos tercios saliesen victoriosos de la batalla de Pavía luego de que el rey francés, Francisco I se sintiese amenazado por el Imperio de Carlos I de España y V de Alemania que se había convertido en el personaje más poderoso del mundo. Francisco I preocupado por la concentración de títulos en manos del español decidió anexionarse el ducado de Milán para lo que comenzó la primera batalla contra los españoles conocida como la batalla de Bicoca donde el ejército francés bajo el mando del general Lautrec inició la batalla con 15.000 piqueteros suizos contra 4.000 arcabuceros españoles. Los franceses, después de perder 22 capitanes y unos 3.000 hombres se vieron obligados a retirarse, mientras que los españoles no sufrieron ninguna baja. Al igual sucedió en Sesia donde los españoles vencieron de nuevo.
 
Sin embargo el 25 de octubre de 1924 después de cruzar Francisco I los Alpes y atacar Milán los españoles se vieron obligados a retirarse de su campaña. Alrededor de unos 2.000 arcabuceros españoles, 4.500 lansquenetes alemanes y 30 jinetes pesados , mandados todos ellos por Antonio de Leyva, se atrincheraron en la cercana  Pavía. Seguido por el comienzo del asedio a la ciudad por parte de los franceses con un ejército de unos 30.600 hombres y  53 piezas de artillería.
 
Los españoles aguantaron los incesantes ataques franceses durante nada menos que tres meses. Francisco I había decidido agotar a los asediados por hambre y sed, estrategia que no resultó tal y como éste esperaba. Antonio de Leyva, el héroe defensor de Pavía, tenía 45 años de edad y había participado ya en 32 batallas y 47 asedios, este se trataba de un hombre muy respetado por parte de Carlos I.
 
Mientras los franceses esperaban la rendición de Antonio Leyva, Carlos I ordenó la intervención de un ejército de auxilio desde Alemania a Pavía al frente del cual estaba el marqués de Pescara. El objetivo era apoyar a las tropas de Leyva y romper el cerco.
 
Los capitanes y generales españoles que se encontraban en Pavía desembolsaron de su propio bolsillo el dinero para que las tropas aguantaran. Ante la difícil situación de sus oficiales, los 2.000 arcabuceros españoles decidieron que seguirían defendiendo Pavía aún sin cobrar. El Marqués de Pescara, tan excelente psicólogo como general, se ganó a sus hambrientas tropa, y en la arenga que dio a sus hombres y a los defensores de Pavía, le dijo: "Hijos míos, todo el poder del emperador no os puede facilitar en el día de hoy pan para llevaros a vuestro estómago , nadie puede traeros ese necesario pan. Pero hoy, precisamente hoy os puedo decir que si queréis comer, el alimento se encuentra en el campo francés." . No fue necesario apelar a las banderas a la patria, al heroísmo, etc.
 
El 24 de febrero de 1525 el ejército imperial de refuerzo llegó a Pavía y abrió fuego. Estuvo constituido por 13.000 lansquenetes alemanes, 6.000 infantes de los tercios españoles y 3.000 italianos con 2.300 jinetes y 17 cañones. Las tropas francesas que sitiaban a las tropas españolas, ahora eran sitiadas por las tropas de refuerzo. Desde que acampó ante Pavía no pasó día en que Pescara no fingiera un ataque nocturno contra los franceses. Los franceses se acostumbraron a las falsas alarmas y de esta forma aprovecharía cogerles desprevenidos.  
 
El grueso del ejército francés se encontraba atrincherado en el parque del castillo del Mirabello, a las afueras de Pavía, parque rodeado por una muralla de más de 10 kilómetros de longitud y de 2,5 m de alto . Cuando llegaron las 3 de la mañana del 24 de febrero de 1524 los imperiales iban a comenzar un ataque sumamente estratégico. Las órdenes eran avanzar en silencio hasta el cercado del castillo de Mirabello donde estaban atrincheradas las tropas francesas y abrir brechas en sus muros. Pescara envió dos compañías de encamisados a abrir una brecha en el muro del parque que protegía a los franceses.
 
A las 5 de la mañana, los encamisados habían abierto tres brechas por las que al amanecer pasaría Pescara al frente de los imperiales con sus escuadrones de piqueros flanqueados por la caballería. Los tercios pasaron en formación compacta, con largas picas protegiendo a los arcabuceros. El ejército imperial ya había penetrado en el parque de Mirabello, los encamisados en la vanguardia, por el centro entraron los piqueros. Tras la brecha abierta en el muro del parque la artillería aguardó su turno para cruzar. Mientras los arcabuceros atacaban y saqueaban el castillo.
 
Francisco I ordenó entonces cargar a la caballería francesa. La flor y nata de la aristocracia francesa se iba a topar con el mejor arma de la época, los tercios españoles. Los tercios invictos desde las primeras batallas de Italia y que ahora, en Pavía, iban a demostrar tu auténtica capacidad para el combate. Los encamisados fueron lanzados en primer lugar, era el cuerpo ligero de la tropa de infantería.
 
Los 3.000 arcabuceros de Fernando de Ávalos clavaron sus picas y dispararon terminando con la primera línea de la caballería pesada francesa. Más tarde los alabarderos y piqueros entraron en combate cuerpo a cuerpo. Mientras tanto Carlos de Lannoy al mando de la caballería española y el marqués de Pescara, en la infantería, luchaban ya contra la infantería francesa comandada por el comandante Ricardo de la Pole y Francisco de Lorena. Los franceses caían a cientos, fue una batalla auténticamente sangrienta.
 
La situación era dramática para las tropas francesas; se luchaba cuerpo a cuerpo y los tercios no perdonaban la vida de los franceses. El rey de Francia y su escolta también combatían a pie; en el fragor de la batalla , Francisco I con un grupo de leales , quedó copado por las tropas. Francisco I cayó del caballo y al intentarse levantar se encontró con el estoque de un soldado de la infantería española, era el vasco Juan de Urbieta Berástegui y Lezo. Juan no sabía que había apresado al mismísimo rey de Francia.
 
Juan de Urbieta, junto al granadino Diego Dávila y el gallego Alonso Pita da Veiga, no eran conscientes de a quién acababan de apresar, pero por las vestimentas supusieron que se trataría de un noble francés. Aquel preso resultó ser el mismísimo rey de Francia. El rey de Francia Francisco I había caído prisionero de Carlos I. La noticia corrió como la espuma por todos los territorios europeos. Francia había sido humillada por la captura de su monarca a manos de los tercios españoles.
 

00:05 Publié dans Histoire | Lien permanent | Commentaires (0) | Tags : histoire, italie, 16ème siècle, charles-quint, françois i, espagne | |  del.icio.us | | Digg! Digg |  Facebook