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lundi, 03 octobre 2016

Las ONG y la mecánica de la guerra híbrida

Las ONG y la mecánica de la guerra híbrida

Ex: http://katehon.com

NDI_jpeg.jpgLas ONG “vinculadas al extranjero” por todo el mundo juegan un papel irremplazable en el fomento de las guerras híbridas. La ley de la guerra híbrida declara que este tipo de conflictos son conflictos identitarios fabricados, predicados para desbaratar, controlar, o influenciar los proyectos de infraestructura conectivos transnacionales y multipolares en países clave de tránsito por medio de la representación de: Alteración de régimen, Cambio de régimen, o Reinicio de Régimen (en adelante, ACR-R). Estas tres tácticas también podrían ser descritas como concesiones políticas, como transición de liderazgo “pacífica” o violenta, o como alteración del Estado fundamentalmente a través de medios tales como la descentralización presionada para conducir hacia una federación identitaria fácilmente manipulable.

En cuanto a los tipos de conflictos identitarios que se espera que abarquen las guerras híbridas, pueden ser categorizados como históricos, étnicos, religiosos, socio-económicos, y geográficos (tanto en términos de pertenencia político-administrativa como regional). El incitador para la guerra híbrida podría ser premeditado o casual, pero en ambos ejemplos, los escenarios de conflictos son impulsados por la participación crucial -pública o discreta- de las ONG vinculadas al extranjero (en cuanto a financiación, dirección, alianzas, etc.), de ese modo se justifica la razón por la que están siendo estudiadas en este análisis junto con las últimas tendencias bélicas.

1. Precondiciones

Casi todas las ONG vinculadas al extranjero (en adelante mencionadas simplemente como ONG) aparte de aquellas dedicadas puramente al trabajo humanitario con la supervisión y permiso explícitos del Estado anfitrión, se dedican a precondicionar a la población objetivo para que acepten las narrativas construidas. Aquellas sobre todo enfocadas sobre temas históricos, sociales y/o políticos, que apuntan a modelar la mentalidad de la audiencia y contribuir a la formación de identidades absolutamente nuevas (por ejemplo, “kosovares”) o a reformar las existentes (por ejemplo, desde el patriotismo al nacionalismo, o de la ciudadanía inclusiva a los anhelos separatistas exclusivos).

Las ONG trabajan junto a los portales mediáticos -nuevos y tradicionales- en la difusión de estas ideas y la multiplicación del efecto que tienen en la alteración de las conciencias de sus audiencias, así como en promocionar la organización y los objetivos predeterminados de sus mecenas para fomentar la separación identitaria convertida en arma. “Hechos” falsos, desacreditados y/o cuestionables, circulan habitualmente en el triángulo información-medios-academias de las comunidades y agentes favorables para extender las nuevas mitologías, que de manera resultante, causan ingeniería social en las mentalidades de los perfiles demográficos objetivo, a través de la ilusión elaborada de que “voces acreditadas” están apoyando tales nuevas mitologías.

Las semillas de ideologías nuevas y/o históricamente desmentidas tales como Liberalismo y Nazismo son plantadas en las mentes de la audiencia y regadas con un conducto constante de información favorable diseñada para incrementar su atractivo y construir los cimientos para la venidera táctica anti-gubernamental. Después de ser adoctrinados con liberalismo, por ejemplo, cualquiera puede ser más susceptible de jugar el papel de “tonto útil” y manifestarse agresivamente contra su gobierno, mientras que los creyentes en el nazismo y el “nacionalismo” de la época de la segunda guerra mundial pueden ser animados a realizar odiosas provocaciones contra sus “enemigos” históricos.

Ambas categorías de impronta ideológica son así de igualmente útiles en promocionar el conjunto de objetivos políticos dentro del Estado objetivo, con el fundamento promovido siendo dependiente de lo que está concebido para ser el final exacto del conflicto. El liberalismo es más susceptible de formar nuevas identidades con propósitos separatistas, mientras que el nazismo (o “nacionalismo extremo” para generalizar) tiene un papel en la generación de furiosos odios anti-gubernamentales y la provocación conflictos interestatales (por ejemplo la Ustacha croata intenta obsesivamente la desestabilización de Bosnia y la provincia norteña serbia de Voivodina).

2. Financiación

Las ONG deben recibir su dinero de algún modo, y a parte de mendigar (o “solicitar donaciones” como ellas lo denominan) en las calles por algún dinero extra, la mayoría de ellas reciben el grueso de su financiación desde una de estas tres fuentes principales:

Gobiernos:

El gobierno de los EEUU financia organizaciones tales como “National Endowment for Democracy” (en castellano, “Fundación Nacional para la Democracia”, auto-descrita en 1991 como organización que hace lo que la CIA solía hacer de manera encubierta 25 años antes de entonces) para comportarse como frentes de inteligencia público-privados en el extranjero, que mezclan la experiencia de agentes profesionales con una “negación plausible” de civiles.

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Corporaciones:

Ciertas compañías pueden tener interés en desplegar de manera independiente sus propias ONG, tanto si es para hacer lobby en nombre sus intereses como si es para agitar contra sus oponentes, con esta intensificación potencial hasta el nivel de poner presión de tipo ACR-R (Alteración, Cambio, Reinicio de Régimen) en unos u otros gobiernos para estos propósitos.

“Filántropos”:

Donantes “privados” tales como George Soros y los príncipes saudíes manejan la Fundación Soros y las “organizaciones caritativas islámicas” respectivamente (estas últimas siendo las primeras redes de ONG a nivel mundial convertidas en arma a gran escala durante el periodo de la guerra de Afganistán en la década de 1980), con sus organizaciones habiéndose extendido por todo el globo en este momento, y algunas veces trabajando para promocionar sus sombríos intereses mano a mano con exclusivos clientes gubernamentales.

Soros-WB-1.jpgCada una de estas tres diferentes fuentes proporciona financiación y entrenamiento para sus delegados (proxis) sobre el terreno, con el deseo de que tengan éxito en cultivar una comunidad de quinta y sexta columnistas para ayudar a sus objetivos. El entrenamiento organizacional y las técnicas organizativas son esenciales debido a la fuerza con que influyen en la efectividad del grupo, dado que a fin de cuentas, es habitual que los pequeños miembros del núcleo sean lo que verdaderamente cuenta, ya que sus cohortes y civiles afiliados, o bien son voluntarios, o bien son pequeños gastos temporales.

Las ONG también son muy útiles para sus patrocinadores porque funcionan como un intermediario en la entrega de sobornos y la transmisión de chantajes a diferentes individuos privados (por ejemplo periodistas) y figuras políticas, y si ellos operar en un entorno de “laissez faire” (dejar hacer), entonces ellos también podrían tomar parte de manera valiosa en diferentes escalas de actividades de blanqueo de dinero para estos fines o en apoyo de los intereses pecuniarios de sus patrocinadores. Incluso si son cogidos, el grado único de separación que ellos disfrutan “plausiblemente” respecto a sus patrocinadores debido a su estatus supuestamente “independiente”, es suficiente para proteger a sus partidarios de cualquier culpa “oficial”.

3. Testaferros

Las ONG han aprendido a emplear rostros y personal local para dotar al personal de sus oficinas en el extranjero, entendiendo que esto ayuda a desviar cualquier crítica inmediata sobre lazos extranjeros así como de simplistas “periodistas de investigación” que solo miren superficialmente en los pasaportes de la gente que ahí trabaja para trazar sus conclusiones. En realidad, aunque realmente esta política va menos en el sentido de borrar dichos enlaces de las ONG con el extranjero, que en el sentido de embaucar a la población con la que ellos planean interactuar, dado que normalmente los detectives esforzados son exitosos en el descubrimiento de las conexiones financieras, de comunicación y de personal que conectan a una organización investigada con una entidad extranjera.

Los individuos comunes en la calle, sin embargo, pueden no tener ni idea de que sus conciudadanos que les entregan pasquines antigubernamentales y les instigan a unirse a la protesta, pueden estar al servicio de entidades extranjeras, incluso si alguno del mismo personal del grupo no es ni consciente de esto. La falsedad que llega con el engaño a la gente para que se junte a una actividad u organización debido al hecho de que los lazos extranjeros que están tras ella, sean escondidos deliberadamente, demuestra que los patrocinadores de la iniciativa aceptan -a sabiendas- que a los lugareños probablemente les espantaría este tipo de cosas si supieran que estaban patrocinadas desde el extranjero. Debido a que muchos de ellos no tienen ni idea de esto, son más susceptibles de ser engañados para participar.

Junto a las líneas de testaferros de la ONG, debería mencionarse en relación a esto, que los futuros líderes del gobierno anti-gubernamental son algunas veces pastores (Zimbabue), monjes (Myanmar, la región autónoma del Tíbet), o estudiantes (las “típicas” revoluciones de color), todos ellos tienen una reputación internacional de ser aparentemente inocuos e inofensivos. No importa si esto era realmente cierto o no antes de “el evento” (las especificidades del cual serán pronto descritas), el hecho es que el momento en que esos actores supuestamente pacíficos empiezan a manifestarse agresivamente contra el gobierno, provocando conflictos con la policía y los militares, y algunas veces incluso atacando a los agentes del orden y a las propiedades públicas y privadas, han perdido su derecho a ser respondidos de un modo no-violento, justificando de tal modo las técnicas decisivas de control de masas (y algunas veces de mano dura) por parte de las autoridades.

Estos testaferros también juegan otro papel complementario, y es el de promover sus reputaciones presumiblemente pacíficas a través de canales mediáticos conspirativos que tienen interés en retratar a estos individuos como “tranquilos manifestantes pro-democráticos”, además de para editar selectivamente y desinformar deliberadamente de sus choques provocados con las autoridades como resultado de una “dictadura impopular y hambrienta de poder que asesina a su propia gente”. No importa que nada de esto sea fácticamente cierto, sino que, lo que cuenta es la percepción errónea intencionada, debido a la facilidad con que tales narrativas fabricadas pueden llevar completamente fuera de proporción a un evento local, regional, o nacional, y rápidamente transformarlo en una “crisis internacional” que estimule a que gobiernos extranjeros pongan presión muy publicitada sobre el estado objetivo.

4. Demandando “democracia”

La táctica que toda ONG políticamente afiliada (tanto si declaró abierta o secretamente esta disposición) termina persiguiendo es la táctica de presionar –finalmente- a su gobierno anfitrión en un intento para hacerlo más “democrático”. La razón por la que la “democracia” es tal obsesión para estas organizaciones y sus patrocinadores, no necesariamente tiene nada que ver con sus inherentes atributos “normativos” (la reiteración occidental más habitual de esta ideología), sino con su conveniente estructura en la que se eliminan regularmente los ciclos de liderazgo. Las “democracias” influidas por occidente tienen ciclos previsibles de elección que están comprendidos en la teoría de la guerra híbrida, como algo que representa nada más que oportunidades “pacíficas” para el cambio de régimen, y de aquí la actividad frenética a la que se dedican las ONG antes, durante, e inmediatamente después de este momento. La “democracia” occidental también está marcada por la inseparable cultura política de los lobistas (sobornadores legales) y de los portales mediáticos masivos motivados por lo comercial, provocando que sea mucho más fácil de intervenir -por parte de actores extranjeros y sus peones locales de ONG- en los procesos “democráticos” y secuestrarlos en la dirección de sus objetivos. 

Si las elecciones no desembocan en el resultado deseado que están buscando las ONG y sus patrocinadores internacionales, o si el siguiente ciclo electoral no es hasta dentro de algunos años y estos actores se impacientan y/o creen que la ventana para lograr sus fines políticos puede cerrarse para ese tiempo, entonces conspirarán para ingeniar un evento que ponga presión sobre el gobierno para embarcarse en la ACR-R bajo la amenaza omnipresente de guerra híbrida.

Ejemplos del tipo de presión que podría ser ejercida contra las autoridades, son dramas relacionados con las elecciones, escándalos de corrupción (posiblemente desencadenados por escuchas telefónicas “filtradas” por la NSA y/o documentos, como el “golpe constitucional” de Brasil y el fallido intento de guerra híbrida en Macedonia), movimientos disruptivos de la “sociedad civil” (por ejemplo el “Yereván eléctrico” de Armenia), y la politización de tratos controvertidos (por ejemplo el Acuerdo de Asociación con la UE en Ucrania) que intente forzar una nueva o anticipada ronda electoral.

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Si el gobierno no se Altera, Cambia, o Reinicia tras experimentar la coerción “pacífica” de la Revolución de Color con la que los intereses extranjeros y sus ONG -cual soldados de a pie- intentan forzarlo “democráticamente”, entonces el gobierno o gobiernos tras la farsa, pueden tomar la decisión de iniciar una guerra híbrida mediante la transición desde una Revolución de Color hacia una Guerra No-Convencional. No siempre se garantiza que este sea el caso, dado que algunas veces, ciertos disturbios de Revolución de Color no están plenamente respaldados por sus patrocinadores extranjeros y redes de ONG, y en cambio son exámenes de prueba para evaluar las vulnerabilidades estructurales, así como las respuestas, y otro tipo de inteligencia valiosa que podría ser muy útil en un futuro escenario ACR-R que esté apoyado con más determinación para esos propósitos. Después de todo, si el Estado es lo bastante fuerte como para defenderse contra este ataque asimétrico usando las medidas de Seguridad Democrática y/o la futura insurgencia carece de la viabilidad a largo plazo para sostener una campaña exitosa de guerra híbrida ACR-R (quizá si no puede construirse a tiempo un arreglo regional efectivo del tipo “encabezar desde atrás”), entonces puede que los patrocinadores extranjeros retiren su apoyo para la agitación y esperen hasta que otra oportunidad futura pudiera ser maquinada en un momento más decisivo.

5. Dando el salto

Cuando la Revolución de Color experimenta la transición gradual hacia una guerra híbrida mediante la evolución hacia una Guerra No-Convencional, hay mucho del anterior arreglo estructural tras la escena que simplemente sigue igual pero con un nombre diferente. Muchas de las redes de ONG y su personal, evolucionan hacia insurgentes armados o proporcionan a los combatientes apoyo informativo, organizativo, logístico, y/o material.

A pesar de que las tácticas del ACR-R han cambiado, el principio sigue siendo igual, aunque con una perceptiblemente menor afluencia encubierta de asistencia extranjera (insurgentes, armas) en prosecución de esos fines.

No todas las ONG vinculadas al extranjero y sus trabajadores pueden tomar parte en esas actividades abiertamente sediciosas, pero es una apuesta razonable que muchos de ellos lo estén en una medida u otra, después de todo, la única diferencia entre los revolucionarios de color y sus homólogos de la guerra no-convencional, son los medios que están dispuestos a emplear para lograr su objetivo compartido, con “cada mano lavándose entre sí” para realizar las tareas complementarias para este fin.

6. Pensamientos en conclusión

La guerra híbrida es la última forma de agresión que está realizada por las fuerzas unipolares contra el orden mundial multipolar emergente, y el modo indirecto en que es practicado, protege al perpetrador de las repercusiones inmediatas y así incrementa el atractivo de esta estratagema. Viendo que la dependencia en la guerra híbrida como instrumento de política exterior, no muestra signos de disminuir de manera realista para el futuro previsible debido a la naturaleza novedosa y rentable en la que se aplica, hay una urgencia apremiante para entender cada faceta en la que se lucha, es decir, la pertinencia en exponer el papel esencial que las ONG juegan en este proceso.

Recordando que las guerras híbridas se basan en la instigación exterior y la subsiguiente manipulación de conflicto identitario en un Estado de tránsito objetivo, junto a la ruta de un importante proyecto de infraestructura conectivo transnacional y multipolar, entonces es mucho más fácil de conceptualizar la función que las ONG hostiles y vinculadas al extranjero tienen en poner en movimiento esta secuencia de “caos controlado”. Estos grupos tienen la tarea de provocar una sensación de separación identitaria entre la población, y un sentimiento socialmente ingeniado por el cual los organizadores conciben que finalmente conviertan a ciudadanos patrióticos en simpatizantes anti-gubernamentales.

Las redes de ONG y personal local que participan en este esquema asistido por extranjeros y aspira con alterar, controlar, o influir esos proyectos de infraestructuras anteriormente mencionados a través de varios tipos de presión tipo ACR-R contra las autoridades, normalmente se convierten en insurgentes y otras formas de amenazas asimétricas cuando sus fallidas tácticas de Revolución de Color empiezan a convertirse en una forma mejorada de Guerra No-Convencional. Dado que las ONG vinculadas al extranjero son las fuerzas de vanguardia que encabezan la última reiteración de la guerra híbrida por todo el mundo, está en los mejores intereses de todo gobierno responsable, la puesta de controles de supervisión y restricciones operativas sobre estos grupos para neutralizar sus capacidades ofensivas y proteger la seguridad nacional.

Bruno Colson: «Clausewitz a toujours été noté comme un officier modèle»

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Bruno Colson: «Clausewitz a toujours été noté comme un officier modèle»

Ex: http://www.breizh-info.com

(Breizh-info.com) – Bruno Colson vient de publier une biographie très attendue de Clausewitz, aux éditions Perrin. Belge et francophone, Professeur à l’université de Namur, Bruno Colson, spécialiste d’histoire militaire, a publié notamment La Culture stratégique américaine. L’influence de Jomini, L’Art de la guerre, de Machiavel à Clausewitz et, chez Perrin, a présenté leDe la guerre de Napoléon

clausewitz-192x300.jpgCarl von Clausewitz (1780-1831) appartient à la catégorie des illustres inconnus dont l’oeuvre a masqué la vie. C’est en effet grâce à Vom Kriege (De la guerre), publié quelques années après sa mort, qu’il acquiert une célébrité qui va défier le temps. Cet immense traité reste considéré comme le plus important jamais consacré aux questions militaires et stratégiques, inspirant les plus grands généraux, mais également des intellectuels comme Guy Debord, Raymond Aron ou René Girard.

Or, Clausewitz a été aussi un officier supérieur de premier ordre et un acteur influent des guerres napoléoniennes. Témoin de la « grande catastrophe » de 1806, il devient l’un des artisans de la réforme de l’armée prussienne des années 1808-1811, puis participe à la campagne de Russie dans l’armée du tsar, la Prusse étant alors alliée de Napoléon, ce qui lui vaut une disgrâce durable à sa cour. On le retrouve dans les états-majors et sur les principaux champs de bataille jusqu’à Ligny et Waterloo où ses décisions prirent une portée considérable. Général, penseur, conseiller à l’occasion frondeur, mari aimant et ami exemplaire, il consacra les dernières années de sa vie à rédiger les récits de ses principales campagnes et à écrire son chef-d’oeuvre. Avec l’exigence et le talent qui le caractérisent, Bruno Colson est parti pendant plusieurs années à sa découverte, exhumant notamment de nombreuses archives inédites pour restituer l’homme dans ses multiples facettes.

Nous nous sommes entretenus avec l’auteur (ci-dessous) d’un ouvrage majeur, en Français, pour qui veut comprendre et découvrir la vie d’un homme dont les écrits sont fondamentaux en terme de stratégie militaire.

Bruno Colson – Clausewitz – Perrin – 27 € (cliquez-sur l’image ci-dessous pour le commander)

Entretien avec Bruno Colson

Breizh-info.com : Tout d’abord, qu’est-ce qui vous a amené à vous passionner pour l’histoire ? Pour l’histoire militaire ensuite ?

Bruno Colson : C’est une passion qui remonte à l’enfance et que j’ai « intellectualisée » ensuite. Comme le dit Jean Tulard, le déclic est souvent provoqué soit par les livres d’histoire illustrés, soit par les soldats de plomb. Dans mon cas, ce fut les deux. Ensuite, j’ai bien réalisé que la guerre avait toujours entraîné des souffrances et des malheurs indicibles. C’est un phénomène provoqué par les hommes et il mérite d’être étudié sérieusement.

Breizh-info.com : Si vous deviez résumer la vie de Clausewitz en quelques lignes, que diriez-vous ?

Bruno Colson : Issu d’une famille modeste mais désireuse de monter dans l’échelle sociale, Carl von Clausewitz a grandi dans le culte de l’armée prussienne et du métier d’officier, tout en étant doué d’une intelligence peu commune, d’une sensibilité de poète et d’une grande ouverture d’esprit. Témoin de l’humiliation subie par son pays face à Napoléon, il a redoublé d’efforts pour réformer l’armée prussienne et aussi comprendre ce qu’est fondamentalement la guerre. De là sont issus ses nombreux écrits, dont le plus important est Vom Kriege (De la guerre),toujours considéré comme l’ouvrage de réflexion le plus approfondi sur ce thème.

Breizh-info.com :  En quoi Clausewitz fut-il un grand officier avant d’être le théoricien que l’on connait ? 

Bruno Colson : Il a toujours été noté comme un officier modèle, très appliqué et connaissant parfaitement son métier. Il a d’abord réussi à traduire en textes les idées du général Scharnhorst, le grand réformateur de l’armée prussienne. En 1812, son choix de servir la Russie lui a permis de jouer un rôle capital dans le changement de camp de la Prusse, ce qui a préludé à la dernière grande coalition contre Napoléon. Comme chef d’état-major d’un corps d’armée prussien en 1815, il a contribué à la victoire alliée de Waterloo en résistant aux forces du maréchal Grouchy à Wavre.

Breizh-info.com : Clausewitz n’a-t-il pas finalement été « l’anti » Napoléon ?

Bruno Colson : Même s’il était déjà un officier intellectuel avant d’affronter Napoléon en 1806, la défaite infligée par celui-ci à la Prusse l’a effectivement marqué pour la vie. Clausewitz a vu Napoléon comme celui qui avait ouvert la porte d’une forme de guerre plus intense et plus violente. Il fallait donc, pour lui résister, s’inspirer de ses méthodes et faire appel à l’énergie du peuple, comme les Français le faisaient depuis leur Révolution.

Breizh-info.com : Votre ouvrage permet de se familiariser avec un travailleur acharné, et avec un penseur hors pair, en quête permanente de défi (pour lui-même, pour son armée …). Finalement, on dirait que Clausewitz a tellement pensé et agi qu’il n’a pas eu le temps de synthétiser son œuvre. Qu’en dites-vous ?

Bruno Colson : Son De la guerre est en effet inachevé, mais les spécialistes discutent du degré d’inachèvement et on découvre encore des manuscrits inédits. Clausewitz est mort à 51 ans, du choléra. Il n’a pas eu le temps de mettre la dernière main à son œuvre, qui était néanmoins presque terminée. Cela contribue paradoxalement à la richesse de celle-ci, car elle laisse la porte ouverte à des réflexions ultérieures, au fur et à mesure de l’évolution du monde. Clausewitz considérait d’ailleurs que son ouvrage ne devait pas servir de manuel sur le champ de bataille mais former l’esprit de son lecteur en aidant ce dernier à développer son propre jugement.

Breizh-info.com : Pourquoi ses écrits, presque deux siècles après sa mort, restent-ils toujours profondément d’actualité, lus, et assimilés, notamment au sein des armées modernes ? 

Bruno Colson : C’est dû à la profondeur de la réflexion clausewitzienne, qui ne s’enferme pas dans une époque mais cherche à comprendre « la guerre en soi ». Celle-ci se révèle en « une étonnante trinité », écrit Clausewitz, où interagissent les dirigeants politiques, les chefs militaires et les peuples. Ces trois groupes sont animés par des calculs rationnels, d’autres fondés sur des probabilités où il faut faire la part du hasard, et enfin des passions hostiles. L’ordre d’énumération de ces attitudes correspond plutôt à celui des trois groupes, mais pas toujours, ce qui engendre beaucoup plus de possibilités et permet de rendre compte de situations très diverses.

Breizh-info.com : Qu’est-ce qui différencie un Clausewitz d’un Sun Tzu dans l’analyse de la guerre ?

Bruno Colson : La réflexion de Sun Tzu est beaucoup plus laconique, ce qui la rend plus accessible dans notre monde de gens pressés. Elle est subtile et peut avoir plus directement des implications pratiques, mais elle n’atteint pas selon moi la profondeur de celle de Clausewitz.

Breizh-info.com : Quelles lectures conseilleriez-vous à nos lecteurs férus de cette époque, et de stratégie militaire ? Quels sont les livres qui vous ont marqué récemment ?

Bruno Colson : Les publications en anglais sont aujourd’hui, dans ce domaine comme dans d’autres, les plus nombreuses et les plus variées. Pour me limiter à des productions en français, je citerais d’abord le Relire De la guerre de Clausewitz, par Benoît Durieux. C’est une excellente introduction, qui peut être suivie du Clausewitz en France, où le même auteur retrace la façon dont les Français ont pris connaissance des idées du général prussien et les ont commentées et assimilées.

Jean-Jacques Langendorf offre un panorama plus large avec La Pensée militaire prussienne, une synthèse capitale qui part de Frédéric II pour s’arrêter en 1914. Jean-Yves Guiomar a bien alimenté le débat avec L’Invention de la guerre totale, XVIIIe-XIXe siècle, où il pointe la responsabilité des dirigeants révolutionnaires français, dont les buts de guerre avaient le grave défaut d’être trop vagues. Enfin, je citerais la version publiée de la thèse de doctorat de Gilles Candela, L’Armée d’Italie. Des missionnaires armés à la naissance de la guerre napoléonienne.

C’est une étude novatrice qui pourrait en susciter d’autres sur les différentes armées conduites par Napoléon.

Propos recueillis par Yann Vallerie

Photo : DR
[cc] Breizh-info.com, 2016 dépêches libres de copie et diffusion sous réserve de mention de la source d’origine

Laurent Obertone, Guerilla

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Laurent Obertone, Guerilla

(Ring, 2016)

Ex: http://cerclenonconforme.hautetfort.com

Obertone connait la France. Ses rouages, ses ressorts secrets. Il sait que tout cela est potentiellement déjà mort, que la structure est branchée sur respirateur artificiel et que « l’incident » qui tranchera les câbles peut survenir à tout instant.

Obertone imagine et montre.

Il imagine le scénario du pire et le pousse à son paroxysme. Ainsi, l’effondrement de la structure France qu’il dépeint se fait en trois jours. Trois jours entre notre situation actuelle et l’univers de Mad Max. Et oui, Laurent Obertone n’y va pas avec le dos de la cuillère!

Certains verront là une forme d’outrance et une dimension « irréaliste ». Mais là n’est pas le fond de l’ouvrage. Ce livre est le récit du « collapse » du système, de sa faillite à tous niveaux. Certes. Mais là n’est pas l’essentiel.

Car Guerilla, plus que l’histoire de l’effondrement, est plutôt le récit de la dépression occidentale, de la xénophilie à outrance, de l’ethnomasochisme total. Guerilla est un constat froid et résolument implacable sur l’état de notre société. Et surtout sur l’état de la psyché de « l’homme blanc » contemporain. De ses manies, de ses tares.

Obertone, par ce texte fort et acéré, prononce une accusation. Une accusation lourde et remuante. Pour formuler son réquisitoire, l’auteur se contente de montrer. Le livre bien qu’œuvre de fiction, et offrant au lecteur des revirements parfois surprenants, parle surtout du réel… Et le constat qu’il en tire est terrifiant.

Dans ce livre vous ne trouverez pas de héros, ou peut-être quelques rares figures attachantes mais résolument désenchantées, lucides. Trop lucides... Les personnages que l’auteur décrit avec une grande acuité sont, pour la plupart, atteints d’une forme de peste intérieure. Cette peste est incurable et nombre des protagonistes que vous rencontrerez à travers les quelques 400 pages du texte en crèveront… Et de manières peu réjouissantes.

obertoneguerilla.jpgDépressifs s’abstenir… Ce texte vous collera au cerveau pendant plusieurs semaines. Et les lueurs d’espérance n'y sont guère nombreuses.

Guerilla est aussi le récit de l’ultra-violence, du déchaînement absolu. Du ré-ensauvagement brutal des villes et des campagnes de l’Hexagone. De la livraison des cités de France aux barbares. D’ailleurs, l’auteur brille par ses descriptions. Il dévoile la violence totale. Pas de fard ni d’entourloupe. Toutefois, à aucun moment nous ne tombons dans le gore et l’outrance. Cela est un beau tour de force.

Vous trouverez aussi quelques passages truculents, car le chaos absolu que décrit ce livre peut être le prétexte à une forme d’humour. Un humour sombre : le meilleur.

Le récit est aisé à lire. Le style est clair, net. Les paragraphes sont courts et accompagnent les respirations du lecteur. Les amateurs de « punchlines » seront satisfaits.

Guerilla est à mettre dans toutes les mains. Certains se diront mal à l’aise en le lisant. D’autres y verront une prophétie. Parfois on vous hurlera dessus, on vous accusera de faire de la sinistrose et d’être un fasciste primaire. Il s’agit incontestablement de très bonnes raisons de l’acquérir et de le lire. Et surtout de l’offrir sur un ton narquois en affirmant : « Tiens, voici la France qui vient. Tu ne pourras pas dire que tu ne savais pas ».

Jacques Thomas / C.N.C.

Note du C.N.C.: Toute reproduction éventuelle de ce contenu doit mentionner la source.

Phänomenologie verlorener Räume

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Phänomenologie verlorener Räume

von Marc P. Ihle

Ex: http://www.blauenarzisse.de

Massenmigration „schaffen wir“? Wie unser identitärer Kulturraum dabei verlorengeht

Erst verschwinden die Bilder. Dann die Menschen. Sartre schreibt in seiner phänomenologischen Ontologie Das Sein und das Nichts, dass der Blick des Anderen uns als Person konstituiert, ein wechselseitiges Anerkennungsverhältnis, soziale Menschwerdung. Das gilt in analoger Weise für Räume, die unserem sie formenden Blick antworten durch den Wechsel der Bilder, aus deren Rückkopplung der Mensch eines Kulturraumes seine Identität bezieht. Unser Blick bejaht den Raum in seinem gewachsenen Sosein, der Raum schenkt uns seine Bilder, denen die Seele durch die Geburt in ein Volk wie durch einen Initiationsritus verbunden wird. Heimat, das bedeutet Identität, die wir in der Erscheinung unseres Kulturraums vorfinden.

Heimat ist eine Perspektive, ein gemeinsamer Blickpunkt, von dem aus ein Kulturraum gesehen und konstituiert wird. Im Zenit ihrer kulturellen Entwicklung stehend, haben große Völker ihren Raum ganz aus ihrem Genius geformt, wie die Athener ihre Polis und die europäischen Christen das Heilige Römische Reich. Ihre Kulturraumpflege war cultus. Mit dem Niedergang des cultus, der einsetzenden Verwahrlosung des Raumes, beginnt auch der Verfall eines Volkes. Raumgrenzen werden uneindeutig, äußere wie innere Feinde erwachen, und die verwaschene Bildwelt der Nachgeborenen erzeugt eine Erschlaffung, die keinen Gedanken an Abwehr aufkommen lässt. Es braucht keinen Kapitulationsakt, der Raum wird selbst amorph, die Bilder schwinden; andere Völker brechen in ihn ein, mit ihren Bildern und Träumen. Zuletzt erfolgt ein Ikonoklasmus gegen die alten Götter, dann gibt es einen neuen, völlig anderen, fremden Raum.

Phänomenologie im Bruch

Was drängt sich heute unserem raumschaffenden Blick auf, wenn wir über einen deutschen Großstadtboulevard flanieren; sind wir noch zu Hause in diesem ethnischen Eklektizismus? Noch kann man in jedem größeren Ort das Angelusläuten hören, doch man hört es verhalten, fast nicht ohne sich dabei schuldbewusst an die Brust zu schlagen, mea culpa, und sich bei dem Gedanken zu ertappen, wie lange es das noch geben mag.

Ob sich nicht bald der Schrei des Muezzins, der Gong eines Buddhatempels oder die wüste Furie einer Feme hineinmischen wird. Glockenklang hat etwas Unschuldiges und Erhabenes, doch ich nehme wahr, dass ich ihn mit dem Unterton einer Anklage höre: Warum gibt es euch überhaupt noch, ihr Christen? Dieselben Menschen, die sich von ihrem kulturellen Erbe wie von einer vertrockneten Nabelschnur getrennt haben und in den Bildern des Heilands in der Krippe einen furchtbaren Atavismus sehen, würden Minarette jeder Größenordnung tolerieren, allein um sich damit einen phallisch fundierten Ausweis ihrer hybriden Toleranz in den Hinterhof zu stellen.

Unser Raum ist keine frei verfügbare Marktfläche. Es ist der Ort, an welchem unsere Art zu sein eine Selbstverständlichkeit ist. Bilder von hoher symbolischer Erlösungsmacht wohnen ihm inne. Der Zyklus des Kirchenjahres verleiht ihm Struktur. Wir Deutsche benötigen keinen Opernführer, um die Quintessenz der Wagnerschen Meistersinger–Ouvertüre zu verstehen. Wie Thomas Mann über das Werk schreibt, in ihm wohnt deutscher Geist. Welches Schicksal droht unseren romantischen Vorstellungen, jenen Stimmungen, die Caspar David Friedrich unverwechselbar einfing, wenn sie der Bannstrahl des islamischen Bilderverbotes trifft? Nicht nur die Bilder verschwinden; es geht um unsere Art, Mensch zu sein.

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Masse und Macht der „Neuen“

Emanuel Levinas sagt, dass wir im Anderen ein „Antlitz“ sehen, das ihn wie uns selbst zu menschlichen Personen macht. Was ist heute die typische Straßenszene: Eine Gang junger, viriler Nordafrikaner, uniformiert in der flüchtlingstypischen Einheitskluft von Levis und Jack-​Wolfskin, die um einen Bahnhofszugang lungern. Ihre Blicke leer, dunkel, herausfordernd, manchmal sogar hasserfüllt. Sie lächeln nie. Sie scheinen keine Namen zu haben. Sie treten auf als kompakte Masse. Sprungbereit in ihren federnden Bewegungen. Wo ist ihr Antlitz, wo in der unverhohlenen Aggressivität strahlt etwas von der christlichen Idee der Gottessohnschaft durch, der wir in den großen Momenten der Renaissancemalerei begegnen? Ein Mensch, nicht ein Fordernder.

Nach Einbruch der Dämmerung in der Fußgängerzone: Junge, muslimische Paare, gutgekleidet, immer einen Kinderwagen dabei, die Frauen mit Kopftuch. Um Missverständnissen vorzubeugen: Die islamische Kultur ist eine große Kultur mit langer Geschichte, das Kopftuch ein respektables religiöses Symbol. In unseren Straßen, in dieser Massivität, ist es eine Waffe. Manchmal wirken sie wie Patrouillen, die ein frisch besetztes Gebiet arrondieren.

Man ist schnell mit dem Vorwurf mangelnder Empathie. Als wären die uralten Bildräume, die emotionalen und mentalen Galerien der europäischen Völker, nichts als leer stehende Baracken, die sich im Handumdrehen zu riesigen Auffanglagern umwidmen lassen. Es existiert keine Sprache zwischen uns und den sogenannten „Neuen“; schon dieser Begriff in Orwellscher Diktion, als wären die en masse aus namenlosen Nestern der nordafrikanischen Wüste nach Europa drängenden Menschen nichts anderes als potentielle Deutsche mit keiner anderen als der hehren Absicht, unsere womöglich tatsächlich ausgebrannte Kultur zu bereichern.

Das mag in linken Ohren das defätistische Gejammer von Kulturpessimisten sein. Was ist denn schon groß passiert, fragt eine große deutsche Wochenzeitung sinngemäß. Die nervenden Zigeuner mit ihrem infernalischen, markerschütternden Geheul, das sie unter Musik verstehen und sie so begeistert, dass sie die ganze Innenstadt damit beschallen. Rempelnde Levantiner, die meinen, sich auf einem orientalischen Prachtboulevard zu bewegen, statt sich den hiesigen Gepflogenheiten anzupassen. Marginalien, könnte man meinen.

Unser 1453

Doch unser Blick hat sich verändert. Unsere Welt, wie sie war, ist uns genommen worden. Das ist mehr als der übliche historische Wandel. Es ist ein Identitätsbruch, wie ihn Friedenszeiten noch nicht sahen. Die Frage ist nicht abwegig, wie oft wir noch Weihnachten feiern werden, das „reaktionäre“ Christenfest, meine ich, nicht die multikulturelle Begegnungsmöglichkeit mit Glühwein und Falafel am Jahresende. Die Selbstverständlichkeit, mit der wir in unserem Kulturraum von Identität sprechen, uns den gewachsenen Institutionen anvertrauen, ist verloren. Die unhintergehbare Selbstevidenz der Bilder, sie ist fraglich geworden, verfemt sogar, und lächerlich gemacht.

Um es mit einem Terminus Heideggers auszudrücken, wir Europäer sind „Unbehauste“ geworden, große, schwerfällige Minderheiten, die in verlorenen Räumen stagnieren. Die Massenmigration des Jahres 2015 ist irreversibel, unabhängig davon, wie viele noch kommen oder auch wieder gehen. Das ist unser 1453. Nur eine flüchtige Straßenszene, und wir erkennen, wie wir nie wieder sehen werden. Die Phänomenologie unserer verlorenen Räume steht unter dem Diktat fremder Kulturen, die sich einen Raum nach Europa formen werden. Er wird eine andere Sprache haben, nichts von der uns heute noch in Resten vertrauten Klarheit der abendländischen Formsprache. Der auf unseren Straßen tobende, vorerst noch stumme Krieg wird dieser Sprache ihren rohen Klang verleihen.

Itinéraire celtique - Avec Jean Markale et Charles Ravier

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Itinéraire celtique

Avec Jean Markale et Charles Ravier

Les samedis de France Culture - Itinéraire celtique. Par Philippe Arrii-Blachette - Avec Jean Markale et Charles Ravier (1ère diffusion : 06/11/1976)