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mardi, 15 mai 2018

El crepúsculo de las ideologías

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Carlos X. Blanco:
 
El crepúsculo de las ideologías
 
Ex: https://latribunadelpaisvasco.com

Una de las constantes quejas del pensador español don Gonzalo Fernández de la Mora era el exceso de pathos y la carencia de logos en nuestra producción intelectual nacional. Creía el filósofo que en nuestro suelo patrio habían florecido no pocos "sentidores", pero muy escasos "razonadores". Es la España en exceso quijotesca la que causaba rechazo en don Gonzalo, la España plena de ideales –que no ideas- nunca realizados por resultar desde el principio ideales imposibles. Es la España trágica unamuniana, anegada de dudas y desazón, rica en sentimiento pero carente de hilos de discurso racional, la que había que superar según él, cargándola a nuestras espaldas pero no mirándola más, pues la mirada nacional, decía el pensador, ha de apuntar hacia un futuro nítido trazado a base de planes racionales, cuidadosamente calculados, racionalmente trazados, inyectados con dosis adecuadas de realismo y pragmatismo.


GFML1.jpgYo también lo creo, y en esto coincido con Fernández de la Mora. Nos hace falta una filosofía, y no una filosofía cualquiera. Nos hace falta una filosofía positiva. Entiéndaseme bien: positiva no significa positivista. De esta otra ya andamos sobrados. No faltan columnistas, periodistas, científicos sociales y naturales, expertos en "H" o en "B", que lanzan al aire y a las masas la carnaza positivista de que la "filosofía no sirve para nada" y venden la baratija de que, a lo sumo, un mero análisis lógico y lingüístico de los enunciados es cuanto queda por hacer al filósofo profesional. Eso, o la divulgación generalista, el trenzado ideológico-partidista o la labor anticuaria de rescatar y exponer "ideas del pasado". El neopositivismo anglosajón y colonizador fue parte del recado atlantista que nos llegó tras la "apertura" de nuestro país a la ayuda y a la influencia angloamericana en pleno franquismo, y se tradujo en la creación masiva de cátedras y plazas docentes de una filosofía –- la "analítica" –- que no era nuestra y que nada nos decía. Pudo ser una alternativa "modernizadora" ante el acartonamiento escolástico de la universidad franquista, es cierto, un acicate, siempre saludable, para estudiar lógica formal o interesarse por la epistemología de las ciencias "duras", pero poco más.


La filosofía positiva por la que abogaba don Gonzalo, me parece a mí, era más bien otra. Es la filosofía rigurosa, la que atiende a hechos, experiencia y raciocinio, pero no al sentimiento. Es la filosofía entendida como un saber estricto, tomando ésta expresión del antecedente germánico de Fichte (1762-1814). Dicho proyecto del saber estricto tuvo continuadores en suelo hispano, en grandes autores como Ortega y Zubiri. En tiempos más recientes, y a pesar del sesgo que el propio nombre implica, hablo del término "materialismo", la filosofía de Gustavo Bueno supone un jalón fundamental para superar la etapa noventayochista y neorromántica de los "sentidores" hispanos y edificar definitivamente una escuela filosófica hispana de "pensadores" rigurosos, distantes y alérgicos de cualquier sesgo ideológico, metafísico (metafísico en el sentido de pre-crítico), partidario, etc. En la actualidad, un discípulo de Gustavo Bueno, don Manuel Fernández Lorenzo, pugna por elaborar esa filosofía "positiva", que no positivista, ni tampoco materialista, que esté "al nivel de nuestro tiempo", dando cuenta, como quería Ortega, de la génesis operatoria (en gran parte manual) de nuestros conocimientos y de las estructuras ontológicas del mundo.


GFML2.jpgLas quejas de G. Fernández de la Mora, así como sus proyectos modernizadores, han quedado en el olvido. El cambio de Régimen, desde el franquismo (sistema en el cual éste pensador fue destacado miembro, e incluso ministro) hacia la Restauración borbónico-constitucional (R78) supuso el olvido e incluso la postergación de su obra. El filósofo conservador, pero en absoluto fascista, había concebido una España moderna en el plano científico y tecnológico, una España en la cual primaran el mérito, la capacidad, la preparación, y en donde se proscribiera para siempre la demagogia, el juego doctrinario, la retórica verbal y el patetismo. Es una voz la de Fernández de la Mora que no ha sido escuchada. Una España que la escuchara, será una nación radicalmente otra, renovada y sin prejuicios.


Si bien es del todo cierto que asistimos a un Crepúsculo de las ideologías (título de un jugoso y fundamental ensayo suyo), hay una y muy fundamental ideología que todavía se sostiene en pie. Una simple y llana ideología que a alguien le interesa sostener aunque sea a través de todos los artificios y por medio de las más variadas tretas: la ideología de actuar como si aún existieran ideologías y la de hacer creer que existen y son importantes. Le resulta muy útil al sistema, y en especial al R78, hacer creer a la gente que aún existen izquierdas y derechas. Le resulta muy rentable al sistema ese empeño en catapultar a la fama a ignorantes retóricos que propagan discursos vacuos y sofismas del más bajo nivel.


A veces da miedo. Este país estuvo a punto de ser gobernado por un profesor de ciencias políticas que no era capaz de citar adecuadamente una obra de Kant, y al punto, si Dios no lo remedia, nos va a gobernar otro señor de la nueva hornada a cuyo magín ni siquiera le viene el título de ninguna, lo cual no sé si es peor. No es que haya desaparecido la filosofía de nuestro escenario político, y que nunca haya entrado en las cabezas de nuestros políticos, sino que más bien el Régimen es la negación más explícita y radical del pensamiento racional mismo.

La ignorancia de nuestros políticos o líderes de masas es mucho más peligrosa que la barbarie de las turbas descontroladas, pues estos personajes sirven de modelos de conducta y sentimiento a turbas futuras más numerosas y más osadas. Sus consignas encaminadas a la indignación o la movilización sirven para que un pueblo esclavizado refuerce la apretura de sus grilletes, creyéndose libre en un sistema que se dice liberal. La ideología según la cual existen ideologías, la creencia de que en Podemos hay un ápice de socialdemocracia y otro de libertarismo, el señuelo de que allí anidan comunistas y revolucionarios, tanto como el engaño de que en Cs y en el PP existe un liberalismo, o de que en el PSOE se conservan esencias de la II Internacional o del modelo sueco… Todo esto es engaño, demagogia, ideología. Todo ello no es más que esa Ideología que reza que nuestro R78 es ideológico. Esa ideología es la Caverna Platónica en la que media España está metida. La otra media se desinteresa, ve deportes o escucha chascarrillos en vez de ruedos políticos, o se evade alienada por los medios más diversos.

GFML4.jpgFernández de la Mora proclamaba sustituir las ideologías, ya moribundas, por ideas. Trocar a los demagogos y a los declamadores por expertos. En vez de entusiasmo, peligroso explosivo que siempre deviene en tiranía, consenso. El consenso tácito y la deliberación fría deben ocupar su puesto rector en lugar de la asamblea tumultuaria. El análisis sosegado de proyectos racionales en vez de agitación y propaganda. Qué duda cabe que la filosofía positiva no corrió la mejor de las fortunas una vez desembocada la partidocracia del R78. El régimen constitucional postfranquista ensalzó la retórica partidista y encumbró a un sinfín de ideólogos, retóricos vanos, arribistas, vividores "liberados" de los sindicatos y de los aparatos electoralistas. Los expertos, las personas formadas en las distintas ramas de la vida orgánica del Estado (administradores, expertos juristas, tecnólogos, economistas planificadores…) hubieron de ceder sus sillas o pasar a un discreto y segundo plano ante el soberano imperio de los grandilocuentes vendedores de humo. Incluso dentro de la democracia postfranquista se advierten claramente dos generaciones: una, primera, aún bien acreditada en cuanto a titulación académica y experiencia práctica en la empresa pública o en la privada, y otra, segunda, en la que ahora más y más nos hundimos, en la cual el lumpen de la sociedad, los sectores sociales más refractarios al esfuerzo intelectual, profesional y, en general, humano, se dedican, con el carnet en la boca, a ascender por los aparatos electoralistas para conseguir aplausos fáciles y cargos sine cura.

GFML3.jpgDon Gonzalo despedía con alegría al tipo de político retórico y declamador, pero experto en nada, que había dominado la escena pública europea durante todo el siglo XIX y que aún prolongaba su inútil existencia en el XX. A la par, el filósofo bendecía en "El Crepúsculo de las Ideologías" al tecnócrata, al experto, al "conocedor" que no busca encandilar a las masas, manipularlas y tocar las fibras de su entusiasmo, sino ser eficaz servidor público que plantea objetivos realistas en orden a una mejora del bienestar general, haciendo del Estado una maquinaria ágil, inteligente, bien engrasada. Una maquinaria que ha de renunciar, bajo riesgo de recaer en el ideologismo y en el utopismo más peligrosos, a reformar al hombre.


La visión gramsciana, tan extendida hoy en Occidente, y no precisamente bajo gobiernos comunistas sino bajo fuerzas que a menudo se dicen "liberales", es la antítesis del "Estado de Obras" de nuestro autor. El filósofo marxista italiano Antonio Gramsci (1891-1937), uno de los principales intelectuales revolucionarios de toda la Historia, había dejado claro que el Estado tenía la misión de transformar al hombre. El Estado era, bajo el capitalismo y, después, bajo el futuro comunismo, algo más que un comité dirigente de la Producción. El Estado poseía una misión ética. El Estado debía ser el agente de la transformación de la propia esencia del hombre. Una esencia histórica, si cabe hablar así, esto es, transformable. Dicha transformación fue dirigida inicialmente por los patronos capitalistas que habrían creado un Estado a su medida (muy especialmente a través de las instituciones educativas), para así disponer de un obrero igualmente hecho a su medida. El comunismo hará lo propio. Una vez conquistada la hegemonía, y tras ella, inmersa la sociedad toda en una etapa revolucionaria, el Estado proseguirá con esa función que hoy llamaríamos función de "ingeniería social", haciendo de cada individuo un convencido comunista.

Por el contrario, casi diríamos que en las antípodas, la Tecnocracia de Gonzalo Fernández de la Mora se situaría en la más genuina tradición del realismo político hispano. Lejos de una transformación general del hombre, pues en el colectivo "hombre" siempre habrá hondas e insalvables disparidades (de talento, de capacidad, de formación, de inquietud, de lealtad), el Estado debería reducirse a ser el más elevado servicio de "puesta a punto" de todos los torrentes de energía social, para aprovecharlos y encauzarlos de la mejor manera posible, haciendo aquí de catalizador, allí de coordinador, y más allá de planificador y rector. En el Estado tecnocrático los expertos siempre serán consultados y el gestor político, como el buen ingeniero, se debe poner el casco, bajar "a pie de obra" y consultar a los subordinados y a los adláteres para palpar las realidades sobre las que quiere operar. Una cosa es poner a punto la maquinaria estatal, partiendo de una sustancia antropológica dada, y otra es transmutar esa sustancia.


GFML5.jpgUn ejemplo de cómo esta filosofía de ideas y no de utopías ideológicas perdió la batalla, y el vicio del ideologismo alcanzó el triunfo, fue el rosario de las reformas educativas de la democracia. Cada nueva ley de educación, comenzando con la barbarie de la LOGSE, hasta llegar a la actual LOMCE, demostró ser la consagración del ideologismo. En lugar de dotar al Estado de ideas, ideas tonificantes, hemos tenido ideología y más ideología. España necesitaba ideas en el sentido filosófico, esto es, conceptos generales (trans-categoriales) que hundieran sus raíces en los más variados conceptos y categorías científicas y técnicas, ideas que, debidamente entretejidas, formaran un proyecto comunitario para "poner a punto" nuestra sociedad y vuelvan a "ajustar" debidamente a España en el orden internacional, colocándola en el puesto que le compete y que se merece ateniéndose a su Historia y a su Presente. Pues bien, en lugar de eso, hemos sido víctimas de los pedagogos, esto es, de los ideólogos, que de manera harto interesada nos equipararon a todos por lo bajo, sustituyendo el imperativo del esfuerzo por la "integración" y halagando al vago y al parásito, con la esperanza de que sean muchedumbre los que sigan depositando en los mismos ataúdes ideológicos el voto mayoritario de los borregos.

lundi, 14 mai 2018

Politique sous surveillance

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Politique sous surveillance

Orages d'acier - 01/05/16

Fréquence Orages d'acier #28 : Politique sous surveillance
 
Emission avec Monsieur K et Chinois présentée par François Meslier.
 
Présentation de l'émission,
La France Etat policier Fouché,
Talleyrand, et la haute police Loi sur le renseignement,
Etat d'urgence, reforme pénale,
Des usages politiques de l'Etat d'urgence,
Al-Assad, le Hezbollah', le Drakkar et les militaires français morts,
Syrie 2012-2016 vengeance de la France pour le Drakkar ?
Terrorisme de synthese, soutien et combat du terrorisme par l'Etat profond,
Repudiation du "terrorisme",
Comme un poisson dans l'eau dans la population, terroristes ou partisans ?
prevenir les infiltrations et les provocations, communauté politique,
refus de la paranoia, les réseaux "sociaux" : oui, mais... le temps administratif, modestie militante,
Accepter la surveillance, ne pas interioriser la contrainte,
Notre premier ennemi : nous même ! respecter la loi, accepter les contraintes légales qui nous rendent creatifs ! accepter les rapports de force, faire preuve de prudence, limiter les communications électroniques, accepter que le Système se défende...
Bauer, A...
Se prémunir contre la surveillance électronique, par la prudence. La machine à écrire ?
Etre normal, ne dire que ce que l'on pense, ne penser que ce que l'on peut dire.
Le renseignement repose sur la délation.
PANCD, la NSA française,
Le Big data, les ecoutes, autour de 20 services de renseignements en France, le Bouc emissaire de Rene Girard par Hector Burnouf de la Camisole et bien d'autres choses...
 
Musique : Occident en avant par le Choeur Montjoie
Générique : Kreuzweg Ost - Für Kaiser, Gott und Vaterland
 

Le futur gouvernement italien, un cauchemar pour Bruxelles

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Anti-immigration et eurosceptique : le futur gouvernement italien, un cauchemar pour Bruxelles

Photo: © Tiziana Fabi Source: AFP
Ex: https://francais.rt.com

L'UE espérait et appuyait la formation d'un gouvernement droite-gauche en Italie. Finalement, les nationalistes de la Ligue et les antisystèmes du Mouvement 5 Etoiles s'apprêtent à diriger le pays. Bruxelles s'inquiète et les marchés sont fébriles.

C'était le pire des scénarios pour Bruxelles : les tractations entre le Mouvement 5 Etoiles (M5S) et la Ligue ont finalement débuté, après que Silvio Berlusconi, allié de la Ligue mais dont le parti a recueilli moins de voix que celle-ci, a finalement donné son accord à des négociations. Les chefs de file des deux formations, qui à elles deux disposent d'une courte majorité au Parlement, Luigi Di Maio (M5S), 31 ans, et Matteo Salvini (Ligue), 45 ans, se sont rencontrés en début de matinée le 10 mai à la Chambre des députés.

Dans un communiqué conjoint, les deux hommes ont évoqué «un climat positif pour définir le programme et les priorités du gouvernement», ainsi que «des avancées importantes» sur la composition de ce qui devra être la future équipe gouvernementale. Selon la presse italienne, ils ont demandé jusqu'au 14 mai au président Sergio Mattarella, qui a pour l'instant renoncé à nommer un chef de gouvernement «neutre», mesure qu'il envisageait après deux mois d'impasse.

Concrètement, cela signifie que, pour éviter un gouvernement technique destiné à mettre un terme à l'absence de majorité, les deux bêtes noires de la scène politique italienne sont parvenues à poser les bases d'une alliance qui n'avait rien d'évident. En effet, le M5S au populisme revendiqué et la Ligue, qualifiée d'«extrême droite» par ses adversaires, entretiennent des divergences sur le fond. La formation nationaliste proche du Front national français, qui a fait le plein des voix dans le Nord sur la promesse de baisses massives d'impôts, devra gouverner avec le M5S, plus ambivalent sur l'Union européenne et plébiscité par le Sud pour avoir promis un revenu de citoyenneté.

Une alliance qui inquiète Bruxelles et les marchés

Dans le détail, l'alliance devrait donc reposer sur un contrat de coalition à l'allemande : celui-ci contiendra un socle minimum de points sur lesquels le M5S et la Ligue seront parvenus à s'entendre. Les deux partis ont notamment en commun un rejet des forces politiques traditionnelles et des promesses en matière de retraites et de lutte contre l'immigration. En outre, la Ligue et le M5S partagent une défiance nette à l'égard de Bruxelles – même si Luigi Di Maio a renoncé à proposer un référendum sur la sortie de l'Italie de l'UE pour le moment.

Ces convergences de vue, qui semblent pour l'instant avoir eu raison des divergences politiques, ont donc d'autant plus de quoi inquiéter Bruxelles qu'elles se concrétisent désormais dans un projet gouvernemental. Les marchés eux-mêmes commencent à s'agiter : la Bourse de Milan a perdu près de 1% dès l'annonce du début des négociations et, sur le marché de la dette, le spread (écart entre les taux d'emprunt italien et allemand à dix ans) a augmenté d'environ six points.

Signe de la fébrilité de l'UE à l'égard des évolutions politiques en cours sur la péninsule : des responsables européens avaient confié à l'AFP, avant les élections, s'activer «en coulisses» pour favoriser une alliance Renzi-Berlusconi. Si l'UE est loin de tenir ce dernier dans son cœur, elle semblait toutefois estimer que sa présence au sein d'une alliance gauche-droite était préférable au péril que représenterait une victoire du M5S ou de la Ligue. L'hypothèse d'une percée concomitante de ces deux partis et de leur alliance au sein d'un gouvernement était alors perçue comme un scénario catastrophe peu vraisemblable...

Qui sera le prochain dirigeant italien ?

La question la plus épineuse que doivent désormais trancher le M5S et la Ligue est désormais celle du nom du futur chef de gouvernement. Matteo Salvini et Luigi Di Maio, tous deux jeunes et ambitieux, sont en concurrence directe. Le premier conduisait la coalition arrivée en tête aux élections (dans laquelle se trouvait le parti de Silvio Berlusconi), mais le parti du second a obtenu plus de voix que la Ligue. Reste l'hypothèse, privilégiée officiellement, d'un accord entre les deux hommes pour proposer une tierce personne.

Malgré ces incertitudes, les deux chefs de parti se montrent optimistes. «On discute de la réforme des retraites, de l'emploi, des débarquements de migrants, de la légitime défense», a déclaré Matteo Salvini à la presse. Sur Twitter, il a annoncé à ses abonnés : «Nous sommes en train de travailler pour vous», avec une photo de lui à côté d'une grosse pelleteuse.

«Je ne peux pas cacher ma joie et ma satisfaction que finalement nous puissions commencer à nous occuper des problèmes de l'Italie», a fait savoir de son côté Luigi Di Maio, tout sourire, dans une vidéo sur Facebook.

Une autre inconnue demeure. Alors qu'il vient d'être réhabilité par la justice, l'ancien dirigeant italien Silvio Berlusconi pourrait revenir dans le jeu politique. Si, jusque là, ses difficultés avec la justice et sa peine d'inéligibilité l'empêchaient de jouer un rôle aussi important qu'il l'aurait souhaité, une décision du tribunal de Milan pourrait le remettre en selle. Et son influence à droite pourrait parasiter l'entente entre le M5S et la Ligue, qui doivent en partie leur rapprochement à l'affaiblissement politique du Cavaliere.

Lire aussi : «Nous ne sommes pas les toilettes de Macron» : un cas d'ingérence française révolte l'Italie

Luc Roche : Ortega Y Gasset - Penser la modernité

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Luc Roche : Ortega y Gasset - Penser la modernité

 
Luc Roche nous introduit à l'oeuvre du grand penseur libéral Ortega Y Gasset dont il vient de traduire Autour de Galillée aux Editions Perspectives Libres. http://cerclearistote.com/parution-de... Comment penser la Culture, la Civilisation et l’Histoire avec rectitude ? Comment se départir des condamnations faciles, des illusions rétrospectives, de la nostalgie d’âges d’or imaginaires, de l’obsession de la décadence? Ces questions, et bien d’autres, furent au fondement des réflexions de José Ortega y Gasset, lorsqu’il entreprit de penser les grands bouleversements (Renaissance, Lumières) qui nous précédèrent. Il en tira une lecture de l’Histoire plus actuelle que jamais, entre étude des ruptures et analyse des permanences. Loin du manichéisme qui se répand aujourd’hui, il montre, dans chaque époque, le visage de l’invariant et celui du changeant, rétablissant la grande chaîne de l’Histoire. Cette vision féconde est à notre portée pour comprendre notre passé, appréhender notre présent et entrevoir notre avenir. José Ortega y Gasset (1883-1955) fut un philosophe, historien des idées et homme politique espagnol. Son ouvrage La Révolte des masses (1929) marqua toute une génération. Autour de Galilée (1933) est traduit pour la première fois en français. Luc Roche est professeur de philosophie et hispanisant.
 

Face à l’«Imperium juridique» des États-Unis

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Face à l’«Imperium juridique» des États-Unis

Ex: http://echelledejacob.blogspot.com

Sans rire : UE versus USA

Pour certains, ils n’oseront pas, pour d’autres ils seront obligés d’oser. Ainsi trouve-t-on sur le site TheDuran.com, à quelques heures d’intervalle, un texte affirmant que les Européens ne réagiront pas face aux USA, qu’ils n’oseront pas (Alexander Mercouris), et un autre disant qu’ils le feront pas, qu’ils réagiront directement contre les USA (Frank Sellers)... En l’occurrence, TheDuran.com ne se contredit pas, il expose loyalement le débat qui s’est immédiatement ouvert depuis la décision de Trump de jeudi de sortir du JCPOA.

Un des aspects qui n’est pas le moins important, tant s’en faut, des effets de la décision de Trump de sortir du traité JPOAC avec l’Iran, c’est de placer les USA et l’UE sur ce qu’on nomme dans leur langage transatlantique commun a collision course. On sait de quoi il s’agit : les exorbitants pouvoirs d’exterritorialité que s’est attribuée la justice américaniste, qui permettent, en l’espèce, de punir une société non-US, essentiellement une société d’un pays de l’UE puisque c’est de cela que nous parlons, qui contreviendrait au diktat des USA interdisant tout commerce avec l’Iran, et serait lourdement punie par une amende au montant astronomique.

On a connu tant et tant de situation de confrontation potentielle entre UE et USA qui, finalement, se réglaient “à l’amiable” selon une situation de compromis qui était une capitulation à peine déguisé de l’UE, qu’on a peine à croire qu’on puisse aller jusqu’à une confrontation. Ce n’est pas l’absence de moyens, d’“armes”, qui prime en la circonstance, mais l’hypothétique manifestation d’une volonté politique et d’un courage dans l’action des Européens. Les pays de l’UE ont tout l’arsenal nécessaire pour résister, voire répliquer à ces actions de piratage juridique des USA, et c’est donc bien une affaire de volonté politique pour cette psychologie européenne qui a si souvent montré son américanisation et son zèle pour la vassalisation.

Quelles sont les circonstances qui font de ce cas plus une exception qu’un cas routinier de capitulation assurée des pays européens ? Car c’est bien le cas... L’Europe se trouve devant une situation économique, juridico-financière et surtout politique, où elle est directement engagée du point de vue de ses intérêts économiques, où elle est directement engagée en confrontation directe avec les USA, dans une circonstance qui représente l’un des seuls accomplissements solides et de poids d’une pseudo-“diplomatie européenne” ; et encore, jusque dans la possibilité d’un enchaînement pouvant entraîner par ailleurs des conditions catastrophiques d’affrontements d’engagement militaire où elle n’aurait aucun poids d’influence si elle capitulait aussitôt devant les USA. A ces exceptions de circonstances objectives de la situation, s’ajoutent les exceptions de circonstances disons subjectives qui aggravent les conditions générales et rendent tout arrangement (entre UE et USA), y compris la capitulation avec un peu de cosmétique “pour sauver la face”, – c’est-à-dire tout sauf la capitulation sans conditions extrêmement difficile sinon presque impossible.

• L’Iran est dans une situation juridiquement solide et dans une situation politique loin d’être isolée. (L’isolement,c’est plutôt pour la bête déchaînée que sont devenus les USA.) L’Iran est économiquement activement soutenu par la Russieet la Chine, et tous les pays de ce bloc hors-bloc-BOA, qui pourraient trouver dans le soutien apporté à l’Iran un moyen non négligeable de réduire la nocivité de l’action des USA, voire d’attaquer son statut de superpuissance entrée dans une folie d’entropisation en activant la crise interne à Washington D.C.

• Car Washington D.C. est plus que jamais “D.C.-la-folle”. La décision de Trump, si elle est soutenue par les divers extrémismes qui pullulent comme des rats dans un égout dans la capitale du Système, n’empêche en rien l’hostilité qui se poursuit dans autant de milieux divers contre l’actuel président. (Par exemple, la conviction de l’équipe Trump est bien que, si les démocrates emportent les élections dites mid-termde novembre prochain, pouvant aller jusqu’à la majorité dans les deux Chambres, une procédure de destitution sera lancée contre lui, – pour le motif, on verra le moment venu, n’est-ce pas...) Il ressort de tout cela que Trump reste dans une position délicate tout en sachant que l’opposition au retrait du JPCOA ne peut s’exprimer en tant que tel, – malgré certaines critiques sur l’isolement des USA ; ainsi Trump a-t-il d’autant plus tendance à être intransigeant, y compris avec les Européens d’ailleurs, – et cette intransigeance rejoignant l’une des facettes exubérantes de son hypomanie narcissique..

C’est bien là notre argument essentiel, de considérer le retrait du JCPOA d’un point de vue politique, selon deux perspectives : 1) l’extrémisme de la décision, impliquant la possibilité d’un conflit catastrophiste dont personne sauf les extrémistes qu’on sait, ne veut ; 2) l’état de crise également catastrophique où se trouvent les USA, qui font de cette monstrueuse puissance une tourmenteuse du reste du monde aux abois et au bord de l’effondrement. Dans ces conditions, la crise iranienne contient tous les ingrédients pouvant conduire au paroxysme d’une crise générale, impliquant tous les acteurs, et poussant d’ores et déjà les uns et les autres à assurer des positions aussi fermes que possibles dans la tempête qui pourrait éclater. Ce raisonnement vaut évidemment au premier chef pour les pays européens. Ils n’ont jamais brillé ni par leur courage, ni par leur indépendance d’esprit et de politique d’une part ; ils n’ont jamais rencontré de circonstances qui impliquent la possibilité d’une criss aussi catastrophique que celle qui se dessine d’autre part. On voit qu’il y a assez d’incertitudepour envisager que, cette fois, la partie n’est pas jouée et que les Européens pourraient être obligés de réagir, au cas par cas ou collectivement. Nous sommes dans une époque où les évènements décident, et dans certains cas même la couardise et la servilité ne parviennent pas à en contenir les effets.

Cela ravirait Pierre Lellouche, ce “jeune loup” proaméricaniste largement chouchouté par les amis de Washington au début de sa carrière (fin des années 1970), devenu, notamment au cours de la présidence Sarkozy, un spécialiste et un avocat ardent d’une riposte européenne aux entreprises de pressions et de chantage des USA vis-à-vis de l’Europe. Il donne ici plusieurs avis en réponse à une interview de Maxime Perrotin pour Spoutnik-français, texte publié hier soir, 11 mai 2018, et que nous reproduisons ici.
dedefensa.org
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Face à l’«Imperium juridique» des États-Unis

Avec le retour des sanctions contre l’Iran, l’extraterritorialité du droit américain est à nouveau sous les projecteurs. Face à cette situation, les hommes politiques français multiplient les «moulinets diplomatiques», regrette l’ancien Secrétaire d'État de Nicolas Sarkozy, Pierre Lellouche, auteur d’un rapport sur cette épineuse question.

«Il n'y a pas vraiment de surprise à découvrir que nous avons en fait à faire à un Imperium juridique américain, à un mur extrêmement complexe de textes de loi que les Américains n'hésitent pas à faire appliquer aux entreprises étrangères. Ce qui, naturellement, enlève toute souveraineté aux pays européens», déclare à Sputnik Pierre Lellouche, ancien Secrétaire d'État des Affaires européennes.

Trois à dix-huit mois, c'est le délai que le département du Trésor américain accorde aux entreprises françaises et européennes pour quitter l'Iran et mettre un terme à tout contact avec la République islamique. Un ultimatum qui fait suite à la décision de Donald Trump de claquer la porte de l'accord sur le nucléaire iranien et de rétablir les sanctions américaines à l'encontre de Téhéran.

Une décision unilatérale du Président américain de se retirer d'un accord négocié et avalisé par le Conseil de Sécurité, paraphé en 2015 par son prédécesseur, contre laquelle des voix s'élèvent à Paris, Berlin, Londres et Bruxelles. Jeudi 10 mai, à l'occasion du prix Charlemagne, Emmanuel Macron a plaidé en faveur d'une «souveraineté européenne», appelant notamment à ne pas être «faibles» et ne pas «subir» les décisions de gouvernements étrangers.

Vendredi matin, Bruno le Maire, affirmant s'inscrire dans la ligne du Président de la République déclarait sur le plateau d'Europe1 qu'il «est temps que l'Europe passe des paroles aux actes en matière de souveraineté économique» et se dote des «mêmes instruments dont disposent les États-Unis» afin de défendre leurs intérêts.

Une déclaration fort louable. Mais pour Pierre Lellouche, les déclarations d'intention ne suffiront pas, bien au contraire. Pour l'ancien député Les Républicains, auteur d'un rapport consacré justement à la problématique de l'extraterritorialité du droit américain, «la question d'une réaction européenne est à la fois une question économique et politique fondamentale»:

«Si l'Europe accepte cette décision sans réagir, elle aura montré spectaculairement qu'elle n'existe pas et qu'elle n'existera plus sur les questions politiques majeures du monde, même quand ces questions soulèvent directement la sécurité de 500 millions d'Européens.»

Des déclarations politiques que l'ex-député assimile donc pour l'heure à de «faux semblants». «On ne peut pas prétendre que ces sanctions sont une surprise, puisqu'elles sont appliquées par les États-Unis depuis 40 ans», insiste-t-il.

Reste à savoir de quelle manière réagiront les Européens. Toujours lors de son interview à Europe1, le ministre de l'Économie précise avoir «demandé des exemptions ou des délais d'application plus longs à son homologue américain.» Une voie sans issue, estime Pierre Lellouche, qui rappelle que jusqu'à présent, le Président américain n'a jamais, en matière de politique extérieure, considéré l'avis de ses alliés européens.

«Toutes les visites qui ont été faites par les Européens à la Maison-Blanche n'ont eu aucun résultat. Il ne faut pas se leurrer, si nous conservons le rôle de simples quémandeurs, demandant à Trump de bien vouloir nous donner des exemptions, on risque d'être lourdement déçus.»

Qu'ils s'agissent des récentes sanctions mises en place sur l'acier et l'aluminium, de la relocalisation dans la ville de Jérusalem de l'ambassade américaine en Israël ou de l'accord de Paris, force est de constater que les Européens n'ont pour l'heure jamais obtenu gain de cause face à Donald Trump,

«La seule chose que Trump et le Congrès vont respecter, c'est un rapport de force avec les Européens. Donc, il faut absolument que le Président Macron obtienne des autres Européens une position ferme et à défaut, au moins qu'on se fasse respecter, seul, en prenant au plan national les lois de blocages qui s'imposent.»

Pour Pierre Lellouche, les Européens doivent «commencer à se faire respecter» par Washington. Pour ce faire, des solutions existent, tant à l'échelle européenne que nationale, d'autant plus que la Commission européenne a déjà remporté des bras de fer avec le Trésor américain, notamment sur l'Iran, grâce à un recours devant l'Organisation Mondiale du Commerce (OMC). Une procédure que Pierre Lellouche invite les responsables européens à réitérer, en publiant la liste des entreprises américaines qui pourraient être visées par des contre-mesures.

Pour lui, l'Europe «doit envoyer un signal fort à l'allié américain. On ne peut pas accepter de subir ce que décident unilatéralement les États-Unis.» Il rappelle également l'existence des lois de blocage qui ont vu le jour lors des précédentes passes d'armes entre les deux rives de l'Atlantique, au siècle dernier, comme en 1996 face à la loi Helms-Burton renforçant l'embargo sur Cuba.

«Les lois de blocage interdisent aux sociétés européennes ou aux sociétés du pays concerné de se soumettre au droit d'un pays étranger- en l'occurrence au droit américain- sous peine de sanctions fortes. Donc ces lois existent, elles existent même dans les codes juridiques français, nous avons des lois de blocage depuis 1968.»

Preuve que même des États européens isolés peuvent, pour l'heure, obtenir des résultats vis-à-vis des sociétés américaines, Pierre Lellouche revient sur son expérience de député:

«J'entends beaucoup de moulinets diplomatiques, mais on demande des exemptions, on va quémander des exemptions aux États-Unis. La seule façon de les obtenir, c'est de créer un rapport de force. Quand les Européens taxent Apple, je peux vous dire que les Américains font attention! Quand j'ai mis dans la loi Sapin II une clause qui permet de poursuivre les filiales d'entreprises américaines situées en France pour des actes de corruption commis à l'autre bout du monde, ça, ils l'ont parfaitement noté. Mais il appartient d'établir cette crédibilité.»

Des sanctions, qui ont coûtées cher à la France par le passé, à BNP Paribas et Alstom pour ne reprendre que les plus médiatiques. À l'échelle du vieux continent, ce ne sont pas moins de 38,5 milliards d'euros qui ont été versés — ces dernières années — par les entreprises européennes aux autorités américaines, d'après Jean-Michel Quatrepoint, auteur d'un ouvrage sur le scandale politico-judiciaire du rachat Alstom par son concurrent américain General Electrics. Des sanctions unilatérales américaines qui, comme le souligne Pierre Lellouche, sont à géométrie variable, revenant sur le cas de la banque française :

«Figurez-vous que Trump a levé les sanctions contre le Soudan. Le Général al-Bashir, qui commande le Soudan et qui est un dictateur épouvantable et sanguinaire, qui était soumis à des sanctions, brutalement est libéré de ces sanctions et devient un allié des États-Unis. Très franchement, si j'étais l'avocat de la BNP, je demanderais à être remboursé.»

Pierre Lellouche, en bon juriste et ancien Secrétaire d'État chargé des Affaires européennes, tient à rappeler, en trois points, les mesures qu'il suggère d'appliquer afin de sortir du piège des sanctions américaines.

«1) Une saisine de l'OMC, pour une initiative contraire au commerce international
2) une interdiction à nos entreprises de s'y plier, c'est la directive de blocage de 96, qui peut être complétée, y compris avec des lois de blocages prises au niveau national et
3) il convient de publier la liste des entreprises américaines qui seraient susceptibles de subir des sanctions dans la mesure où elles bénéficieraient des problèmes causés à leurs concurrents européens.»


Reste à savoir si de telles mesures, sur le long terme, seront suffisantes. Qui plus est dans une Europe où ses 28 membres n'ont pas tous les mêmes intérêts, ni la même volonté de s'opposer aux décisions américaines. À bon entendeur…

Maxime Perrotin, interview de Pierre Lellouche

dimanche, 13 mai 2018

Manuel Ochsenreiter »Russland, USA, Europa. Souveränität und Hegemonie«

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Manuel Ochsenreiter »Russland, USA, Europa. Souveränität und Hegemonie«

 
Manuel Ochsenreiter spricht über die geopolitischen Zusammenhängen in Bezug auf Syrien aber auch beispielsweise die Ukraine und die USA und wie diese in deutsche und europäische Politik hineinreichen. Besonders brisant war dies vor den in der Nacht zuvor durchgeführten, völkerrechtswidrigen aber folgenlos bleibenden Luftschlägen der USA und deren Verbündeten gegen Syrien und dessen Machthaber Assad.
 
Weiterführende Informationen:
staatspolitik.de
sezession.de
antaios.de
 

La culture de la repentance affaiblit le mental de la nation

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La culture de la repentance affaiblit le mental de la nation

Texte de la rubrique État du pays

Ex: https://lignedroite.club

Depuis quelques décennies maintenant, les dirigeants de la France, devenus des adeptes de la repentance collective, recherchent dans son passé tous les épisodes susceptibles d’être utilisés pour la culpabiliser. Une telle démarche ne peut qu’altérer notre identité, développer la haine collective de soi et désagréger la communauté nationale. Profondément malsaine, la pratique incessante de la repentance affaiblit le mental de la nation.

Repentance tous azimuts

Tel est bien l’exercice insolite auquel se livrent les responsables du Système en se penchant de façon négative sur différentes périodes de notre histoire nationale. Il y a d’abord les événements tragiques de la Seconde Guerre mondiale dans lesquels notre pays en est arrivé à se considérer lui-même comme complice de la persécution des juifs. De même, notre nation en est venue à juger la colonisation comme un épisode moralement condamnable, M. Macron allant jusqu’à déclarer pendant sa campagne électorale que des crimes contre l’humanité ont été commis à cette occasion. De plus, notre pays s’est laissé stigmatiser à propos de l’esclavage aussi bien pour le commerce triangulaire que pour la pratique qui en a été faite dans les Antilles. Et, bien sûr, la liste n’est pas close, d’autres sujets donneront certainement de nouveaux motifs de se battre la coulpe et, s’il n’y a plus rien à trouver dans la période récente, il suffira de remonter plus loin dans le passé, jusqu’aux croisades par exemple.

Repentance officielle

Mais le plus consternant dans ce phénomène est qu’il n’a rien de spontané. Il ne vient pas du peuple, il est certes porté par certains groupes et relayé par les médias mais il est surtout pris en charge par l’État. La plupart de ces événements font l’objet d’une reconnaissance officielle : des monuments ont été érigés, des lois ont été votées, des commémorations annuelles instituées, des demandes de pardon ont été formulées, des indemnités versées. La repentance est officielle et assumée par l’État au nom du peuple tout entier.

Les Français pas pires que les autres

Or, cette démarche est profondément malsaine. D’abord, elle stigmatise injustement la France et les Français. Car, les hommes ne sont pas des saints et dans l’histoire de l’humanité tous les peuples ont connu des périodes fastes et des périodes plus sombres. Or, personne ne peut raisonnablement affirmer que les Français et les Européens auraient été moralement plus condamnables que les autres peuples du monde. Sur la question de l’esclavage par exemple, seuls les Européens ont réellement mis fin à cette pratique qui, en revanche n’a pas disparu en Asie et dans les pays musulmans. Pourquoi, dès lors, les nations d’Europe et elles seules s’adonnent-elles à ce curieux exercice d’autoflagellation ?

Nul n’est coupable pour ses parents

Cette manie repose par ailleurs sur une atteinte aux droits fondamentaux des personnes. Nul ne peut en effet être considéré comme responsable des méfaits commis par un parent ou par un ascendant, une notion d’ailleurs propre aux valeurs européennes. Or, la repentance consiste précisément à exiger des générations actuelles qu’elles entrent en contrition pour ce qu’auraient commis les générations précédentes. Dans cet esprit, d’ailleurs, n’est-il pas révoltant que ces exercices de repentance gagnent les écoles où des enseignants culpabilisent nos enfants en déposant sur leurs épaules un fardeau qu’ils n’ont aucune raison de porter ?

La manie de la repentance érode notre identité

Le résultat est que cette culture de la repentance affecte gravement le mental de la nation. D’abord, elle porte atteinte à notre identité. Celle-ci est déjà mise en cause par l’invasion migratoire, l’influence culturelle américaine et les attaques contre nos valeurs de civilisation, mais le processus de repentance ne peut qu’accélérer l’érosion identitaire que connaît notre pays. Comment nos compatriotes pourraient-ils en effet rester attachés à la France, si on leur rappelle sans cesse à quel point elle est coupable ?

« Pour les ethnologues, toutes les civilisations se valent, mais on ne fait durer la sienne qu’en la considérant comme supérieure aux autres », écrivait Claude Lévi-Strauss. Si donc on installe les Français dans l’idée qu’ils sont plus mauvais que les autres peuples, comment pourraient-ils faire durer leur culture et leur civilisation ? La repentance est un acide qui ne peut que corrompre le moral de la nation.

La pratique de la repentance, symptôme d’une pathologie mentale

Elle procède d’ailleurs d’une démarche psychotique. Que dirait-on en effet d’un homme qui se sentirait coupable des crimes commis par un ascendant ? Les thérapeutes diagnostiqueraient une maladie mentale et s’emploieraient à lui expliquer qu’il n’est en rien concerné. On lui prodiguerait le conseil d’invoquer plutôt la mémoire de ses ancêtres les plus prestigieux.

Il n’en va pas différemment d’une nation. Pour la France, tout se passe comme si les responsables et activistes de la repentance étaient atteints d’une pathologique mentale. Et c’est particulièrement vrai pour les dirigeants politiques dont la mission devrait consister au contraire à favoriser la fierté nationale.

L’attitude normale et saine consiste en effet à laisser dans l’ombre ce qui doit y être et à exalter et valoriser les périodes les plus glorieuses de notre passé collectif.

La France n’en manque pas.

10:33 Publié dans Réflexions personnelles | Lien permanent | Commentaires (0) | Tags : repentance, actualité | |  del.icio.us | | Digg! Digg |  Facebook

Nouveautés aux Editions du Lore

Nouveautés aux Editions du Lore

Voici les liens vers les dernières parutions des Editions du Lore :

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http://www.ladiffusiondulore. fr/home/682-l-ethique- biologique-de-l-homme-blanc. html

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http://www.ladiffusiondulore. fr/home/679-les-solstices- histoire-et-actualite-ed-de- luxe.html

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http://www.ladiffusiondulore. fr/home/683-les-peuples-de-l- europe-ed-cuir-numerotee.html

La société ouverte contre l’Europe et la Moldavie

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La société ouverte contre l’Europe et la Moldavie

par Pierre-Antoine Plaquevent

Ex: http://www.les-non-alignes.fr

Voici la version écrite d’une conférence donnée au cours du colloque : « L’Europe, une civilisation politique ? La politique pour éviter la guerre ». Colloque organisé par les éditions « BIOS » en partenariat avec les éditions « Le retour aux sources ». J’y intervenais aux côtés de Robert Steuckers, Tomislav Sunic, Alessandro Sansoni et Laurent Hocq. ERTV couvrait l’événement. 

Au cours de cette conférence j’ai rappelé l’importance (déjà évoquée début 2018) des rencontres non-alignées de Chișinău ainsi que la place de la Moldavie dans le contexte géopolitique actuel. J’ai ensuite développé les différentes technologies politiques employées afin de déstabiliser puis de recomposer les équilibres des régions convoitées par le globalisme. En fin de conférence j’ai évoqué quelques pistes qui pourraient nous permettre de concevoir nos propres outils de cyberpolitique ; ceci afin de contrer l’ingénierie métapolitique qui est employée contre les populations par les forces de la société ouverte. 

Je profite de l’occasion pour signaler à nos lecteurs, la parution prochaine d’un livre sur ces thématiques aux éditions du Retour aux sources. Il s’agit d’une étude approfondie que j’ai réalisée durant les derniers mois sur la méthodologie et l’idéologie des réseaux Soros et plus largement sur la notion de « société ouverte ». La société ouverte comme projet métapolitique de transformation et d’ingénierie social furtif ; un projet qui se rattache à un courant d’idées et de pratiques politiques qui modèlent et traversent toute l’histoire contemporaine. Ce premier livre politique se veut à la fois un travail d’investigation autant qu’un exposé de la philosophie politique du globalisme. A suivre prochainement …

Pierre-Antoine Plaquevent

Forum de Chișinău, une plateforme non-alignée contre le globalisme

L’événement métapolitique le plus important de la fin de l’année 2017 fût sans conteste le second forum eurasiste de Chișinău. Un colloque qui fera date, tant par l’appui que lui a apporté l’exécutif moldave que par la qualité de ses participants et de leurs interventions. De par la variété des intervenants et du public présent, on peut dire que populistes et conservateurs se sont retrouvées à Chisinau en décembre dernier afin de penser et de projeter l’alternative possible à la marche en cours vers le globalitarisme. L’ensemble des conférences et travaux du colloque sont disponibles sur le site moldave flux.md/fr dont Iurie Rosca est le rédacteur en chef ainsi que sur le site du saker : lesakerfrancophone.fr ou encore sur geopolitica.ru.

Igor Dodon, un président illibéral et continentaliste sous pression

Cet événement qui a reçu l’appui de l’exécutif moldave se tenait dans un contexte géopolitique difficile : la Moldavie s’efforçant de maintenir une position d’équilibre entre Est et Ouest, entre Union-Européenne et Union Eurasiatique malgré les tensions entre Occident et Russie. Le Président de la République de Moldavie, Igor Dodon, a ainsi évoqué le rôle stratégique que peut jouer la Moldavie en se positionnant comme interface géoéconomique et géostratégique entre l’Union Européenne et l’Union Eurasiatique.

Ainsi, après s’être défini comme « résolument souverainiste », Igor Dodon a rappelé lors de son discours inaugural la nécessité de revenir à la vision gaullienne d’une Europe-puissance et à l’axe stratégique Paris-Berlin-Moscou comme alternative à la construction européenne actuelle. Pour le président Dodon, la voie de l’indépendance pour une nation de la taille de la Moldavie passe par le multilatéralisme et le non alignement plutôt que par l’unipolarité et l’adhésion univoque à l’agenda occidental.

Le président Dodon a aussi évoqué la situation économique critique de la Moldavie qui se trouve face à une grave hémorragie de ses forces vives en direction de l’Union-Européenne. Une hémorragie qui ne pourra être freinée que par une relocalisation partielle de l’économie moldave.

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Dans cette perspective, Igor Dodon s’était prononcé en 2017 en faveur d’une annulation par son parlement de l’accord commercial signé avec l’Union européenne en 2014, espérant ainsi rétablir des relations économiques normalisées avec la Russie. Une position qui lui vaut d’être mis en difficulté par le parlement moldave où les élus pro-UE sont majoritaires.

La République de Moldavie se caractérisant par un régime parlementaire, le Président Dodon n’a qu’une  marge de manœuvre réduite mais il s’efforce par tous les moyens à sa disposition de maintenir la Moldavie dans une position d’équilibre entre Russie et UE.

Pour le Président  Dodon seul un patriotisme économique stratégique est en mesure de transcender les différences culturelles internes de la Moldavie et les tensions identitaires que pourraient être tenté d’attiser les forces de la Société Ouverte.

Peuplée d’une population russophone nombreuse et d’une grande minorité russe, la Moldavie peut connaître un scénario de type ukrainien : à savoir une agitation politique envers un président jugé trop proche de la Russie, agitation qui pourrait être suivi de provocations inter-ethniques attisées depuis l’étranger. L’équilibre politique moldave étant fragilisé par la question de la Transnistrie.

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Vlad Plahotniuc en compagnie d'Erdogan

Le rôle de l’oligarque Vlad Plahotniuc

Évoquons ici le rôle de l’oligarque Vlad Plahotniuc dans les manœuvres qui visent à destituer l’exécutif moldave. Un article du centre de presse de Donetsk résumait dans les grandes lignes la situation politique moldave :

« Récemment, la Cour constitutionnelle a décidé de suspendre les pouvoirs de l’actuel président de la Moldavie, Igor Dodon (NDA : le 5 janvier 2018). (…) La tension dans la république est liée à l’opposition entre le président pro-russe Igor Dodon, l’opposant Renato Usatii et le bloc politique pro-européen dirigé par Vlad Plahotniuc. L’oligarque Plahotniuc est, depuis décembre 2016 , le chef du Parti Démocrate. Il est intéressant de noter qu’en même temps, officiellement, il n’est pas membre du parti. Aujourd’hui, Vlad Plahotniuc n’occupe aucun poste au gouvernement, mais reste un homme qui contrôle pleinement l’économie, le pouvoir législatif et exécutif dans un petit État, sans aucune responsabilité en tant que fonctionnaire. »

Dans cette perspective les prochaines élections législatives qui devraient se tenir en novembre 2018 constitueront un test. D’après le centre de presse de Donetsk :

« Le rejet de Plahotniuc et de son gouvernement atteint 80 % selon les sondages. Dans de telles circonstances, la dernière chance pour Vlad Plahotniuc de rester au pouvoir sera de provoquer l’escalade du conflit en Transnistrie et de lancer un appel à l’UE et aux États-Unis pour qu’ils exigent une protection contre l’agression russe. »

Et l’article du centre de presse de Donetsk d’expliquer : « Il y a un an, la Moldavie était au bord d’une guerre civile entre citoyens pro-russes et pro-européens. Compte tenu de l’augmentation significative des sentiments pro-russes dans le pays ces dernières années, nous ne pouvons pas exclure le scénario ukrainien en Moldavie. »

Fractures géopolitiques et enjeux énergétiques

La Moldavie se trouve aujourd’hui sur l’une des lignes de fracture de la tectonique géopolitique contemporaine qui voit se confronter unipolarité et multipolarité. Petit État d’environ 4 millions d’habitants, la Moldavie est enclavée entre : la Roumanie à l’Est (Roumanie qui est une pièce majeure du « containement » de la Russie par l’Otan) ;  l’Ukraine occidentale au nord et l’Ukraine proche de la Russie sur ses frontières de l’Est. Une situation qui place d’emblée la Moldavie comme pivot stratégique des enjeux géopolitiques de la région.

Un autre facteur qui éclaire les enjeux régionaux se trouve être la présence massive de réserves de gaz dans le sous-sol moldave. Sur ce sujet, le Président Igor Dodon s’est à nouveau confronté à son gouvernement : en mars 2017, il a ainsi demandé de rendre public les dessous de la concession qu’aurait accordé le gouvernement moldave à la société américaine Frontera Resources International LLC. D’après cet accord, le gouvernement moldave céderait  une grande partie de son territoire (principalement dans la région autonome de Gagaouzie) pendant 50 années extensibles ; ceci afin de permettre à la société américaine d’effectuer des prospections visant à identifier les sources de pétrole et de gaz de schiste présentes dans le sous-sol moldave.

Lorsque l’on connaît les risques liés à l’extraction du gaz de schiste, les inquiétudes du président Dodon sont plus que légitimes à l’échelle d’un pays de la taille de la Moldavie. Dans ce domaine le ministère de l’écologie moldave, aurait par ailleurs évité de publier précisément la partie de l’accord relatif à la méthodologie d’exploration des sols. Une concession qui aurait de plus été accordée à la société Frontera, sans que les organes de la région autonome de Gagaouzie en aient été informés.

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Le Président Dodon et Poutine.

Il est important de noter que le fondateur de la société de prospection Frontera, Steve Nicandros, est l’un des membres importants de l’Atlantic Council, l’un des think-tanks atlantistes les plus influents. Un think-tank qui coopère régulièrement avec l’Open Society de George Soros sur ce qui touche aux affaires Est-européennes. Ce même Steve Nicandros est aussi à l’origine de la rencontre aux États-Unis entre l’oligarque Vladimir Plahotniuc qui contrôle l’opposition au président Dodon et Victoria Nuland, sous-secrétaire d’État des USA pour l’Europe et l’Eurasie jusqu’en 2017. Épouse du théoricien néo-conservateur Robert Kagan, Victoria Nuland est l’une des figures de proue et architecte du changement de régime advenu en Ukraine en 2014.

Moldavie / OTAN / Fédéralisme identitaire / Shismogenèse

C’est dans ce contexte que de très fortes pressions sont exercées sur la Moldavie afin de la faire adhérer à l’Otan. Là encore, Igor Dodon est en opposition avec son gouvernement : le ministre de la défense Eugen Sturza étant favorable à une intégration progressive de la Moldavie dans l’Otan là où Igor Dodon est – selon ses termes – opposé à « l’entrée de la Moldavie dans l’OTAN et d’autres alliances militaires, et à la participation de nos soldats et officiers à des opérations militaires à l’étranger ».

Sur cette question, un article de 2017 de Iurie Rosca nous offre une mise en perspective historique éclairante :

« Après avoir convaincu Saakachvili de mesurer son potentiel militaire avec celui de la Russie en 2008, l’aventure s’est conclue par la perte de deux parties du territoire national géorgien, territoires devenues des sujets de droit international et des protectorats de Moscou. Après avoir incité le nouveau régime de Kiev à des actions imprudentes en 2014, qui ont entraîné des hostilités militaires massives, des pertes humaines considérables, la prise de la péninsule de Crimée par la Russie et la sécession de facto des régions orientales du pays aspirant à Séparés de l’Ukraine, les stratèges américains ont atteint leur objectif : la Géorgie et l’Ukraine ont été amenés à détériorer leurs relations avec la Russie (au détriment de leurs propres intérêts nationaux) ce qui les a conduit au besoin de demander la protection américaine face au « danger russe ». »

Une manœuvre habile, qui s’insère dans un ensemble de procédés plus large comme le rappelle encore Iurie Rosca : « L’histoire montre que les stratèges anglo-saxons sont les maîtres les plus fins, les plus pervers et les plus expérimentés dans l’art de stimuler le nationalisme partout dans le monde, selon leur avantage impérial et au grand malheur des peuples aveugles, utilisés dans ces jeux géopolitiques sales et sanglants. »

S’appuyer sur des nationalismes « proxy » afin de miner l’homéostasie d’un État-nation ou d’un groupe constitué évoque aussi ce que le politologue Andrew Korybhko dénomme le fédéralisme identitaire.

Dans un article intitulé : « Fédéralisme identitaire : de l’unité à la scission » , il décrit la manière dont cette division et cette parcellisation organisée des Etats-nations constitue une caractéristique centrale de l’impérialisme contemporain. Il explique ainsi, qu’à l’opposé du mot d’ordre inscrit sur le grand sceau des Etats-Unis « E Pluribus Unum » (Un à partir de beaucoup), le mode d’exercice du pouvoir par le globalisme consiste en fait à éclater l’unité en multiplicité ; ce qui est très précisément l’idéal de la gouvernance globale et de la société ouverte.

On notera au passage que cette idée d’une division des grands ensemble jusqu’en leurs éléments constitutifs les plus minimes, constitue une tendance profonde de l’esprit post-moderne ; idée que l’on retrouve aussi dans la physique contemporaine et qui conduit à vouloir dissoudre le réel dans son ontologie même.

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La société ouverte contre les peuples natifs-européens

Ce fédéralisme identitaire évoque aussi la notion de shismogenèse. Un concept utilisé en ethnologie et qui fût théorisé par l’anthropologue Grégory Bateson, un auteur qui, tout comme Karl Popper, inspire les vues sociologiques de George Soros. Dans le livre « Underwriting democracy » – au sous-titre explicite « encouraging free enterprise and democratic reform among the Soviets In Eastern Europe » – George Soros explique l’influence qu’ont eu sur sa pensée les travaux de anthropologue Gregory Bateson.

Dans ses travaux d’anthropologie, Gregory Bateson a précisément étudié la manière dont des groupes humains au départ homogènes se séparent et se différencient. C’est en partie de ce domaine de recherche que sera tirée la technologie politique qui permet aux forces de la société ouverte de fracturer et de remodeler les nations et les groupes humains selon leur agenda. L’empire avance en divisant, en fracturant, en émiettant, en pulvérisant les peuples, les États et les valeurs qui les fondent.

Rappelons qu’après avoir servi dans le renseignement militaire américain durant la seconde guerre mondiale comme anthropologue au sein de l’OSS (l’ancêtre de la CIA), Gregory Bateson deviendra l’un des pères de la cybernétique, une discipline centrale de l’ingénierie sociale. (NDA : Dans l’étude à paraître aux éditions du Retour aux Sources, j’expose les liens qui unissent la notion de société ouverte avec le domaine de l’ingénierie sociale.)  

En conclusion il convient de rappeler que l’impérialisme contemporain peut avoir recours à différentes stratégies qui couvrent le plus large champ possible : depuis l’aide humanitaire et l’appui aux groupes minoritaires jusqu’à l’agression militaire pure et simple, en passant par toutes les nuances possibles de l’ingérence.

La Moldavie est en ce sens l’un des nombreux théâtres d’opération contemporain pour les forces de la société ouverte.

Que faire ? Métapolitique et influence stratégique 

Face à cette fracturation organisée de nos populations et de nos territoires, de notre sol, de notre sang et aussi de notre esprit par les divisions inter-religieuses exacerbées de l’extérieur, que faire ?

Il nous faut créer les outils de notre émancipation et de notre emprise sur le monde contemporain à l’exemple de la méthodologie mondialiste : instituts de recherches, outils d’influence médiatique ou bien encore, pourquoi pas, des chambres de commerce non-alignées qui mettraient en place les conditions de partenariats économiques – même de petite échelle au départ – ceci dans la perspective des nouvelles possibilités économiques qu’offrent les nouvelles routes de la soie et le développement de pôles économiques eurasiatiques.

Créer du politique là où les forces de la société ouverte veulent dissoudre le politique. En ce sens, la coopération Orient et Occident contre le Moloch globaliste est un impératif catégorique de notre temps. Le soutien mutuel et stratégique des forces hostiles à la marche forcée vers la société ouverte est fondamental. L’unipolarité déclinante est un animal malade qui n’admet pas « l’esprit du temps » de notre époque ; un esprit qui est celui du changement et du renouveau dans le recours à la Tradition. Le monde unipolaire – le vieux monde et son projet cosmopolitique réactionnaire et anachronique – est un animal malade mais encore dangereux : il cherche à allumer des incendies partout où il le peut, ceci afin de pallier à sa perte de légitimité et de contrôle. Face à lui, le monde multipolaire est encore dans les douleurs de l’enfantement. C’est à nous, non-alignés contemporains, de l’aider à naître par notre maïeutique métapolitique et par nos capacités d’anticipation et de perception des changements de civilisation qui sont en cours.

Par nos capacités à saisir et à comprendre les transformations silencieuses à l’œuvre dans le monde, transformations qui s’opposent à la logique de subversion planétaire de la société ouverte et de ses réseaux tout autant qu’au choc des civilisations qui en découle. Société ouverte et choc des civilisations qui se renforcent l’un l’autre et  participent ainsi d’une même stratégie de domination indirecte et furtive des populations par les forces anonymes du globalisme apatride. Globalisme qui use tantôt de l’une, tantôt de l’autre selon les nécessités stratégiques du moment.

Pierre-Antoine Plaquevent

samedi, 12 mai 2018

Il y a 50 ans… Actualité révolutionnaire de la grève sauvage généralisée de Mai-Juin 1968 en France et ailleurs…

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Il y a 50 ans… Actualité révolutionnaire de la grève sauvage généralisée de Mai-Juin 1968 en France et ailleurs…

par Francis COUSIN

« Une formation sociale ne disparaît jamais avant que soient développées toutes les forces productives qu’elle est assez large pour contenir, jamais des rapports de production nouveaux et supérieurs ne s’y substituent avant que les conditions d’existence matérielles de ces rapports soient écloses dans le sein même de la vieille société. C’est pourquoi l’humanité ne se pose jamais que des problèmes qu’elle peut résoudre, car, à y regarder de plus près, il se trouvera toujours, que le problème lui-même ne surgit que là où les conditions matérielles pour le résoudre existent déjà ou du moins sont en voie de devenir. »

Marx, Critique de l’économie politique, « Préface », 1859.

Mai 68 commémoré par le spectacle de la marchandise

ou comment ensevelir la radicalité de la lutte des classes…

Déjà cinquante-ans… Alors que des présidentielles aux législatives, le spectacle de la crise de la marchandise a rencontré de plus en plus de difficultés à embrigader durant des mois le prolétariat sur le terrain du cirque électoral, toutes les fractions politiques de la servitude généralisée, de l’extrême droite à l’extrême gauche du Capital, s’emploient aujourd’hui à une vaste opération de célébrations-occultations destinée à masquer et dénaturer l’essentiel de ce qui fit la radicalité profonde des événements pour mieux mettre en relief les simples jeux de simulation et de fausseté qui permirent la maintenance rénovée de la résignation.

Pour la pensée radicale, tirer les leçons du mouvement réel de Mai-Juin 68, c’est exclusivement contribuer à la plus grande clarification anti-économique et anti-politique possible par rapport à toutes les défigurations qui maquillent les véritables racines, développements et implications d’une telle explosion sociale. C’est présentement intervenir efficacement en tant que cohérents jalons de conscience, c’est mener une activité théorico-pratique communarde au sein de la dynamique générale du prolétariat, en regardant l’histoire de manière dialectique c’est-à-dire aux antipodes des jacasseries superficielles qui se perdent dans l’empirie surfacière et l’épiderme égocentrique.

En cette année 2018, le grand tintamarre d’insignifiance du crétinisme universitaire et médiatique de la marchandise vient faire œuvre normale de falsification autour de la commémoration des 50 ans de Mai 68 présenté évidemment comme simple révolution culturelle du Capital permettant ainsi la libération festive des mœurs adéquate à la modernisation accomplie du marché narcissique de la liberté despotique du profit.

En fait et c’est là l’essentiel, la réalité sociale est toujours hétérogène et la révolution et la contre-révolution oeuvrent toujours là sur le même terrain et c’est pourquoi la seconde parle toujours avec l’apparence des mots de la première afin de l’obscurcir, l’embrumer et la neutraliser. Mai 68, c’est donc certes l’émancipation atomistique de l’individu dans le libre-échangisme généralisé et l’américanisation forcenée de la société mais c’est aussi et d’abord le sommet d’une décennie d’insubordination sociale grossissante. Ce n’est donc pas l’agitation étudiante et le pacifisme vietnamiste arrangé qui fait là nouveauté mais le débrayage radical de millions de prolétaires à une échelle jamais atteinte. Certes, cette grève, pour massive qu’elle fut, resta contenue par tous les pouvoirs politiques et syndicaux du Capital mais un ouvrier français sur deux y a quand même activement participé d’une manière ou une autre et c’est là l’essentiel puisqu’il fut là bien visible que l’agitation sociale peut faire trembler les services secrets, la police et toutes les pègres gouvernementalistes

La contradiction entre le développement des forces productives et les rapports sociaux de production atteint toujours son moment historique le plus déterminant lorsqu’elle se manifeste centralement dans l’antagonisme qui oppose le mouvement révolutionnaire contre le travail à l’idéologie de son amélioration la plus poussée. Ainsi, l’idéologie révolutionnaire des gauchistes du Capital qui a servi de laboratoire mystificateur à tous les dirigeants politiques et syndicaux qui ont voulu façonner un modèle de nouvelle société correspondant à la réification la plus pléthorique a bien constitué l’esprit du Mai des lois du marché actualisé pendant que les prolétaires qui prenaient la parole au nom de la vie vraie incalculable contre tous les spécialistes de la conscience aliénée exprimaient, eux, l’esprit d’un Mai fondamentalement antithétique; celui de cette puissance d’ex-ister dans la qualité infiniment choquante du Beau inépuisable et de l’anti-mercantile authentique qu’aucun gouvernement de la quantité ne saurait tolérer.

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Si quelques groupes à tendance maximaliste surent certes appréhender la société du spectacle propre à la domination réalisée du Capital, fort peu eurent cependant vraie capacité à saisir le déterminisme historique de cette nécessité et concevoir que Mai 68 fut tout sauf un coup de tonnerre dans un ciels serein. Ainsi pour beaucoup de dogmatiques élitistes qui confondent l’histoire mondiale avec l’impatience prétentieuse de leur nombril inculte, ce qui aurait été attaqué en Mai, ce serait l’économie capitaliste développée fonctionnant « bien ». Or et bien évidemment, la juste perception des choses démontre précisément l’antipode… L’éruption révolutionnaire est bien venue d’une crise de l’économie de la soumission qui a généré une situation de crise dans tous les lieux de soumission à l’économie.

Le mouvement de Mai, c’est avant tout la grève spontanée et l’occupation critique de l’espace qui éclate et qui partout s’étend naturellement et instinctivement en conflits radicaux, non seulement parce que plus durs que les sermons de renoncement des flics syndicaux et politiques de l’asservissement perfectionné, mais en premier lieu parce que cette conflictualité pose même inconsciemment la racine véridique des problèmes historiques qui formalisent l’insipidité et le faux. Dans toutes les usines, de Renault à Flins en passant par Sud-Aviation à Nantes, c’est partout le même mouvement qui se dessine. Malgré les vastes opérations de sabordage menées par les managers syndicaux et politiques de la contre-révolution et au lendemain de la grande mystification démobilisatrice du 13 mai, les prolétaires cessent d’accepter de perdre leur temps et dé-couvrent par la rencontre riche de la parole collective indisciplinée les conditions d’un dépassement du cercle vicieux qui lie leurs ennemis vraiment visibles et leurs faux-amis si mal déguisés.

Le fétichisme de la marchandise est un spectacle d’indistinction et de renversement généralisés qui voit universellement le fallacieux se présenter comme véridique et vice versa en permettant ainsi à la dictature démocratique de l’économie politique de l’inversion de se reproduire tant que le capitalisme n’a pas atteint les limites historiques de son impossible reconduction. Si le prolétariat ne peut abolir le Capital, c’est bien entendu parce qu’il est confronté à la force historique d’une puissance bien réelle qui a encore justement la puissance de demeurer une réalité historique. Les illusions réformistes que se font les prolétaires et qui rendent ainsi possible la perpétuation de la domination avant d’être une question de représentation renvoient à la matérialité concrète de l’effondrement non advenu de la reproduction historique de la marchandisation dont l’idéologie du progrès constitue le mensonge central. Tant que les prolétaires ne se battent pas contre ceux qui prétendent parler à leur place, ils ne pensent rien d’essentiel puisque ce qu’ils pensent alors leur vient de l’idéologie du cheffisme et de l’amélioration dont le projet consiste uniquement à perfectionner l’abondance colorée de la misère. Comme nous l’a appris Hegel, il arrive aux hommes ce qui leur ressemble en la vérité de leur temps… Tandis que la perspective contre-révolutionnaire est la conquête du pouvoir à tous les niveaux de la survie, celle du prolétariat révolutionnaire est la destruction de tous les pouvoirs comme mouvement de la communisation qui se hausse au niveau de la vie auto-émancipée.

Parler anti-idéologiquement de Mai 68, c’est appréhender la dialectique des profondeurs qui causa matériellement le surgissement et le développement de luttes massives concernant plus de 10 millions de femmes et d’hommes en insubordination charnellement vécue. Tant que le mouvement social ne va pas jusqu’à la destruction de l’argent et de l’État, des idéologies peuvent toujours se construire sur tel ou tels aspect particulier de ses limites encore prisonnières du vieux monde. C’est d’ailleurs sur ce terreau que les classes dominantes trouvent évidemment leurs meilleurs interlocuteurs afin que la schizophrénie mégapolitaine de la loi de la valeur puisse continuer de se parler à elle-même. À la gauche de la gauche du Capital, les gauchistes de la marchandise ont ainsi depuis longtemps fini de se dévoiler en tant que bureaucrates du meilleur renouvellement capitaliste envisageable. Le trotskisme, le maoïsme et la faune libertaire n’ont jamais constitué autre chose que différents secteurs de l’extrémisme capitaliste le plus spectaculaire. Il est donc normal que la plupart des pseudo-révolutionnaires célèbres de 68 soient devenus les meilleurs représentants de commerce de toutes les élucubrations et tromperies immigrationnistes, terroristes, écologistes, féministes et anti- discrimationnistes par lesquelles le gouvernement du spectacle mondial s’escrime à tenter de remplacer la lutte de classe consciente contre l’argent par le vivre ensemble dans l’angoisse du consommer débile et de l’aménagement capitaliste le plus torpide et le plus égalitairement scatologique.

mai-2.jpgLa marchandise bien-pensante a toujours adoré le gauchisme lequel est bien le meilleur dérivatif envisageable pour saper les mouvements de contestation sociale et ainsi conforter les mouvements de réorganisation et de dépoussiérage de l’exploitation vers le triomphe vulgaire de la liberté des égoïsmes les plus chosifiés. À cette époque et plusieurs nuits de suite, Jacques Chirac, alors secrétaire d’État à l’Emploi, prend assidûment part aux négociations secrètes les plus secrètes entre le patronat, les syndicats et l’État dans le dessein d’éteindre le feu communier qui se répand. Il rencontre clandestinement et à plusieurs reprises Henri Krasucki au nom de la CGT. On a beaucoup glosé sur le fait que le futur président de la République y était allé armé d’un revolver. « C’était une période de grande agitation et j’avais intérêt à être armé, a t-il toujours répondu. Non pas à l’égard de Krasucki, bien entendu, mais compte tenu du climat de tension extrême… » Tout est ainsi dit : les partis et les syndicats de la gauche du Capital travaillent effectivement ensemble avec l’État en tant que co-dirigeants de la contre-révolution pour superviser et soumettre le mouvement d’incandescence du prolétariat de manière à casser la grève sauvage.

Simultanément, c’est à bord d’une DS appartenant à Paris Match, propriété du très américanolâtre Jean Prouvost que Cohn-Bendit qui baragouinait Noir et Rouge strictement à l’envers, a pu s’exfiltrer d’Allemagne le 28 mai, après son interdit de territoire français par arrêté d’expulsion du 21 mai précédent, pour venir en vedette de duperies faire retentissante tricherie à un meeting à la Sorbonne. De fait, si le Pentagone et la CIA étaient fortement inquiets de voir la France livrée à l’émeute de l’insubordination ouvrière, ils n’en étaient pas moins très satisfaits de voir là progressivement s’éteindre les derniers rêves de cette vieille souveraineté française qui avaient osé réprouver les manœuvres d’agression de l’impérialisme américano-sioniste tant au Vietnam qu’en Palestine alors même que de Gaulle n’avait cessé d’extravaguer sur le mirage d’un capitalisme multipolaire et tempéré qui aurait pu échapper à l’omnipotence impitoyable du dollar. Quoi donc de plus normal que les services américains se soient particulièrement intéressés tant financièrement qu’idéologiquement à toutes les sectes du spectaculaire extrême puisque le gauchisme est la seule contre-révolution envisageable lorsqu’il s’agit d’échapper aux risques qui résultent d’une sédition dont les remuements laissent trop visiblement apparaître la direction de la vraie révolution.

mai-5.jpgQue le piètre et vaseux Cohn-Bendit ait terminé dans les bras de la Macronie rothschildienne la plus glauque pour applaudir à toutes les infamies du spectacle de la marchandise terminale est on ne peut plus logique. C’est là le fin mot de l’esprit le plus-contre-révolutionnaire de Mai à l’opposé de l’esprit réfractaire de la grève sauvage. Le gauchisme a marqué là que le stalinisme était entré en phase de sénescence et qu’il était à sa gauche, le moyen le plus approprié de dévoyer et de briser la lutte des classes radicalisée tant que la crise historique de la marchandise ne permettrait pas au prolétariat de produire l’intervention autonome de son auto-négation. Que par delà toutes les égarements, décompositions et recompositions, il subsiste un invariant général persistant dans le vaste troupeau de la désagrégation gauchiste; celui de l’idolâtrie du grand remplacement par l’armée de réserve immigrée et du Lumpenprolétariat des banlieues trafiquantes, explique pourquoi l’État a toujours recruté ses meilleurs troupes de choc publicitaire dans l’intelligentsia la plus grossière de l’idéologie anti-raciste qui entend substituer au projet communard d’un monde sans argent, celui du commerce mondial d’une égalité infinie dans la réussite de l’acquisition.

C’est aujourd’hui un secret de polichinelle que c’est pour prévenir le retour d’un nouveau mai 68 que toute la nomenklatura patronale est venu défiler empressée dans les bureaux ministériels de l’ère Pompidou afin d’obtenir l’ouverture des vannes migratoires permettant de dissoudre la détermination historique de l’ancienne homogénéité sociale qui expliquait la spéficité communeuse si dangereuse du continent ouvrier européen afin de voir ainsi émerger à sa place, l’aliénation modernisée des transactions qui fusionne là maintenant la passivité du temps réifié le plus à la page et celle du fatalisme afro-oriental le plus arriéré si bien analysé par Marx poursuivant Hegel.

Si tout ce qui a suivi mai 68 a donc consisté pour le Capital à se préserver de cette lutte de classe si préoccupante, il faut bien revenir à la source de la source de ce qui fit naître un mouvement social si alarmant.

Toute l’année 1967, des symptômes remarquables avaient signalé l’importance de la détérioration des positions de l’idole Capital en France. Le nombre des chômeurs croissait régulièrement jusqu’à atteindre les 500 000 au début de 68 et l’Agence nationale pour l’emploi (ANPE) venait d’être créée par Jacques Chirac. La France rurale rentrait dans le progrès accéléré des dévastations industrielles de la vie agricole et le monde ouvrier était, lui, touché de plein fouet par les mutations d’un procès d’exploitation de plus en plus intensifié… Les jeunes paysans, ouvriers et étudiants issus d’une réalité prolétarienne en pleine recomposition se voyaient là placés au carrefour intensément crisique d’une France d’hier qui finissait de voir mourir ses traditions pré-capitalistes et d’une France du futurisme mercantile absolutiste qui commençait seulement à tout repenser en termes d’accumulation transformée..

mai-3.jpgDès le début 1967, les syndicats ont été très significativement débordés à de nombreuses reprises… Des affrontements importants avec les forces de l’ordre ont eu lieu à Bordeaux, à l’usine d’aviation Dassault, à Besançon ou dans la région lyonnaise chez Rhodia ou à Berliet, dans les mines de Lorraine ainsi que dans les chantiers navals de Saint-Nazaire d’ailleurs paralysés par une grève générale en avril. Mais c’est indubitablement à Caen, en Normandie – en un territoire particulièrement emblématique des modifications capitalistes rencontrées dans la géo-histoire du devenir rural et urbain des mutations capitalistes d’alors – que le prolétariat va mener un de ses combats les plus démonstratifs vers ce qui va peu à peu conduire à Mai 68. Le 20 janvier 1968, les syndicats de l’usine de camions Saviem avaient lancé un mot d’ordre inoffensif de grève d’une heure et demie mais la base, jugeant cette action complètement déplorable est partie spontanément en grève le 23. Le surlendemain, à 4 heures du matin, les CRS démantèlent le piquet de grève et permettant ainsi aux cadres et aux jaunes d’entrer dans l’usine. Les grévistes décident de se regrouper au centre ville où ils sont alors rejoints par des ouvriers d’autres entreprises qui sont également entrés en grève. À 8 heures du matin, 5 000 personnes convergent vers la place centrale : les gardes mobiles les chargent brutalement, notamment à coups de crosse de fusil. Le 26 janvier, les travailleurs de tous les secteurs de la ville rejoints par de nombreux étudiants manifestent leur solidarité : un meeting sur la place centrale rassemble 7 000 personnes à 18 heures. À la fin du meeting, les gardes mobiles chargent pour évacuer la place mais sont surpris par la résistance ouvrière. Les affrontements dureront toute la nuit; il y aura 200 blessés et des dizaines d’arrestations. Six jeunes manifestants ouvriers écopent de peines de prison ferme de 15 jours à trois mois. Mais bien loin de faire reculer la volonté de lutte, cette répression ne fait que provoquer l’extension et la radicalité du mouvement… Le 30 janvier, on compte 15 000 grévistes à Caen. Le 2 février, les autorités et le patronat sont obligés de reculer. On lève les poursuites contre les manifestants, On augmente les salaires de quelques pour-cents… Le lendemain, le travail semble reprendre mais, sous l’influence des jeunes ouvriers, les débrayages se poursuivent encore pendant plusieurs semaines à la Saviem.

Saint-Nazaire en avril 67 et Caen en janvier 68 ne sont pas les seules villes à être touchées par des grèves massives impliquant une grande partie de la population ouvrière. C’est aussi le cas dans d’autres villes de moindre importance comme Redon en mars ou Honfleur en avril. Ces grèves massives de tous les exploités d’une ville ou d’une région préfigurent bien ce qui va se passer à partir du milieu du mois de mai dans tout le pays. Les salaires réels amorçaient une baisse indéniable qui révélait aussi la chute élevée du salaire relatif comme expression confiscatoire de l’écart entre la part de profit produit et la partie de salaire octroyée… Et la classe ouvrière commençait à subir les premières attaques capitalistes d’envergure avec notamment les fameuses ordonnances de 67 sur la Sécurité Sociale… Tout cela n’est nullement le produit du hasard mais s’inscrit dans un contexte planétaire de crise du capitalisme mondial et donc sur une accentuation de la dégradation des conditions générales de reproduction de la force de travail. La racine première du mouvement de mai dans le cadre d’une globalisation croissante des économies nationales marquait donc le début d’une crise mondiale de la reproduction du système capitaliste lui-même. Cette réapparition de la crise que tous les thuriféraires du fanatisme du travail n’avaient cessé de considérer comme définitivement disparue à travers le phantasme bêtasse des Trente Glorieuses marquait la fin de la période de reconstruction qui avait suivi la deuxième boucherie impérialiste. La dynamique de saturation croissante des marchés venait rappeler que la baisse tendancielle du taux de profit est la loi naturelle du spectacle de la marchandise et que plus grossit la masse de profit généré par le productivisme de la technique, plus diminue le taux de profit qui constitue la seule fin en soi du rapport social d’exploitation et d’extorsion de plus-value.

À cet instant, le niveau des infrastructures industrielles et commerciales du Japon et des pays détruits en Europe qui avait constitué un débouché majeur pour l’économie mondiale depuis deux décennies voyait les balances commerciale des pays concernés redevenir équilibrées voir excédentaires alors que celle des USA se trouvait dans une dynamique déficitaire en 1968. Par delà la facticité de l’expansion d’après-guerre, la concurrence allait s’exacerber et plonger l’ensemble du monde-marchandise dans la crise ouverte qui verrait les grandes puissances de la technologie du Capital s’affronter sur le terrain d’une guerre économique et monétaire redoublée par le biais notamment de la baisse du dollar.

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Depuis 1914 qui marque l’entrée en décadence historique du mode de production capitaliste condamné dorénavant à régulièrement s’auto-détruire afin de liquider sa gigantesque surproduction matérielle et humaine pour faire face à la domination réelle advenue de la valeur, les causes qui contrecarrent la baisse du taux de profit deviennent l’archétype même de l’accumulation fondée sur la plus-value relative. De la sorte, la dévalorisation devient le principe même de l’accumulation puisque l’accumulation n’est plus que le spectacle sans fin des cumuls de la dévalorisation. La valorisation, en produisant toujours davantage de travail mort machinique, pose et impose alors la dévalorisation constante du Capital en situation permanente de dé-capitalisation, c’est cette apogée du mouvement échangiste qui exprime le périgée de tous les échanges de tous ses mouvements…

« Les masses ont été à la hauteur de leur tâche. Elles ont fait de cette “ défaite ” un maillon dans la série des défaites historiques, qui constituent la fierté et la force du socialisme international. Et voilà pourquoi la victoire fleurira sur le sol de cette défaite. “ L’ordre règne à Berlin ! ” sbires stupides ! Votre “ ordre ” est bâti sur le sable. Dès demain la révolution “ se dressera de nouveau avec fracas ” proclamant à son de trompe pour votre plus grand effroi J’étais, je suis, je serai ! »

Rosa Luxemburg, « L’ordre règne à Berlin », 1919

Dans ce champ de la crise de la domination réalisée de la valeur, la dématérialisation de la monnaie telle que Marx l’a fort bien anticipée singulièrement dans les Grundrisse et dans le Livre troisième du Capital vient dire que l’or ne pouvait servir de mesure des valeurs que parce qu’il est lui-même un produit du travail vivant. Le développement du Capital sur la base technicienne frénétique de la plus-value relative et sa crise remettent en cause la capacité du travail à valoriser le capital et donc à être la mesure de la production. La monnaie doit perdre son caractère de monnaie-marchandise mais cette perte est antagonique aux bases mêmes du Capital en tant que ce dernier est valeur en procès du procès de la valeur.

L’abandon de l’étalon-or pendant la guerre vient signifier que l’entrée en domination réelle de la valeur en 1914 annonce la crise arrivée de la marchandise universelle en tant qu’équivalent général d’un monde d’automates sociaux sur-déterminés par le mouvement ascensionnel du travail mort, l’extension des marchés du crédit et le développement intensif du capital fictif. Les Accords de Bretton Woods qui dresseront les grandes lignes du système financier international mis en place après 1944 donneront alors à l’impérialisme américain le pouvoir reconnu de garantir la valeur du dollar mais sans être obligé d’avoir une contrepartie en or aux dollars émis. Les États-Unis, ne voulant pas voir disparaître leur encaisse-or, suspendront la convertibilité du dollar en août 1971. Le système des taux de change fixes s’écroulera définitivement en mars 1973 avec l’adoption du régime de changes flottants, c’est-à-dire qu’ils s’établiront dorénavant en fonction des seules déterminations générales du marché.

La domination formelle se divise en deux phases, la première qui se termine au milieu du XIXe siècle et qui repose sur l’extraction exclusive de la plus-value absolue comme résultat du seul travail humain directement exploité. La seconde jusqu’en 1914 avec une première combinaison des deux formes de plus-value, mais avec prépondérance continuée de la plus-value absolue. Ainsi, si 1914 marque l’entrée dans la domination réelle du Capital qui se débarrasse de toutes ses antériorités pré-capitalistes en activant un procès de travail qui devient spécifiquement capitaliste, toute la période avant 1968 voit exister une combinaison des deux formes de plus-value, mais cette fois avec prédominance limitée de la forme relative comme résultat de la productivité du travail humain machinisé. À partir de 1968 et c’est là tout l’enjeu substantiel intense de ce moment dialectique, une seconde phase apparaît avec prépotence dorénavant absolue de la forme relative qui tend instrumentalement à tout digérer. Ce qui signale au niveau mondial que ce qui est posé fondamentalement par le fameux sixième chapitre du Capital à savoir que la production capitaliste devient là production et reproduction du rapport de production spécifiquement capitaliste s’auto-valide pratiquement en tant que le système de la réification des machines-outils automatiques est emblématique d’un univers à travers lequel l’usage intensif de la technoscience de l’aliénation se trouve en tout lieu diffusée. Autrement dit, 1968 ouvre la voie à l’entrée en domination réelle supérieure, c’est-à-dire à ce moment où commencent à travailler dans une nouvelle longue durée les conditions objectives de production du procès de caducité du fétichisme cybernétique de la marchandise lui-même.

maiaff1.jpgL’extraction de plus-value sous sa modalité relative, aussi bien au niveau du procès de production immédiat qu’à celui de la reproduction d’ensemble planétaire, est le principe de développement et de transformation de la domination réelle de la valeur. Tant au niveau de la production du procès de la valorisation qu’à celui de la valorisation du procès de la reproduction, se dessinent, au moment de la fin de la première phase de la domination réelle, des obstacles à la poursuite de l’accumulation telle que l’extraction de plus-value sous son mode relatif avait elle-même jusque là structuré le mouvement de l’accumulation. En cet instant où ce qui subsistait encore des restes de la domination formelle au sein même d’une domination réelle seulement formellement réelle était objectivement devenu une entrave intolérable à la fluidité démocratique de l’auto-présupposition dictatoriale du Capital, il était normal que toutes les vieilles contraintes de la circulation, de la rotation, de l’accumulation, de l’idéologie et de la domestication qui entravaient la transformation et l’accroissement du surproduit en plus-value et capital additionnel soient enfin supprimées. C’est là tout l’enjeu des contradictions de 68 qui dit tout à la fois ce que le Capital entend faire pour moderniser les conditions de subordination aux impératifs de la valorisation et la tendance historique à toujours voir renaître la radicalité qui refuse de jouer le jeu de la politique et de l’État. La France va là connaître, compte-tenu des spécificités de son long devenir historique de fièvre sociale vigoureuse, l’expression la plus exacerbée de toute une période de soubresauts internationaux, celle de la fin des années 60 en tant que fin de la domination réelle inférieure. La grève générale sauvage qui porte en elle l’émancipation du travail en tant que ce dés-enchaînement implique la disparition du travail et non son embellissement montre là que les pires ennemis du prolétariat parlent toujours la langue du travail émancipé donc maintenu et renforcé. Cette grève se singularise là autour de trois caractéristiques fondamentales nettement marquées :

– Ce n’est pas un événement politico-social français accidentel mais une production internationale nécessaire qui témoigne crisiquement que le fétichisme de la marchandise est en train de devenir la seule unité réelle du monde.

– C’est par delà le surgissement du mouvement étudiant contestataire issu d’ailleurs, lui-même, des contradictions sociales qui traversent la jeunesse ouvrière et paysanne, d’abord et avant tout un mouvement historique prolétarien en France puis en Italie, en Argentine comme en Pologne et partout ailleurs de par le monde des deux côtés du rideau de fer des complémentarités capitalistes de l’Est et de l’Ouest.

– Cette lutte de classe tenace et étendue rend compte, d’une part, de la fin de la période de domination idéologique quasi sans partage du capitalisme d’État lénino-staliniste dans le contrôle politico-syndical du mouvement ouvrier notamment dans les pays du Sud de l’Europe et d’une remise en cause profonde des impostures de sa domination réalisée dans les pays de l’Est de cette même Europe et, d’autre part, le commencement marqué de perte d’influence des polices syndicales dans l’entreprise. Enfin, et c’est là que l’on va voir ressurgir des groupes maximalistes rappelant que le communisme est un monde sans argent ni État, ce qui avaient complètement disparu depuis des décennies de contre-révolution et la victoire complète du camp capitaliste démocratico-stalinien en 1945 qui écrase là tout à la fois ses frères ennemis de l’Axe mais qui élimine aussi et surtout tous les mouvements qui vont contre les intérêts des parcours de la nécessité marchande, des barricades de mai 37 à Barcelone aux conseils ouvriers de Budapest en octobre 56. C’est le retour de cette radicalité pratique qui retrouve le sens théorique de ce qui permet d’entrevoir la communauté humaine anti-mercantile qui explique le foisonnement gauchiste, autrement dit le réformisme extrême de cette gauche de la gauche qui vient là dissimuler la véritable portée du réel pour amener les comités de grève et d’occupation à aller se perdre dans les mille fabulations de la gestion ouvrière de la prison salariale.

maiaff2.jpgAvec la gigantesque manifestation du 13 mai les syndicats voulaient en fait confectionner une grande déambulation étouffoir pour encadrer le mouvement et le canaliser vers les chemins de la mort lente. Sans mot d’ordre aucun, et à la surprise de tous les responsables de chaque camp capitaliste, la grève générale symbolique prévue pour le 13 mai ne s’arrête pas à ce jour-là. Le mouvement ne fait au contraire que s’étendre rapidement dans les jours qui suivent, c’est ainsi la première grève générale sauvage de l’Histoire contemporaine qui touche tous les secteurs : Michelin, Peugeot, Citroën, les ports, les transports, les banques et les mines jusqu’aux grands magasins (BHV, Samaritaine et Bon Marché…) en passant par l’ORTF et des milliers de petites et moyennes entreprises. Des grèves avec occupations d’usine spontanées se multiplient partout. La première a lieu à l’usine Sud-Aviation de Bouguenais le 14 mai. Ce sera à la fois le premier et le plus long des mouvements prolétaire de Mai 68, prenant difficilement fin le 14 juin. Le 22 mai, dix millions de salariés cessent de travailler. Les syndicats entièrement débordés par le déclenchement de cette grève spontanée reprennent petit à petit mais très laborieusement le contrôle du mouvement. Le refus par les grévistes sauvages de l’autorité de leurs syndicats de surveillance fixe la grève dans une situation de tensions contradictoires qui perdure jusqu’à la fin mai pendant qu’est ainsi finalement empêché, par l’enfermement usinier réformiste, que les ouvriers se reconnaissent ainsi des intérêts communs dans une lutte essentiellement humaine qui sans arrêt néanmoins avance et pose implicitement la question révolutionnaire de la récusation de la religion du travail.

Dans tout le pays, la parole s’émancipe et devient aspiration vers le logos immanent de la radicalité humaine en repoussant à la fois le jargon politique et la parlerie aliénatoire de l’améliorantisme. La dynamique du dialogue critique se noue dans les rues, dans les campagnes, sur les barricades entre connus et inconnus et à travers toutes les générations, en permettant peu à peu le grand dé-voilement qui révèle que toutes les organisations bureaucratiques qui parlent de défendre les travailleurs s’opposent évidemment à toute action révolutionnaire puisqu’elles travaillent toutes exclusivement à la cohésion des forces de répression qui maintiennent le prolétariat dans la disposition de ne pouvoir précisément jamais s’auto-abolir.

La situation étant visiblement de plus en plus dangereuse pour toutes les cliques de la Sainte-Alliance de la marchandise avec notamment la nuit marquante du 24 mai qui prit un tour franchement insurrectionnel avec entre autres l’incendie de la Bourse, toute la gauche du Capital syndicale et politique va rapidement courir au chevet de l’État en soutenant l’idée d’un Grenelle social tel que proposé par Pompidou, le Premier ministre de l’époque. Puis, à partir du 27 mai, les dirigeants syndicaux en bons négociateurs du prix de la force de travail exploité, vont s’exténuer à faire la réclame du contrat de vente signé avec le gouvernement.

C’est ici qu’intervient un des événements cruciaux pour le prolétariat et qui constitue du reste une leçon historique essentielle dont il doit toujours se souvenir. La CGT s’imagine pouvoir éteindre le feu social et présente aux grévistes les combinaisons de Grenelle comme une grande avancée. Elle se présente à Billancourt son fief de conditionnement préféré, « la forteresse ouvrière ». Or, à Renault Billancourt, Séguy, secrétaire général de la CGT, est massivement hué par les prolétaires en colère qui rejettent l’augmentation salariale de leur misère et les badigeonnages autour de la Sécurité Sociale et de l’âge de la retraite.

Il faut là se rappeler que Renault Billancourt est la place forte la plus morbide de la CGT et qu’elle y fait régner son ordre manu militari. Il s’agit donc du dernier endroit où elle aurait pensé pouvoir être conspuée par des prolétaires intransigeants au regard de l’encadrement syndical énorme qu’elle y déploie. Et malgré tout cela c’est un accueil d’insubordination énorme qui lui est là réservé par une assemblée ouvrière résolument obstinée, indisciplinée et joyeuse.

Cet événement a donc ici une énorme signification symbolique pour le mouvement du prolétariat en général.

mai-3.jpgPartout ce fut la même histoire… Le fétichisme de la marchandise est un rapport social déterminé des hommes asservis par le marché des fétiches où la relation chosiste qui les lie prend la forme fantastique d’un rapport quantitatif de simples choses entre elles. Par la grève qui persiste et la réunion des hommes qui constamment dépassent ce qu’ils étaient avant pour donner naissance à une fermentation qui s’en va invariablement devant et sans cesse plus loin, cette évidence obligatoire cesse de l’être, excepté évidement pour les coteries et les gangs de la pensée cheffiste qui en tant qu’emplacement de production hiérarchiste de la pensée séparée, formeront bien logiquement le dernier territoire à vouloir défendre la réification. C’est pourquoi, la reprise ne se fait pas. Craignant des débordements encore plus acharnés, le 29 mai, le P«C»F et la CGT appellent une nouvelle fois à manifester pour mieux démoraliser la combativité persistante. 600 000 personnes descendent dans la rue, séquestrées dans le slogan faussaire de « gouvernement populaire ». La CGT s’ingénie par tous les moyens tordus à éteindre le mouvement et à le réduire progressivement à des rebondissements toujours plus modestes et inconsistants. Malgré tout, la grève perdure jusqu’au 4 juin à Renault Billancourt pendant que la veille une nouvelle occupation des gares s’est engagée à partir des cheminots à Strasbourg et à Mulhouse.

Après de multiples manigances et combinaisons électorales arrangées dans le plus d’entreprises possibles et immanquablement truquées pour pousser, branche par branche, localité par localité, usine par usine, dans un isolationnisme savamment conduit, à accepter finalement le poids de la fatigue et de la résignation, le Diktat syndical de la reprise du travail va pouvoir s’imposer dans les méandres de la manipulation orchestrée par toutes les pègres de la responsabilité qui entendent sauver le système et donc leur propre existence. Alors que la base, depuis le 27 avait rejeté unanimement les accords de Grenelle, les syndicats – bloquant l’accès à toutes les discussions allant vers la vie anti-quantifiée – vont pouvoir laisser la place aux CRS afin de débusquer et repousser les ultimes séditions et indocilités de manière à éteindre ici et là les derniers brasiers du flamboiement de la Commune de 68.

« La grande grève générale sauvage de plus de 10 millions de prolétaires en mouvement au printemps 1968 faillit (mais faillit seulement…) balayer tous les responsables de tous les camps de la marchandise en un temps où la crise de l’économie politique ne faisait alors que commencer le parcours de son impossible reproduction. En revanche, lorsque l’économie politique de la crise se reproduira comme impossibilité devenue de son parcours, la nouvelle grève générale, par la sauvagerie de sa grandeur et la grandeur de sa sauvagerie, anéantira tous les apologistes du Capital. »

Commentaires sur l’extrême radicalité des temps derniers. Critique de la dictature démocratique du spectacle de la marchandise terminale…

Quand c’est la fin, c’est la fin…La communication critique sans aucune concession avec tout ce qui existe en tant que métastase de la merde de l’économie politique est la problématique centrale du mouvement du prolétariat s’auto-abolissant. Si ce dernier achoppe sur elle, il s’enlise et il perd sur tout. Le Capital en 1968 a utilisé la grève longue et dure pour assimiler la critique radicale du travail afin de contrecarrer cette contestation pour la recomposer en revendications permettant d’assurer la continuité dépoussiérante des amortissements du monde des affaires. Dans les assemblées générales, les ouvriers en voie de durcissement, sont finalement réduits au silence par le brouhaha des militants de la discipline. C’est la situation objective des déterminations historiques qui détermine l’histoire objective de la situation qui fait les forces et les faiblesses d’un mouvement social. Tant que le Capital n’a pas atteint le temps de sa crise terminale, toutes les crises qu’il rencontre sont des moments qui signalent qu’il doit encore poursuivre son chemin encore incomplètement réalisé vers le réel de sa complète complétude laquelle sera justement et là uniquement son auto-invalidation. La crise de 1968 en tant que crise de la domination réelle inférieure vers la domination réelle supérieure de la valeur est l’instant historique où la mondialisation cosmopolite de la marchandise se fait libre-échangisme absolu. La grève sauvage est donc d’emblée condamnée à échouer parce que le temps de sa généralisation universelle n’est pas encore arrivé. C’est la raison pour laquelle les publicitaires de la marchandise globale pourront facilement s’accaparer le « Il est interdit d’interdire » ou le « Jouissons sans entraves » en vue de les vider totalement de leur soulèvement ontologique contre la domination du système des objets et toutes ses censures pourries afin d’en faire de simples étiquettes commerciales pour le libre épanouissement machinique des mœurs égocentriques accaparés par la démocratie totalitaire de la valeur d’échange universelle, de son obscurantisme scientifique, de sa sexualité robotique, de son indigence affective, de ses punitions judiciaires et de son trans-humanisme thanatique.

maiaff4.jpgQuand le spectacle de la marchandise mondialisée sera devenu tout entier cadavre, là alors seulement la crise historique de la vente de la chose-force de travail sera assurée de pouvoir faire se lever la conscience vraie du tout puisque le tout de la conscience fausse sera rendu obsolète par la limite objective de l’objectivité réalisée de toutes ses limites.

Le plan de sauvetage du capitalisme devait à tout prix casser la grève sauvage qui désordonnait dangereusement la production… Dès lors, la docilité la plus avachie devait redevenir la norme et ainsi remplacer la controverse dés-obéissante… L’heure n’était pas à la révolution sociale mais à la progression continuée et continue de la marchandise vers sa domination totale… Les dés étaient jetés… Les derniers épisodes violents de refus de la normalisation se dérouleront début juin avec les affrontements de Renault-Flins des 7 et 10 juin et à Peugeot Montbéliard-Sochaux le lendemain lesquels firent plusieurs morts. Alors, les grèves vont cesser progressivement quoique lentement et avec endurance, dans l’amertume, la douleur, la fatigue, le courroux et l’exaspération.

Une dernière « nuit des barricades » au Quartier latin les 11 et 12 juin viendra signifier que le Capital a bien définitivement gagné et l’émeute ne sera plus là que le fait des derniers irréductibles de plus en plus seuls.

Au lendemain de Mai 68, les gauchistes qui avaient fait vulgairement semblant de saisir l’importance du cri de ralliement « élections pièges à cons » se lanceront à corps perdus dans toutes les campagnes électorales de la fumisterie votarde pour très rapidement appeler à soutenir, en parfaits rabatteurs pestilentiels, les listes de la gauche du Capital au second tour de l’ensemble des bouffonneries municipales, législatives puis présidentielles. Depuis 50 ans, tous les gauchistes de la marchandise n’ont cessé de venir conforter la démocratie dictatoriale du syndicalisme et du parlementarisme pendant qu’ils appuyaient toutes les opérations de propagande qui soutenaient les luttes nationales de libération capitaliste et l’incarcération forcée des femmes dans les pénitenciers du travail. Il est donc normal que la plupart les leaders de la tartuferie gauchiste finissent insensiblement par se retrouver au cœur de tous les états-majors de la réévaluation commerciale et idéologique de la séduction la plus à la page des forfanteries étatiques de la mutilation appropriative.

Il n’y a pas de rupture de continuité entre la lutte de classe telle qu’elle est le développement du Capital et la révolution telle qu’elle est la production du communisme, il ne s’agit que d’une transformation qualitative du rapport entre les classes à un moment donné de renversement dialectique. C’est lorsque le développement du Capital ne peut plus développer le Capital que se produit l’auto-mouvement communiste en tant que conclusion déterministe de l’impossible développement du Capital et donc comme trans-croissance du réformisme infaisable retourné alors en révolution faisable… La révolution est la seule action possible qui puisse se déclencher lorsque le Capital est parvenu à son terme historique objectif en tant que cette action exprime la dialectique de l’au-delà du Capital comme réalisation enfin nécessaire de l’auto-émancipation humaine et donc d’abord comme auto-abolition ad-venue du prolétariat. C’est là, la matérialisation historique d’une histoire pleinement mise à exécution qui met en évidence que la modalité révolutionnaire de l’être du prolétariat enfin accomplie permet à ce dernier de signaler que l’horizon qui va au-delà des classes est le véritable aboutissement déterministe du rapport contradictoire entre les classes dans le mode de production capitaliste enfin achevé par sa décadence totalement conclue.

La contradiction entre le prolétariat et le Capital – en tant qu’elle est la dialectique de leur implication réciproque – qui fait à la fois, d’abord, le Capital possible puis, ensuite, le Capital impossible est simultanément la dynamique du développement du mode de production capitaliste qui peut se reproduire et celle de son dépassement quand il ne peut plus produire le reproduire de ce reproduire. Il en ressort qu’un cycle de luttes donné se définit en sa totalité comme le rapport déterministe entre, d’une part le cours quotidien de la lutte de classe réformiste encore envisageable et, d’autre part, la révolution communiste dans son contenu historique de cours désormais ir-réalisable de la lutte de classe du réformer quotidien.

maiaff5.jpgL’exploitation comme rapport entre le prolétariat et le Capital est une contradiction historique en ce qu’elle est un procès antinomique avec sa propre re-production (la baisse du taux de profit comme mesure du contradictoire de l’aliénation !), totalité dialectique dont chaque élément n’existe que dans sa relation à l’autre et se définissant dans cette relation comme contradiction à l’autre et par là à soi-même tel que le rapport déterministe de toutes les déterminations impliquées définit toutes les définitions voilées du mensonge capitaliste : travail productif et travail improductif, accumulation du capital et taux d’exploitation, conscience humaine en mutinerie et conscience captive du citoyennisme; surtravail et travail nécessaire; valorisation et travail immédiat… Le capital est une contradiction en procès, ce qui signifie que le mouvement qu’est l’exploitation est une contradiction pour les rapports sociaux de production dont elle est le contenu et le mouvement. En ce sens, c’est une articulation très spécifique qui peut amener (mais seulement à un moment donné vraiment incontestable !) à l’auto-négation de l’économie politique toute entière dès lors que cette entièreté est devenu le tout de son impossibilité totale. Le Capital comme contradiction en procès c’est la lutte de classe et quand la critique radicale fait connaître que l’exploitation est une contradiction en procès de mort, elle avertit que la révolution communiste se définit comme expérience qui fait état de cette situation où l’activité révolutionnaire du prolétariat témoigne du fait que le communisme réalisable est l’autre nom du capitalisme réalisé qui s’est rendu irréalisé, non pas parce que la mécanique bloquée de l’un entraînerait machinalement le déblocage de l’autre, mais en raison du fait que la passion du jouir radical ne peut aller au bout d’elle-même que si les forces productives de la résignation cessent de pouvoir se reproduire dans la matérialité reproduite des dialectiques d’apprivoisement du marché encore possible du renoncement dupliqué.

Ce qui fut alors entrevu en 1968, c’est que le communisme ne peut pas être autre chose que le mode de production de la communauté humaine se produisant- elle – même et que l’abolition du Capital ne pouvait être que la négation des classes et du prolétariat lui-même au moment où le Capital produirait enfin le procès de son auto-liquidation. Le contenu critique essentiel de Mai 68 et de toute cette période fut de se heurter pratiquement au fait que la révolution n’est pas une question de gestion, d’établissement du prolétariat en classe dominante qui généralise sa situation, universalisant le travail comme rapport social et l’économie comme objectivité de la société en tant que ridicule rapport modifié entre les choses. En refusant de se faire broyer par la révolution du marché, les prolétaires ouvraient la perspective du dépassement de l’argent. Ils rêvaient, ils débattaient et ils aspiraient en une autre dimension… Ils avaient compris malgré toutes leurs entraves que la lutte contre le travail est une lutte anti-politique et anti-économique et que la lutte contre l’économie politique du dressage est une lutte qui doit impérativement anéantir le travail…

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Les ouvriers sont finalement sortis des usines occupées par les syndicats…Les plus radicaux ont compris que la vraie contradiction était ailleurs et hors les murs de l’usinisme aliénatoire, dans la confrontation ouverte des mille rencontres qui ne veulent pas gérer autrement le travail des villes et des campagnes mais liquider cette division aliénée pour supprimer le travail lui même et faire vivre la production humaine des seuls besoins nécessaires par l’extirpation de tous les artifices du totem solvable. La véritable contestation humaine de Mai 68 était la critique en actes de la révolution capitaliste du travail amendé comme simple montée en puissance d’une subversion étriquée et factice, en tant que la lutte qui se développait se voulait non point affirmation de la classe du travail mais manifestation de la classe qui détruit à la fois les classes et le travail. Les ouvriers n’ont finalement réinvesti les usines qu’au moment de la reprise, souvent pour s’y opposer violemment. Ce n’est qu’ainsi que devenait évident que la vraie révolution ne pouvait être l’aboutissement de la montée en puissance de la classe ouvrière à l’intérieur du mode de production capitaliste, montée en puissance s’achevant dans son affirmation en classe dominante, en pouvoir politique d’intendance et de management de la marchandise mais, a contrario, en puissance générique de la Gemeinwesen en tant que communauté de l’être de l’homme et destruction humainement vécue de tout ce qui fait l’impérialisme de l’échange, de l’argent, du travail et de l’État.

Après l’échec des dernières convulsions de Mai, le carcan syndical et politique de la gauche du Capital escorté de ses laquais gauchistes, pu remettre progressivement en place dans toutes les entreprises les structures petites, grandes et moyennes qui faisaient correctement fonctionner tous les chenils des chiens de garde diversifiés du Capital. En même temps, l’expérience des commotions chiliennes permettait à l’« Unité populaire » d’Allende et de Corvalan et à tous leurs relais mondiaux de désarmer durablement le prolétariat pour le livrer à la répression de Pinochet, commandant en chef de l’armée chilienne, brave franc-maçon du Capital, nommé à ce poste par Allende lui-même, ceci tout en écrivant une histoire à l’envers qui voulait faire croire que le duel à mort du coup d’État de 1973 entre l’armée et les fractions capitalistes de gauche n’aurait pas été qu’une simple lutte interne à la mafia étatique quant aux options différentes pour écraser le prolétariat… Implication finale des défaites du mouvement de mai, le développement modernisateur de la marchandise poursuivit sa route d’accomplissement trompeur. Le P«C»F vira moins staliniste, le PS largua les vieux costumes usés de la SFIO et la mystification auto-gestionnaire qui à partir de la CFDT et de toute la gauche de la gauche du Capital enfermera la radicalité ouvrière subsistante dans le marigot des recompositions évolutionnaires qui, telle l’affaire Lip, vont aller enrégimenter le malaise prolétarien dans la nausée du produire le salariat autrement. L’arrivée de la gauche du Capital pour 1981 était ainsi totalement programmée pour que le mouvement le plus parfaitement progressiste de la contre-révolution du progrès devienne enfin le critère de toute chose et faire ainsi obstacle durable au mouvement de la révolution humaine contre la marchandise et mettre en scène la machinerie mondialiste des décennies à venir.

Le fétichisme de la marchandise a ainsi pu s’exhiber aujourd’hui comme la puissance qui domine le monde et comme le monde qui domine toutes les puissances, réalité irréelle qui atomise les hommes, place toute l’existence en hors-sol du vivant, en générant une puissance d’intelligence artificielle et de technologie irrésistible par rapport à laquelle les États eux-mêmes n’ont plus aucune marge de manœuvre, tout entier aspirés par la géo-politique cosmopolite de l’argent illimité. L’avènement du marché mondial, après la victoire du 68 du gauchisme des affaires sur le 68 de la répugnance au travail n’est rien d’autre que la soumission de tous les hommes, de tous les désirs, de toutes les vies – extérieures et intérieures – et de la nature tout entière au règne autocratique de la valeur. La grandeur de valeur d’une marchandise est historiquement définie par le temps de travail moyen socialement nécessaire à sa production. Ce travail se définit comme du « travail abstrait » et en tant que résultat de la dialectique des nécessités de l’échange, c’est là justement comme valeurs que toutes les marchandises ne sont précisément que du travail humain cristallisé par le despotisme de l’exploitation et de l’abstraction.

Donc, oui, il convient de dire que le capitalisme, grâce à la fonction éminente du spectacle qui à partir de 68 nous fait entrer dans la domination réelle supérieure de la valeur, est devenu un totalitarisme impeccable, et même qu’il est le fondement et la condition de possibilité de tous les apprivoisements et assujettissements du XXIe siècle car le régime de la démocratie absolue de la bien-pensance sans restriction et des lois mémorielles catégoriquement indispensables ne sont là que les expressions caricaturales et grossières du principe constitutif de la pleine modernité capitaliste, à savoir la massification totale de l’humanité par son arraisonnement à la puissance impersonnelle et sans réserve de l’abstraction abrutissante de l’équivalent-général.

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En 1968, le prolétariat était encore trop in-accompli historiquement en son devenir contradictoire à la marchandise non encore exhaustivement réalisée pour espérer abattre le vieux monde qu’il désignait pourtant déjà fort bien comme son ennemi. Aurait-il gagné du temps et de l’espace au-delà de juin et de juillet 68 qu’il se serait de toutes les façons trouvé confronté, d’une part à la contre-révolution dont le gauchisme de la marchandise n’était que l’avant-poste moderniste, d’autre part, et surtout, aux problèmes de la transformation communiste des rapports de production alors que le capitalisme n’avait fait que commencer à entrer dans sa phase de domination terminale laquelle implique d’aller au dé-nouer de son histoire longue pour que les conditions objectives du procès mondial de caducité de la valeur puissent mondialiser l’objectivité de leur histoire.

La gauche et l’extrême gauche du Capital ont été en 1968 les centres actifs variés et complémentaires du développement social de la marchandisation la plus actuelle pour faire progresser le processus de valorisation au plus loin dans le sens de la domination réelle de la valeur réalisée. Ils ont ensemble constitué la force décisive d’encadrement et de discipline du prolétariat. Le gauchisme culturel, écologiste et féministe et toute la merde idéologique qu’il a su propager pour transmuter le désir en marchandise et la marchandise en désir a été l’organe le plus contre-révolutionnaire de l’époque. Tous les groupes qui s’en réclamaient pour pousser la gauche du Capital plus à gauche recréaient la société capitaliste en leur sein en ne pouvant donc que la perpétuer dans la médiocrité et la bassesse. L’humanisme de la marchandise qui a activé le libre-échangisme sexuel adéquatement à la libre circulation des marchandises humaines a été la musique épouvantable de cette symphonie qui avait pour but d’empêcher la révolution sociale contre l’argent et de promouvoir ainsi les trois mythes du moutonnisme contemporain dans l’argent égalitairement convoité : anti-racisme, modernisme, LGBTisme, et à ce titre il fut systématiquement critiqué par tous les révolutionnaires de l’époque qui simultanément savaient fort bien que les paradis artificiels hallucinogènes établissent bien le stade suprême de l’errance puante de la conscience aliénée.

Tirer la leçon de la révolution défaite en 1968, c’est saisir ce fameux pourquoi les forces politiques et syndicales de la contre-révolution sont parvenus à entraîner le prolétariat alors hésitant à la reprise du travail… N’en déplaise au gauchisme du Capital, les prolétaires qui étaient les plus indomptables s’opposèrent alors aux briseurs de grève non pas parce que les revendications auraient été insatisfaites mais parce qu’ils ne voulaient plus travailler et avaient entrevu le concret d’un autre monde possible. Beaucoup d’ailleurs furent licenciés ou ne revinrent pas à l’usine pendant que d’autres s’enfoncèrent dans le désespoir et l’angoisse et que certains se suicidaient.

Le prolétariat ne peut s’élever à la pratique humaine de son auto-dissolution communiste que lorsque se ferme irrémédiablement l’arc historique universel qui réalise historiquement le mouvement de l’aliénation des communes primordiales limitées à la commune planétaire qui découle de la fin de l’histoire du fétichisme de la marchandise spectaculaire. La limite du Capital qui butte sur le Capital en phase de domination réelle supérieure de la valeur, c’est le crédit qui butte sur le crédit en tant qu’il organise à la fois ce qui rend possible l’exploitation réalisée en argent et ce qui tend à la rendre impossible en argent inenvisageable. Avec la débauche de crédit de plus en plus chimérique qui reproduit la folle illusion du spectacle de la marchandise, le Capital se nourrit hallucinatoirement d’une activité future qui ne viendra pas… En 1968, la révolution sociale de l’anti-Capital n’a pu avoir lieu parce que c’était à l’inverse un lieu où la détermination en dernière instance était celle de la révolution sociale capitaliste en train de développer sa pleine maturité. Le mouvement de la grève sauvage y est donc exactement le reflet de l’activité historique du prolétariat d’alors. La parole ouvrière en mouvement d’émancipation est là à la fois porteuse de la perspective de l’anti-travail et en même temps contenue et tenue par les limites réelles du moment qui adapte et restructure le travail. L’activité extrémiste des grévistes ne fut pas engloutie immédiatement dans le jeu réformiste de la marchandise mais seulement après lors du rétablissement de l’ordre des choses qui sait, lui, que si le feu n’a pas tout embrasé, il devient imaginable de faire comme si rien n’avait eu lieu d’autre qu’une ordinaire réorganisation des rapports sociaux existants. Par delà la défaite, le mouvement prolétarien de 1968 apparaît au cours d’un processus dialectique dont le caractère contradictoire et hétérogène annonce les préfigurations des expressions historiques diverses du mouvement que montrera la révolution communiste future lorsque le mouvement du devenir du Capital n’aura justement plus d’avenir.

maij1.jpgKarl Marx est né en mai 1818, il y a 200 ans. Et en 1918, il y a un siècle, le prolétariat d’Europe déclenchait une vague révolutionnaire massive générée par l’accélération intensive des contradictions sociales qui firent l’économie politique du parcours de la Première Guerre mondiale et de ses répercussions. La défaite prolétarienne qui s’ensuivit partout et qui vit les conseils ouvriers d’Allemagne écrasés par la social-démocratie qui programma l’assassinat de Karl Liebknecht et de Rosa Luxemburg pendant que les soviets de Russie seraient, eux, anéantis par le lénino-trotskisme qui planifia le massacre des communards de Kronstadt, permit le surgissement radical de groupes maximalistes qui surent tirer, toujours de mieux en mieux, les conséquences logiques de la lutte des classes réellement existantes, à savoir que les fractions politiques de la gauche du Capital expriment toujours la pire réalité contre-révolutionnaire car elle transmettent effectivement le despotisme le plus moderne de la marchandise.

L’insurrection du prolétariat espagnol contre le Capital et l’État permit en 1936 – 37 le jaillissement des communautés de l’anti-argent qui furent progressivement liquidées par toutes les cliques du progressisme stalino-démocratique secondées par les ministres anarchistes du grand mensonge anti-fasciste et quand Franco rentra à Barcelone, il n’y avait plus rien à socialement nettoyer, le front populaire de la marchandise avait correctement fait son travail, les ouvriers radicaux avaient été définitivement neutralisés… Puis, l’anti-fascisme permit la mobilisation industrielle du prolétariat à l’échelle mondiale pour que le repartage militaire des marchés autorisa la destruction de millions d’hommes excédentaires à mesure que la géo-politique de la guerre commerciale et militaire donnait lieu au renouvellement des forces productives du Capital et à la prééminence assurée de l’impérialisme américain et de toutes les mythologies nées de sa victoire. Et durant tout ce temps, les fumisteries du capitalisme d’État et des luttes nationalistes tiers-mondistes ne cessèrent de se disséminer pour mieux éduquer l’homme du travail au renoncement à la vie.

Sur cette base, Mai 68 en France et la décennie d’indiscipline sociale qui a suivi, notamment en Italie, nous ont donc fourni la base théorico-pratique pour comprendre la dialectique historique du projet communiste dans son rapport avec l’évolution des cycles révolution/contre-révolution. Il y a des moments multiples où l’implication réciproque qui fonde le devenir du spectacle du marché craque pour permettre de passer à un moment d’oppression plus élaboré et c’est ce qui échafaude les temporalités de calme ou d’agitation en fonction du fait que la lutte des classes y est assimilée ou pas. Mais il n’y a qu’un seul instant historique où cette implication réciproque se tend au point de ne plus pouvoir élaborer que sa propre mort. C’est alors et là seulement où la réalité matérielle de la conscience fausse parce qu’elle s’auto-supprime permet l’auto-surgissement efficient de la conscience vraie.

Cela nous ramène ainsi par delà 1918 à Marx qui avait exactement prévu le développement de l’histoire du Capital en tant que formalisation de l’aliénation automate du diktat de la valeur qui s’auto-valorise comme fétichisme de la marchandise illimitée et en tant qu’omni-présence en réalisation de son impossibilité historique. Et là, toute la réalité méthodologique tient en cette simple question : quand est ce que Marx se trompe historiquement et à quel moment ne se trompe-t-il pas ? La réponse est simple, lorsque Marx demeure prisonnier de l’échiquier politique de l’instant qui passe à partir du regard impatient de l’épidermie subjective, il oublie le mouvement réel des déterminations objectives et croit que les combinaisons organisationnelles peuvent précipiter le temps qui vient et là il peut s’égarer en imaginant qu’une simple crise de réaménagement de la domination formelle va peut-être faire surgir les prémisses du communisme. En revanche, lorsque Marx en pleine écoute dia-lectique des déterminations historiques du temps long, saisit la racine concrète du devenir anonyme des forces productives, il dé-chiffre incontestablement fort bien les véritables enjeux de cette dynamique essentielle qui veut que le communisme sera uniquement le produit de la crise de la maturité totale de la domination réelle totale. Bref, on en revient toujours à la postface de la seconde édition allemande du Capital et au retour à Hegel en dépassement de Hegel… C’est le déterminisme de l’histoire qui seul permet de com-prendre l’histoire des déterminations qui déterminent l’histoire et le communisme ne deviendra possible que lorsque il sera nécessaire (en tant que ne pouvant pas ne pas être…).

Tout le reste est sans intérêt car la véritable question qui répond à ce pourquoi les hommes peuvent se rassembler en assemblée humaine désigne du même coup la réponse; quand ils ne pourront plus s’assembler en rassemblement inhumain, autrement dit lorsque la nécessité historique de la valeur verra s’évanouir la valorisation historique de sa nécessité.

Zentralbibliothek_Zürich_Das_Kapital_Marx_1867.jpgLe Capital est un livre extrêmement dangereux pour autant qu’on le lise aux antipodes des lunettes débiles de l’outrecuidance universitaire… C’est à cela seul qu’il convient de s’employer pour faire lien critique entre les luttes du passé et celles qui vont revenir… Pour ne pas avoir voulu faire l’effort déterministe de méthode qu’il convient d’entreprendre afin de saisir ce qui fait les cycles alternatifs de révolution et de contre-révolution qui activent l’irruption du communisme comme réponse à la crise de la domination achevée de la loi de la valeurs, beaucoup n’ont rien appris de 1968. Soit ils se sont rigidifiés dans des postures substitutistes et partitistes qui croient religieusement qu’une bonne potion de savoir-faire avant-gardiste règlera tout administrativement, soit ils se sont liquéfiés dans un partir ailleurs férocement nombriliste vers le théâtre, la poésie, la peinture ou le fromage…Bref, ils s’en sont allés à l’inverse du mouvement réel qui nous commande de ne jamais oublier ce que dès 1846, le Marx déterministe avait lumineusement indiqué dans L’Idéologie allemande : « La suppression de l’appropriation privée […] implique un processus universel d’appropriation qui dépend nécessairement de l’union universelle du prolétariat […] et donc une révolution développant le caractère universel du prolétariat… » Ce qui nous renvoie bien entendu à la nécessité préalable de la crise universelle de la marchandise universelle qui est finalement la clef de voûte de la dynamique de conscience vers l’être générique de l’auto-production de la Gemeinwesen…

En 2018 comme en 1968, la critique du travail et de l’argent doit être au centre de la pensée radicale et se placer radicalement au-delà de tous les mythes qui fondent la dictature démocratique de la valeur d’échange. La véritable théorie révolutionnaire sait aujourd’hui qu’il n’y a qu’un seul vrai sujet révolutionnaire : le prolétariat ne voulant plus être – à titre humain – du prolétariat. Ce mouvement universel du prolétariat universel qui s’auto-abolit universellement est en effet le seul sujet révolutionnaire en tant qu’il est la manifestation déterministe de la crise finale du Capital comme dynamique automate alénatoire de la domination terminée du fétichisme de la marchandise. C’est lorsque le monde de la valeur cesse objectivement de pouvoir s’auto-valoriser qu’il ne peut plus continuer à vivre de la vie vampirisée des humains réifiés. Alors, la tyrannie de l’économie devenue autonome, cesse là de pouvoir continuer à transformer l’humanité en simple ressource humaine de son auto-reproduction perpétuelle. Celui qui ne voit pas cela est condamné à ne rien distinguer de l’histoire réelle et à ne pas discerner en vertu de quelles déterminations logiques le Capital a jusqu’à présent toujours gagné et comment demain il est obligé, en dernier ressort, de perdre… et donc à sombrer dans tous les pièges de l’imaginaire et de l’onanisme pour s’inventer des catalyseurs qui expliqueraient qu’un jour peut-être la subjectivité des hommes s’inventera fortuitement le moyen de sortir de ce monde ou alors à s’abandonner à cette autre idée qu’au final, il n’y a rien à faire.

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Par là, il n’y a rien à dire de nouveau. Il y a simplement à toujours creuser la même et indispensable critique, celle qui faisait déjà dire à Marx en 1845 dans son retentissant texte « À propos de List et de l’économie politique » que puisque « le travail est par nature activité asservie… », l’objectif ne peut être que l’« abolition du travail »… Par suite, le prolétariat ne peut plus désormais accepter aucune médiation entre lui et la révolution de son auto-suppression, donc aucune réalité autre que le propre mouvement de sa rupture avec le Capital et de sa propre négation vers la communauté humaine sans argent ni État. Cette auto-suppression du prolétariat réalisera dans le même mouvement la destruction de tous les rackets politiques et syndicaux lesquels devront, face au prolétariat se reconstituant subversivement, s’unifier objectivement en un seul mouvement : celui de la contre-révolution démocratique universelle du fétichisme de la marchandise.

Mai-juin 68 n’était qu’un combat, il convient de poursuivre ce début en dénonçant d’abord la copieuse misère de toutes les lamentables balades syndicales actuelles qui coordonnent, avec l’appui du minable gauchisme en décomposition, la dispersion et la division des luttes pour endiguer avant tout le retour dévastateur de l’esprit communard d’un mai 68 anti-politique et anti-syndical qui serait immanquablement beaucoup plus vaste et implacable

Francis Cousin

La critique du Testament de Dieu de Bernard-Henry Lévy (1979)

L'Arménie, avec Nikol Pashinyan, va-t-elle devenir une « colonie » américaine ?

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L'Arménie, avec Nikol Pashinyan, va-t-elle devenir une « colonie » américaine ?

par Jean-Paul Baquiast

Ex: http://www.europesolidaire.eu

Bien que chacun connaisse directement ou indirectement en France un ou plusieurs citoyens se disant Arméniens, l'Arménie y est pratiquement inconnue.

Il s'agit d'une république du sud-Caucase théoriquement alliée avec la Russie. Elle est venue à l'actualité il y a quelques jours à propos d'une prise de pouvoir par le leader de l'opposition Nikol Pashinyan. Celui-ci, qui vient de devenir Premier ministre avait forcé à la démission le précédent Premier ministre, Serzh Sargsyan, à la suite d'une série de grèves générales et manifestations de rues très vraisemblablement organisée par Nikol Pashinyan. La jeunesse du pays avait massivement participé à ces mouvements.

Lorsque de tels mouvements se produisent, il convient de se demander s'ils ne sont pas organisés ou financés par les deux grandes puissances voulant conserver leur influence dans la région, les Etats-Unis ou la Russie. A priori, l'Arménie qui vient de se libérer de la domination de l'URSS, continue à se méfier d'éventuels rapprochements avec la Russie actuelle. D'éventuelles interventions russes discrètes n'avaient pas réussi à inverser la tendance. Au contraire le pays est de plus en plus influencé par les intérêts arméniens dits néo-libéraux dont le modèle est Wall Street et Washington. Pour ceux-ci l'Ambassade américaine, une des plus importantes du monde, abondamment pourvue en dollars, notamment par la CIA, sert d'interlocuteur privilégié.

Rappelons que l'Arménie avait pris son indépendance à l'égard de l'Union soviétique en 1991. Le premier président élu a été le néo-libéral Levon Ter-Petrosyan. Immédiatement après, le territoire de Nagorno-Karabakh, faisant partie de l' Azerbaïdjan (capitale Bakou), sous influence russe, et principalement peuplé d'Arméniens, avait décidé de faire sécession pour rejoindre l'Arménie, sous la forme d'une république indépendante associée. Il en était résulté une guerre qui avait fait environ 6.000 morts Arméniens et 30.000 Azeris.

Dans la suite, Petrosyan, confronté à une stagnation économique de l'Arménie, avait décidé de restituer le Nagorno-Karabakh à Bakou, en échange de relations de libre-échange et d'intégration économique avec l' Azerbaïdjan et la Turquie. Cependant ces deux pays étaient des ennemis traditionnels de l'Arménie. L'Azerbaïdjan restait à tort ou à raison considérée comme restée sous influence russe, la Turquie était non sans raison détestée, ayant été responsable du « génocide arménien » de 1915, responsable de 1.200.000 victimes. Notons qu'Ankara refuse toujours de parler de génocide. Le rapprochement de l'Arménie avec la Turquie désiré par Petrosyan n'avait donc pu se faire que sous la pression de l'Otan, du département d'Etat américain et de l'Union européenne.

Ceci avait été ressenti comme une trahison par le peuple arménien, provoquant la démission de Petrosyan. Après 10 ans de silence relatif, celui-ci s'était à nouveau présenté aux élections présidentielles de 2008. Il les avait perdu au profit de son ancien ministre de la Défense devenu Premier ministre, Serzh Sargsyan. Sargsyan a été réélu Premier ministre en avril 2018. Mais Petrosyan avait à nouveau contesté cette élection. Il avait organisé à cette fin de premières manifestations de masse. Celles-ci furent réprimées par le gouvernement, provoquant la mort d'une dizaine d'Arméniens.

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Nikol Pashinyan, qui vient de devenir Premier ministre, avait joué un rôle majeur dans l'organisation de ces manifestations. Il avait donc été accusé de meurtre par la police et condamné à 7 ans de prison. Il bénéficia d'une amnistie en 2011. Petrosyan avait décidé de renforcer son pouvoir en créant à partir de mouvements qui lui étaient favorables un parti dit Congrès National Arménien, principal parti d'opposition, dans lequel Nikol Pashinyan a tout de suite pris un rôle directeur.

Nous passons sur le détail des événements ayant suivi une sorte de printemps arabe destiné à organiser un « regime change » où les ONG, au nombre de plusieurs centaines, financées par l'Ambassade américaine en Arménie ont joué un rôle déterminant. Disons seulement que l'Ambassadeur américain était intervenu directement pour provoquer la vente aux Américains de l'entreprise arménienne dite Armenian Hydro, précédemment nommée Armenia Sapa.

Il en était résulté une hausse sensible des prix de l'électricité et plus généralement du coût de la vie. Les ONG et Pashinyan, certainement financés par George Soros and Co, en ont imputé la responsabilité à la Russie ainsi qu'à l'administration de Sargsyan restée en place. D'où les manifestations dans les rues d'Erevan et finalement l'accès au pouvoir de Pashinyan, dans des conditions n'ayant rien de démocratique, comme on le devine.

L'Arménie colonie américaine

L'Arménie dans ces conditions deviendra-t- elle une « colonie » américaine ? Le risque est grand.

Il faut savoir qu'il y aurait plusieurs centaines d'ONG (organisation non gouvernementale) pour une population d'environ 3 millions de personnes. Il est difficile d'y échapper. Or ces ONG travaillent pratiquement toutes pour permettre la mise en place de « valeurs américaines » et d'un gouvernement « pupett » tout dévoué à Washington. Cela s'explique car vu la proximité géographique de l'Arménie avec la Russie, elle est considérée comme une plate-forme utile pour diffuser en Russie même les mots d'ordre de la propagande américaine. Inutile de dire que, comme précédemment indiqué, ces ONG ne trouvent leurs ressources qu'à partir des dollars américains qui leur sont généreusement alloués.

Elles financent une grande partie du secteur éducatif primaire et secondaire, ainsi que les programmes de la télévision et de la radio. Ainsi dès l'enfance les Arméniens sont appelés à considérer la Russie comme un ogre avec lequel éviter tout contact.

Ceci n'a pas été sans conséquences politiques majeures. En effet les différents mouvements et manifestations anti-gouvernementales ayant provoqué la chute du précédent gouvernement ont été animées par des jeunes sans perspectives d'emploi et rêvant aux valeurs occidentales, présentées comme capables de résoudre toutes les difficultés de l'Arménie.

La « révolution de velours » ayant finalement conduit Nikol Pashinyan au pouvoir a été menée essentiellement par ces jeunes et les ONG qui les mobilisaient. Faut-il en conclure que l'Arménie deviendra un satellite de Washington comme le sont certaines républiques d'Amérique centrale ou l'actuelle Ukraine ?

La montée d'un nationalisme arménien qui sera certainement encouragé par le futur gouvernement peut dans l'immédiat faire craindre qu'il ranime le conflit avec l'Azerbaïdjan dans les territoires du Nagorno-Karabakh. De nouveau le nettoyage ethnique dirigée contre les populations Azeris pourrait reprendre. Ceci pourrait donner matière à de réelles interventions militaires occidentales par exemple dans le cadre de l'Otan. On ne voit pas dans ces conditions comment la Russie pourrait rester seulement spectatrice.

 

vendredi, 11 mai 2018

Das linke Schiff steuert nach rechts: Fünf Beispiele

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Das linke Schiff steuert nach rechts: Fünf Beispiele

Un enseignement enraciné qui rétablisse la chaîne de transmission des savoirs

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Un enseignement enraciné qui rétablisse la chaîne de transmission des savoirs

Texte de la rubrique Valeurs

Ex: https://lignedroite.club

L’école a normalement pour mission de transmettre les connaissances qui sont constitutives de notre culture. Malheureusement, ce n’est plus le cas aujourd‘hui car les « pédagos » qui dirigent l’institution scolaire ont entrepris de déconstruire notre héritage civilisationnel en vue de créer un homme nouveau coupé de son passé. Face à cette dramatique dérive, Ligne droite souhaite reconstruire un enseignement d’avenir où le savoir se fonde sur l’héritage de notre civilisation.

Une pédagogie de déconstruction pour couper les jeunes Français de leurs racines

Chacun a aujourd’hui conscience des lacunes abyssales des jeunes Français dans tous les domaines de la connaissance. Or, cette carence n’est pas le produit de « l’air du temps » mais le résultat d’une déconstruction systématique. Les matières sont abordées sans repères chronologiques afin de mieux déconnecter l’élève de son héritage construit au fil des siècles. Les grandes figures et les grandes œuvres européennes sont écartées ou incluses dans un vaste fourre-tout cosmopolite. Napoléon a disparu des programmes réduit à « un élément de compréhension contextuel » !

En revanche, les élèves de cinquième étudient l’empire Songhaï ou encore celui du Monomotapa.  Les disciplines scientifiques ne sont pas en reste. Les mathématiques, domaine de l’abstraction, ne sont plus considérées qu’à travers des applications utilitaires, souvent qualifiées de citoyennes, servant, par exemple, à établir des statistiques sur le nombre de migrants. Quand elles ne sont pas détournées pour tenter de faire croire aux jeunes Français que les mathématiques seraient principalement issues du monde islamique. Pour ce qui est de la littérature française et européenne, elle n’est plus enseignée systématiquement, les classes de français ayant plutôt un objectif pratique, celui de permettre aux élèves de s’exprimer simplement dans le melting pot généralisé.

Le risque d’une rupture irréversible avec notre héritage culturel

Ligne droite dénonce la rupture catastrophique que cette politique est en train de créer dans la chaîne de transmission de nos connaissances à l’exception, peut-être, des savoirs techniques et opérationnels pour le monde du travail. En tout cas, les Français actuellement en âge d’être parents forment déjà une génération sacrifiée puisque, dans leur grande majorité, ils n’ont qu’une culture générale sommaire, des connaissances historiques hasardeuses et une pratique de la langue réduite à sa plus simple expression. Ce phénomène touche également la grande majorité des instituteurs et des professeurs. De fait, ce sont les grands-parents qui sont aujourd’hui les principaux transmetteurs de notre héritage culturel. Mais que pourront transmettre les grands-parents de demain qui sont les parents d’aujourd’hui ? Et que pourront apprendre à leurs élèves les professeurs de demain qui sont les enfants d’aujourd’hui ? Nombreux seront les savoirs irrémédiablement perdus, y compris dans le domaine de la science. La rupture avec le passé risque d’être totale et définitive.

Un enseignement qui rétablisse la chaîne de transmission des savoirs

En refusant de transmettre la culture européenne, en manipulant l’histoire de France, en idéologisant l’enseignement, en coupant les jeunes Français de leurs racines, la gauche est en train de construire la société de ses rêves, une société mondialisée, constituée d’individus liés seulement par un contrat social mais sans identité ni passé.

Pour Ligne droite, il est donc urgent de rétablir le lien entre les jeunes Français et leur culture. À l’heure du choc des civilisations, la réappropriation de notre héritage culturel est en effet une nécessité vitale. Aussi est-il essentiel de reprendre le contrôle de l’enseignement abandonné à la gauche par la droite dite républicaine. La droite nouvelle, quant à elle, doit s’investir pleinement dans cette reconquête afin de reconstituer au plus vite la chaîne de transmission des savoirs.

Un enseignement qui rende les jeunes Français fiers de leur civilisation

Il convient notamment, dans une approche nouvelle, de s’appuyer sur la civilisation européenne pour rendre aux jeunes Français la fierté de ce qu’ils sont. C’est en effet en développant ce sentiment d’appartenance à une grande civilisation comme la nôtre que nous pourrons réfuter les discours qui tendent à rabaisser notre passé ainsi que notre culture et par conséquent faire face aux menaces qui pèsent actuellement sur notre identité. On ne peut cependant ressentir cette fierté que si l’on connaît la civilisation à laquelle on appartient en profondeur et sous tous ses aspects, les arts, les lettres, la philosophie, mais aussi les sciences et, bien entendu, les institutions.

Les élèves doivent en effet comprendre qu’il n’existe pas une culture universelle mais des civilisations enracinées et que celle de l’Europe se distingue de toutes les autres. Ils doivent découvrir que notre continent a donné naissance à une forme d’art, à une littérature, à une pensée qui ne peuvent se confondre avec les productions du reste du monde. De même qu’ils doivent prendre conscience que c’est l’Europe qui est à l’origine de pratiquement toutes les connaissances scientifiques. Il convient aussi de leur montrer comment notre culture s’est progressivement construite au fil des siècles passés, créant ainsi la richesse de notre héritage. Les productions artistiques ou intellectuelles ne sont pas des créations ex nihilo.

C’est donc dans cet esprit que Ligne droite préconise de mettre en œuvre un enseignement enraciné, structuré et chronologique, qui assure la passation des savoirs de génération en génération et, ce faisant, la pérennité de notre civilisation. La transmission de notre héritage civilisationnel à travers l’enseignement apparaît dès lors comme une mission essentielle de la droite nouvelle. C’est en tout cas la condition pour faire de notre continent, au-delà d’une simple zone économique, une puissance civilisationnelle d’avenir.

Crédit photo : Skitterphotos via pixabay cco

¿LIQUIDAR MAYO DEL 68? DEL SESENTAYOCHISMO AL LIBERALISMO LIBERTARIO

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LIBRO:

¿LIQUIDAR MAYO DEL 68?

DEL SESENTAYOCHISMO AL LIBERALISMO LIBERTARIO

de François Bousquet, Adriano Erriguel, Pierre Le Vigan et alii.

Coordinador Jesús Sebastián Lorente

Pedidos: edicionesfides@yahoo.es

260 páginas

PVP: 22 euros

Orientaciones:

«Los sesentayochistas se han transmutado en liberal-libertario, igual que se ha pasado del “Mayo 68” al “anti-Mayo 68”. Este fenómeno constituye la “contrarrevolución liberal perfecta”, un caballo de Troya para el capitalismo neoliberal, bajo la forma de un avatar libertario. Las movilizaciones y enfoques de “Mayo 68” promovieron el mercado del deseo, así como una sociedad que confundía libertad con liberalización y que impulsaba la permisividad para el consumidor y la represión y el control para el productor, siguiendo el modelo americano del consumismo de masas. La herencia del 68 permitió salvar al capitalismo en crisis y crear nuevas dinámicas en los mercados (el deseo, el espectáculo, el ocio, el entretenimiento). La ideología de “Mayo 68” se correspondía funcionalmente con los valores que decía combatir. En definitiva, los revolucionarios de ayer son los izquierdistas de hoy convertidos al liberalismo económico y al libertarismo cultural y societal».

Jesús Sebastián Lorente

Índice:

Vivir en Progrelandia. Sobre la revolución de «Mayo 68» y su legado, Adriano Erriguel

«Mayo 68», la enfermedad infantil del capitalismo, François Bousquet

Desmitificar «Mayo 68» o de cómo la ideología sesentayochista ha devenido en instrumento de dominación, Werner Olles

«Mayo 68», entre herencias y controversias, Virginie Laurent

«Mayo 68» para la Nueva Derecha, Jean-Yves Camus

La doble cara de «Mayo 68», Javier R. Portella

«Mayo 68»: del mito generacional a la revolución defraudada, Alain de Benoist

Para acabar con la tiranía postsesentayochista, Louis Dupuin

«Mayo 68» y el paradigma liberal-libertario, Jean-Claude Michéa

«Mayo 68»: nace el liberalismo libertario, Aymeric Monville

Los situacionistas pre-68 y la Nueva Derecha, Christophe Bourseiller

¡Gracias, sesentayochistas! Michel Geoffroy

«Mayo 68», desde la generación-68, Charles Champetier

El pensamiento 68, ¿un nuevo antihumanismo? Olivier Marchand

El pensamiento anti-68: ¿hay que liquidar «Mayo 68»? Jesús Sebastián Lorente

«Mayo 68»: ¿iguanas inmortales o demasiado viejos para el rock and roll? Michel Lhomme

«Mayo 68» y el triunfo del narcisismo, Eric Zemmour

El lenguaje liberal-libertario de «Mayo 68», Bernard Charbonneau

«Mayo 68»: de la prerrevolución al caos, Bruno Gollnisch

Una década 68, Pierre Le Vigan

«Mayo 68»: de la ideología de la transgresión al liberalismo libertario, Charles Robin

«Mayo 68»: el declive de la izquierda revolucionaria, José Alsina Calvés

Reflexiones sobre la “revolución” de «Mayo 68», Philippe Conrad

El debate sobre el legado de «Mayo 68», Anne-Marie Renaut

De Senectute, Sertorio

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jeudi, 10 mai 2018

Editions Bios, Colloque de Lille, 9 mars 2018 - Les interventions

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Editions Bios, Colloque de Lille, 9 mars 2018

 

Les interventions

Les éditions BIOS organisaient le vendredi 9 mars 2018  à Lille une conférence intitulée « L’Europe, une civilisation politique ? La politique pour éviter la guerre ! ».

L’équipe d’ERTV était sur place et vous propose aujourd’hui les interventions de Robert Steuckers, Tomislav Sunic, Pierre-Antoine Plaquevent et Alessandro Sansoni en vidéo.

Première partie: Intervention de Robert Steuckers

Deuxième partie: intervention de Tomislav Sunic

Troisième partie: intervention de Pierre-Antoine Plaquevent

Quatrième partie: intervention d'Alessandro Sansoni

Ukrainian Nationalist Perspective of the Events in Ukraine and the Third Geopolitical Way

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Olena Semenyaka:

Ukrainian Nationalist Perspective of the Events in Ukraine and the Third Geopolitical Way

NOTE DE LA REDACTION: Ce texte émane d'Olena Semenkaya, théoricienne de la révolution conservatrice allemande en Ukraine, dont elle cherche à appliquer les principes dans la réalité ukrainienne d'aujourd'hui. Elle travaille sur une thèse de doctorat qui sera consacrée à Ernst Jünger. Elle est membre du Haut-conseil du Corps National, branche politique du Mouvement néo-nationaliste ukrainien Azov, chargée des relations internationales, coordinatrice du réseau paneuropéen Reconquista et du projet géopolitique Intermarium.

Inutile de préciser que ses thèses sur la révolution conservatrice rencontrent notre plus vif intérêt, d'autant plus qu'elles s'expriment, non pas dans le "Grand Hospice" occidental fustigé par Edouard Limonov, mais dans une zone de grande effervescence politique, comme le furent sans aucun doute les premières années de la République de Weimar.

En revanche, les positions antirusses irrationnelles des mouvements qu'elle anime et patronne, nous les percevons comme dangereux pour l'ensemble de l'écoumène européen qui devrait, comme nous l'avons maintes fois répétés, retrouvé l'harmonie de l'alliance franco-austro-russe du 18ième siècle et de la Sainte Alliance pentarchique née à Vienne en 1814. Géopolitiquement parlant, il nous est impossible de théoriser un abandon du bassin de la Volga et des richesses sibériennes ou de renoncer à tout accès direct à l'espace de la Caspienne. Ensuite, les forces dites "illiberal" doivent unir leurs efforts et non pas se disperser en des combats fratricides.

Mais ce qui est le plus intéressant, et en même temps, le plus amusant dans cette étude qu'elle livre ici pour une revue allemande, en l'occurrence Gegenlicht, c'est sa critique féroce de la russophilie de ce qu'il est convenu d'appeler la "Nouvelle Droite": sa cible favorite, qui l'eût cru, est évidemment Alexandre Douguine mais elle n'épargne pas davantage les frères ennemis de la ND française, l'inénarrable de Benoist et l'homme que ce dernier n'a cessé d'injurier et de calomnier, Guillaume Faye. A ce duo s'ajoutent Robert Steuckers et Pavel Toulaev (Tulaev) même si on sent bien qu'Olena Semenkaya s'est bien amusée à lire leur entretien, consacré à divers sujets dont la ND (voir bibliographie en fin d'article). Douguine, Benoist, Faye, Steuckers et Toulaev prennent quelques volées de bois vert. Steuckers estime que cette fureur féminine est amusante et ne voit aucun inconvénient à ce qu'elle figure sur la grande toile, y compris sur des sites fréquentés par ses lecteurs; il a toujours brocardé les "gourouïsmes" inféconds du milieu néo-droitiste, l'article d'Olena Semenkaya pouvant dès lors servir d'antidote à ceux qui y succombent et qui veulent faire de lui, à son corps défendant, un gourou aussi ridicule que les autres.

De plus que ce texte permet de mieux comprendre l'imbroglio ukrainien, pour autant que cela soit possible, ici, en Europe de l'Ouest. Olena Semenkaya doit comprendre que l'extrême complexité des clivages à l'oeuvre en Ukraine laisse bon nombre d'observateurs perplexes.

Sur le sujet on lire un article didactique en langue espagnole:

https://slavyangrad.es/2017/01/13/el-contexto-ideologico-...

* * *

Olena Semenkaya:

During the past year after Maidan Ukrainian intellectuals have been mostly preoccupied with refuting anti-Ukrainian fake news and answering the interviews rather than developing a coherent analysis of the events at Maidan or at least criticizing its accounts by the most authoritative figures in the New Right community – Alain de Benoist and Guillaume Faye. The information warfare on occasion of the Ukrainian conflict may be fairly regarded as a climax of postmodern, for in this case the infamous simulacra not only function as real, but overpower every ideology due to the total domination of mass media over people’s minds, unprecedented historical ignorance of recipients and such a strong anti-“fascist” neo-Soviet propaganda in Russia that the practice of denazification in the post-war Germany looks like a delicate therapeutic procedure.

The anti-Russian highlights of the Western media might be double-standard and hypocritical, but the Russian drivers of an anti-Ukrainian hate machine, which is worse, do believe in their own lies, and people stick to it (for instance, a story of the crucified by the Ukrainian National Guard little boy in the recaptured city of Slovyansk) even when it is denied by their own idols like Igor Strelkov (Girkin), which is a way of recruiting the new fighters for the “Novorussian” militia. Thus the developments in Ukraine and Russia give more data to psychiatrists and sociologists than historians and philosophers.

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Début avril 1992: conférence de presse à Moscou: de gauche à droite, Alexandre Prokhanov, ancien rédacteur-en-chef de "Lettres soviétiques" et directeur du journal Dyeïnn, Alain de Benoist, Alexandre Douguine et Robert Steuckers.

Even though both of the aforementioned thinkers tried to offer a balanced overview of the Ukrainian situation, and de Benoist admitted the split among the revolutionaries, the most passionary part of which transcends the false geopolitical dilemma between the EU / NATO and the Russian Federation [1], their main premises are in full accord with the interpretative axioms of the leader of neo-Eurasianism Alexander Dugin whose strategy may be summarized in terms of four basic aspirations: 1) to reduce the complexity of the cultural-historical relations between the Russian Empire and its heir, the Russian Federation, and Ukraine to geopolitics and the geopolitical rivalry of the US and Russia over Ukraine and Europe; 2) to deconstruct the historical and geopolitical ambitions of the Ukrainian Right and their claims to represent the Third Position and thus to show that they are at best the useful idiots of Euro-Atlanticism and Ukraine is a playground of another colour revolution in service of the American hegemony; 3) to make everyone associate resistance against the new world order and, arguably synonymously, the ideal of “the multi-polar world” under Russian protection namely with the project of “Novorussia” and Putin; 4) to emphasize disappearance of the communistic camp (two-polar world), silence the fact that the Soviet Union was a co-founder of the NWO that criminalized German and, consequently, European national self-awareness and to denigrate “ethnonationalism” as favorable for the America-dominated one-polar world “fascism.”

These cornerstones of Dugin’s fourth (after liberalism, communism and fascism / Conservative Revolution) political theory were accepted by de Benoist a long time ago: his thematic work was published in Russian under the title “Against Liberalism: to the Fourth Political Theory” in 2009 before a visit to St. Petersburg and after his participation in the Moscow conference in 2008 which were organized by Dugin. During these visits de Benoist defined liberalism as the main enemy and confirmed his cooperation with the Eurasianist movement as the only real alternative of mondialism and American hegemony. In other words, Alain de Benoist, as a co-founder of the 4PT, in his analysis of the Ukrainian conflict simply restated similar to Dugin’s ideas in a more moderate manner.

4pt-2.jpgMoreover, Dugin himself drew inspiration from de Benoist’s version of the New Right when he wrote his introduction to Conservative Revolution in a monograph of the same title back in 1994. As a result, the residents of the post-Soviet countries who had no access to the original sources since the very beginning perceived “failed” Conservative Revolution (the 3PT) as a prelude to the pro-Soviet “Young Europe” of Jean Thiriart, the French New Right of Alain de Benoist and Eurasianism as such that don’t repeat the “anti-Soviet” mistake of their predecessors. Thus Dugin singles out one of the conservative-revolutionary trends, the National Bolshevik, which favors the Soviet Union, more precisely, the National Bolshevik group led by Ernst Niekisch within the classic national-revolutionary direction and portrays it as the only relevant one.

According to Dugin’s “Conservative Revolution,” the progress of de Benoists’ New Right consists in refusal from white supremacism and Euro-centrism along with westernalism and capitalism: the new rightists fight not against immigrants, but against immigration and not for the people (their own nation), but for the peoples [2]. As a result, the reader gets a distorted idea of the “Old Right”: firstly, it is almost reduced to the media representation of Nazism, secondly, the Conservative Revolution is described as a theory devoid of the methodological and theoretical (above all, geopolitical) foundations for the effective resistance against the left-liberal world order at the global level and securing diversity of traditions and nations. In addition, the idea of old Europe as a cultural and mythological, even a sacred center vanishes; this role is also hijacked by the “real” Third Rome Moscow, which is unequivocally associated by the Russian Right with the multicultural Carthage, “Moscwabad.”

Jean Thiriart et Alexandre Douguine à Moscou, en 1992.

jthad.jpgBelgian right-wing writer and politician Robert Steuckers who advocates his own version of Eurasianism and welcomed the National Bolshevik shift in the French New Right as a way to overcome “petty conservatism” and “alternative liberalism” at the same time severely criticized de Benoist’s opportunism and fear of being labeled a far right extremist, according to his subjective experience of collaboration with the French “Guru” and his followers. Probable ideological rivalry and Steuckers’ own pro-Russian position aside, he shares an opinion that the attempts to bury the conservative-revolutionary authorities by some new rightists are a bit hasty, which proves his story about de Benoist’s admirer Toto-Lapin (“…he shouted in the middle of the pub, next to the astonished other guests, “Alain de Benoist is the greatest philosopher of the 20th Century!”. “Maybe” answered Bresnu ironically, “but what about Heidegger then…?”. Toto-Lapin: “He has only paved the way for Alain de Benoist…”. We both burst out laughing…”) [3]. It’s doubtful that de Benoist himself, who was very fond of Heidegger, would make similar arrogant statements, the same as Dugin, but looks like both of them cast out colleagues whose views are somehow different, which also follows from my experience of communication with Eurasianists.

Likewise, sarcastic reconstruction of de Benoist’s ideological maneuvers by Steuckers is worth quoting as valid with regard to Dugin’s 4PT: “…Alain de Benoist tried to demonstrate that the “New Right” was in fact the real “New Left” and the true inheritor of Marx’ ideas as well as the devoted intellectual protector of the masses of African and Muslim immigrants against the centralization and assimilation efforts of the alleged “xenophobic” French State’s system, while the “New Left” was genuinely a neo-conservative islamophobe movement… [de Benoist] wrote all that very seriously, in the credulous hope he would have been finally taken as a genuine leftist by the Left and would have transformed his alleged false rightist young fellows in true new leftists more leftist than the usual leftists…” [4].  In spite of his Euro-Siberian solidarity, Steuckers underlines that Leontiev’s and Gumilev’s equation between Europe and the West, which was adopted by Dugin’s neo-Eurasianism, is not acceptable: firstly, the subversive Western spirit entered Russia in form of Bolshevism; secondly, it excludes Western Europeans from the area of the future political reconquest and threatens with reactivation of “the worst aspects of Nazi or NATO propaganda,” which already happens today.

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Oleg Bakhtiyarov.

In this context I would like to mention an opinion of the Russian-Ukrainian scientist Oleg Bakhtiyarov who, overall, justifies Putin’s struggle for the world domination or at least one of the leading roles in the global politics, albeit at the expense of Ukraine, but believes that Putin made a big mistake when he did not support “Right Sector” and the Ukrainian rightists in general, back then united under this title, who were against joining the EU [5]. As a matter of fact, the latter were the only possible allies of Putin if he wanted to prove that Russia does not threaten Ukrainian sovereignty and national identity. He chose the opposite forceful way and understood that his main enemy was a pro-Western “junta” only after the presidential and parliamentary elections which showed that Ukrainian nationalists either did not have such a big support of population, or lacked resources and influence to gain a decisive political victory. Moreover, the Kremlin’s propaganda made a scarecrow of “Right Sector” as an embodiment of the Ukrainian Right not only in the Russian but also the Ukrainian society that voted for the liberal forces in order “not to provoke” Putin, but it was too late to regret weakening the national-revolutionary factor in Ukraine when the Kremlin realized that the new government was far more pro-EU than the Maidan “radicals.” After Putin changed its strategy and turned “the junta” into the main target of the anti-Ukrainian information warfare, further denigration of the Ukrainian rightists as “the pseudo-revolutionary puppets of the pro-Western oligarchs” was, actually, odd, the same as sporadic hopes of the “rebels” from “DNR” and “LNR” to form an alliance with “Right Sector” as the only political force that dares to challenge the Ukrainian authorities: Ukrainians were ready to unite with them only before they started capturing the administrative buildings under the Russian flags, and now thousands of the fallen Ukrainian soldiers make reconciliation impossible.

Besides, Oleg Bakhtiyarov fairly draws attention to the fact that after Maidan the Russian language in Ukraine reinforced its positions, because what really counts for Ukrainians today is only a pro-Ukrainian standpoint, heroic values and readiness for self-sacrifice in war for homeland, although speaking Ukrainian and wearing the traditional clothes have become “fashionable,” too. A lot of fighters of “Right Sector’s” DUK (Volunteer Ukrainian Corpse) are Russian speaking, not mentioning other military forces, especially the “Azov” regiment. Thus those who claim that Ukrainians violated the rights of Russian speaking population in East Ukraine and Crimea by depriving Russian of the status of the second state language, Guillaume Faye in particular, are ignorant: Russian has never been the second state language in Ukraine, including Crimea where it only had a special status. Reaffirming Ukrainian as the only official state language (which means a language of communication in state institutions) after Maidan was not provocative, only untimely, for raising this topic before the new government gained a popular support was a true “gift” for Putin. Today the key “junta” officials like Interior Minister Arsen Avakov also freely speak publicly Russian. Moreover, a big part of the political Ukrainian nation that is being created now, apart from the titular nation, by various national minorities, is represented namely by the ethnic Russians. Yet the Russian nationalists who fight on the Ukrainian side confess that Ukraine is a white paradise unknown to the multicultural Russia.

As a vanguard of the struggle for the multi-polar world in theory, in practice Russia and its new rightist glorifiers do not hesitate to sacrifice the national peculiarities of Ukraine or Baltic countries in the name of the new “traditional order”: after all, for them the “anti-Russian” Slavic and Western European nationalists are ungrateful and narrow-minded servants of the US and fascists who discriminate the rights of Russians or Russophobes. One does not have to be a liberal to see hypocrisy of these considerations; the New Right is fairly recognized as a mask for the same Old Left face, which was openly stated by de Benoist: “We’ll finally prefer to put on our heads Red Army caps than to finish as fat old guys eating disgusting hamburgers somewhere in a nasty Brooklyn lane” [6]. Thus the 4PT is not natural surpassing of the previous political theory under the changed historical conditions, but giving up the very idea of the Third Way, the geopolitical projection of which has always been the sovereign Mitteleuropa and which can never be reduced to mere geopolitics.

ej-ng.jpgSuch godfathers of Conservative Revolution as Ernst Jünger and Julius Evola did not abandon the Third Way in their post-war writings, which, in all fairness, may be estimated as the documents of a firm refusal from geopolitical reductionism that is a diagnosis and a sacred mantra of the vast majority of “experts” on the Ukrainian crisis; above all, it concerns their polemic on the East-West problem and its treatment in Jünger’s essay “The Gordian Knot.” It’s enough to read a concluding chapter of Evola’s classic “Revolt Against the Modern World,” in which he discusses the cultural and civilizational foundations of America and Russia as the two sides of the same coin, or his article “Presuppositions of the European Union,” in which Evola clearly explains not only his “third” geopolitical ideal, but the very condition on which building a genuine European union is possible: equal remoteness from Russia and the USA, “both “East” and “West,” that is to say from the two blocs which, like the arms of a single pair of pincers, are closing themselves around us” [7], to guess what would be his reaction to the 4PT. Ernst Jünger, who viewed experience of the USSR and the socialist camp in general as the brightest confirmation of his metaphysical theory of the Worker that mobilizes the world by means of technology, at the same time was far from embracing its cultural, social and political practice, thus disagreeing and polemicizing with pro-Soviet Ernst Niekisch. The same as in Evola’s case, namely metaphysics and culture were a reason for Jünger’s choice in favor of the third geopolitical way as stated in his treatise “Peace”: “With the destruction of our towns, Goethe's saying has ceased to apply to this extent, that America now possesses the tradition of construction which we require. Napoleon prophesied that in our day the world would become republican or Cossack. If he had foreseen our situation in detail he would have said “American or Russian,” as Tocqueville, too, long ago foretold. Although America, like Russia, will exert a powerful influence on Europe, neither of these two possibilities will be realized. Against them is the immense gravitational force of history, the treasure of old heritage, which has not only been formed by the spirit or art but still lives in men” [8]. Therefore, the geopolitical fetishism, according to which “there is only the geopolitical truth” and the proponents of which dismiss the struggle of Ukrainian patriots as unimportant due to the partial coincidence of their and Western interests, should be considered as alien to the traditionalist worldview. Armin Mohler, a legendary author of the classic research “Conservative Revolution in Germany, 1918-1932” and an original founder of the New Right, considered Americans more German friendly than Frenchmen and Englishmen and admitted that he was not that anti-American in this respect as de Benoist [9].

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Un débat entre Pavel Tulaev et Guillaume Faye, à Termonde en Flandre.

The aforementioned quotations by Steuckers are taken from his interview (2014) with Pavel Tulaev, a Russian right-wing intellectual and a contact person for both Robert Steuckers and Guillaume Faye, who has also been on various occasions in Russia since 2005 to participate in the events organized by Tulaev. Theoretically a far more right-wing opponent of de Benoist who had to start his own school of the French New Right thought, which in this context means restoration of the normal conservative-revolutionary course, in reality Faye falls in exactly the same trap of celebrating the worst ideological biases of neo-Sovietism under the guise of “disappearance” of the communistic camp and the need to support “the only real alternative” of the NWO. Tulaev, who sent to de Benoist an issue of his Russian New Right journal “Athenaeus” and heard in response that this “far right,” almost “Neo-Nazi” edition had nothing in common with the theoretic platform of the real New Right under de Benoist’s supervision, in turn, accused the latter of the left-wing phraseology and attitudes and described their exchange as a remarkable historical event which proved that the Russian intellectuals finally abandoned the revolutionary populism and demagogy of the French Commune [10]. However, when it comes to the Ukrainian conflict, Tulaev repeats far worse demagogical Bolshevik clichés about the “Banderist fascists” who kill the Slavic people for American dollars, in comparison with which the accounts by Faye and de Benoist, taken together, look rather moderate [11].

L'ouvrage de Pavel Tulaev sur la Crimée: de Catherine II à Vladimir Poutine.

Tulaev-on-Crimea_cover.jpgAs an ideologist of Euro-Siberia, later the Euro-Siberian Empire, Faye owes his fame to different aspects of his theory, for in his highly acclaimed book “Archeofuturism” he displayed quite approximate, if not fantastic, knowledge of Russia. A logical summary of Faye’s visits to Russia has become his pamphlet “Frenchman’s View on Russia” (2012), which was not the climax of his fascination with the Russian genius, though: the titles of his recent thematic texts like “Viva Putin!” say it all. Given that, it’s no wonder that Faye calls hypocritical only American condemnation of violating the international law by Russia, but does not find outrageous the fact that the country that annexed Crimea not only was obliged to protect the territorial integrity of Ukraine in exchange for its renouncing the nuclear weapons according to the Budapest memorandum, but even dared to threaten Ukraine with a nuclear strike. Moreover, he believes that Russia’s response to the Western “aggression” was moderate and that Putin follows the rules, as opposed to the USA.  Though little is expected from the right-wing idol who traces back the statist history of Ukraine from its membership in the USSR, considers Ukrainian independence from the Soviet Union purely nominal and believes that this “half-Russian” country would sooner or later “break up” itself [12], which is quite laughable, taking into account a current size of “Novorussia” thanks to the efforts of the Ukrainian military and active help of the “Russian” cities’ residents like Kharkiv, Odessa and Mariupol.

As usual, nobody mentions that namely Ukraine was an original Kievan Rus and only after accepting the Russian protectorate by the Ukrainian Hetman Bogdan Khmelnytskyi at the Council of Pereyaslav (1654) started entering the cultural and geopolitical orbit of the tsarist Russian Empire, which was renamed from Muscovy to Russia by Peter the Great in 1721 and was an heir of the Golden Horde in terms of the governing traditions. The last Hetman of Ukraine Pavlo Skoropadsky, who was quite pro-Russian culturally, conducted a multivector foreign policy and could easily defeat the Bolshevik invaders unless the social-revolutionary government of UPR (Ukrainian People’s Republic) Directoria revolted against his conservative government in November of 1918 and dispersed its well-trained and disciplined military units under the pretext of Hetman’s signing a federative treaty with the already non-existent non-Bolshevik Russia. Skoropadsky, who was a German ally and met Paul von Hindenburg in person, was forced to do it under conditions of the predictable defeat of Germany in the First World War, tried to establish a military alliance with the Russian White movement, the officers in particular, against Bolsheviks and, overall, considered this move a tactical step that did not undermine the national self-determination of Ukraine but, quite the opposite, could save and reinforce it.

The anti-Hetman uprising, among others, supported two prominent figures: Yevhen Konovalets, the head of the Sich Riflemen and the future legendary Organization of Ukrainian Nationalists (OUN), and a brilliant colonel Petro Bolbochan, most famous as the commander of the Zaporozhian Corps, who was probably the first to start creating the professional Ukrainian military from the former Russian units and was against both the Red and White Army. Namely the ideal of the independent Ukrainian state made him support the UPR instead of Hetmanate, for he had tensions with the pro-Russian associates of Skoropadsky. Later Konovalets had an opportunity to talk to Skoropadsky in Berlin and regretted his decision: according to his memoirs, if he had known that Bolsheviks would take advantage of the overthrow and capture Kiev, he would have never joined the UPR. Bolbochan’s “disillusionment” with the republican authorities was much more tragic, since this talented colonel, who liberated from the Bolshevik invaders even Crimea, became a victim of the internal intrigues, was accused of a state treason, preparing regime overthrow and eventually executed by order of the Directoria’s leader Symon Petliura in 1919. It was a price for his sharp criticism of the Directoria’s defeatism, indecisiveness and incompetence that was rooted in the hopes to stop the Bolsheviks by peace talks.

I retell the short history of the Ukrainian liberation struggle of 1917-1921 precisely in order to draw parallels with the modern Ukrainian war for sovereignty between “the civilized West” and the neo-imperialist Russia. There is no need to apply the inadequate terms like “junta” to a post-Maidan Ukrainian government, for two reasons. Firstly, it’s quite “collaborationist” and obviously resembles Directoria in its 1) attempts to come to an agreement with a Bolshevik aggressor, which claims to be absent in Ukraine, while surrendering to him new territories; 2) to look “democratic” in the eyes of the West (back then the Entente alliance) and meet its most “colonizing” demands in order to get help instead of conducting total mobilization within the country; 3) to restrict or repress its most effective militaries and elevate the corrupt or doubtful bureaucrats instead. In this respect Ukrainian volunteer forces and army units do compromise like Bolbochan to preserve the state and remain loyal to the top commandment in spite of severe criticism of certain its steps, officials or the whole defense system and foreign policy. The two-dimensional black-and-white picture of the useful tools in service of globalism describes the pro-Russian forces, not Ukrainians who simply continue reviving their statehood between the Scylla of neo-Soviet imperialism / Russian chauvinism and the Western Cultural Marxism and “ethnomasochism” in the XXIst century.

SBandera.jpgUkrainian Insurgent Army (UPA) that eventually waged a guerilla war on two fronts, that is both against the Soviet Union and the Third Reich that didn’t hurry to grant independence to the Ukrainian state and imprisoned Stepan Bandera, also confirms this geopolitical rule. The OUN (Organization of Ukrainian Nationalists) and the UPA occupy the central place in the Kremlin’s propagandistic machine that for some unknown reason associates invasion of the Third Reich with the current Euro-Atlanticist “expansion” within the living space of Russia, that is Ukrainian eurointegration negotiations. Further, Western Ukrainian non-Orthodox Greek-Catholics and “Nazis” who once sided with Adolf Hitler and now made a choice in favor of the EU, according to the Kremlin, somehow have managed to overthrow the pro-Russian regime of Victor Yanukovych in Kiev (with the help of the American money) during the Maidan revolution and imposed their “anti-Russian” ideology on the rest of “confused compatriots” who owe everything to Russia.

Moreover, the Ukrainian nation is often portrayed by the neo-Eurasianists and theorists of Euro-Siberia as a “project” of the Austro-Hungarian, Polish, American and so on secret services that is aimed to undermine Russia’s geopolitical power. In other words, the Ukrainian nation is reduced to the status of the technical anti-Russian project, and nobody considers this vision chauvinistic. Besides, the Kremlin’s historiography has always represented the UPA as the “punitive” army of “cops” in service of the Third Reich that eagerly murdered the civil population; the fact that the identical propaganda is applied today by the Kremlin with regard to the whole Ukrainian nation while the Russian-backed militants kill the very people they claim to defend or shoot down the foreign aircraft only confirms the inconvenient truth about the NKVD officers disguised as the partisans of the UPA who committed the horrific crimes against the civil population in order to denigrate Ukrainian “fascism.”

alainbadiou.jpgEchoes of the anti-UPA Soviet propaganda may be also found in the account of the Ukrainian events by French leftist philosopher Alain Badiou [13] who considers Ukrainian Orthodox church the most reactionary in the world (“a megalomaniac center of Imperial Orthodoxy”), calls the army of General Vlasov, who turned against the Bolsheviks and founded Russian Liberation Army, a “Ukrainian army” and accuses Ukrainian “Nazi collaborators” of “turning entire villages to blood and fire, including French ones”; not a single word is said about the NKVD crimes, which shows quite well the propagandistic continuity of the new and classic Left and raises a question of whether the authors of New Right, who condemn Ukrainian “ultra-nationalistic” threat and silence the neo-Bolshevik imperialism, are really right-wing. At the same time Badiou draws partially correct parallels between the events in Egypt, Turkey and Ukraine (“Tahrir Square, Taksim Square, the Maidan Square…”) and articulates much clearer than Faye or de Benoist the split between the pro-liberal and identitarian forces (“old-school Ukrainian nationalists who do not at all see their future in terms of ‘European freedoms’”), which was especially bright during Egyptian and Ukrainian revolutions. On condition of disregarding Badiou’s attacks on what is simply called “a titular nation” in Eastern Europe and negative scenario of the possible outcome of Maidan, his warnings against the “finitude,” that is historical reductionism that leads to simplified and distorted representation of the events in Ukraine as “the desire for the West,” are worthy of attention.

The aforementioned aspect of the Kremlin’s information warfare against Ukrainian “junta” concerns its presumable anti-Russian character and became especially strong after the successful beginning of the anti-terrorist operation (ATO) in Donbas in spring of 2014. Another reason why the Kremlin ascribed this inadequate term to the Ukrainian authorities is the forceful overthrow of Yanukovych’s regime at Maidan which supposedly makes the newly elected government “illegitimate” and distracts from the fact of the Russian invasion of Ukraine. It was a big surprise for all pro-Russian forces when the leader of “Novorussian” militia Igor Strelkov (Girkin), probably due to the deceived hopes for the historical changes and disappointment with Putin, admitted that Crimean referendum (recognized by “Front National”) was a farce and explained in detail the process of its occupation by Russian “green men” who forced the MPs to vote in favor of Russia [14].

OS-intermarium.jpgStereotypical assertions about Crimea that “has always been Russian” or “a Russian territory for at least four centuries populated mainly by Russian populations,” as de Benoist contends, also stand no chance. Crimea was united with the rest of modern Ukrainian territories back in IV century within the Gothic Empire, has always been inhabited by various nationalities and remained under the rule of the Ottoman Empire much longer than the Russian. Besides, namely Ukrainian Zaporozhian Cossacks, who for centuries protected the rest of Europe from the Tatar and Turkish invasion, helped Russian empress Catherine II to conquer Crimea, which ended with destruction of Zaporozhian Sich in 1775 by her order. Only after several waves of resettlement, during which Russians immigrated to Crimea, and deportation of Crimean Tatars, who were a dominant ethnic group in Crimea, by Stalin in 1944, Russians have become the majority of Crimean population. To sum up, Crimea was under the reign of the Russian Empire (134 years) and Russian Soviet Republic (34 years), taken together, maximum for two centuries. Moreover, precisely the lands of Ukrainian Cossacks, which were mentioned in all international treaties as a territory of “Zaporozhian Lower Cossack Host,” have become the core of the “New Russia” after the Küçük Kaynarca peace treaty of 1774 and the destruction of the Sich in 1775 during the Russo-Turkish wars.

In other words, fairytales about Ukrainian state “as a gift of Lenin” and the South-East (“Novorussia”) that “has never belonged to Ukraine” are just another part of the anti-Ukrainian propaganda. As a matter of fact, such a gift could not happen, because the Bolsheviks haven’t seized power yet and were not recognized by the Ukrainian government – the Central Rada (Council). The borders of Ukraine in 1917-1918 were shaped solely by the Central Council of the Ukrainian People’s Republic that chose the ethnographic factor (ethnic composition of population and language) as a criterion of demarcation and made a basic administrative unit a province. Besides, further inclusion of other provinces of the former Russian Empire that were inhabited by Ukrainians was also an option (among them were mentioned Kholm, Grodno, Minsk, Kursk, Voronezh, and the Kuban regions).

Likewise, the Ukrainian Soviet Republic was not “nominal” as Faye tries to portray it; anti-Ukrainian chauvinism of the modern Russian government would be impossible in the USSR at the official state level, the same as Putin’s outrageous attempts to prescribe all victories and losses in WW2 solely to Russia and Russians. Further, Crimea was not transferred to Ukraine by the will of Nikita Khrushchev, as it widely believed today, but by Stalinist Georgiy Malenkov and other old members of the Communist party. Besides, they tried to win the loyalty of Ukrainians who had to restore devastated by the war peninsula and made this gift on occasion of the 300th anniversary of the Council of Pereyaslav as a result of which Ukrainian Hetman Bogdan Khmelnytskyi accepted Russian protectorate that was originally meant to be simply a military alliance.

Finally, the historical truth is important, but only the will to defend one’s own lands really counts. In this respect it’s necessary to mention an unexpected position of Byelorussian President Alexandr Lukashenko, who has always been considered a Russian puppet. He not only criticized Ukrainian authorities for giving up Crimea and offered Russia to return its lands to Kazakhstan and Mongolia, but also underlined that Belarus has never been a part of the “Russian world” and swore to protect integrity of Belarus in case of facing the threat of “the green man”: “Somebody thinks that there was no such country… It was not, but now it exists, and this must be considered. And we will not give our land to anyone” [15].

Pro-Russian sentiments of rightists are largely based on ignorance and wishful thinking. They have no idea about Russian “anti-extremist” laws and Putin’s war on historical revisionism, revisionism of the outcomes of WW2, Neo-Nazism, rehabilitation of fascism and glorification of Nazi collaborators on occasion of which he invited rabbis from Israel and Europe to take part in the conference in occupied Sebastopol (July of 2014). Not only Russian nationalists but also liberals who disagree with the authorities are effectively suppressed under 282 article of the Russian Penal code. These are the fruits of the well-known to Germans Historikerstreit (“Historians’ Dispute”) of 1986-87 which demonstrated solidarity of German and Soviet leftists regarding the German and, wider, European guilt and criminalized even the scientific study of these topics. Actually, namely Fyodor Dostoyevsky, who started his path as a leftist and is one of the biggest Russian conservative authorities, openly stated that a natural ally of Russian conservative is not a European rightist, but a European leftist as the one who desires complete destruction of the European order [16], which proves collaboration of Alexandr Dugin with Greek leftists “Syriza.”

Furthermore, according to the recent confession of the leader of the largest Russian right-wing organization (ethnopolitical association “Russians”) Dmitry Demushkin, who had to undergo a humiliating search by the FSB for the eighth time, “the Kremlin simply persecutes nationalists, and the force structures threaten them independent of the position of the nationalist on any particular question [such as Ukraine]. You can even glorify Putin, but this is no guarantee that you won’t be arrested or treated illegally. One must love Putin only with permission” [17]. Not surprisingly, this organization wrote an appeal to all European right-wing and conservative movements and organizations in which its Council highlighted concrete political steps of the Russian regime which ruin Russia ethnically and economically and urged them to respect the struggle of Russian comrades and not to support Putin. They added that annexation of Crimea and war in Donbas much worsened the situation of Russians and that defense of the rights of Russians is just a pretext for economic exploitation and further destruction of the Slavic world and unity [18].

LypaЛипа_Юрій.jpgThus Ukrainian nationalists, traditionalists and patriots realize that we deal with competition of the two poles of globalism that spring from the same root and justify themselves through reference to different mythologies. Authentic Ukrainian analogue of the European conception of Mitteleuropa is the project of Baltic-Black Sea Alliance (Union, Unia) that was developed, above all, by Ukrainian geopolitician Yury Lypa, the author of “The Black Sea Doctrine” and other works. One of the main Lypa’s ideas was rejection of the alien and destructive for Ukraine “East-West” dilemma (between Catholicism and Orthodoxy, West and Russia, liberalism and despotism, etc. that make Ukrainians look as a product of mix, say, between Poles and Russians) in favor of the traditional and natural for Ukraine orientation “North-East.” Lypa highly estimates both Germanic and Southern factors in Ukrainian history: for example, from the north came Goths and Normans (Vikings) who played an important political and state-building role, the south has always been the direction of Ukrainian cultural, military and trade expansion. The Baltic-Black Sea alliance as the third geopolitical way is partially connected with the Euro-Atlanticist integration, since some Eastern European and Baltic countries are members of the EU and NATO, but it aims at building of a sovereign geopolitical bloc which, apart from Eastern European and Baltic, could also include Scandinavian countries, as well as European part of Russia. It may become a starting point for the great European Reconquista which is heralded at present by the “Azov” regiment. The authoritative figures of the Right who produce the pro-Kremlin overviews of the events in Ukraine won’t change history and the logic of the struggle for the Ukrainian statehood and will only understand less and less in the Ukrainian developments along with their misguided readers.

Notes:

  1. 1) Alain de Benoist on Ukraine (Part 1) <http://openrevolt.info/2014/04/06/alain_de_benoist_ukraine/>; (Part 2) <http://openrevolt.info/2014/04/20/alain_de_benoist_ukraine_2/>
  2. 2) Александр Дугин, Консервативная Революция (Москва: Арктогея, 1994, с. 32).
  3. 3) Robert Steuckers, Interview with Pavel Tulaev <http://robertsteuckers.blogspot.com/2014/02/answers-to-questions-of-pavel-tulaev.html>
  4. 4) Ibid.
  5. 5) Олег Бахтияров, Майдан и Юго-Восток Украины: три ошибки Кремля <http://artpolitinfo.ru/oleg-bahtiyarov-maydan-i-yugo-vostok-ukrainyi-ili-tri-oshibki-kremlya/>
  6. 6) Robert Steuckers, Interview with Pavel Tulaev <http://robertsteuckers.blogspot.com/2014/02/answers-to-questions-of-pavel-tulaev.html>
  7. 7) Julius Evola, Presuppositions of the European Union (North American New Right, San Francisco: Counter-Currents Publishing Ltd., 2012, Volume 1, p. 19).
  8. 8) Ernst Jünger, The Peace (Hinsdale, Illinois: Henry Regnery Company, 1948, p. 65-66).
  9. 9) Ian B. Warren, The Heritage of Europe’s “Revolutionary Conservative Movement.” A Conversation with Swiss Historian Armin Mohler <http://www.ihr.org/jhr/v14n5p3_warren.html>
  10. 10) Кто из нас правый? Письмо французского лидера «НОВЫХ ПРАВЫХ» Алена де Бенуа редакции журнала АТЕНЕЙ <http://velesova-sloboda.vho.org/actual/newrightwing.html>
  11. 11) Павел Тулаев, Современные вызовы славянскому миру <http://suzhdenia.ruspole.info/node/5401>; Павел Тулаев об успехах и противоречиях новых правых < http://modus-agendi.org/articles/3374>
  12. 12) Guillaume Faye, Ukraine: Understanding the Russian Position <http://www.counter-currents.com/2014/03/ukraine-understanding-the-russian-position/>; Guillaume Faye, On the Russian Annexation of Crimea <http://www.counter-currents.com/2014/03/on-the-russian-annexation-of-crimea/>; Guillaume Faye, Vive Poutine, la bête noire des bien pensants <http://www.gfaye.com/vive-poutine-la-bete-noire-des-bien-pensants/>
  13. 13) Alain Badiou, A present defaults – unless the crowd declares itself: Alain Badiou on Ukraine, Egypt and finitude <http://www.versobooks.com/blogs/1569-a-present-defaults-unless-the-crowd-declares-itself-alain-badiou-on-ukraine-egypt-and-finitude>
  14. 14) Moscow Agent Strelkov Admits Russian Army Behind Crimea Referendum <http://uatoday.tv/news/moscow-agent-strelkov-admits-russian-army-behind-crimean-referendum-404995.html>
  15. 15) Lukashenko: Belarus is not Part of the Russia World <http://www.unian.info/politics/1038195-lukashenko-belarus-is-not-part-of-russian-world.html>
  16. 16) Федор Достоевский, Дневник писателя, Книга 1 (Москва: Астрель: Аст, 2007, с. 354-355).
  17. 17) Putin Targets All Russian Nationalists <http://windowoneurasia2.blogspot.com/2015/03/putin-targets-all-russian-nationalists.html>
  18. 18) Appeal of Russian Nationalists to European (White) Nationalist (Right) and Conservative Organizations <http://vnnforum.com/showthread.php?t=253240>; Original <http://rusnat.com/2015/03/11929/>

 

HISTORIA DEL SEGUNDO PERIODO DEL MOVIMIENTO JOVEN EUROPA EN ESPAÑA (1964-1971)

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LIBRO:

EL ECLIPSE DEL SOL. HISTORIA DEL SEGUNDO PERIODO DEL MOVIMIENTO JOVEN EUROPA EN ESPAÑA (1964-1971)

de José Luis Jerez Riesco

Con un prólogo de Bernardo Gil Mugarza

Pedidos: edicionesfides@yahoo.es

396 págs.

PVP: 25 euros

Orientaciones:

Jean Thiriart, quien me distinguió además con su sincera amistad hasta su temprano fallecimiento en 1992, era un organizador nato, un excelente orador y un pensador profundo. En mi opinión, y por esas tres condiciones, fue un líder carismático excepcional.

Los ideales comunes en todas las Secciones nacionales de Joven Europa quedaron plasmados en el semanario del mismo nombre, en las revistas mensuales “L’Europe Communautaire” y “La Nation Européenne, en los “Argumentaires”, en las 350 “Communications” internas y especialmente en los libros “Europa, un imperio de 400 millones de hombres” –editado en España con el título de “Arriba Europa”-, “El Imperio eurosoviético, desde Vladivostok a Dublín” y en las 106 respuestas a las preguntas que le formulé en 1983.

La crónica de aquella lucha titánica, en medio de un ambiente difícil y batallador, queda reflejada en este libro de mi viejo amigo y camarada José Luis Jerez Riesco que vivió, dentro de la Organización, sus últimos compases de esperanza.

[del prólogo de Bernardo Gil Mugarza]

Índice:

Prólogo

  1. La situación de “Jeune Europe” en 1964
  2. Joven Europa renace de sus cenizas en España

III. La lucha de Joven Europa en 1965. Un año de turbulencias

  1. “Un imperio de 400 millones de hombres: Europa”
  2. La escuela de cuadros de Joven Europa
  3. El nuevo año 1966 amanece con renovado optimismo

VII. El campo europeo de trabajo en Torices -Santander-, organizado por Joven Europa

VIII. Jean Thiriart pronuncia sendas conferencias en Santander y Bilbao

  1. Jean Thiriart habla en la capital de España
  2. La Sección Española de Joven Europa después de la euforia del verano de 1966
  3. El congreso España-Europa convocado por Joven Europa en Madrid, en marzo de 1967

XII. El declive de Jeune Europe

Anexo: Relación de camaradas de la Sección Española de Joven Europa, de los que existe referencia

Bibliografía y fuentes

Anexo documental

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Los herederos del sol. Historia del primer periodo del movimiento Joven Europa en España (1960-1964)

Los herederos del sol.
Historia del primer periodo del movimiento Joven Europa en España (1960-1964), de José Luis Jerez Riesco
Con un prólogo de Antonio Méndez García
 
1ª edición, Tarragona. 2017.
21×15 cms., 428 págs.
Cubierta a todo color, con solapas y plastificada brillo. Rústica cosido.
 
PVP: 25 euros
 
Orientaciones:
 
El Movimiento Joven Europa, que ahora rememora mi amigo José Luis Jerez, es una añoranza lejana de juventud. En los pri­meros años de la década de los sesenta, del pasado siglo XX, brotó, espontáneamente, un sentimiento colectivo, de raigambre europeísta, que prendió en diferentes focos y países continenta­les al unísono, basado en una bien elaborada y sugestiva teoría, defendida por el dinámico y emprendedor Jean Thiriart […]
Enarbolar la idea de Europa, como bandera de una futura y com­pacta Nación, era un ejercicio ciertamente revolucionario y mal entendido por los nacionalismos locales al uso.
Fuimos los pioneros en clamar por la integración de Europa […] por ser los herederos del orgullo de su milenaria cultura creado­ra; nos movía la fe de un nuevo Imperio, donde filosofía clásica y milicia iban al compás de los tiempos venideros.
 
[del prólogo de Antonio Méndez García]
 
Índice:
 
Prólogo / 11
I. El nacimiento de Joven Europa / 15
II. Bajo el signo de la Cruz Céltica / 67
III. El proceso de gestación de Joven Europa en España / 79
IV. Hacia la implantación de Joven Europa en España / 133
V. El Protocolo Europeo de Venecia: nacimiento del Partido Nacional Europeo / 165
VI. El avance de Joven Europa en España, durante el segundo trimestre de 1962 / 173
VII. El agitado verano de 1962 para Joven Europa / 209
VIII. El Fórum Europeo de Joven Europa en Marbella / 223
IX. La apertura de una nueva etapa, después de la celebración del Fórum / 263
X. Joven Europa en el despertar del año 1963 / 309
XI. Se lanza en Madrid un nuevo “boletín informativo” / 343
XII. La Europa de la juventud peregrina a Santiago de Compostela / 355
XIII. El movimiento Joven América se extiende por los países hispánicos / 367
XIV. Nadar contracorriente / 399
XV. El principio del fin del primer periodo de Joven Europa en España / 419

mercredi, 09 mai 2018

L'Atlantique Nord redevient une mer américaine

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L'Atlantique Nord redevient une mer américaine

par Jean-Paul Baquiast

Ex: http://www.europesolidaire.eu

La Marine américaine, par la voix de l'Amiral John Richardson, chef des Opérations navales, vient d'annoncer qu'elle réactivait sa « Seconde flotte ». Celle-ci, décommissionnée depuis 2011, couvrira une grande partie de l'Atlantique depuis le pôle nord jusqu'à la Mer des Caraïbes, incluant les côtes européennes. La Seconde flotte avait été mise en place après la seconde guerre mondiale, dans le cadre de l'Otan.

Aujourd'hui, comme précédemment, la Seconde Flotte sera principalement dirigée contre la Russie. Les incursions de la marine russe sont extrêmement rares dans l'ensemble de cette zone. Elles se limitent à la mer de Norvège et à la mer du Nord, en couverture des frontières russes. Récemment l'Otan avait accusé la Russie d'opérations de surface et sous-marines en Baltique, Atlantique Nord et mers arctiques. Avant 2011, la flotte comportait environ 126 navires, 4.500 avions et 90.000 hommes. Elle était répartie sur diverses bases de la cote Est américaine.

La nouvelle Seconde flotte, d'effectifs sans doute plus réduits, pour raisons d'économie, se donnera pour mission, selon l'amiral Richardson, d'exercer toutes manœuvres utiles dans l'ensemble de l'Atlantique, ainsi que d'intercepter pour examen tout navire suspecté de représenter une menace. Le concept de coordination éventuelle avec les marines européennes n'a pas été évoqué. Manifestement, celles-ci ne seront pas consultées.

On notera que cette annonce de l'US Navy suit de près celle faite par Vladimir Poutine concernant l'existence de missiles hypersoniques. Le Pentagone sait parfaitement que de tels missiles peuvent détruire tout navire ennemi, sans possibilités avant longtemps de parade. On consultera à ce sujet un article de Dedefensa http://www.dedefensa.org/article/les-usa-face-a-lhyperson...

Faut-il en conclure que Washington courra délibérément le risque de voir un de ses navires, après des provocations répétées de la Seconde flotte, détruit par un missile russe du type Kinzal ? La seule riposte à sa portée sera en ce cas nucléaire, nucléaire tactique avant de devenir stratégique. Ce seront l'occasion attendue d'une guerre nucléaire contre la Russie, difficile à engager actuellement sans prétexte.

Comme nous l'avons relaté, Vladimir Poutine le sait et ne veut pas provoquer délibérément d'incident avec les Etats-Unis susceptible d'entraîner une riposte nucléaire. D'où l'accusation de « mollesse » que certains lui ont faite. Mais si la Seconde flotte, en Atlantique Nord, en Baltique et en Arctique, se fait de plus en plus agressive, pourra-t-il longtemps ne pas répondre ?

La judiciarisation du principe de précaution, un risque de régression civilisationnelle

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La judiciarisation du principe de précaution, un risque de régression civilisationnelle

Texte de la rubrique Progrès

Ex: https://lignedroite.club

Le principe de précaution maintenant inscrit dans la Constitution tend à placer la science et la technologie ainsi que l’industrie en position d’accusés permanents. Loin d’être neutre idéologiquement, il constitue une arme redoutable entre les mains des écologistes pour s’opposer aux projets qu’ils refusent. Dès lors, la mise en œuvre de ce principe ne peut que freiner le progrès et contrarier le génie européen qui a toujours cultivé une démarche prométhéenne d’invention et de connaissance. Ligne droite dénonce en conséquence cette sacralisation de la précaution totalement contraire à l’esprit de notre civilisation.

Un concept politiquement correct

Le principe de précaution est en effet devenu l’un des piliers de la pensée politiquement correcte. Utilisé par les tenants de l’écologisme punitif, il est brandi à tout propos pour s’opposer à une réalisation, une recherche ou une expérimentation jugée non conforme. Introduit à travers la Charte de l’environnement dans le Préambule de la Constitution, il a aujourd’hui valeur constitutionnelle et se trouve désormais défendu et mis en œuvre par le Conseil constitutionnel qui peut, en l’invoquant, interdire n’importe quel projet.

Un processus foncièrement négatif

Ligne droite déplore cette situation qui crée un état d’esprit de suspicion systématique à l’égard de toute entreprise scientifique, technologique ou industrielle et peut à terme provoquer une véritable régression civilisationnelle. Le principe de précaution consiste en effet à envisager le pire et à imposer les mesures propres à l’éviter et cela même si aucune étude scientifique ne permet d’affirmer que cette éventualité relève du possible. Dès lors, et quelle qu’en soit la rédaction, ce principe purement négatif conduit à dresser des obstacles qui ne peuvent que contrarier l’émergence des innovations.

Un frein au progrès scientifique

Ce principe, qui peut paraître raisonnable au premier abord, devient en effet, lorsqu’il s’inscrit dans un processus judiciaire, une arme implacable permettant de s’opposer à n’importe quel projet novateur. Et force est de constater que sa mise en œuvre et l’état d’esprit qui en résulte freinent le progrès dans de nombreux secteurs. Ainsi par exemple, dans l’industrie pharmaceutique, l’esprit de précaution a d’ores et déjà provoqué une baisse significative des autorisations de mise sur le marché de nouveaux médicaments. Aux États-Unis, entre 1998 et 2007, celles-ci ont été divisées par deux, passant de 39 à 19. Un phénomène qui a conduit au triplement des coûts de lancement d’un médicament et à la réduction de l’effort de recherche sur les nouveaux traitements. À l’évidence, la mise en œuvre juridique du principe de précaution limite le progrès scientifique dans les pays où il est mis en œuvre.

Un outil idéologique au service des écologistes

Sans doute est-ce d’ailleurs là l’objectif principal de ce dispositif. Conçu par les écologistes, il n’est en réalité qu’un instrument destiné à combattre les projets qu’ils rejettent. Comment expliquer sinon que ce principe ne soit pas utilisé dans d’autres domaines jugés politiquement corrects ? Ainsi par exemple le principe de précaution n’a jamais été mis en œuvre lorsqu’il a été décidé d’ouvrir les portes de notre pays à une immigration massive d’origine extra-européenne. Les risques de fracture de la société française, ceux liés à la perte d’identité, au communautarisme, au terrorisme islamique n’ont nullement été évalués. Et puisque l’idée même du principe de précaution est d’envisager le pire, le risque que la France disparaisse en tant que nation aurait dû être pris en compte, ce qui n’a évidemment jamais été le cas. On interdit jusqu’au simple recensement des réserves françaises en gaz de schiste par crainte d’une pollution des sols mais on laisse notre société se décomposer sous les coups du multiculturalisme.

Une démarche contraire au génie européen

Cette institutionnalisation du principe de précaution n’est donc pas neutre idéologiquement et vient contrarier l’esprit de notre civilisation. Elle s’inscrit en effet dans une entreprise de contestation du progrès scientifique totalement contraire au génie européen. De tout temps en effet nos ancêtres ont été animés d’un esprit prométhéen qui les a conduits à repousser leurs limites, à explorer, à découvrir, à entreprendre et leur a permis d’accomplir des progrès spectaculaires. Des progrès survenus après de nombreux essais, d’innombrables tentatives, de multiples erreurs sans cesse corrigées jusqu’au succès. Le principe de précaution qui empêche cette dynamique conduit donc à paralyser le progrès. Ce dernier exige l’audace et l’audace va de pair avec le risque. Si demain l’humanité refuse tout risque, elle se condamnera à l’immobilisme et donc à la régression. Si de leur côté les Européens s’engagent dans la voie, au demeurant illusoire, du risque zéro, ils seront dépassés par d’autres civilisations, comme celle de la Chine, au sein desquelles le risque est encore considéré comme inhérent à la nature humaine.

Non à la sacralisation de la précaution

Ligne droite entend donc rétablir cet état d’esprit conquérant et audacieux propre à l’homme européen. Elle ne préconise certes pas de cultiver le risque pour le risque. La prudence demeure une vertu essentielle que les dirigeants politiques, comme les chercheurs scientifiques et les chefs d’entreprise, doivent posséder et mettre en application. Mais elle entend refuser la sacralisation de la précaution qui peut paralyser tout progrès scientifique ou industriel. Aussi Ligne droite réclame-t-elle que le principe de précaution soit retiré de la Constitution.

mardi, 08 mai 2018

Monika Berchvok s’entretient avec Robert Steuckers

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Monika Berchvok sentretient avec Robert Steuckers

Suite à la parution de Pages celtiques aux éditions du Lore et de la trilogie Europa aux éditions Bios de Lille, Monika Berchvok a soumis l'auteur de ces ouvrages, Robert Steuckers, à un feu roulant de questions, démontrant par là même que les rebelles de la jeune génération des années 2010 entendent connaître les racines les plus anciennes de cette sourde révolte qui est en train de s'amplifier dans toute l'Europe. Monika Berchvok avait déjà interrogé Robert Steuckers lors de la parution de La Révolution conservatrice allemande aux éditions du Lore en 2014 (cf. http://euro-synergies.hautetfort.com/archive/2014/07/26/r... )

Votre parcours est d'une extrême richesse intellectuelle. Quelle est l'origine de votre engagement ?

Parler de richesse intellectuelle est certainement exagéré : je suis surtout un homme de ma génération, à qui l’on a encore enseigné le « socle », aujourd’hui, hélas, disparu des curricula scolaires. J’ai vécu mon enfance et mon adolescence dans un monde qui était encore marqué par la tradition tranquille, les mœurs et les manières qui n’étaient pas celles du monde industriel ou du secteur tertiaire, où plus l’on s’éloigne du réel tangible et concret, plus on acquiert une prétention et une arrogance démesurées face aux « ploucs », comme moi, qui restent avec leurs lourdes godasses, ancrés dans la gadoue du réel (si, si, c’est du Heidegger…). Mon père, qui n’avait pas vraiment été à l’école, sinon à l’école primaire de son village limbourgeois, ne voulait rien entendre des modes et des manies qui agitaient nos contemporains dans les années 1960 et 1970 ; « tous des fafouls », clamait-il, « fafoul » étant un terme dialectal bruxellois pour désigner les zozos et les farfelus. J’ai vécu dans un foyer sans télévision, éloigné du et hostile au petit univers médiocre de la chansonnette, des variétés et de la sous-culture yéyé ou hippy. Je remercie encore mon géniteur, 25 ans après sa mort, d’avoir pu résister à toute la mièvre abjection de ces années où le déclin a avancé à pas de géant. Sans télévision, cela va sans dire, j’ai eu beaucoup de temps pour lire. Merci Papa.

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Le 95 de la rue Berkendael aujourd'hui, la maison de mon enfance et de mon adolescence, où j'ai vécu de 1956 à 1978. C'est là que tout a commencé !

Ensuite, élève doué en primaire mais foncièrement fainéant et désespérément curieux, la seule bouée de sauvetage, pour ne pas finir clodo ou prolo, était l’apprentissage des langues à un bon niveau puisque, Bruxellois, je vivais dans une rue où l’on parlait les trois langues nationales (et leurs variantes dialectales), avec, en plus, le russe des quelques anciens officiers blancs et de leur enfants échoués en notre bonne ville. Avec cette pluralité linguistique, la tâche était dès lors à moitié mâchée. Clément Gstadler, un voisin, vieil instituteur alsacien, qui avait échoué en Belgique, me disait, coiffé de son éternel chapeau traditionnel du pays de Thann et avec un accent tudesque à couper au couteau : « Mon garçon, on est autant de fois homme que l’on connait de langues ». Fort de cette tirade martelée par Gstadler, je me suis donc inscrit, à dix-huit ans, en philologie germanique puis à l’école des traducteurs-interprètes.

L’origine de mon engagement est la volonté de rester fidèle à tous ces braves gens que l’on considèrerait aujourd’hui comme anachroniques. Sur leurs certitudes, battues en brèche, il fallait ériger un dispositif défensif, que l’on espérait toujours devenir un jour offensif, reposant sur des postulats diamétralement opposés aux hystéries des branchés, construire en nos cœurs une forteresse alternative, inexpugnable, que l’on était bien décidé à ne jamais rendre. 

Comment définir votre combat métapolitique ?

Dilthey, que les alternatifs de notre genre ne connaissent hélas pas assez, a partiellement construit son système philosophique sur une idée fort simple : « on ne définit que ce qui est mort, que les choses et les faits dont le temps est définitivement achevé ». Ce combat n’est pas achevé puisque je ne suis pas encore passé de vie à trépas, sans doute pour contrarier ceux que ma rétivité déplait. Il est évident, qu’enfant des années 1950 et 1960, mes premières années de vie se sont déroulées à une époque où l’on voulait tout balancer aux orties. C’est bien entendu une gesticulation que je trouvais stupide et inacceptable.

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Marcel Decorte: il a forgé le terme de "dissociété", plus actuel que jamais !

Rétrospectivement, je puis dire que je sentais bien, dans ma caboche de gamin, que la religion foutait le camp dès qu’elle avait renoncé et au latin et à l’esprit de croisade, très présent en Belgique, même chez des auteurs tranquilles, paisibles, comme un certain Marcel Lobet, totalement oublié aujourd’hui, sans doute à cause de la trop grande modération de ses propos, pourtant tonifiants au final pour ceux qui savaient les capter en leur sens profond. Le philosophe Marcel Decorte, à l’époque, constate que la société se délite et qu’elle va basculer dans la « dissociété », terme que l’on retrouve aujourd’hui, même dans certains cénacles de gauche, pour désigner l’état actuel de nos pays, laminés par les vagues successives de « négationnisme civilisationnel », telles le soixante-huitardisme, la nouvelle philosophie, le pandémonium néo-libéral ou le gendérisme, tous phénomènes « dissociaux », ou vecteurs de « dissocialité », qui convergent aujourd’hui dans l’imposture macroniste, mixte de tous ces funestes délires, sept décennies après l’ouverture de la Boîte de Pandore. Le combat métapolitique doit donc être un combat qui montre sans cesse la nature perverse de tous ces négationnismes civilisationnels et surtout qui dénonce continuellement les officines, généralement basées au-delà de l’Atlantique, qui les fabriquent pour affaiblir les sociétés européennes et pour créer une humanité nouvelle, totalement formatée selon des critères « dissociaux », négateurs du réel tel qu’il est (et qui ne peut être autrement, comme le remarquait un philosophe pertinent, Clément Rosset, malheureusement décédé au cours de ces dernières semaines). Pour énoncer une métaphore à la mode antique, je dirais qu’un combat métapolitique, dans notre sens, consiste, comme le disait l’européiste Thomas Ferrier de Radio Courtoisie, à ramener tous ces négationnismes dans la Boite de Pandore, dont ils ont jailli, puis de bien la refermer.

Vous évoquez dans vos récents travaux « le bio-conservatisme ». Que recouvre ce terme ?

Louis_de_Bonald_by_Julien_Léopold_Boilly.jpgJe n’ai pas évoqué le « bio-conservatisme ». Mon éditeur, Laurent Hocq des Editions Bios, estime que c’est une piste qu’il va falloir explorer, justement pour combattre les « négationnismes civilisationnels », notamment tous les éléments qui nient la corporéité de l’homme, son inné phylogénétique et son ontologie. Pour moi, un bio-conservatisme bien conçu doit remonter à la sociologie implicite que Louis de Bonald esquissait au 19ème siècle, en critiquant les dérives individualistes des Lumières et de la révolution française. Le romantisme, dans ses dimensions qui ne sont ni éthérées ni larmoyantes, insiste sur l’organicité, vitaliste et biologique, des faits humains et sociaux. Il faut coupler ces deux filons philosophiques –le réalisme conservateur traditionnel et le romantisme organique-  et les brancher ensuite sur les acquis plus récents et mieux étayés scientifiquement que sont la biocybernétique et la théorie des systèmes, tout en ne basculant pas dans une ingénierie sociale perverse comme le voulait l’Institut Tavistock, dont le « complotiste » David Estulin, aujourd’hui installé en Espagne, a investigué le rôle cardinal dans l’élaboration de toutes les formes de lavage de cerveau que nous subissons depuis plus d’une soixantaine d’années. Les « tavistockiens » avaient fait usage de la biocybernétique et de la théorie des systèmes pour imposer une culture « dépolitisante » à tout le monde occidental. Ces disciplines peuvent parfaitement être mobilisées, aujourd’hui, pour faire advenir une culture « re-politisée ». C’est ce travail de mobilisation métapolitique que Laurent Hocq veut amorcer avec moi. Il va falloir que je remobilise des personnes compétentes en ces domaines pour parfaire la tâche.

En bout de course, repenser un « bio-conservatisme », n’est ni plus ni moins une volonté de restaurer, le plus vite possible, une société « holiste » au meilleur sens du terme, c’est-à-dire une société qui se défend et s’immunise contre les hypertrophies fatidiques qui nous conduisent à la ruine, à la déchéance : hypertrophie économique, hypertrophie juridique (le pouvoir des juristes manipulateurs et sophistes), hypertrophie du secteur tertiaire, hypertrophie de la moraline désincarnée, etc.

Le localisme est aussi une thématique qui revient souvent dans vos derniers livres. Pour vous le retour au local a une dimension identitaire, mais aussi sociale et écologique ?

Le localisme ou les dimensions « vernaculaires » des sociétés humaines qui fonctionnent harmonieusement, selon des rythmes immémoriaux, sont plus que jamais nécessaires à l’heure où un géographe avisé comme Christophe Guilluy constate la déchéance de la « France d’en-bas », des merveilleuses petites villes provinciales qui se meurent devant nos yeux car elles n’offrent plus suffisamment d’emplois locaux et parce que leurs tissus industriels légers ont été délocalisés et dispersés aux quatre coins de la planète.

L’attention au localisme est une nécessité urgente, de nos jours, pour répondre à un mal terrifiant qu’a répandu le néo-libéralisme depuis l’accession de Thatcher au pouvoir en Grande-Bretagne et depuis toutes les politiques funestes que les imitateurs de cette « Dame de fer » ont cru bon d’importer en Europe et ailleurs dans le monde. 

Le refus du « grand remplacement » migratoire passe par une compréhension des mouvements des immigrations à l'époque de la mondialisation totale. Comment renverser la tendance des flux migratoires ?

En ne les acceptant pas, tout simplement. Nous sommes une phalange de têtus et il faut impérativement que notre entêtement devienne contagieux, prenne les allures d’une pandémie planétaire.

Cependant, quand vous évoquez le fait qu’il faille « une compréhension des mouvements des immigrations », vous soulignez indirectement la nécessité de connaître à fond les contextes dont ces migrants sont issus. Depuis un demi-siècle, et même plus car mai 68 a des antécédents dans les deux décennies qui l’ont précédé, nous sommes gavés d’une culture de pacotille, faite de variétés ineptes, qui occupent nos cerveaux à des spectacles chronophages et les empêchent de se concentrer sur des choses aussi réelles qu’essentielles. Un bon Etat est un Etat qui s’enquiert des forces à l’œuvre dans le monde. Que les flux migratoires soient acceptés ou non, tout Etat-hôte, animé par une vision saine des choses, devrait dresser une cartographie économique, ethnique et sociale des populations issues des pays d’émigration.

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Pour l’Afrique, cela signifie connaître l’état de l’économie de chaque pays exportateur de migrants, l’éventuel système de kleptocratie qui y règne, les composantes ethniques (et les conflits et alliances qui en découlent), l’histoire de chacun de ces phénomènes politiques ou anthropologiques, etc. Ce savoir doit alors être livré par une presse honnête aux citoyens de nos pays, afin qu’ils puissent juger sur des pièces crédibles et non pas être entraînés à voter suite à une inlassable propagande assénée à satiété et reposant sur des slogans sans consistance.

Pour la Syrie, il aurait fallu, avant que les flots de réfugiés ne se déversent en Europe, connaître de manière bien plus précise les structures religieuses et tribales du pays : en effet, les médias, généralement incultes et tributaires de la « culture de pacotille » imposée depuis des décennies, ont découvert des clivages syriens qu’ils avaient ignorés jusqu’alors. Une poignée seulement d’entre nous avait une notion claire de qui étaient les Alaouites ou les Yézidis, savait que les communautés chrétiennes syriennes étaient traversées par des clivages compliqués, connaissait l’alliance tacite qui unissait ces Alaouites aux Chiites duodécimains, comprenait que l’ennemi principal du système politique baathiste était les frères musulmans, déjà fauteurs des terribles désordres de 1981-1982 qui avaient ravagé la Syrie au temps d’Hafez el-Assad, père du Président actuel. Bref, le grand public ne savait rien de la complexité syrienne. Le seul os qu’il avait à ronger était le slogan qui décrétait qu’Assad était un horrible monstre, juste bon à être éliminé par des sicaires fondamentalistes ou des bombes américaines.

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Pour l’Afrique, le seul moyen de réduire les flots de réfugiés, réels ou seulement économiques, aurait été de mettre un terme aux régimes manifestement trop kleptocratiques, de manière à pouvoir fixer les populations sur leur sol d’origine en infléchissant les sommes détournées vers des investissements infrastructurels. En certains cas bien précis, cela aurait aussi dû passer par un retour à une économie agricole vivrière et à un abandon partiel et bien régulé des monocultures qui ne parviennent pas à nourrir correctement les populations, surtout celles qui ont opté pour les exodes ruraux vers les villes et les bidonvilles tentaculaires, comme, par exemple, ceux du Nigéria.

Pour la Syrie, il aurait fallu établir un filtre pour trier les réfugiés mais cela aurait, ipso facto, privilégié les communautés musulmanes ou chrétiennes, alliés au régime, au détriment des strates qui lui sont hostiles et qui sont aussi nettement moins intégrables à nos sociétés européennes, puisque le salafisme qui les anime est viscéralement hostile à toutes les formes de syncrétismes et à toutes les cultures qui ne lui correspondent pas à 100%. En outre, en règle générale, la réception de flots migratoires en provenance de pays où sévissent de dangereuses mafias n’est nullement recommandable même si ces pays sont européens comme la Sicile, le Kosovo, l’Albanie ou certains pays du Caucase. Toute immigration devrait être passée au crible d’une grille d’analyse anthropologique bien établie et ne pas être laissée au pur hasard, à la merci d’une « main invisible » comme celle dont toutes les canules libérales attendent la perfection en ce bas monde. Le non discernement face aux flux migratoires a transformé cette constante de l’histoire humaine, dans ses manifestations actuelles, en une catastrophe aux répercussions imprévisibles car, à l’évidence, ces flux ne nous apporteront pas une société meilleure mais induiront un climat délétère de conflits inter-ethniques, de criminalité débridée et de guerre civile larvée.

Renverser la tendance des flux migratoires se fera quand on mettra enfin en œuvre un programme de triage des migrations, visant le renvoi des éléments criminels et mafieux, des déséquilibrés relevant de la psychiatrie (que l’on expédie délibérément chez nous, les infrastructures capables de les accueillir étant inexistantes dans leurs patries d’origine), des éléments politisés qui cherchent à importer des conflits politiques qui nous sont étrangers. Une telle politique sera d’autant plus difficile à traduire dans la réalité quotidienne que la masse importée de migrants sera trop importante. On ne pourra alors la gérer dans de bonnes conditions.

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Vous avez connu Jean Thiriart. Sa vision politique d'une « Grande Europe » vous semble-t-elle encore actuelle ?

Jean Thiriart était d’abord, pour moi, un voisin, un homme qui vivait dans mon quartier. J’ai pu constater que derrière le sexagénaire costaud et bourru se cachait un cœur tendre mais meurtri de voir l’humanité basculer dans le ridicule, la trivialité et la veulerie. Je n’ai pas connu le Thiriart activiste puisque je n’avais que douze ans quand il a abandonné son combat politique à la fin des années 1960. Ce combat, qui s’est étendu sur une petite décennie à partir de l’abandon du Congo par la Belgique en 1960 et suite à l’épilogue tragique de la guerre d’Algérie pour les Français, deux ans plus tard. Thiriart était mu par une idée générale bien affirmée : abolir le duopole de Yalta, qui rendait l’Europe hémiplégique et impuissante, et renvoyer dos à dos Américains et Soviétiques pour que les Européens puissent se développer en toute indépendance. Il appartenait à une génération qui avait abordé la politique, très jeune, à la fin des années 1930 (émergence du rexisme, du Front Populaire, guerre d’Espagne, purges staliniennes, Anschluss, fin de la Tchécoslovaquie née à Versailles), a vécu la seconde guerre mondiale, la défaite de l’Axe, la naissance de l’Etat d’Israël, le coup de Prague et le blocus de Berlin en 1948, la Guerre de Corée et la fin du stalinisme.

Deux événements ont certainement contribué à les ramener à un européisme indépendantiste, différent en ses sentiments de l’européisme professé par les idéologues de l’Axe : la révolte hongroise de 1956 et la campagne de Suez, la même année, celle de ma naissance (en janvier). L’Occident, soumis à Washington, n’a rien fait pour secourir les malheureux Hongrois. Pire, lors de l’affaire de Suez, les Américains et les Soviétiques imposent aux Français et aux Britanniques de se retirer inconditionnellement du théâtre opérationnel égyptien. Thiriart, et bon nombre de ses compagnons, temporaires ou non, constatent que le duopole n’a nulle envie de s’autodissoudre ni même de se combattre, de modifier dans un sens ou dans l’autre le tracé du Rideau de Fer qui mutile l’Europe en son beau milieu, de tolérer une affirmation géopolitique quelconque de la part de puissances européennes (fussent-elles membres du conseil de sécurité de l’ONU comme la France et le Royaume-Uni). La décolonisation du Congo a également montré que les Etats-Unis n’étaient nullement prêts à soutenir la présence belge en Afrique centrale, en dépit du fait que l’uranium congolais avait servi à asseoir la suprématie nucléaire de Washington depuis les bombes atomiques fabriquées pour mettre le Japon à genoux en 1945. L’abandon du Congo et surtout du Katanga ont créé une animosité anti-américaine en Belgique, vague sur laquelle va surfer Thiriart. Pour la petite histoire, le frère d’Hergé fut le seul militaire belge à ne pas se dégonfler et à manifester une hostilité arrogante aux militaires de l’ONU venus prendre le contrôle de sa base congolaise.

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Une unité de chasseurs ardennais au Congo, 1960.

De fil en aiguille, Thiriart créera le fameux mouvement « Jeune Europe » qui injectera bien des innovations dans le discours d’un milieu activiste et contestataire de l’ordre établi que l’on pouvait classer au départ à l’extrême-droite dans ses formes conventionnelles, petites-nationalistes ou poujadistes. Les « habitus » de l’extrême-droite ne plaisaient pas du tout à Thiriart qui les jugeait improductifs et pathologiques. Lecteur des grands classiques de la politique réaliste, surtout Machiavel et Pareto, il a voulu créer une petite phalange hyper-politisée, raisonnant au départ de critères vraiment politiques et non plus d’affects filandreux, ne produisant que de l’indiscipline comportementale. Cet hyper-réalisme politique impliquait de penser en termes de géopolitique, d’avoir une connaissance de la géographie générale de la planète. Ce vœu s’est réalisé en Italie seulement, où la revue Eurasia de son disciple et admirateur Claudio Mutti est d’une tenue remarquable et a atteint un degré de scientificité très élevé.

Pour contourner la césure de Yalta, Thiriart estimait qu’il fallait chercher des alliés de revers en Méditerranée et à l’Est de la vaste masse territoriale soviétique : d’où sa tentative de dialoguer avec des nationalistes nassériens arabes et avec les Chinois de Chou En Lai. La tentative arabe reposait sur une vision méditerranéenne précise, incomprise par les militants belges et très bien captée, au contraire, par ses disciples italiens : cette mer intérieure devait être dégagée de toute tutelle étrangère selon Thiriart. Il reprochait aux diverses formes de nationalismes en Belgique de ne pas comprendre les enjeux méditerranéens, ces formes étant davantage tournées vers l’Allemagne ou les Pays-Bas, l’Angleterre ou les pays scandinaves, tropisme « nordique » oblige. Son raisonnement sur la Méditerranée ressemblait à celui que Victor Barthélémy, adjoint de Doriot et lui aussi ancien communiste, mentionne comme le sien et celui de Mussolini dans ses mémoires. Thiriart dérivait très probablement sa vision de la géopolitique méditerranéenne d’un sentiment d’amertume suite à l’éviction de l’Angleterre et de la France hors de l’espace méditerranéen après l’affaire de Suez en 1956 et après la guerre d’Algérie.

nasser.jpgAvec les Arabes, les Européens, selon Thiriart, partageaient un destin méditerranéen commun qui ne pouvait pas être oblitéré par les Américains et leurs pions sionistes. Même si les Français, les Anglais et les Italiens étaient chassés du littoral nord-africain arabophone, les nouveaux Etats arabes indépendants ne pouvaient renoncer à ce destin méditerranéen qu’ils partageaient avec les Européens non musulmans, massés sur la rive septentrionale. Pour Thiriart, les eaux de la Grande Bleue unifient et ne posent aucune césure. Il fallait, de ce fait, favoriser une politique de convergence entre les deux espaces civilisationnels, pour la défense de la Méditerranée contre l’élément étranger à cet espace, qui s’y immisçait et que constituait la flotte américaine commandée depuis Naples.

L’idée de s’allier avec la Chine contre l’Union Soviétique visait à obliger celle-ci à lâcher du lest en Europe pour affronter les masses chinoises sur le front du fleuve Amour. Le double projet de parier sur les Arabes nassériens et sur les Chinois a marqué les dernières années de l’activité politique de Thiriart. Les années 1970 sont, pour lui, des années de silence ou plutôt des années où il s’immerge dans la défense de son créneau professionnel, à savoir l’optométrie. Quand il revient sur la brèche au début des années 1980, il est quasi oublié des plus jeunes et éclipsé par d’autres filons politiques et métapolitiques ; qui plus est, la donne a considérablement changé : les Américains ont fait alliance avec les Chinois en 1972 et, dès lors, ces derniers ne peuvent plus constituer un allié de revers. Comme d’autres, dans leur propre coin et sans concertation, tels Guido Giannettini et Jean Parvulesco, il élabore un projet euro-soviétique ou euro-russe que le régime d’Eltsine ne permettra pas de concrétiser. Il rencontre Alexandre Douguine en 1992, visite Moscou, rencontre des « rouges-bruns » mais meurt inopinément en novembre de la même année.

Ce qu’il faut retenir de Thiriart, c’est l’idée d’une école des cadres formées aux principes émis par la philosophie politique pure et à la géopolitique. Il faut aussi retenir l’idée d’une Europe comme espace géostratégique et militaire unique. C’est l’enseignement de la seconde guerre mondiale : la Westphalie se défend sur les plages de Normandie, la Bavière sur la Côte d’Azur et le cours du Rhône, Berlin à Koursk. Les moteurs ont permis le rétrécissement considérable de l’espace stratégique tout comme ils ont permis la Blitzkrieg de 1940 : avec un charroi hippomobile, aucune armée ne pouvait atteindre Paris depuis la Lorraine ou le Brabant. Les échecs de Philippe II après la bataille de Saint-Quentin le prouvent ; Götz von Berlichingen ne dépassera jamais Saint-Dizier ; les Prussiens et les Autrichiens ne dépassent pas Valmy et les armées du Kaiser sont arrêtées sur la Marne. Seule exception : l’entrée des alliés à Paris après la défaite de Napoléon à Leipzig. Les Etats-Unis sont désormais l’unique superpuissance, même si le développement d’armements nouveaux et l’hypertrophie impériale, qu’ils se sont imposée par démesure irréfléchie, battent lentement en brèche cette force militaire colossale, défiée récemment par les capacités nouvelles des missiles russes et peut-être chinois. L’indépendance européenne passe par une sorte de vaste front du refus, par une participation à d’autres synergies que celles voulues par Washington, comme le voulait aussi Armin Mohler. Ce refus érodera lentement mais sûrement la politique suprématiste des Américains et rendra finalement le monde « multipolaire ». La multipolarité est l’objectif à viser comme le voulait sans doute Thiriart mais aussi Armin Mohler et comme le veulent, à leur suite, Alexandre Douguine, Leonid Savin et votre serviteur.   

Trois auteurs allemands semblent vous avoir particulièrement marqué : Ernst Jünger, Carl Schmitt et Günter Maschke. Que conservez-vous de leurs pensées ?

En fait, vous me demandez d’écrire un livre… J’admire les écrits politiques du jeune Jünger, rédigés au beau milieu des effervescences des années 1920 comme j’admire aussi ses récits de voyage, ses observations en apparence banales qui ont fait dire à quelques jüngeriens, exégètes de son œuvre, qu’il était un « Augenmensch », littéralement un « homme d’yeux », un homme qui arraisonne le monde de la nature et des formes (culturelles, architecturales, …) par le regard, par un regard pénétrant qui porte bien au-delà de la surface des choses vues et perçoit les règles et les rythmes de leur intériorité.

Je sortirai très bientôt un ouvrage copieux mais qui ne sera certainement pas exhaustif sur Carl Schmitt. Je tiens à rappeler ici que Carl Schmitt écrit ses premiers textes pertinents à l’âge de seize ans et couche sur le papier son dernier texte fondamental à 91 ans. Nous avons donc une œuvre colossale qui s’étend sur trois quarts de siècle. Carl Schmitt est le théoricien de beaucoup de choses mais on retient essentiellement de lui l’idée de décision et l’idée de « grand espace ». Mon ouvrage, à paraître aux éditions du Lore, montrera le rapport de Schmitt à l’Espagne, la nature très particulièrement de son catholicisme romain dans le contexte des débats qui ont animé le catholicisme allemand, son pari pour la Terre contre la Mer, etc.

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Günter Maschke, sur le siège de son appartement d'où il émet ses réflexions puissantes sur la pensée de Carl Schmitt, d'où il récite par coeur les plus beaux poèmes de Gottfried Benn et d'où il brocarde tous les esprits impolitiques !

Parler de Günter Maschke m’intéresse davantage dans le cadre du présent entretien. J’ai connu Günter Maschke à la Foire du Livre de Francfort en 1984, puis lors d’un petit colloque organisé à Cologne en 1985 par des lycéens et des étudiants inféodés au Gesamtdeutscher Studentenverband, une association qui entendait chapeauter les organisations étudiantes qui, à l’époque, oeuvraient à la réunification du pays. Maschke est un ancien animateur tonitruant et pétulant des années activistes de 1967 et 1968 à Vienne, dont il sera expulsé pour violences de rue. Pour échapper à la prison en RFA, parce qu’il était déserteur, il réussira, via le collectif français « Socialisme ou Barbarie » à être discrètement exfiltré vers Paris d’abord, Cuba ensuite. Il s’installera dans la république insulaire et castriste des Caraïbes et y rencontrera Castro qui lui fit faire un tour de l’île pour lui montrer « ses » champs de canne à sucre et toutes « ses » propriétés agricoles. Maschke, qui ne peut tenir sa langue, lui a rétorqué : « Mais tu es le plus grand latifundiste d’Amérique latine ! ». Vexé, le lider maximo n’a pas reconduit son droit d’asile et Maschke s’est retrouvé à la case départ, c’est-à-dire dans une prison ouest-allemande pendant treize mois, le temps d’un service militaire refusé, comme le voulait la loi. En prison, il découvre Carl Schmitt et son disciple espagnol Donoso Cortès et, dans l’espace étroit de sa cellule, il trouve son chemin de Damas.

Beaucoup d’activistes de 67-68 en Allemagne tourneront d’ailleurs le dos aux idéologies qu’ils avaient professées ou instrumentalisées (sans trop y croire vraiment) dans leurs années de jeunesse : Rudi Dutschke était, au fond un nationaliste luthérien anti-américain ; ses frères ont donné des entretiens au journal néo-conservateur berlinois Junge Freiheit, et non à la presse gauchiste habituelle, celle qui répète les slogans d’hier sans se rendre compte qu’elle bascule dans l’anachronisme et le ridicule ; Frank Böckelmann, que Maschke m’a présenté lors d’une Foire du Livre, venait du situationnisme allemand et n’a plus cessé de fustiger ses anciens camarades dont l’antipatriotisme, dit-il, est l’indice d’une « fringale de limites », d’une volonté de s’autolimiter et de s’automutiler politiquement, de pratiquer l’ethno-masochisme. Klaus Rainer Röhl, aujourd’hui nonagénaire, fut l’époux d’Ulrike Meinhof, celle qui, avec Baader, sombrera dans le terrorisme. Röhl, lui aussi, se rapprochera des nationalistes alors que ce sont les articles d’Ulrike Meinhof dans sa revue konkret qui déclencheront les premières bagarres berlinoises lors de la venue du Shah d’Iran.

Baaderfilm.jpgLe film d’Uli Edel consacré à la « Bande à Baader » (2008) montre aussi le glissement graduel du « complexe » terroriste en RFA, qui part d’un anti-impérialisme idéaliste et irraisonné, débridé et hystérique, mais parfois juste dans certaines de ses analyses, pour déboucher sur un terrorisme encore plus radical mais au service, finalement, de l’impérialisme américain : dans son film, Edel montre très clairement le jeu, notamment quand Baader, déjà arrêté et jugé, s’entretient avec le chef des services de police, et lui explique que la deuxième génération des terroristes n’obéit plus aux mêmes directives, surtout pas aux siennes. La deuxième génération des terroristes, alors que Meinhof, Baader et Ensslin (par ailleurs belle-sœur de Maschke !) étaient emprisonnés et non encore suicidés, assassine des hommes d’Etat ou des décisionnaires économiques qui voulaient justement mener des politiques en contradiction avec la volonté des Etats-Unis et émanciper la RFA de la tutelle pesante que Washington faisait peser sur elle. Ce glissement explique aussi l’attitude prise par Horst Mahler, avocat de Baader et partisan, en son temps, de la lutte armée. Lui aussi passera au nationalisme à sa sortie de prison, un nationalisme fortement teinté de luthérianisme, et retournera en prison pour « révisionnisme ». Aux dernières nouvelles, il y croupirait toujours.

Au début des années 1980, Maschke est éditeur à Cologne et publie notamment des ouvrages de Carl Schmitt (La Terre et la Mer), de Mircea Eliade, de Pierre Drieu la Rochelle, d’Agnès Heller et de Régis Debray. Chaque année, en octobre quand se tenait la fameuse Foire du Livre de Francfort, Maschke, qui trouvait que j’avais une bonne bouille de jeune réac’ imperturbable, me faisait dresser par Sigi, son inoubliable épouse qui nous a quittés trop tôt, un lit de camp au beau milieu de son bureau prestigieux, où se trouvaient les plus beaux fleurons de sa bibliothèque. C’est ainsi que chaque année, de 1985 à 2003, j’ai fréquenté le « salon Maschke », où passaient des personnalités aussi prestigieuses que l’écrivain conservateur et catholique Martin Mosebach ou le philosophe grec du politique Panajotis Kondylis, l’ex-situ Franck Böckelmann ou le polémologue suisse Jean-Jacques Langendorf. Ces soirées étaient, je dois l’avouer, bien arrosées ; on y chantait et déclamait des poèmes (Maschke aime ceux de Gottfried Benn), la rigolade était de rigueur et les oreilles de bon nombre de sots et de prétentieux ont dû siffler tant ils ont été brocardés. J’ai hérité de Maschke un franc-parler, qui m’a souvent été reproché, et il a largement contribué à consolider en moi la verve moqueuse des Bruxellois, celle que je dois à mon oncle Joseph, le frère de ma mère, lanceur de bien verts sarcasmes.

Sur la photo, Joshka Fischer, devenu ministre hessois, prête serment en baskets.

Joschka-Fischer-Turnschuhe.pngJe ne saurais clore ce paragraphe sans rappeler la rencontre fortuite entre Maschke et Joschka Fischer, l’année où ce dernier était devenu ministre du Land de Hesse, première étape qui le conduira à devenir le ministre allemand des affaires étrangères qui a fait participer son pays à la guerre contre la Serbie. Fischer déambulait dans les longs couloirs de la Foire du Livre. Maschke fond sur lui et s’en va lui tâter et pétrir le ventre, bien dodu, en lançant à la cantonade : « Eh bien, camarade Fischer, ça engraisse son homme de devenir ministre ». S’ensuivit une logorrhée de propos acerbes déversés sur le petit Fischer qui regardait ses baskets (son image de marque à l’époque, pour faire « cool ») et bafouillait des excuses qui n’en étaient pas. En le grondant comme s’il n’était qu’un sale mioche, Maschke lui prouvait que son néonationalisme à lui, schmittien, était dans la cohérence anti-impérialiste des années 67-68, tandis que l’alignement de Fischer en était la honteuse trahison. L’avenir lui donnera amplement raison : Fischer, ancien Krawallo violent du gauchisme hessois, deviendra un vil valet de l’impérialisme américain et capitaliste ; les propos dithyrambiques qu’il a prononcés ces dernières semaines pour faire l’éloge de la Chancelière Merkel ne font qu’accentuer cet amer sentiment de trahison. Ces remarques valent évidemment pour Daniel Cohn-Bendit, aujourd’hui belliciste à la solde de Washington. Jean-François Kahn, dans un entretien accordé très récemment à la Revue des deux mondes, parle de lui comme d’un soixante-huitard devenu néocon à la mode des anciens trotskistes de la Côte Est.

Photo: Gudrun Ensslin rejette son passé rigoriste protestant, tout comme le faisait le mouvement provo hollandais.

EnsslinGudrunnude.jpgDans sa quête après son retour de Cuba et son séjour dans un lugubre ergastule bavarois, Maschke, à la différence de Mahler par exemple ou de la famille de Dutschke, évoluera, avec Schmitt et Donoso, vers un catholicisme baroque et joyeux, fortement teinté d’hispanisme et rejettera la violence crispée, protestante et néo-anabaptiste qui avait si nettement marqué les révolutionnaires extra-parlementaires allemands des années 1960. Pour lui comme pour le cinéaste Edel, les sœurs Ensslin, par exemple, étaient excessivement marquées par l’éducation rigoriste et hypermoraliste, propre à leur milieu familial protestant, ce qui lui paraissait insupportable après son séjour à Cuba et ses voyages en Espagne. Aussi parce que Gudrun Ensslin basculait dans un goût morbide pour une sexualité débridée et promiscuitaire, résultat d’un rejet du puritanisme protestant que met bien en exergue le film d’Edel. La critique maschkienne de l’antichristianisme de la nouvelle droite (française) se résume, à son habitude, par quelques bons mots : ainsi, répétait-il, « ce sont des gars qui ont lu simultanément Nietzsche et Astérix puis, de ce mixte, ont fabriqué un système ». Pour lui, l’antichristianisme de Nietzsche était une hostilité aux rigueurs du protestantisme de la famille de pasteurs prussiens dont était issu le philosophe de Sils-Maria, attitude mentale qu’il est impossible de transposer en France, dont la tradition est catholique, Maschke ne prenant pas en compte la tradition janséniste.

Ces anecdotes pour montrer que toute attitude politique doit retomber dans une sorte de réalisme aristotélicien.

Vous revenez dans votre livre, « Pages celtiques », sur l’apport du monde celte à notre civilisation continentale. Que gardons-nous de « gaulois » dans notre identité européenne ? Vous revenez sur le mouvement nationaliste irlandais et écossais longuement. Quelles leçons devons-nous tirer de leurs longues luttes ?

Dans Pages celtiques, j’ai voulu, pour l’essentiel, souligner trois choses : premièrement, la disparition de toutes les références culturelles et linguistiques celtiques est le résultat de la romanisation des Gaules ; cette romanisation fut apparemment rapide au sein des élites mais plus lente dans les sphères de la culture populaire, où elles ont résisté pendant cinq ou six siècles. La culture vernaculaire est restée de langue celtique jusqu’à l’arrivée des Germains, des Francs, qui prenaient le relais des Romains. On peut affirmer que la religiosité populaire est restée celle des « paysans éternels » (Mircea Eliade) et qu’elle est demeurée plus ou moins celle dont les Celtes pratiquaient les rituels. Cette religiosité de la glèbe est demeurée intacte sous le vernis chrétien, religion des élites seules au départ. Les dei loci, les dieux des lieux, sont tout simplement devenus des saints ou des madones, nichées dans les troncs des chênes ou placées aux carrefours ou près des sources. La « dé-celtisation », l’éradication de la religion des « paysans éternels », s’est opérée sous les coups de la modernité, avec la généralisation de la télévision et… avec Vatican II. Ce que les Français ont encore de « gaulois », a été mis en sommeil : c’est une jachère qui attend un réveil. Notre fond, en Belgique, a été, lui, profondément germanisé et romanisé, dans le sens où les Eburons, les Aduatuques et les Trévires étaient déjà partiellement germanisés du temps de César et où les tribus germaniques ingwéoniennes installées ultérieurement dans la vallée de la Meuse ont été au service de Rome et rapidement latinisées.

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Statue de Colomban à Luxeuil-les-Bains.

Deuxièmement, l’apport celtique est également chrétien dans le sens où, à la fin de l’ère mérovingienne et au début de l’ère pippinide/carolingienne, les missions chrétiennes ne sont pas seulement téléguidées par Rome ; elles sont aussi irlando-écossaises avec Saint Colomban qui s’installe à Luxeuil-les-Bains, ancien site thermal gaulois puis romain. La Lorraine, l’Alsace, la Franche-Comté, la Suisse, le Wurtemberg, la Bavière, le Tyrol et une partie de l’Italie du Nord reçoivent le message chrétien non pas d’apôtres venus du Levant ou de missionnaires mandatés par Rome mais par des moines et des ascètes irlando-écossais qui proclament un christianisme plus proche de la religiosité naturelle des autochtones, avec quelques dimensions panthéistes, tout en préconisant le recopiage à grande échelle des manuscrits antiques, grecs et latins. Le syncrétisme chrétien, celtique et gréco-latin, qu’ils nous ont proposé, reste le fondement de notre culture européenne et toute tentative d’ôter ou d’éradiquer l’un de ces éléments serait une mutilation inutile voire perverse, qui déséquilibrerait en profondeur les assises de nos sociétés. Le moralisme béat et niais, propre à l’histoire récente de l’Eglise et à sa volonté de se « tiers-mondiser », a d’ailleurs ruiné toute la séduction que la religion pouvait exercer sur les masses populaires. Ne pas tenir compte du vernaculaire (celtique ou autre) et ne plus défendre à tout prix l’héritage des humanités classiques (avec la philosophie politique d’Aristote) ont éloigné et les masses et les élites intellectuelles et politiques de l’Eglise. Les paroisses ont perdu leurs ouailles : en effet, qu’avaient-elles à gagner à entendre répéter ad nauseam le prêchi-prêcha sans épaisseur qu’on leur propose désormais ?

Photo: statue du révolutionnaire irlandais Wolfe Tone à Dublin. 

WolfeToneStatue.JPGTroisièmement, au 18ième siècle, les Lumières politiques irlandaises, écossaises et galloises sont certes hostiles à l’absolutisme, réclament des formes nouvelles de démocratie, revendiquent une participation populaire aux choses publiques et appellent à un respect par les élites des cultures vernaculaires. Le républicanisme éclairé des Irlandais, Gallois et Ecossais, est hostile à la monarchie anglaise qui a soumis les peuples celtiques et le peuple écossais (mixte de Celtes, de Norvégiens et d’Anglo-Saxons libres) à un véritable processus de colonisation, particulièrement cruel, mais cette hostilité s’accompagne d’un culte très pieux voué aux productions culturelles du petit peuple. En Irlande, ce républicanisme n’est pas hostile au catholicisme foncier et contestataire des Irlandais ni aux multiples résidus du paganisme panthéiste que recèle naturellement et syncrétiquement ce catholicisme irlandais. Les représentants de cette religiosité ne sont pas traités de « fanatiques », de « superstitieux » ou de « brigands » par les élites républicaines. Ils ne sont pas voués aux gémonies ni traînés à la guillotine ou à la potence.

Les Lumières celtiques des Iles Britanniques ne renient pas les enracinements. Au contraire, elles les exaltent. La Bretagne, non républicaine, est victime, comme tout l’Ouest, d’une répression féroce par les « colonnes infernales ». Elle adhère dès lors en gros à l’ancien régime, en cultive la nostalgie, aussi parce qu’elle avait, à l’époque, un « Parlement de Bretagne » qui fonctionnait de manière optimale. L’oncle de Charles De Gaulle, le « Charles De Gaulle n°1 », sera le maitre d’œuvre d’une renaissance celtique en Bretagne au 19ième siècle, dans le cadre d’une idéologie monarchiste. A la même époque, les indépendantistes irlandais luttaient pour obtenir le « Home Rule » (l’autonomie administrative). Parmi eux, à la fin du 19ième siècle, il y avait Padraig Pearse qui créera un nationalisme mystique, alliant catholicisme anti-anglais et mythologie celtique. Il paiera de sa vie son engagement indéfectible : il sera fusillé suite au soulèvement de Pâques 1916. De même le chef syndicaliste James Connolly, mêlera marxisme syndicaliste et éléments libertaires de la mythologie irlandaise. Il partagera le sort tragique de Pearse.

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James Connolly.

Les leaders de l’Irlande indépendante offriront aux observateurs politiques de tous horizons un cocktail original de syndicalisme nationaliste, de celtisme mystique et de catholicisme social, où l’idéologie des droits de l’homme sera mobilisée contre les Britanniques non pas dans un sens individualiste, avec, pour référence, un homme détaché de tout lien social, de tout passé, donc avec un homme qui est posé comme une « apostasie sans nom du réel ». Au contraire, l’idéologie républicaine irlandaise raisonne au départ d’une vision de l’homme imbriqué dans un tout culturel, social et bio-ethnique. Ce tout doit alors aussi être l’objet d’une protection légale avec, pour corollaire, que toute atteinte, quelque part dans le monde, à l’un de ces ensembles ethno-socio-culturels est une atteinte à un droit fondamental de l’homme, celui d’appartenir à une culture. Les droits de l’homme sont donc, pour les Irlandais, indissociables des cultures qui animent et irriguent les sociétés humaines.

Après la seconde guerre mondiale, les Gallois prendront fait et cause pour les Bretons poursuivis par la République, qui sera condamnée par la Cour Internationale des Droits de l’Homme pour crime contre la culture bretonne : ce fait est bien évidemment oublié, parce qu’il a été sciemment occulté. Aujourd’hui, notamment à la suite des tirades péremptoires des « nouveaux philosophes », dont la trajectoire commence vers 1978 et se poursuit aujourd’hui, quarante ans plus tard ( !), avec les fulminations hystériques de Bernard-Henri Lévy, la République se veut la défenderesse par excellence des droits de l’homme : il est dès lors piquant et amusant de rappeler qu’elle a été condamnée sur plainte de Gallois et d’Irlandais pour crime contre une culture vernaculaire de l’Hexagone et que, par voie de conséquence, tout acte politique qui enfreindrait finalement les droits de la culture populaire ou contesterait à celle-ci le simple droit à l’existence et au déploiement, est également un crime passible d’une condamnation équivalente. Il existe donc d’autres interprétations et applications possibles des droits de l’homme que celle qui traite automatiquement d’arriéré et de fasciste potentiel toute personne se réclamant d’une identité charnelle. Les droits de l’homme sont ainsi parfaitement compatibles avec le droit de vivre une culture enracinée, spécifique et inaliénable, qui, finalement, a valeur sacrée, sur un sol qu’elle a littéralement pétri au fil des siècles. Hervé Juvin, par le biais d’une interprétation originale et politiquement pertinente des travaux ethnologiques et anthropologiques de Claude Lévi-Strauss et de Robert Jaulin, est celui qui nous indique le chemin à suivre aujourd’hui pour sortir de cette ambiance délétère, où nous sommes appelés à vouer une haine inextinguible envers ce que nous sommes au plus profond de nous-mêmes, à nous dépouiller de notre cœur profond pour nous vautrer dans le nihilisme de la consommation et du politiquement correct.

Je dois partiellement ce celtisme à la fois révolutionnaire et identitaire à l’activiste, sociologue et ethnologue allemand Henning Eichberg, théoricien et défenseur des identités partout dans le monde, qui avait exprimé un celtisme analogue dans un ouvrage militant et programmatique, paru au début des années 1980, au même moment où Olier Mordrel avait fait paraitre son Mythe de l’Hexagone. Mon ami Siegfried Bublies donnera d’ailleurs le titre de Wir Selbst à sa revue nationale-révolutionnaire non conformiste, traduction allemande du gaëlique Sinn Fein (= « Nous-Mêmes »). Bublies fut l’éditeur des textes polémiques et politiques d’Eichberg, décédé, hélas trop tôt, en avril 2017.

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Henning Eichberg.

Dans Pages celtiques, j’ai également rendu hommage à Olier Mordrel, combattant breton, et défini la notion de patrie charnelle, tout en fustigeant les idéologies qui veulent l’éradiquer et la criminaliser. 

Vous relancez des activités transeuropéennes. Comment jugez-vous l'évolution des forces  « identitaires » en Europe ?

Non, je ne relance rien du tout. Je suis trop vieux. Il faut laisser la place aux jeunes, qui se débrouillent très bien selon des critères et des clivages propres à leur génération, selon des modes de communication que je ne maîtrise pas aussi bien qu’eux, tels les réseaux sociaux, les vidéos sur youtube, instagram, facebook ou autres. Ensuite, les instituts contestataires de la gabegie ambiante se multiplient à bon rythme car nous vivons une révolution conservatrice consolidée par rapport à ce qu’elle était, en jachère, il y a vingt ou trente ans. Il est vrai que les pouvoirs dominants n’ont pas tenu leurs promesses : des Trente Glorieuses, on est passé aux Trente Piteuses, selon l’écrivain suisse Alexandre Junod, que j’ai connu enfant et qui a si bien grandi... Et il est encore optimiste, ce garçon : s’il écrit encore un livre, il devra évoquer les « Trente Merdeuses ». Car on est tombé très très bas. C’est vraiment le Kali Yuga, comme disent les traditionalistes qui aiment méditer les textes hindous et védiques. Je me mets modestement au service des nouvelles initiatives. Les forces identitaires sont plurielles aujourd’hui mais les dénominateurs communs entre ces initiatives se multiplient, fort heureusement. Il faut travailler aux convergences et aux synergies (comme je l’ai toujours dit…). Mon éditeur Laurent Hocq s’est borné à annoncer trois colloques internationaux pour promouvoir nos livres à Lille, Paris et Rome. C’est tout. Pour ma part, je me bornerai à conseiller des initiatives comme les universités d’été de « Synergies européennes », même si elles étaient très théoriques, car elles permettent de se rencontrer et de moduler des stratégies fécondes pour les années à venir.  

Pour commander la trilogie EUROPA aux éditions Bios: www.editionsbios.fr

Pour commander Pages celtiques et La révolution conservatrice allemande auprès des éditions du Lore : www.diffusiondulore.fr

 

 

 

Déclin aristocratique et corvée démocratique

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Déclin aristocratique et corvée démocratique 

Les Carnets de Nicolas Bonnal

Ex: http://www.dedefensa.org

On peut s’adonner à l’adoration de la démocratie en ces temps d’État profond et d’Europe de Bruxelles, il reste que le mot plèbe, dont elle marque la triomphe, a été balayé de tous temps par les génies de l’humanité, à commencer par Platon ou Juvénal, jusqu’à Nietzsche ou Tocqueville. On a évoqué les transformations sociétales (les chiens et les gosses qui parlent aux maîtres et aux parents, etc.) du livre VIII de la République, mais on va revenir ici à la démocratie à la grecque et à sa gestion compliquée…

Fustel de Coulanges dresse un tableau assez terrible de la progression démocratique à Athènes et dans la Grèce ancienne, où elle fut plus cruelle qu’à Athènes, parfois abominable. Mais elle est tellement fatale et inévitable – y compris la décadence qui va avec – qu’on ne va pas la dénoncer !

La Cité dans l’Histoire… Fustel écrit, dans un style proche de Tocqueville :

« Mais telle est la nature humaine que ces hommes, à mesure que leur sort s’améliorait, sentaient plus amèrement ce qu’il leur restait d’inégalité. »

La progression de la plèbe est bien sûr liée à celle de la tyrannie :

« Dans quelques villes, l’admission de la plèbe parmi les citoyens fut l’œuvre des rois ; il en fut ainsi à Rome. Dans d’autres, elle fut l’œuvre des tyrans populaires ; c’est ce qui eut lieu à Corinthe, à Sicyone, à Argos. »

Fustel ici nous fait découvrir un poète méconnu et politiquement réac, Théognis de Mégare. Le passage est passionnant, décrivant un déclin de l’humanité qui nous rappelle celui où Ortega nous explique que l’humanité moderne, comme la romaine, est devenuestupide :

« Le poète Théognis nous donne une idée assez nette de cette révolution et de ses conséquences. Il nous dit que dans Mégare, sa patrie, il y a deux sortes d’hommes. Il appelle l’une la classe des bons, ἀγαθοί; c’est, en effet, le nom qu’elle se donnait dans la plupart des villes grecques. Il appelle l’autre la classe des mauvais, κακοί; c’est encore de ce nom qu’il était d’usage de désigner la classe inférieure. Cette classe, le poète nous décrit sa condition ancienne : « elle ne connaissait autrefois ni les tribunaux ni les lois » ; c’est assez dire qu’elle n’avait pas le droit de cité. Il n’était même pas permis à ces hommes d’approcher de la ville ; « ils vivaient en dehors comme des bêtes sauvages ». Ils n’assistaient pas aux repas religieux ; ils n’avaient pas le droit de se marier dans les familles des bons. »

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Théognis apparaît comme un nostalgique du temps jadis, le laudator temporis acti, façon Bonald par exemple qui écrit au lendemain de la brutale Révolution dite française (comme disait Debord, une bourgeoisie habillée… à la romaine). Il ajoute :

« Mais que tout cela est changé ! les rangs ont été bouleversés, « les mauvais ont été mis au-dessus des bons ». La justice est troublée ; les antiques lois ne sont plus, et des lois d’une nouveauté étrange les ont remplacées. La richesse est devenue l’unique objet des désirs des hommes, parce qu’elle donne la puissance. L’homme de race noble épouse la fille du riche plébéien et « le mariage confond les souches ». 

Et Fustel décrit le noble destin de Théognis :

« Théognis, qui sort d’une famille aristocratique, a vainement essayé de résister au cours des choses. Condamné à l’exil, dépouillé de ses biens, il n’a plus que ses vers pour protester et pour combattre. Mais s’il n’espère pas le succès, du moins il ne doute pas de la justice de sa cause ; il accepte la défaite, mais il garde le sentiment de son droit. A ses yeux, la révolution qui s’est faite est un mal moral, un crime. Fils de l’aristocratie, il lui semble que cette révolution n’a pour elle ni la justice ni les dieux et qu’elle porte atteinte à la religion. « Les dieux, dit-il, ont quitté la terre ; nul ne les craint. La race des hommes pieux a disparu ; on n’a plus souci des Immortels. »

Puis, comme Mircéa Eliade, mais bien avant, Fustel explique que Théognis comprend qu’on oubliera même le souvenir de la nostalgie :

« Ces regrets sont inutiles, il le sait bien. S’il gémit ainsi, c’est par une sorte de devoir pieux, c’est parce qu’il a reçu des anciens « la tradition sainte », et qu’il doit la perpétuer. Mais en vain la tradition même va se flétrir, les fils des nobles vont oublier leur noblesse ; bientôt on les verra tous s’unir par le mariage aux familles plébéiennes, « ils boiront à leurs fêtes et mangeront à leur table » ; ils adopteront bientôt leurs sentiments. Au temps de Théognis, le regret est tout ce qui reste à l’aristocratie grecque, etce regret même va disparaître. »

Et comme on ne descend jamais assez bas, cette semaine j’ai découvert que ma libraire ne savait pas écrire Shakespeare, ma femme que son imprimeur de partitions ignorait qui était Mozart.

Le culte religieux, lié à l’aristocratie (la marque de l’aristocrate c’est la piété, dit Bonald) disparait donc :

« En effet, après Théognis, la noblesse ne fut plus qu’un souvenir.

Les grandes familles continuèrent à garder pieusement le culte domestique et la mémoire des ancêtres ; mais ce fut tout. Il y eut encore des hommes qui s’amusèrent à compter leurs aïeux ; mais on riait de ces hommes. On garda l’usage d’inscrire sur quelques tombes que le mort était de noble race ; mais nulle tentative ne fut faite pour relever un régime à jamais tombé. Isocrate dit avec vérité que de son temps les grandes familles d’Athènes n’existaient plus que dans leurs tombeaux (La cité antique, pp.388-389). »

Arrive la démocratie dont on oublie qu’elle fut surtout une corvée compliquée (comme dit Cochin, il faut se coucher tard pour conspirer longtemps…). Le peuple gagne peu à devenir démocrate. Il en devient esclave, explique Fustel dans des chapitres justement ignorés…

« A mesure que les révolutions suivaient leur cours et que l’on s’éloignait de l’ancien régime, le gouvernement des hommes devenait plus difficile. Il y fallait des règles plus minutieuses, des rouages plus nombreux et plus délicats. C’est ce qu’on peut voir par l’exemple du gouvernement d’Athènes. »

Ici on croirait du Tocqueville. Peut-être que la sensibilité aristocratique de nos deux grands historiens…

Numa_Fustel_de_Coulanges.jpgMais Fustel décrit la corvée démocratique au jour le jour (pp.451-452) :

« On est étonné aussi de tout le travail que cette démocratie exigeait des hommes. C’était un gouvernement fort laborieux. Voyez à quoi se passe la vie d’un Athénien. Un jour il est appelé à l’assemblée de son dème et il a à délibérer sur les intérêts religieux ou financiers de cette petite association. Un autre jour, il est convoqué à l’assemblée de sa tribu ; il s’agit de régler une fête religieuse, ou d’examiner des dépenses, ou de faire des décrets, ou de nommer des chefs et des juges. »

Après c’est du Prévert :

« Trois fois par mois régulièrement il faut qu’il assiste à l’assemblée générale du peuple ; il n’a pas le droit d’y manquer. Or, la séance est longue ; il n’y va pas seulement pour voter : venu dès le matin, il faut qu’il reste jusqu’à une heure avancée du jour à écouter des orateurs. Il ne peut voter qu’autant qu’il a été présent dès l’ouverture de la séance et qu’il a entendu tous les discours. Ce vote est pour lui une affaire des plus sérieuses ; tantôt il s’agit de nommer ses chefs politiques et militaires, c’est-à-dire ceux à qui son intérêt et sa vie vont être confiés pour un an ; tantôt c’est un impôt à établir ou une loi à changer ; tantôt c’est sur la guerre qu’il doit voter, sachant bien qu’il aura à donner son sang ou celui d’un fils. Les intérêts individuels sont unis inséparablement à l’intérêt de l’État. L’homme ne peut être ni indifférent ni léger. »

Tout est préférable au règne des Agathoi (les « bons » de Théognis)… Fustel ajoute :

« Le devoir du citoyen ne se bornait pas à voter. Quand son tour venait, il devait être magistrat dans son dème ou dans sa tribu. Une année sur deux en moyenne, il était héliaste, c’est-à-dire juge, et il passait toute cette année-là dans les tribunaux, occupé à écouter les plaideurs et à appliquer les lois. Il n’y avait guère de citoyen qui ne fût appelé deux fois dans sa vie à faire partie du Sénat des Cinq cents ; alors, pendant une année, il siégeait chaque jour, du matin au soir, recevant les dépositions des magistrats, leur faisant rendre leurs comptes, répondant aux ambassadeurs étrangers, rédigeant les instructions des ambassadeurs athéniens, examinant toutes les affaires qui devaient être soumises au peuple et préparant tous les décrets. »

Avec sa méticulosité et sa soif de taxes et de règlements, la démocratie exige déjà un job à temps plein qui va créer une bureaucratie fonctionnarisée. Et on retombe inévitablement sur l’importance de l’argent déjà dénoncée par Théognis :

«  Enfin il pouvait être magistrat de la cité, archonte, stratège, astynome, si le sort ou le suffrage le désignait. On voit que c’était une lourde charge que d’être citoyen d’un État démocratique, qu’il y avait là de quoi occuper presque toute l’existence, et qu’il restait bien peu de temps pour les travaux personnels et la vie domestique. Aussi Aristote disait-il très-justement que l’homme qui avait besoin de travailler pour vivre ne pouvait pas être citoyen. »

N’oublions que la Révolution Française accoucha de la plus formidable armée de fonctionnaires au monde, celle qui émerveillait aussi bien Taine que le pauvre Karl Marx qui inspira les totalitarismes révolutionnaires(« dans un pays comme la France, où le pouvoir exécutif dispose d’une armée de fonctionnaires de plus d’un demi-million de personnes et tient, par conséquent, constamment sous sa dépendance la plus absolue une quantité énorme d’intérêts et d’existences, où l’État enserre contrôle, réglemente, surveille et tient en tutelle la société civile… »).

On n’est pas ici pour transformer le cours de l’histoire humaine, et on s’en gardera, vu que ce désir malheureux est si souvent promis à un sort malheureux ! Mais on ne s’étonnera alors pas, etj’inviterai à découvrir l’œuvre du philosophe libertarien Hoppe à ce propos, en affirmant que le grand avènement démocratique, avec son cortège de guerres impériales-humanitaires-messianiques, de contrôles étatiques et d’inflation fiscale,  marque souvent la fin d’une civilisation en fait – y compris et surtout sur le plan culturel. Que le phénomène démocratique ait débouché sur le césarisme ici, le fascisme ou le communisme là, et sur la création maintenant d’une caste mondialisée de bureaucrates belliqueux ne devra bouleverser personne.

Sources citées 

Théognis – Elégies (Remacle.org)

Fustel – La cité dans l’histoire (classiques.uqac.ca)

Marx – Le dix-huit Brumaire

Zombies « antifas » et délires idéologiques

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Zombies « antifas » et délires idéologiques

par Dominique Baettig

Médecin, ancien conseil national (CH)

Ex: http://www.lesobservateurs.ch

Très peu de temps après avoir insulté, hué, incité à la haine, menacé, jeté des pierres contre les invités à la conférence de C. Blocher à Glovelier, les altermondialistes, antifas zombifiés ( morts vivants, programmés, selon des réflexes pavloviens, à combattre partout fascisme, racisme et autres concepts moralistes délirants selon leurs lunettes déformantes , tout ce qui n’est pas d’accord avec eux en fait !), redonnent dans le QJ un nouvel échantillon de leurs pratiques de harcèlement et d’interdiction du débat d’idées qui devrait pourtant être la marque de toute démocratie.

Le récit de Tina Leiser (une militante qui protège bien sûr les gentils migrants envahisseurs et  victimes de la haine des habitants autochtones) à Lesbos est hallucinant. On a peine à y croire, tant le récit descriptif des habitants locaux, en plein débarquement imposé, interdits de faire marcher le tourisme, se voyant imposés le droit à migrer sans discussion, abandonnés par l’Etat, piétinés par l’Union européenne, manipulés par les passeurs qui se moquent éperdument du chaos induit, est proche de la caricature. Pour les convictions délirantes des antifas, police politique qui se place en dessus du Droit, à la fois police de la pensée, pré-jugement expéditif ( sur des biais idéologiques) et bourreau habilité à frapper de manière préventive, les protestations des populations bousculées et dépouillées sont des manifestations de la « haine de l’Autre ». Elle cherche à neutraliser les victimes des chaos migratoires et criminaliser toute protestation.

L’affaire Théo, récemment en France était une illustration de cette manière de présenter des « fake news » qui ont eu la vie trop longue : des policiers accusés à tort d’avoir « sodomisé » un récalcitrant membre d’une minorité visible et donc forcément innocente. Ces terroristes, mélange de gardes rouges maoïstes et d’illuminés religieux (l’idolâtrie inconditionnelle et repentante du Grand Autre multiculturel) sont totalitaires et dangereux, sûrs d’eux-mêmes et convaincus de bénéficier de l’impunité. La manifestation antiBlocher n’était qu’un prétexte à houspiller des gens plutôt âgés, soucieux des inconvénients de la mondialisation et de la destruction, par remplacement, de leur monde qui disparaît. Ceux qui ont écouté la causerie de celui qui a , à l’époque,  en s’appuyant sur les principes de la démocratie directe, empêché l’intégration dans la machine libérale de l’Europe ont aujourd’hui entendu un discours très peu profilé : on ne peut pas faire grand-chose dit-il à ceux qui s’inquiètent des coûts de la santé, apprenez à être concurrentiels face à l’agriculture brésilienne répond-il à un agriculteur qui s’inquiète de la disparition des domaines agricoles, accueillons les forces de travail utiles à l’économie multinationale qui s’est installée ici pour bénéficier des conditions cadres propices à l’innovation. Rien sur les traités qui font perdre la souveraineté économique et politique de notre pays comme FATCA, TTIP, juste la promotion d’ initiatives politiciennes qui sont acceptées par le peuple certes mais engluées et dénaturés par la classe politique et parlementaire. Pas vraiment menaçant pour l’establishment. On peut facilement mesurer le fossé entre les fantasmes des altermondialistes et la réalité du pragmatique et libéral refondateur de l’UDC. C. Blocher est d’abord un entrepreneur avisé, un manager, qui sait s’offrir un soutien de légitimité populaire et s’appuie sur la théorie du ruissellement et de ses bienfaits indirects pour créer des emplois. C’est son droit.

Le vrai motif des antifas c’est de terroriser de manière préventive tous ceux qui s’inquiètent de la déferlante migratoire, qui veulent restaurer les frontières, garantes du cadre de la démocratie et de la souveraineté. C’est le péché fondamental, la « Haine de l’Autre » qui justifie haine préventive, terrorisme, intimidation, agression, harcèlement. Indigne d’une démocratie où chacun devrait pouvoir participer à une conférence, dialoguer, échanger des points de vue en toute sécurité. #MeToo, assez de violence, d’incitation à la haine, de diabolisation, de fantasmes, d’interprétations faussées de ceux qui croient qu’ils combattent le Mal, Sauron, le Diable en personne alors qu’ils sont les complices des passeurs, des nouveaux esclavagistes, des déconstructeurs du modèle social traditionnel et identitaire, des mondialistes de l’oligarchie financière et économique.

 

Dominique Baettig, 3.5.2018

Rolf Peter Sieferle: The Man & the Scandal

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A Report from Germany
Rolf Peter Sieferle:
The Man & the Scandal

Rolf Peter Sieferle (1949–2016) was a German historical scholar whose posthumously published book Finis Germania set off a moral panic in the summer of 2017.

A member of the generation of ’68, he was a radical in his youth, writing his doctoral dissertation on the Marxian concept of revolution. He became a trailblazer in the field of environmental history, best known during his lifetime as the author of The Subterranean Forest (1982). This book examines the industrial revolution from the point of view of energy resources, whereby it appears as a shift from sun-powered agriculture supplemented with firewood to an increasingly intense reliance on coal. The industrial revolution occurred in Great Britain partly because wood was becoming scarce or expensive to transport, whereas coal was plentiful. Although coal is also plentiful in Germany, its industrial revolution came much later because it also possessed large forests near major riverways that permitted inexpensive transportation. The Subterranean Forest is now recognized as a standard work in its field and was published in English translation in 2001.

Sieferle wrote or cowrote a dozen other books during his lifetime and was regarded as an entirely respectable member of the German academic establishment. But he moved quietly to the Right as he got older. In 1995, e.g., he published a book of biographical sketches of figures from Germany’s Conservative Revolution, including Oswald Spengler, Ernst Jünger, and Werner Sombart. This book and others published during his later years attracted some grumbling from Left-wing reviewers, but Sieferle remained respectable enough to serve as an advisor to the Merkel Government on the subject of climate change.

He retired from academic life in 2012. Following the “refugee” invasion of 2015, he quickly produced a political polemic for which he was unable to find a publisher. In September, 2016, Sieferle died by his own hand. It is uncertain to what extent his decision was motivated by failing health or distress over the migrant crisis.

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In February of 2017, his polemic was finally brought out as The Migration Problem: On the Impossibility of Combining Mass Immigration with the Welfare State. It is selling well, but the effect it produced has fallen well short of another small work discovered on Sieferle’s computer following his death: Finis Germania, or “The End of Germany.”[1] [2] This title was brought out by the dissident publisher Antaios, a fact considered scandalous in itself for a former member of the academic establishment. Antaios is the most notorious “Right-wing” publisher in today’s Germany, responsible for bringing out German editions of such unsavory authors as Jack Donovan and the present writer.

But the country was thrown into a moral panic when Finis Germania unexpectedly appeared on a prominent monthly list of ten recommended non-fiction titles. The way such lists are compiled is as follows: twenty-five editors are assigned twenty-five points each which they may award to any new titles they choose. The voting is anonymous, and the final list is compiled from the total number of points each book receives. In June, 2017, Finis Germania was listed at number nine. Denunciations rained down, with the 93-page booklet being characterized as “radically right-wing,” “antidemocratic,” “reactionary,” “anti-Semitic,” and a “brazen obscenity.” It was even debated whether Sieferle might secretly have been a “holocaust denier.”

One of the editors resigned in protest, and the monthly lists were suspended until the rules could be rewritten to make similar occurrences impossible in the future. The book’s unexpected breakthrough turned out to result from a single editor awarding all his points to it: not against the rules, but unusual. The manhunt was on to find the guilty party.

He soon made himself known in a letter of resignation as Johannes Saltzwedel, a long-time editor for the newsweekly Der Spiegel and the author of many popular works on German history and literature. He defended his action as “a vote against a Zeitgeist which was abandoning German and European culture in favor of propagating a misty cosmopolitanism.” There are many such cultural conservatives who quietly cultivate their love of Germany’s past while refraining from stirring up a hornet’s nest by publicly violating any of the Left’s numerous taboos; such men are known as “U-Boats,” and Saltzwedel had clearly scored a kill.

Finis Germania became a succès de scandale, quickly rising to the top of the bestseller lists. In July it was still at number six on Der Spiegel’s popular list of nonfiction bestsellers before mysteriously disappearing altogether: with no explanation, a gap simply appeared between number five and number seven! But the book had suffered no corresponding drop in sales.

After being bombarded with inquires, the magazine explained that they felt a special responsibility to remove a book which would not have made it onto the list without the recommendation of their own editor, Mr. Saltzwedel. Asked why they had not openly declared what they were doing at the time, the magazine offered no further explanations. The matter became a scandal within the scandal, with many of Sieferle’s harshest critics also condemning Der Spiegel for its actions. I cannot avoid the impression that such hedging resembles the rhetoric of this country’s “Alt-Lite.”

Since this website assumes its readers are competent adults, we shall let them make up their own minds about Finis Germania by publishing selected passages [3] from the work in English translation, including those which caused the greatest consternation.

Note

[1] [4] As many have pointed out, the correct Latin would read Finis Germaniae.

 

Article printed from Counter-Currents Publishing: https://www.counter-currents.com

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[2] [1]: #_ftn1

[3] publishing selected passages: https://www.counter-currents.com/2018/05/excerpts-from-finis-germania/

[4] [1]: #_ftnref1

 

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Excerpts from Finis Germania

 [1]Translated by F. Roger Devlin

Translator’s Note:

Finis Germania is a very different book from the carefully referenced scholarly works which established Sieferle’s academic reputation. It is a collection of brief personal meditations on what the Germans call Vergangenheitsbewältigung: “overcoming (or coping with) the past,” wherein the past is understood to refer exclusively to the country’s twelve-year National Socialist dictatorship. These meditations were set down beginning in the 1990s, and were last revised by the author in April of 2015, i.e., before the “refugee” crisis of the following summer. Sieferle appears not to have attempted to publish this highly personal work during his lifetime. 

The book is divided into four sections entitled 1) Finis Germania, 2) Paradoxes of the Age, 3) the Myth of Overcoming the Past, and 4) Fragments. Each of these four main sections is divided into subsections. This first extract consists of three complete subsections from the first main section. Extracts from the third section, which inspired the fiercest denunciations, will follow.

Progress and the Overcoming of the Past

No one is surprised that in a semi-Asiatic country like Russia, marked by despotic traditions, the combination of ideology and industry was able to lead to monstrous consequences. The horror of revolution, Civil War, and Stalinism can be unproblematically ascribed to the premodern character of Russia.  Still less need we get exited over, for example, the Pol Pot regime in Cambodia—what else was to be expected from a backward Asiatic country? German National Socialism, however, is an entirely different case. Had it not been shown, here in the midst of Europe, that the means of modernity could be applied to quite “barbaric,” i.e., inhumane, ends? If Germany was among the most civilized, cultured of countries, then Auschwitz might mean that the humane “progress” of modernity could at any time change suddenly into its opposite.

Thus, at any rate, might a skeptical, pessimistic doctrine from the past be formulated.

The standard version of Overcoming of the Past, however, took an entirely different path. Since this path amounted to a direct continuation of the Allied propaganda of the First and Second World Wars, a traditional, premodern Special Path had to be ascribed to Germany, because of which it was fundamentally distinct from the “West.” This had the primary function of unburdening the modern world from the possibility of a holocaust. Germany was declared a sort of Russia, a land with half-barbaric traditions out of which flowed anti-Semitic resentments and hunnish cruelty. Tradition, premodernity, and barbarism could thus be ascribed to the debit side of history; Western Modernity, in contrast, stood forth in spotless robes.

sieferlebuch.jpgFrom a past construed in such a way, however, nothing more could be learned. As soon as Germany was effectively westernized, the ritual of Overcoming the Past became mere political kitsch, a pure, abstract exercise in righteous (or self-righteous) attitudinizing. It is no longer directed against any real enemy, but instead operates on a purely imaginary front.

For the Left, National Socialism meant the greatest imaginable historical defeat. They imagined Europe c. 1930 as on the threshold of a proletarian revolution. The victory of National Socialism was, therefore, the victory of counter-revolution par excellence: it had thwarted the hoped-for transition, as it turned out, definitively and on a world scale. This was simply unforgivable. That it had done its opponents the favor of staining itself with unimaginable atrocities was to some extent a moral bonus for the Left, from which it draws nourishment all the way to the present day by conjuring a permanent antifascism into existence.

The German Special Path and the Victor’s Point of View

There are tragic peoples, e.g., the Russians, the Jews and the Germans, upon whom the paradoxes of historical processes are carried out in their full severity. Then there are untragic peoples against whom history runs off like water from a duck’s back. To the latter category belong above all the Anglo-Saxons. Only a country with Great Britain’s unshakable self-confidence could openly declare its oligarchic past the cradle of democracy, from which step by step, with an almost stultifying normality and inevitability, the modern world had developed. Only in its naïve American offshoot could this point of view, cultivated in its country of origin only with a hint of self-mockery, be straight-facedly vulgarized into a Theory of Modernization. We see here a remarkable coincidence between a self-confidence based on success and a historical reality from which one has continually emerged unharmed—with no superfluous revolutions, civil wars, mistaken paths or special paths of all sorts, in triumphant harmony with the march of the world. The remarkable thing is that this tedious victor’s pose is being bandied about as the last word in politically correct thinking in a country where one might from bitter experience have had better knowledge of the complications and messiness of real historical processes.

The construction of a German Special Path rests entirely on this Theory of Modernization. This is necessarily the case for purely formal reasons: a “special course of development” is only possible against the background of a normal course of development. Putting this teleological historical hocus-pocus aside, we must accept the fundamental openness of historical situations. If the Spanish had succeeded in 1588, would Drake and Raleigh have stood forth today as unrealistic battlefleet fanatics? Would we be taught the story of the ill-fated British-Protestant Special Path of Development that was fortunately brought back into the normal course of European Christendom? Philipp II as the savior of culture from barbarism? The privateers and buccaneers as lawless pirates and war criminals rightly brought before extraordinary courts and burned at the stake?

From the point of view of 1914, similarly, there might have been the real alternative of a German and an Anglo-Saxon Path whereby a German victory might have lead Europe into a different “normality.” However that may be—the victory of the West in 1918 and then again in 1945 definitively laid the German alternative to rest, and thus declared it a Special Path that had been overcome.

Moral Arithmetic

Fritz has stolen ten apples from Ivan, while Ivan has stolen only four apples from Fritz. Now an accountant arrives on the scene and says: “Both Fritz and Ivan are thieves. We must, however, subtract the four apples Ivan has stolen from the ten Fritz has stolen. So Fritz has stolen a net total of six apples.”

“Wait,” protests a moralist. “This arithmetic operation is really intended to lessen Fritz’s guilt. In view of the scope of Fritz’s crime however, guilt can not be weighed against guilt. Every mention of the four apples stolen by Ivan must be interpreted as an effort to whitewash Fritz.”

A neutral observer objects: “But isn’t this prohibition of arithmetic calculation merely another form of calculation? Aren’t the four apples Ivan has stolen being subtracted from Fritz’s ten in such a way that the four apples entirely disappear, while the ten apples are entirely preserved? The rules of moral arithmetic must follow a peculiar logic.”

But even here the moralist is at no loss for an answer: “Fritz’s crime is infinitely great. From an infinite magnitude, however, any quantity whatsoever can be subtracted, and it will remain infinite. Thus, Ivan’s guilt is in fact cancelled out by not being mentioned, while Fritz’s guilt remains fully preserved for all time.”

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lundi, 07 mai 2018

Un « Maidan » à Erivan?

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Un « Maidan » à Erivan?

Par Bernard Tomaschitz

On veut pousser à un changer de régime en Arménie et détacher le pays de tous ses liens avec la Russie

L’Arménie vient de subir des journées politiquement très turbulentes. Au bout de deux semaines d’agitation, avec des manifestations assez violentes, le premier ministre Serge Sarguissian a démissionné. La population appauvrie reproche amèrement à l’ancien président de la république de n’avoir pas tenu sa promesse de quitter les plus hautes fonctions de l’Etat après deux mandats. Serge Sarguissian « a surestimé ses capacités à demeurer au sommet du pouvoir » estime le politologue Nikolaï Zilayev, actif au sein d’un centre d’études sur les problèmes du Caucase.

Les affaires du chef du gouvernement sont désormais gérées par le représentant du premier ministre Karen Karapetyan, tandis que le chef de l’opposition Nikol Pachinyan, un journaliste qui critique les œuvres du gouvernement, exige de nouvelles élections. Il avait été condamné, il y a quelques années, à un an de prison pour avoir incité les foules à l’émeute. Pachinyan (photo) espère sans aucun doute améliorer les scores de son alliance électorale libérale, le « Yelk », qui n’avait glané que 7% des voix lors des législatives de 2017.

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La politologue Zilayev pense que ceux qui ont organisé les dernières manifestations en Arménie sont « pour une bonne part des personnes ayant reçu un appui financier de l’Occident ». De fait, à l’appui de l’hypothèse de Zilayev, on constate que, depuis des années, des fondations semi-étatiques américaines, dont l’objectif est soi-disant de promouvoir la « démocratie », comme le « National Endowment for Democracy » (NED) et la fondation « Open Society » (OSF) du spéculateur George Soros, sont actives dans la petite république caucasienne qui compte trois millions et demi d’habitants. Les observateurs ont notamment constaté que le NED et l’OSF ont soutenu très souvent des projets médiatiques pour favoriser l’éclosion d’opinions pro-occidentales. Ainsi, le NED a soutenu au printemps dernier un programme de télévision soi-disant « indépendant » à hauteur de 42.000 dollars américains, programme qui devait montrer aux Arméniens combien la république voisine de Géorgie profitait avantageusement de son rapprochement avec l’Union Européenne, alors que l’Arménie, inféodée à l’Union économique eurasienne, ne récoltait pas autant d’avantages. L’Arménie est membre tout à la fois de l’Union économique eurasienne, pilotée par la Russie, que de l’OTSC (« Organisation du Traité de la Sécurité Collective »), où Moscou donne également le ton.

Les derniers événements d’Arménie pourraient donc bien être les signes avant-coureurs d’un changement de cap politique, comme ce fut le cas avec les incidents de Maidan en Ukraine, qui ont déclenché la révolte soutenue par l’Occident en 2014. Sarguissian et Karapetyan entendent rester fidèles à Moscou, tandis que Pachinyan est clairement hostile aux Russes. Le Washington Post écrit à ce propos, que si Pachinyan obtient les succès qu’il escompte, « l’Arménie se joindra à un petit groupe de républiques ex-soviétiques, comme, principalement, l’Ukraine et la Géorgie, qui ont pu imposer à leurs dirigeants une révolution pro-démocratique, un quart de siècle après l’effondrement de l’Union Soviétique ».  Le journal américain limite toutefois son euphorie, en admettant que la révolte arménienne de ces dernières semaines « n’est pas portée par le désir de s’affranchir de l’influence russe ». Cela explique aussi pourquoi le Kremlin a réagi de manière sereine et se borne à garder un « œil vigilant » sur la situation de son petit voisin du sud. Le porte-paroles du Kremlin, Dimitri Peskov a déclaré : « Nous constatons que les événements qui secouent l’Arménie ne conduisent pas à une déstabilisation. Ce qui se passe en Arménie concerne exclusivement nos amis arméniens ».

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Cependant, les rapports amicaux entre Moscou et Erivan sont quelque peu troublés à cause du conflit du Nagorno-Karabakh, où l’armée arménienne a conquis et tenu quelques régions appartenant de jure à l’Azerbaïdjan mais peuplées majoritairement d’Arméniens. A la grande déception d’Erivan, les Russes veulent conserver de bons rapports aussi bien avec les Azéris qu’avec les Arméniens. Cette attitude conciliante de Moscou a forcément déplu aux Arméniens. Le géopolitologue russe Andrew Korybko explique la situation : l’Arménie « en dépit de ses obligations institutionnelles envers la Russie dans le cadre de l’Union économique eurasienne et de l’OTSC, s’est rapprochée de plus en plus de l’UE (et, lato sensu, de l’OTAN et des Etats-Unis), parce que l’attitude conciliatrice et équilibrante de la Russie dans le conflit arméno-azéri a généré de la méfiance dans le pays, traditionnellement allié à Moscou.

Si l’on suit le raisonnement de Korybko, des « éléments hypernationalistes » ont profité de plusieurs facteurs pour appeler la population à manifester violemment, dont, surtout, ceux qui ont suscité la colère populaire contre les dirigeants, posés désormais comme corrompus et contre les erreurs qu’ils auraient commises. Cette colère sert de prétexte à certains pour se hisser au pouvoir, à d’autres pour transformer l’Etat arménien en un pays antirusse, à l’exemple de l’Ukraine.

La conséquence de tout cela, c’est que l’Arménie risque dorénavant de basculer dans le « camp unipolariste », c’est-à-dire dans le camp américain. Korybko est convaincu que les Américains profiteront pleinement de l’occasion : « L’Arménie se rapproche à grands pas de l’UE et de l’OTAN et Washington ne va pas perdre du temps à engager là-bas des moyens militaires pour soutenir un nouveau régime contre l’ennemi azéri, posé comme pro-russe ». En fin de compte, l’Arménie, pays dont les contours ressemblent à une faucille, sera comme un poignard à proximité des régions qui sont au cœur de la nouvelle alliance russo-irano-turque. Les événements récents en Arménie ont donc une signification importante sur l’échiquier géopolitique international.

Bernhard TOMASCHITZ.

(article paru dans « zur Zeit », Vienne, n°18/2018, http://www.zurzeit.at .