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dimanche, 26 octobre 2014

La Russie restera l’une des régions privilégiées pour le groupe Total

 

La Russie restera l’une des régions privilégiées pour le groupe Total

La Russie restera l’une des régions privilégiées pour le groupe Total

Par Eugène Zagrebnov

Ex: http://french.ruvr.ru

Par La Voix de la Russie | En pleine révision de la stratégie, la société pétrolière française devrait poursuivre sa collaboration avec Moscou, malgré le changement de direction.

Ce serait dommage si Total abandonne ses projets en Russie. Telle est l’opinion d’Olivier Appert, président de l’IFP Nouvelles énergies.

« C’est un enjeu tout à fait majeur, dont peut rêver toute compagnie pétrolière », confie-t-il dans un entretien accordé au quotidien Les Echos. « Je n’imagine pas que le successeur de Christophe de Margerie ne chausse pas ses bottes ».

Une collaboration qui remonte à la fin des années 1990

Cela fait déjà 15 ans que Total a des activités en Russie. Et à partir de 2007, lorsque Christophe de Margerie est devenu PDG, la Russie s'est transformée en une région clé pour le géant pétrolier français. En 2013 la production pétrolière de Total en Russie a augmenté de 16% par rapport à l’année précédente. Et il s'agit de la région la plus dynamique parmi toutes les activités étrangères de la société.

En Russie, Total participe notamment dans un projet d'exploration et de construction d’une usine de production du gaz naturel liquéfié (GNL) en collaboration avec le producteur russe de gaz naturel NOVATEK sur la péninsule du Yamal et la mise en valeur du gisement pétrolier de Khariaguinskoïé (district autonome de Iamal-Nenets) ensemble avec le groupe norvégien Statoil, le groupe russe Zaroubejneft et la Société pétrolière Nenetskaïa. La société détient également 20% dans le projet GNL au Yamal. L’usine de production du GNL avec une capacité de 16,5 millions de tonnes devrait être mise en service vers 2018-2019.

Les sanctions imposées par l’Union européenne contre la Russie ont sensiblement freiné la réalisation du projet au Yamal. Et Total a arrêté pour la même raison l’acquisition des titres de NOVATEK, arrêtant l'achat à 18% au lieu des 20% prévus.

Christophe de Margerie s’opposait fermement aux sanctions européennes, mais le groupe Total était obligé de céder et respecter la loi lorsque les sanctions ont été adoptées. Selon les experts, sous le son successeur, Patrick Pouyanné, cette collaboration avec Moscou va se poursuivre.

La stratégie de Total est orientée sur l’augmentation de la production, et l’une des régions, où la société peut réaliser cette stratégie – c’est la Russie, explique au quotidien économique Vedomosti l’analyste de Sberbank CIB Valeri Nesterov.

Le groupe pétrolier en pleine révision de stratégie

Le décès du PDG de Total dans un accident d’avion survient au moment, où une révision de la stratégie du groupe a été lancée. En se fixant un programme ambitieux d’accroissement de la production de pétrole (jusqu’à 3 millions de barils par jour en 2017), Total fait actuellement face à des retards dans la réalisation des projets et des augmentations de coûts. C’est pourquoi Christophe de Margerie avait annoncé des économies cumulées de 4 milliards d’euros sur les années 2015-2017, et une cession de 10 milliards de dollars d’actifs sur la même période. Et pour garantir la croissance au cours de ces trois années à venir, le groupe devrait se concentrer sur la réalisation des projets qui sont en cours, et notamment ceux qui ont été lancés en Russie, conclut Ahmed ben Salem, analyste du cabinet Oddo&Cie.

Le président du parti Solidarité et Progrès Jacques Cheminade espère qu’en perspective, le groupe pétrolier français pourra étendre cette coopération Est-Ouest.

« Malgré les sanctions occidentales, Total a toujours coopéré avec les autorités russes dans un esprit d’intérêt mutuel », précise-t-il dans une déclaration publiée sur son site. « J’espère que cette coopération s’étendra, dans la perspective d’une détente, d’une entente et d’une coopération avec la Russie, en ne se laissant pas détourner de cette politique par les pressions venues des gouvernements anglais et américain actuels, et de l’oligarchie financière qui les contrôle ».
Lire la suite: http://french.ruvr.ru/2014_10_23/La-Russie-restera-l-une-des-regions-cles-pour-le-groupe-Total-7796/

samedi, 25 octobre 2014

¿Un nuevo desorden geopolítico en Rusia?

 

Por Dr. Alberto Hutschenreuter*

Ex: http://www.elespiadigital.com

En Rusia la expresión “desórdenes” alude a situaciones o períodos de disputas de poder y crisis internas que sucedían casi en simultáneo con amenazas provenientes del exterior. Se registran los años finales del siglo XVI y comienzos del siglo XVII como el inicio del “período de los desórdenes” o “tumultos”, cuando, tras la muerte de Iván IV el Terrible, el país cayó en la anarquía, sobrevino una etapa de hambruna, al tiempo que tropas polacas ocuparon Moscú.


La simultaneidad de crisis internas y externas es acaso una de las “regularidades” que distinguen a Rusia de otros actores, e incluso quizá se podría afirmar que dicha situación fue, en parte, la que mantuvo a Rusia en un estado de lateralidad en relación con los procesos que ocurrieron en Europa y que fueron centrales para su “modernización” (más allá de las observaciones o reservas que puedan realizar importantes pensadores rusos contemporáneos, por caso, Nicolás Danilevsky, acerca de ese fenómeno europeo).


Las amenazas provenientes del exterior no solamente implicaron “desórdenes” en Rusia, sino que determinaron una marcada “sensibilidad” en relación con el espacio nacional.
En su obra “El drama ruso”, la experta Hélène Carrère d’Encausse sostiene que en gran parte la historia de Rusia se puede explicar desde la violencia ejercida desde el poder: “los momentos en que no se asesina son paréntesis muy breves en Rusia”. Pero más allá de esta particularidad trágica que sin duda modeló la conciencia de los rusos, acaso la historia de Rusia también puede ser recorrida desde la percepción de inseguridad o tragedia geopolítica que casi ininterrumpidamente experimentó el poder.


A primera vista Rusia se destaca por su vastedad territorial sin igual, condición que hace de este actor un singular Estado-continental. Sin embargo, dicha vastedad geográfica ha implicado una fatalidad geopolítica prácticamente insalvable.


En su reciente y pertinente trabajo “La venganza de la geografía”, el estadounidense  Robert Kaplan nos recuerda que la inseguridad es el sentimiento ruso por excelencia; y esa inseguridad está relacionada con lo que aparenta ser un activo mayor del poder nacional de Rusia: el territorio.


Las concepciones geopolíticas tradicionales consideran que los poderes preeminentes continentales que no cuentan con grandes espacios marítimos u oceánicos como amparo frente a otros poderes desarrollan una fuerte percepción de inseguridad. En este sentido, a diferencia del espacio territorial de Estados Unidos guarecido en la seguridad que siempre le proporcionaron los océanos, el espacio netamente terrestre de Rusia, es decir,  sin mares que lo preserven, siempre implicó para este país una debilidad que afectó su condición de inexpugnable, propia de la profundidad territorial.


El almirante Alfred Mahan fue uno de los geopolíticos que como nadie supo advertir esta situación geopolítica rusa que combinaba al mismo tiempo fortaleza y debilidad: en efecto, Rusia era un poderío terrestre sin igual, pero se encontraba rodeado por poderes marítimos que no solamente podían contener sus pulsos expansionistas, sino adentrase desde sus vulnerables periferias.


Desde esta singularidad geopolítica, de “poder ser atacada desde todos lados” según la observación de un geopolítico británico, Rusia históricamente sólo conservó dos opciones: conquistar o ser conquistada, opciones que, siguiendo al célebre experto estadounidense del poder naval, obligaron a los zares a asumir una permanente posición defensiva que no implicaba una actitud estática frente al invasor, sino el despliegue o adelantamiento preventivo a fin de preservar la supervivencia del Estado.


Esta condición o singularidad geopolítica de Rusia implica una situación de “desorden geopolítico” muy presente a lo largo de la historia del país, y que se extiende hasta la fecha. Sin considerarla es imposible abordar el conflicto actual en Ucrania, como así concluir que una resolución del mismo bajo términos en los que las reservas geopolíticas de Rusia no sean consideradas significará, lisa y llanamente, el fracaso de Putin; o, para decirlo de otro modo, el capítulo final de la victoria de Occidente en la Guerra Fría (algo así como una “victoria II”, tras la “victoria I” de 1991).

 

En efecto, si finalmente Ucrania fuera alcanzada por la cobertura política-militar de la OTAN, que jamás dejó de considerar a Rusia como un posible nuevo reto, Putin será a Rusia lo que fue Gorbachov a la Unión Soviética: el responsable de su fracaso, habiendo sido ungido para evitarlo; aunque, claro, no estaremos ahora en una situación de desplome y desaparición de un país como en 1991, sino ante una situación en la que Rusia vuelva a quedar geopolíticamente indefensa, aislada y con amenazas inmediatas en su frontera Oeste, prácticamente como lo estaba en el 1600.


De predominar este escenario, Rusia habrá sufrido otro revés o “desorden geopolítico de escala”, como sufriera la Rusia zarista ante Japón a principios del siglo XX; como la Rusia del “soviet” en 1917 en Brest Litovsk ante Alemania; como en 1941 cuando Hitler puso en marcha “la ambición geopolítica del siglo”, es decir, un plan para convertir a Rusia en su “espacio vasallo”; o como en los años setenta, cuando la notable expansión soviética global careció de las necesarias bases de sustentación económica, situación que fue decisiva para la continuidad de la URSS como superpotencia; o, finalmente, como en 1991, cuando la desaparición de la Unión Soviética produjo una alteración en el mapa mental de los rusos, no solamente por dejar de existir su país, sino por la extraordinaria contracción de las fronteras en el Este, el Sur y el Oeste, fenómeno que recreó la tradicional sentido de inseguridad geopolítica rusa.


Un escenario semejante difícilmente implique estabilidad para el orden interestatal. No sólo se tratará de un “nuevo desorden geopolítico” en Rusia, sino un desorden a escala regional y global que será muy difícil de reparar.

 

*Académico – Analista Internacional

The Ukraine, Corrupted Journalism, and the Atlanticist Faith

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The Ukraine, Corrupted Journalism, and the Atlanticist Faith
 

The European Union is not (anymore) guided by politicians with a grasp of history, a sober assessment of global reality, or simple common sense connected with the long term interests of what they are guiding. If any more evidence was needed, it has certainly been supplied by the sanctions they have agreed on last week aimed at punishing Russia.

One way to fathom their foolishness is to start with the media, since whatever understanding or concern these politicians may have personally they must be seen to be doing the right thing, which is taken care of by TV and newspapers.

In much of the European Union the general understanding of global reality since the horrible fate of the people on board the Malaysian Airliner comes from mainstream newspapers and TV which have copied the approach of Anglo-American mainstream media, and have presented ‘news’ in which insinuation and vilification substitute for proper reporting. Respected publications, like the Financial Times or the once respected NRC Handelsblad of the Netherlands for which I worked sixteen years as East Asia Correspondent, not only joined in with this corrupted journalism but helped guide it to mad conclusions. The punditry and editorials that have grown out of this have gone further than anything among earlier examples of sustained media hysteria stoked for political purposes that I can remember. The most flagrant example I have come across, an anti-Putin leader in the (July 26) Economist Magazine, had the tone of Shakespeare’s Henry V exhorting his troops before the battle of Agincourt as he invaded France.

One should keep in mind that there are no European-wide newspapers or publications to sustain a European public sphere, in the sense of a means for politically interested Europeans to ponder and debate with each other big international developments. Because those interested in world affairs usually read the international edition of the New York Times or the Financial Times, questions and answers on geopolitical matters are routinely shaped or strongly influenced by what editors in New York and London have determined as being important. Thinking that may deviate significantly as can now be found in Der Spiegel, the Frankfurter Allgemeine Zeitung, Die Zeit and Handelsblatt, does not travel across German borders. Hence we do not see anything like a European opinion evolving on global affairs, even when these have a direct impact on the interests of the European Union itself.

The Dutch population was rudely shaken out of a general complacency with respect to world events that could affect it, through the death of 193 fellow nationals (along with a 105 people of other nationalities) in the downed plane, and its media were hasty in following the American-initiated finger-pointing at Moscow. Explanations that did not in some way involve culpability of the Russian president seemed to be out of bounds. This was at odds right away with statements of a sober Dutch prime minister, who was under considerable pressure to join the fingerpointing but who insisted on waiting for a thorough examination of what precisely had happened.

The TV news programs I saw in the days immediately afterwards had invited, among other anti–Russian expositors, American neocon-linked talking heads to do the disclosing to a puzzled and truly shaken up audience. A Dutch foreign policy specialist explained that the foreign minister or his deputy could not go to the site of the crash (as Malaysian officials did) to recover the remains of Dutch citizens, because that would amount to an implicit recognition of diplomatic status for the “separatists”. When the European Union en bloc recognizes a regime that has come into existence through an American initiated coup d’état, you are diplomatically stuck with it.

The inhabitants and anti-Kiev fighters at the crash site were portrayed, with images from youtube, as uncooperative criminals, which for many viewers amounted to a confirmation of their guilt. This changed when later reports from actual journalists showed shocked and deeply concerned villagers, but the discrepancy was not explained, and earlier assumptions of villainy did not make way for any objective analysis of why these people might be fighting at all. Tendentious twitter and youtube ‘news’ had become the basis for official Dutch indignation with the East Ukrainians, and a general opinion arose that something had to be set straight, which was, again in general opinion, accomplished by a grand nationally televised reception of the human remains (released through Malaysian mediation) in a dignified sober martial ceremony.

Nothing that I have seen or read even intimated that the Ukraine crisis – which led to coup and civil war – was created by neoconservatives and a few R2P (“Responsibility to Protect”) fanatics in the State Department and the White House, apparently given a free hand by President Obama. The Dutch media also appeared unaware that the catastrophe was immediately turned into a political football for White House and State Department purposes. The likelihood that Putin was right when he said that the catastrophe would not have happened if his insistence on a cease-fire had been accepted, was not entertained.

As it was, Kiev broke the cease-fire – on the 10th of June – in its civil war against Russian speaking East Ukrainians who do not wish to be governed by a collection of thugs, progeny of Ukrainian nazis, and oligarchs enamored of the IMF and the European Union. The supposed ‘rebels’ have been responding to the beginnings of ethnic cleansing operations (systematic terror bombing and atrocities – 30 or more Ukrainians burned alive) committed by Kiev forces, of which little or nothing has penetrated into European news reports.

It is unlikely that the American NGOs, which by official admission spent 5 billion dollars in political destabilization efforts prior to the February putsch in Kiev, have suddenly disappeared from the Ukraine, or that America’s military advisors and specialized troops have sat idly by as Kiev’s military and militias mapped their civil war strategy; after all, the new thugs are as a regime on financial life-support provided by Washington, the European Union and IMF. What we know is that Washington is encouraging the ongoing killing in the civil war it helped trigger.

But Washington has constantly had the winning hand in a propaganda war against, entirely contrary to what mainstream media would have us believe, an essentially unwilling opponent. Waves of propaganda come from Washington and are made to fit assumptions of a Putin, driven and assisted by a nationalism heightened by the loss of the Soviet empire, who is trying to expand the Russian Federation up to the borders of that defunct empire. The more adventurous punditry, infected by neocon fever, has Russia threatening to envelop the West. Hence Europeans are made to believe that Putin refuses diplomacy, while he has been urging this all along. Hence prevailing propaganda has had the effect that not Washington’s but Putin’s actions are seen as dangerous and extreme. Anyone with a personal story that places Putin or Russia in a bad light must move right now; Dutch editors seem insatiable at the moment.

There is no doubt that the frequently referred to Moscow propaganda exists. But there are ways for serious journalists to weigh competing propaganda and discern how much veracity or lies and bullshit they contain. Within my field of vision this has only taken place a bit in Germany. For the rest we must piece political reality together relying on the now more than ever indispensable American websites hospitable to whistleblowers and old-fashioned investigative journalism, which especially since the onset of the ‘war on terrorism’ and the Iraq invasion have formed a steady form of samizdat publishing.

In the Netherlands almost anything that comes from the State Department is taken at face value. America’s history, since the demise of the Soviet Union, of truly breathtaking lies: on Panama, Afghanistan, Iraq, Syria, Venezuela, Libya and North Korea; its record of overthrown governments; its black-op and false flag operations; and its stealthily garrisoning of the planet with some thousand military bases, is conveniently left out of consideration. The near hysteria throughout a week following the downed airliner prevented people with some knowledge of relevant history from opening their mouths. Job security in the current world of journalism is quite shaky, and going against the tide would be almost akin to siding with the devil, as it would damage one’s journalistic ‘credibility’.

What strikes an older generation of serious journalists as questionable about the mainstream media’s credibility is editorial indifference to potential clues that would undermine or destroy the official story line; a story line that has already permeated popular culture as is evident in throwaway remarks embellishing book and film reviews along with much else. In the Netherlands the official story is already carved in stone, which is to be expected when it is repeated ten-thousand times. It cannot be discounted, of course, but it is based on not a shred of evidence.

The presence of two Ukrainian fighter planes near the Malaysian airliner on Russian radar would be a potential clue I would be very interested in if I were investigating either as journalist or member of the investigation team that the Netherlands officially leads. This appeared to be corroborated by a BBC Report with eyewitness accounts from the ground by villagers who clearly saw another plane, a fighter, close to the airliner, near the time of its crash, and heard explosions coming from the sky. This report has recently drawn attention because it was removed from the BBC’s archive. I would want to talk with Michael Bociurkiw, one of the first inspectors from the Organization for Security and Cooperation in Europe (OSCE) to reach the crash site who spent more than a week examining the wreckage and has described on CBC World News two or three “really pock-marked” pieces of fuselage. “It almost looks like machine gun fire; very, very strong machine gun fire that has left these unique marks that we haven’t seen anywhere else.”

I would certainly also want to have a look at the allegedly confiscated radar and voice records of the Kiev Air Control Tower to understand why the Malaysian pilot veered off course and rapidly descended shortly before his plane crashed, and find out whether foreign air controllers in Kiev were indeed sent packing immediately after the crash. Like the “Veteran Intelligence Professionals for Sanity”, I would certainly urge the American authorities with access to satellite images to show the evidence they claim to have of BUK missile batteries in ‘rebel’ hands as well as of Russian involvement, and ask them why they have not done so already. Until now Washington has acted like a driver who refuses a breathalyzer test. Since intelligence officials have leaked to some American newspapers their lesser certainty about the American certainties as brought to the world by the Secretary of State, my curiosity would be unrelenting.

To place European media loyalty to Washington in the Ukraine case as well as the slavish conduct of European politicians in perspective, we must know about and understand Atlanticism. It is a European faith. It has not given rise to an official doctrine, of course, but it functions like one. It is well summed up by the Dutch slogan at the time of the Iraq invasion: “zonder Amerika gaat het niet” (without the United States [things] [it] won’t work). Needless to say, the Cold War gave birth to Atlanticism. Ironically, it gained strength as the threat from the Soviet Union became less persuasive for increasing numbers among European political elites. That probably was a matter of generational change: the farther away from World War II, the less European governments remembered what it means to have an independent foreign policy on global-sized issues. Current heads of government of the European Union are unfamiliar with practical strategic deliberations. Routine thought on international relations and global politics is deeply entrenched in Cold War epistemology.

This inevitably also informs ‘responsible’ editorial policies. Atlanticism is now a terrible affliction for Europe: it fosters historical amnesia, willful blindness and dangerously misconceived political anger. But it thrives on a mixture of lingering unquestioned Cold War era certainties about protection, Cold War loyalties embedded in popular culture, sheer European ignorance, and an understandable reluctance to concede that one has even for a little bit been brainwashed. Washington can do outrageous things while leaving Atlanticism intact because of everyone’s forgetfulness, which the media do little or nothing to cure. I know Dutch people who have become disgusted with the villification of Putin, but the idea that in the context of Ukraine the fingerpointing should be toward Washington is well-nigh unacceptable. Hence, Dutch publications, along with many others in Europe, cannot bring themselves to place the Ukraine crisis in proper perspective by acknowledging that Washington started it all, and that Washington rather than Putin has the key to its solution. It would impel a renunciation of Atlanticism.

Atlanticism derives much of its strength through NATO, its institutional embodiment. The reason for NATO’s existence, which disappeard with the demise of the Soviet Union, has been largely forgotten. Formed in 1949, it was based on the idea that transatlantic cooperation for security and defense had become necessary after World War II in the face of a communism, orchestrated by Moscow, intent on taking over the entire planet. Much less talked about was European internal distrust, as the Europeans set off on their first moves towards economic integration. NATO constituted a kind of American guarantee that no power in Europe would ever try to dominate the others.

NATO has for some time now been a liability for the European Union, as it prevents development of concerted European foreign and defense policies, and has forced the member states to become instruments serving American militarism. It is also a moral liability because the governments participating in the ‘coalition of the willing’ have had to sell the lie to their citizens that European soldiers dying in Iraq and Afghanistan have been a necessary sacrifice to keep Europe safe from terrorists. Governments that have supplied troops to areas occupied by the United States have generally done this with considerable reluctance, earning the reproach from a succession of American officials that Europeans do too little for the collective purpose of defending democracy and freedom.

As is the mark of an ideology, Atlanticism is ahistorical. As horse medicine against the torment of fundamental political ambiguity it supplies its own history: one that may be rewritten by American mainstream media as they assist in spreading the word from Washington.

There could hardly be a better demonstration of this than the Dutch experience at the moment. In conversations these past three weeks I have encountered genuine surprise when reminding friends that the Cold War ended through diplomacy with a deal made on Malta between Gorbachev and the elder Bush in December 1989, in which James Baker got Gorbachev to accept the reunification of Germany and withdrawal of Warsaw Pact troops with a promise that NATO would not be extended even one inch to the East. Gorbachev pledged not to use force in Eastern Europe where the Russians had some 350,000 troops in East Germany alone, in return for Bush’s promise that Washington would not take advantage of a Soviet withdrawal from Eastern Europe. Bill Clinton reneged on those American promises when, for purely electoral reasons, he boasted about an enlargement of NATO and in 1999 made the Czech Republic and Hungary full members. Ten years later another nine countries became members, at which point the number of NATO countries was double the number during the Cold War. The famous American specialist on Russia, Ambassador George Kennan, originator of Cold War containment policy, called Clinton’s move “the most fateful error of American policy in the entire post-cold-war era.”

Historical ignorance abetted by Atlanticism is poignantly on display in the contention that the ultimate proof in the case against Vladimir Putin is his invasion of Crimea. Again, political reality here was created by America’s mainstream media. There was no invasion, as the Russian sailors and soldiers were already there since it is home to the ‘warm water’ Black Sea base for the Russian navy. Crimea has been a part of Russia for as long as the United States has existed. In 1954 Khrushchev, who himself came from the Ukraine, gave it to the Ukrainian Socialist Republic, which came down to moving a region to a different province, since Russia and Ukraine still belonged to the same country. The Russian speaking Crimean population was happy enough, as it voted in a referendum first for independence from the Kiev regime that resulted from the coup d’état, and subsequently for reunification with Russia.

Those who maintain that Putin had no right to do such a thing are unaware of another strand of history in which the United States has been moving (Star Wars) missile defense systems ever closer to Russian borders, supposedly to intercept hostile missiles from Iran, which do not exist. Sanctimonious talk about territorial integrity and sovereignty makes no sense under these circumstances, and coming from a Washington that has done away with the concept of sovereignty in its own foreign policy it is downright ludicrous.

A detestable Atlanticist move was the exclusion of Putin from the meetings and other events connected with the commemoration of the Normandy landings, for the first time in 17 years. The G8 became the G7 as a result. Amnesia and ignorance have made the Dutch blind to a history that directly concerned them, since the Soviet Union took the heart out of the Nazi war machine (that occupied the Netherlands) at a cost of incomparable and unimaginable numbers of military dead; without that there would not have been a Normandy invasion.

Not so long ago, the complete military disasters of Iraq and Afghanistan appeared to be moving NATO to a point where its inevitable demise could not to be too far off. But the Ukraine crisis and Putin’s decisiveness in preventing the Crimea with its Russian Navy base from possibly falling into the hands of the American-owned alliance, has been a godsend to this earlier faltering institution.

NATO leadership has already been moving troops to strengthen their presence in the Baltic states, sending missiles and attack aircraft to Poland and Lithuania, and since the downing of the Malaysian airliner it has been preparing further military moves that may turn into dangerous provocations of Russia. It has become clear that the Polish foreign minister together with the Baltic countries, none of which partook in NATO when its reason for being could still be defended, have become a strong driving force behind it. A mood of mobilization has spread in the past week. The ventriloquist dummies Anders Fogh Rasmussen and Jaap de Hoop Scheffer can be relied upon to take to TV screens inveighing against NATO member-state backsliding. Rasmussen, the current Secretary General, declared on August 7 in Kiev that NATO’s “support for the sovereignty and territorial integrity of Ukraine is unwavering” and that he is looking to strengthen partnership with the country at the Alliance’s summit in Wales in September. That partnership is already strong, so he said, “and in response to Russia’s aggression, NATO is working even more closely with Ukraine to reform its armed forces and defense institutions.”

In the meantime, in the American Congress 23 Senate Republicans have sponsored legislation, the “Russian Aggression Prevention Act”, which is meant to allow Washington to make the Ukraine a non-NATO ally and could set the stage for a direct military conflict with Russia. We will probably have to wait until after America’s midterm elections to see what will become of it, but it already helps provide a political excuse for those in Washington who want to take next steps in the Ukraine.

In September last year Putin helped Obama by making it possible for him to stop a bombing campaign against Syria pushed by the neocons, and had also helped in defusing the nuclear dispute with Iran, another neocon project. This led to a neocon commitment to break the Putin-Obama link. It is hardly a secret that the neoconservatives desire the overthrow of Putin and eventual dismemberment of the Russian Federation. Less known in Europe is the existence of numerous NGOs at work in Russia, which will help them with this. Vladimir Putin could strike now or soon, to preempt NATO and the American Congress, by taking Eastern Ukraine, something he probably should have done right after the Crimean referendum. That would, of course, be proof of his evil intentions in European editorial eyes.

In the light of all this, one of the most fateful questions to ask in current global affairs is: what has to happen for Europeans to wake up to the fact that Washington is playing with fire and has ceased being the protector they counted on, and is instead now endangering their security? Will the moment come when it becomes clear that the Ukraine crisis is, most of all, about placing Star Wars missile batteries along an extensive stretch of Russian border, which gives Washington – in the insane lingo of nuclear strategists – ‘first strike’ capacity?

It is beginning to sink in among older Europeans that the United States has enemies who are not Europe’s enemies because it needs them for domestic political reasons; to keep an economically hugely important war industry going and to test by shorthand the political bona fides of contenders for public office. But while using rogue states and terrorists as targets for ‘just wars’ has never been convincing, Putin’s Russia as demonized by a militaristic NATO could help prolong the transatlantic status quo. The truth behind the fate of the Malaysian airliner, I thought from the moment that I heard about it, would be politically determined. Its black boxes are in London. In NATO hands?

Other hindrances to an awakening remain huge; financialization and neoliberal policies have produced an intimate transatlantic entwining of plutocratic interests. Together with the Atlanticist faith these have helped stymie the political development of the European Union, and with that Europe’s ability to proceed with independent political decisions. Since Tony Blair, Great Britain has been in Washington’s pocket, and since Nicolas Sarkozy one can say more or less the same of France.

That leaves Germany. Angela Merkel was clearly unhappy with the sanctions, but in the end went along because she wants to remain on the good side of the American president, and the United States as the conqueror in World War II does still have leverage through a variety of agreements. Germany’s foreign minister, Frank-Walter Steinmeier, quoted in newspapers and appearing on TV, repudiated the sanctions and points at Iraq and Libya as examples of the results brought by escalation and ultimatums, yet he too swings round and in the end goes along with them.

Der Spiegel is one of the German publications that offer hope. One of its columnists, Jakob Augstein, attacks the “sleepwalkers” who have agreed to sanctions, and censures his colleagues’ finger-pointing at Moscow. Gabor Steingart, who publishes Handelsblatt, inveighs against the “American tendency to verbal and then to military escalation, the isolation, demonization, and attacking of enemies” and concludes that also German journalism “has switched from level-headed to agitated in a matter of weeks. The spectrum of opinions has been narrowed to the field of vision of a sniper scope.” There must be more journalists in other parts of Europe who say things like this, but their voices do not carry through the din of vilification.

History is being made, once again. What may well determine Europe’s fate is that also outside the defenders of the Atlanticist faith, decent Europeans cannot bring themselves to believe in the dysfunction and utter irresponsibility of the American state.

 

Karel van Wolferen is a Dutch journalist and retired professor at the University of Amsterdam. Since 1969, he has published over twenty books on public policy issues, which have been translated into eleven languages and sold over a million copies worldwide. As a foreign correspondent for NRC Handelsblad , one of Holland’s leading newspapers, he received the highest Dutch award for journalism, and over the years his articles have appeared in The New York Times , The Washington Post , The New Republic , The National Interest , Le Monde , and numerous other newspapers and magazines.

UPDATE 2: Scott Horton has a podcast interview of Karel van Wolferen regarding his article at: http://scotthorton.org/interviews/2014/08/15/081514-karel-van-wolferen/

L’Ungheria guarda ad Oriente (e al South Stream)

 

L’Ungheria guarda ad Oriente (e al South Stream)

Sia il Presidente che la sua principale opposizione sono d’accordo su quella keleti fordulat (svolta ad Oriente), grazie alla quale gli ungheresi potrebbero ricostruire un sistema agricolo e industriale invidiabile nel panorama est-europeo. L’Ungheria si appresta a dare ascolto alla parola d’ordine di Pál Teleki, geografo e primo ministro magiaro dal 1920 al 1921 e dal 1939 al 1941: Keletre, magyar! A oriente, Ungherese!
 
 
Ex: http://www.lintellettualedissidente.it
 

A pochi giorni dalle elezioni ungheresi, che hanno visto una netta riconferma della fiducia dell’elettorato in Fidesz (al governo nella maggioranza delle contee), si assiste all’eterno ritorno delle polemiche sull’amato presidente Viktor Orban. Già lo scorso 26 settembre aveva fatto discutere la notizia dell’interruzione del transito di gas dal Paese magiaro verso l’Ucraina, dopo l’accordo del governo ungherese con la compagnia russa Gazprom. Motivo ufficiale era stato l’aumento della domanda interna, che non avrebbe permesso alla compagnia ungherese Fgsz l’esportazione di risorse energetiche verso il vicino pari a 6,1 miliardi di metri cubi all’anno, non pochi in tempo di visite del Generale Inverno. Gli ucraini della Neftogaz avevano replicato con disappunto che “una decisione del genere va contro i principi base di un mercato unico europeo dell’energia”. Ma con Orban non si scherza: ha dimostrato spesso di anteporre le necessità dello Stato a quelle dell’Unione europea e del suo abietto mercato, riformando la Banca Centrale Ungherese (tuttora statale), rifiutandosi di entrare nell’Eurozona e combattendo a suon di leggi «contro i burocrati che vogliono comandare in casa d’altri».

Gli accordi con Gazprom e l’aumentata tensione con gli Stati Uniti – dopo che lamministrazione Obama ha negato il visto per gli States a sei funzionari magiari, sospettati di corruzione – sono coevi all’agognata distensione dei rapporti con la Federazione Russa. Nei mesi scorso Viktor Orban non aveva fatto attendere il suo disappunto verso quella «zappata sui piedi» delle sanzioni europee contro Mosca. La Commissione economia del Parlamento, guidata dal parlamentare Antal Rogan, parlamentare di Fidesz, ha presentato un emendamento a una legge energetica nazionale che – come riportato il 22 ottobre dall’agenzia TMNews, riprendendo il giornale economico online Portfolio.hu – permetterebbe la costruzione del gasdotto South Stream, nonostante il blocco imposto dall’Ue.

Lo «Stato-Fidesz», come titolava dopo le ultime elezioni il Népszabadság, il giornale della sinistra ungherese, prosegue nella direzione indicata da Viktor Orban e condivisa da Jobbik, il partito di destra radicale che attualmente tiene lo scettro dell’opposizione. Gábor Vona, leader di Jobbik, ha mostrato da una parte interesse verso l’euràzsianizmust (eurasiatismo) e la Russia di Putin, dall’altra la consapevolezza che la «fascia turanica», estesa dall’Ungheria alla Cina, sia oggi uno scacchiere geopolitico di importanza mondiale, attraverso il quale l’Ungheria potrebbe giocare mosse intelligenti per smarcarsi dall’Unione europea e dagli odiati burocrati[1]. In breve, sia il Presidente che la sua principale opposizione sono d’accordo su quella keleti fordulat (svolta ad Oriente), grazie alla quale gli ungheresi potrebbero ricostruire un sistema agricolo e industriale invidiabile nel panorama est-europeo. L’Ungheria si appresta a dare ascolto alla parola d’ordine di Pál Teleki, geografo e primo ministro magiaro dal 1920 al 1921 e dal 1939 al 1941: Keletre, magyar! A oriente, Ungherese!

[1] Claudio Mutti, “A oriente, Ungherese!”, “Eurasia”, 3/2012, pp.201-204.

 

mercredi, 22 octobre 2014

Rusland en Servië, 'brothers in arms'

 

Door: Dirk Rochtus

Rusland en Servië, 'brothers in arms'

Maandag is het precies 70 jaar geleden dat Belgrado, de hoofdstad van Servië, bevrijd werd door het Rode Leger. De Russische president Vladimir Poetin verscheen er al vier dagen op voorhand om die verjaardag te vieren.

Servië en Rusland zijn als twee handen op één buik. Dat was honderd jaar geleden zo, bij het uitbreken van de Eerste Wereldoorlog, en dat is nog altijd zo vandaag de dag, te midden van een crisis die de relaties tussen Rusland en de Europese Unie (EU) vertroebelt. Servië mag dan wel sinds januari toetredingsonderhandelingen voeren met de EU, maar de liefde voor de grote Slavische broeder is er niet minder om.

Jubel

Op doorreis naar de EU-Aziëtop in Milaan liet Poetin zich op donderdag 16 oktober in Belgrado bejubelen door een uitbundige massa. 'Vladimir, red de Serviërs!' viel er zelfs te lezen op borden die inwoners van de stad met zich meedroegen. De Serviërs voelen zich miskend in hun overlevingsstrijd als natie – getuige de oorlog in Joegoslavië in de jaren 90 van vorige eeuw en de uitroeping van de provincie Kosovo tot onafhankelijke republiek door de Albanese meerderheid in 2008. De steun van Moskou zowel moreel als economisch is dan ook erg welkom voor de Serviërs. Voor hun hoge bezoeker uit Rusland organiseerden ze wat graag een grootse militaire parade zoals ze sinds het einde van het communistische bewind niet meer had plaatsgevonden.

Sleutelpartner

In een interview met het Servische tijdschrift Politika zei Poetin letterlijk: 'Servië was en blijft een van de sleutelpartners van Rusland in Zuidoost-Europa'. Een voorbeeld van die goede samenwerking is het project South Stream, de aanleg van een pijpleiding waarmee Russisch gas vanaf 2017 via de Zwarte Zee, Bulgarije, Servië en Hongarije naar Oostenrijk als poort tot de EU zou moeten vloeien. Dat is ook een van de redenen waarom Wenen fervent de toetreding van Servië tot de EU verdedigt (naast het feit dat er 250 000 Serviërs in Oostenrijk wonen). Oekraïne is in het hele gasverhaal de gebeten hond. South Stream zou Oekraïne links laten liggen waardoor dit land heel wat inkomsten moet derven. Mocht Oekraïne bovendien gas aftappen van het bestaande pijpleidingensysteem, dreigde Poetin met een vermindering van de gaslevering aan de EU.

Armoede

Servië heeft het economisch erg moeilijk. De regering moet er onpopulaire maatregelen doordrukken om het staatsbankroet af te wenden. Hogere gasprijzen zouden heel wat gewone Serviërs in armoede dompelen. Servië is dan ook alleen al om economische redenen aangewezen op goede banden met Rusland. Er zijn maar twee kandidaat-lidstaten van de EU, Servië en Macedonië, die niet meedoen met de sancties tegen Rusland (omwille van de Oekraïne-crisis). Zo voert Servië bijvoorbeeld Duitse goederen zonder etikettering uit naar Rusland waarmee het een vrijhandelsakkoord heeft. De Duitse minister van Landbouw Christian Schmidt riep de Servische premier Aleksandar Vučić daarom op om de sancties van de EU tegen Rusland ernstig te nemen. De vraag is of dit van Servië kan worden verwacht, van een land dat zich vaak onbegrepen heeft gevoeld en nog voelt door Europa, van de grote Slavische broeder daarentegen met loftuitingen en met interessante akkoorden, zeven in totaal, over ondermeer energie, infrastructuur en wapenindustrie, overstelpt wordt.

dimanche, 19 octobre 2014

La battaglia sull’Istmo di Perekop

La battaglia sull’Istmo di Perekop

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Ex: http://www.centrostudilaruna.it

300px-Isthmus_of_Perekop_map.pngNell’autunno del 1920 la guerra civile russa era ormai avviata verso la sua inevitabile conclusione, con le armate bianche che cedevano, una dopo l’altra, davanti alla pressione dell’Armata rossa forgiata da Trotzkij e da lui diretta con spietata energia.

A parte le prime formazioni di Cosacchi antibolscevichi, come quella del generale Krasnov, che si appoggiava sull’aiuto dei Tedeschi (prima che la Germania uscisse sconfitta dalla prima guerra mondiale) e a parte l’esercito dei volontari cecoslovacchi, i quali, nell’estate del 1918, si erano impadroniti quasi senza colpo ferire di gran parte della ferrovia transiberiana e della regione degli Urali, tre furono le principali armate bianche che, nel corso del 1919, avevano costituito un serio pericolo per il potere bolscevico:

a) l’esercito siberiano dell’ammiraglio Kolčiak, autoproclamatosi “supremo reggitore” dello Stato russo e riconosciuto quale capo nominale di tutte le armate bianche, il quale, nei primi mesi dell’anno, si era spinto in direzione di Kazan’ e di Mosca. L’Armata rossa lo aveva però contrattaccato il 28 aprile e, in maggio, aveva sfondato le sue linee, dapprima respingendolo al di là degli Urali; poi, in agosto, dopo aver preso Celjabinsk ed Ekaterinburg, lanciando una nuova offensiva sul fronte Tobolsk-Kurgan e procedendo assai velocemente lungo la transiberiana, tanto da occupare Omsk già il 14 novembre. Kolčak venne consegnato, il 15 gennaio, dai Cecoslovacchi a un governo provvisorio filo-sovietico formatosi a Irkutsk e da questo processato e fucilato il 7 febbraio; il suo corpo venne buttato in un buco scavato nel ghiaccio del fiume Angara.

b) L’esercito bianco del generale Denikin, che nell’estate del 1919 aveva riportato successi spettacolari e, dalla regione del Kuban, aveva invaso l’Ucraina, spingendosi fino a Orel, sulla via adducente a Mosca da sud. Esso era stato a sua volta contrattaccato dall’Armata rossa a partire dal 10 ottobre e costretto a una precipitosa e drammatica ritirata. Alla fine dell’anno, i suoi resti erano tornati, assai mal ridotti, sulle posizioni di partenza della primavera, fra Kursk ed Ekaterinoslav; Denikin, sfiduciato, aveva passato le consegne al generale Wrangel, il quale aveva dedicato i mesi invernali a riorganizzare le truppe e i servizi logistici.

c) Il terzo attacco ai centri vitali del potere bolscevico era stato sferrato nell’autunno del 1919 dal generale Judenič il quale, con il sostegno della flotta inglese, era sbarcato nel Golfo di Finlandia e aveva marciato direttamente sulla vecchia capitale imperiale, Pietrogrado. La minaccia era stata seria, perché si era profilata contemporaneamente all’avanzata di Denikin dall’Ucraina, (mentre le forze di Kolčiak erano già in piena dissoluzione); ma anch’essa era stata affrontata e sventata con la massima energia dall’Armata rossa, che era passata decisamente al contrattacco, il 22 ottobre, e aveva costretto le forze di Judenič a interrompere la marcia su Pietrogrado e a reimbarcarsi in tutta fretta.

Così, all’inizio del 1920, a parte le bande degli atamani Semënov e Kalmykov, rispettivamente a Čita e Khabarovsk, al di là del lago Bajkal – ove era sorta, a fare da cuscinetto fra i Rossi e un corpo di spedizione di 70.000 soldati giapponesi, una effimera Repubblica dell’Estremo Oriente -; il piccolo esercito del barone Ungern-Sternberg nella Mongolia Interna; alcune forze cosacche nell’Asia centrale e nella regione del Caucaso; e alcune bande ucraine operanti nella zona di Kiev, restavano ora due soli avversari cospicui per l’Armata rossa: l’esercito polacco del maresciallo Pilsudski, pronto ad attaccare nella primavera del 1920, e quello dei Russi “bianchi” del generale Wrangel, attestato nell’Ucraina meridionale.

In Estremo Oriente, la guerriglia contro le ultime forze “bianche” e contro gli stessi Giapponesi venne condotta da bande di partigiani, sia bolscevichi che anarchici; mentre l’offensiva scatenata da Pilsudski nel maggio venne respinta e l’Armata rossa, passata a sua volta all’attacco, venne battuta in maniera decisiva sotto le mura di Varsavia, in agosto: sicché, il 18 marzo 1921, si giunse alla pace di Riga fra Polonia e Unione Sovietica. Abbiamo già narrato questi avvenimenti in due lavori precedenti: Trjapicyn in Siberia orientale: breve la vita felice di un “bandito” anarchico; e Chi ha voluto la guerra sovietico-polacca del 1920? Una questione storiografica ancora aperta.

Pertanto, nell’autunno del 1920, Trotzkij era ormai libero di concentrare le forze maggiori dell’Armata rossa contro l’ultimo esercito “bianco” ancora attestato in territorio russo e dotato di una buona capacità combattiva: quello del barone Wrangel. Anche le bande anarchiche di Machno, fino ad allora ostili ai bolscevichi, siglarono una tregua e accettarono anzi di passare sotto il comando del generale Frunze, in vista di una offensiva finale contro i Bianchi. Un ambasciatore inviato a Machno da Wrangel, per esplorare le possibilità di una alleanza tattica in funzione antibolscevica, era stato impiccato; il capo anarchico non sapeva, allora, che subito dopo la liquidazione dell’ultima armata “bianca” sarebbe venuta anche la sua ora.

wrangel

 

 

Pyotr Nikolayevich Wrangel (27 agosto 1878 – 25 aprile 1928)

Wrangel non godeva dell’appoggio delle popolazioni ucraine, per le stesse ragioni che avevano provocato la sconfitta di Kolčak, Denikin e Judenič: la diffidenza dei contadini e l’esiguità delle classi medie che, sole, avrebbero potuto costituire una base sociale determinante; e ciò nonostante che Wrangel, ammaestrato dalla disfatta degli altri generali “bianchi”, avesse promesso ai contadini una riforma agraria radicale, a spese della grande proprietà terriera.

I bolscevichi, con i loro metodi brutali di requisizioni forzate e con l’esercizio di una spietata dittatura, mascherata sotto l’apparenza di autonomia dei Soviet, avevano destato anch’essi notevoli diffidenze da parte dei contadini e suscitato malumori perfino tra i marinai e nella classe operaia (come si sarebbe visto nella rivolta di Kronstadt, repressa da Tuchacevskij nel marzo 1921). Essi erano però più abili a livello propagandistico, sfruttando slogan come «tutto il potere ai Soviet» e «la terra a chi la lavora»; e dipingendo tutti i Bianchi, senza alcuna sfumatura, come gli strumenti della restaurazione monarchica e aristocratica.

Una valutazione imparziale di quegli avvenimenti esige che si riconoscano a Wrangel delle capacità militari e organizzative veramente eccezionali: possedeva più costanza di Denikin e più senso politico di Kolčak; e, pur non facendosi illusioni sull’esito finale di una lotta così ineguale, era capace di infondere coraggio e determinazione ai suoi uomini, demoralizzati da tante sconfitte e ridotti a lottare con una crescente penuria di materiali da guerra ed equipaggiamenti; cui si aggiunsero – alla metà di ottobre – delle condizioni climatiche precocemente ed eccezionalmente rigide, che aumentarono le loro sofferenze.

Riteniamo si possa sostanzialmente concordare con il giudizio che di Wrangel ha dato lo storico inglese W. H. Chamberlin nella sua ormai classica Storia della Rivoluzione russa, 1917-1921 (titolo originale: The Russian Revolution, 1917-1921, 1935; traduzione italiana di Mario Vinciguerra, Torino, Einaudi, 1966, pp. 728, 740-42):

«Wrangel contribuì a infondere nuova energia nelle file dei Bianchi. Lavorando giorno e notte riorganizzò totalmente l’amministrazione militare e civile nella piccola zona sotto la sua autorità, e trasformò quelle truppe dalla massa informe di profughi cui s’erano ridotti a un’efficiente forza combattiva. Alcune delle misure prese a quello scopo dai suoi luogotenenti furono estremamente brutali. Ad esempio, il generale Kutepov fece impiccare in pubblico ufficiali e soldati colti in stato di avanzata ubriachezza nelle strade di Simferopol'; ma nel complesso questi provvedimenti raggiunsero il loro scopo. Lo spiriti bellicoso delle truppe, che era quasi svanito durante la lunga e tremenda ritirata da Orel a Novorossijsk, fu restaurato. Uno scrittore sovietico esprime il seguente apprezzamento sullo stato dell’esercito di Wrangel nella primavera e nell’estate del 1920: “Qualitativamente era la migliore forza combattente d cui avesse mai disposto la controrivoluzione russa e internazionale nella sua lotta contro le Repubbliche sovietiche”.

Questo giudizio è confermato dal corso delle operazioni militari. Le truppe di Wrangel non solo tennero a bada ma respinsero forze sovietiche considerevolmente superiori, e soccombettero solo quando, per effetto della pace conclusa con la Polonia, esse furono letteralmente schiacciate dal numero delle forze sovietiche […].

Wrangel fu l’ultimo capo del movimento bianco organizzato in Russia. Trovandosi fin da principio di fronte a una forte disparità di forze, la sua disfatta era quasi inevitabile. Pochi degli uomini di stato antibolscevichi più autorevoli ebbero voglia di entrare nel suo governo. Egli non fece miracoli. Con un piccolo esercito e una base di operazioni inadeguata, non poteva tener testa indefinitamente all’enorme esercito rosso, che attingeva i propri soldati da quasi tutta la Russia. Coi suoi precedenti di ufficiale aristocratico, non poteva superare il grande abisso di sospetto e di ostilità che sempre sussistettero tra il movimento e le masse dei contadini, e fu la causa fondamentale della sua disfatta.

Ma, tenuto conto di questi inevitabili fattori negativi, Wrangel si batté valorosamente. Aveva ereditato un relitto di esercito e seppe rifoggiarlo in forza combattente che inferse ai Rossi alcuni fieri colpi. Wrangel non poteva salvare quella vecchia Russia di cui s’era fatto campione e rappresentante, ma la sua attività militare, che tenne una quantità di truppe rosse impegnate in Ucraina e nel Kuban, non fu certo l’ultima ragione per cui l’esercito rosso mancò davanti a Varsavia di quella estrema riserva d’energia che avrebbe creato una Polonia sovietica ed esteso il bolscevismo molto oltre le frontiere russe. Visto da questo lato, l’epilogo del movimento bianco, impersonato da Wrangel, fu una fortuna per la Polonia e forse per altri stati di nuova formazione dell’Europa orientale come fu funesto per il governo sovietico e per l’Internazionale comunista».

Una prima offensiva contro le forze di Wrangel, lanciata l’8 gennaio 1920, aveva portato i reparti dell’Armata rossa fino a ridosso della Crimea, centro nevralgico dei Bianchi, con i suoi porti affollati di navi russe e delle potenze dell’Intesa. Sarebbe errato, tuttavia, vedere Wrangel come una semplice creazione degli Alleati; in realtà, dopo la sconfitta di Denikin, i governi di Londra e Parigi avevano rinunciato alla speranza di assistere a una caduta del regime sovietico in tempi brevi e, di fatto, avevano ritirato il loro appoggio militare e finanziario ai Bianchi, limitandosi solo a vaghe promesse e ad un certo sostegno logistico.

I Francesi, in particolare – che avevano investito grossi capitali in Russia prima e durante la prima guerra mondiale, avevano puntato quasi tutte le loro carte sulla Polonia di Pilsudski; e, dopo la vittoria di quest’ultimo davanti a Varsavia, si disinteressarono sostanzialmente del destino di Wrangel. Come se non bastasse, la loro flotta, stanziata a Odessa, era stata scossa dagli ammutinamenti degli equipaggi nel 1919, per cui il governo francese non si illudeva di poter prolungare la propria influenza politico-militare nell’area del Mar Nero.

Ci furono invece delle trattative interalleate che sembrarono sfociare in una spedizione militare italiana in Georgia, all’inizio dell’estate 1919; ma poi non se ne fece più nulla, specialmente a causa dell’instabilità dei governi italiani tra la fine della prima guerra mondiale e l’ascesa del fascismo. Nel caso specifico, fu l’opposizione di Nitti al progetto che lo fece cadere, e con esso cadde il ministero Orlando, che lo aveva preparato e si accingeva a porlo in atto.

Quanto agli Inglesi, essi avevano puntato su Kolčak, cui avevano fornito non solo abbondante materiale da guerra e ingenti risorse finanziarie, ma anche consiglieri militari; e, dopo la sua sconfitta, avevano rinunciato all’idea di poter rovesciare il regime sovietico mediante l’azione degli eserciti “bianchi”.

Sapendo di non poter più vincere la guerra civile sul campo, Wrangel – che era un uomo intelligente e che possedeva uno spiccato senso realistico – studiò il modo di ritardare l’investimento della sua cittadella crimeana e di intavolare eventualmente trattative coi bolscevichi, attraverso i buoni uffici delle potenze occidentali; ma, per poterlo fare, desiderava raggiungere una posizione strategica migliore, che rendesse più forte anche la sua posizione politica.

Pertanto, nell’estate, egli effettuò alcuni sbarchi sulla costa orientale del Mar d’Azov, investendo il territorio del Kuban e minacciando di congiungersi con il cosiddetto Esercito della rigenerazione russa, che si era stabilito nella regione settentrionale del Caucaso. Il collegamento non riuscì, nonostante le forze bianche riportassero, nel mese di agosto, una serie di successi inaspettati; per cui, in settembre, le truppe di Wrangel dovettero reimbarcarsi.

Aspettandosi ora una nuova, grande offensiva dell’Armata rossa, Wrangel attestò il suo esercito nella Tauride settentrionale e, intanto, provvide a fortificare potentemente l’istmo di Perekop, un vero e proprio “collo di bottiglia”, mediante il quale si accede, da nord-ovest a sud-est, alla penisola di Crimea.

In effetti, l’offensiva sovietica scattò il 28 ottobre, contemporaneamente alla fine delle grandi operazioni sul teatro polacco; e, dopo una lotta accanita, terminò com’era inevitabile: con l’irruzione dei Rossi fino agli accessi dell’istmo. In questa battaglia Wrangel aveva potuto mettere in linea non più di 35 uomini, contro circa 137.000 dell’Armata rossa.

Ai primi di novembre, dunque, le due armate si fronteggiavano sull’istmo, davanti a Perekop, dove i Bianchi era asserragliati dietro il cosiddetto Vallo Turco, una triplice linea di difesa munita di trincee, filo spinato, nidi di mitragliatrici e postazioni d’artiglieria. Molti consideravano le difese dell’istmo semplicemente imprendibili; ma, come vedremo, le forze della natura diedero ai Sovietici, che già godevano di una schiacciante superiorità numerica, anche un inatteso vantaggio strategico, allorché il vento rese transitabile il passaggio di terra dalla Penisola Čongar alla Penisola Lituana, respingendo le acque basse del mare; mentre le gelide temperature permisero al fondo fangoso di solidificarsi in una solida crosta di ghiaccio.

Scrive lo storico americano W. Bruce Lincoln nel suo libro I Bianchi e i Rossi. Storia della guerra civile russa (titolo originario: Red Victory, 1989; traduzione italiana di Francesco Saba Sardi, Milano, Mondadori, 1991, 1994, pp. 396-401):

Mikhail Frunze (2 febbraio 1885 – 31 ottobre1925)

Mikhail Frunze (2 febbraio 1885 – 31 ottobre1925)

«Solo lentamente i soldati di Wrangel cedettero terreno sotto l’enorme pressione dell’Armata Rossa durante la prima settimana di aspri combattimenti, e l’assalto finale di Frunze non fu coronato dal trionfo che si era atteso. Le forze di Bljücher e di Budënnyi erano avanzate di oltre 120 chilometri in tre giorni nel deciso tentativo di raggiungere la ferrovia in modo da tagliare la strada alla ritirata di Wrangel in Crimea, ma le unità rosse più a est dovettero disputare al nemico ogni pollice di terra e avanzarono assai più lentamente. “Sono stupefatto dell’enorme energia con cui il nemico resiste – comunicò Frunze a Mosca. – è indubbio che il nemico ha combattuto più validamente e tenacemente di quanto avrebbe fatto ogni altro esercito”. Fu così che i reparti di Wrangel in ritirata vinsero la corsa per la Crimea, e i disperati sforzi di allievi ufficiali e unità di seconda linea impedirono ai fucilieri di Bljücher di impadronirsi del Passo di Salkovo e di fare sfondare la prima linea di difesa a Perekop. Ma i Bianchi pagarono assai cari i loro momentanei successi. Aprendosi la strada nella Tauride settentrionale, le forze di Frunze catturarono quasi 20.000 prigionieri, un centinaio di pezzi da campo, un gran numero di mitragliatrici, decine di migliaia di granate e milioni di cartucce. “L’esercito rimase intatto – commentò in seguito Wrangel -, ma le sue capacità combattive non furono più quelle di prima”, né d’altra parte era riuscito a conservare quelle fonti alimentari per le quali aveva rischiato tanto: oltre 36.000 tonnellate di cereali del raccolto autunnale accantonate dalla sua sussistenza nei magazzini ferroviari di Melitopol e di Geničesk caddero nelle mani di Frunze.

Quesri aveva perduto l’occasione di riportare una vittoria decisiva non essendo riuscito ad accerchiare l’esercito di Wrangel prima che raggiungesse la Crimea; costretto pertanto a dare l’assalto alla fortezza peninsulare, aumentò le proprie forze e inviò i ricognitori che si erano di recente aggiunti ai suoi rafforzati reparti aerei a fotografare le linee nemiche. Alla fine della prima settimana di novembre, aveva ammassato 180.771 uomini appoggiati da quasi 3.000 mitragliatrici, oltre 600 pezzi d’artiglieria e 23 treni corazzati con cui affrontare i 26.000 regolari bianchi e le 16.000 male armate riserve che guarnivano le difese della Crimea.

Frunze decise di sferrare l’attacco principale contro il Vallo Turco, una barriera ottomana del XVIII secolo lungo la quale Wrangel aveva creato nidi ben protetti di mitragliatrici e piazzole di artiglieria, in modo da assicurare fuoco incrociato a complemento delle fitte barriere di filo spinato che costituivano la prima linea di Perekop, dietro la quale i residui treni corazzati dei Bianchi erano in grado di muoverei avanti e indietro lungo la recente diramazione ferroviaria Sebastopoli-Jušun-Amjansk, coprendo con i loro pezzi gli approcci del vallo. La 51a Divsione di Bljücher ebbe l’ordine di guidare l’attacco, e il suo comandante ne concentrò i fucilieri in ordine talmente serrato, che in certi punti aveva un uomo ogni metro e una mitragliatrice a sostegno di ogni 17 uomini. Alla sinistra di Bljücher, di fronte alle paludi salmastre di Sivaš e al ponte di Čongar un po’ più a est, Frunze schierò la Kornarmija di Budënnyi, la IV Armata Rossa e i partigiani di Machno, tenendo di riserva la maggior parte di tre armate. Stando ai resoconti sovietici, erano tutti reparti animati da alto spirito combattivo, decisi a celebrare il 7 novembre il terzo anniversario della rivoluzione bolscevica infliggendo una disfatta all’ultima cospicua forza bianca sul suolo russo.

Nonostante gli uomini e le armi che Frunze aveva radunato in vista della battaglia, i difensori della Crimea non si erano lasciati infettare dal sentimento di sconfitta che alla fine del 1919 aveva minato Denikin e i Bianchi a Novorossijsk. Wrangel aveva cominciato i preparativi per un’evacuazione in massa, ma così silenziosamente e in tempi così lunghi da mascherare l’intento. “Le misure da noi prese avevano placato le ansie che si erano qua e là manifestate”, commentò in seguito. “Dietro le linee, tutto restava tranquillo perché ciascuno credeva nell’imprendibilità delle fortificazioni di Perekop”, ed era una convinzione tutt’altro che infondata. I giornali di Crimea parlavano ancora in tono fiducioso delle difese dell’istmo di Perekop, del ponte di Čongar e della costiera intermedia. “Le fortificazioni di Sivaš e di Perekop sono talmente solide, che il Comando supremo rosso non dispone né degli uomini né delle macchine per sfondarle, assicurava il 4 novembre il foglio “Vremja” (“Tempi”). Tutte le forze armate del Sovdepja messe assieme non bastano a intimidire la Crimea”. Wrangel, forse ancora speranzoso di riuscire a bloccare Frunze, ma intento soprattutto a guadagnare il tempo necessario per portare a termine un’evacuazione ordinata, unificò la I e la II Armata sotto gli ordini del generale Kutepov, il migliore e il più tenace dei reparti combattenti che gli restassero. Universalmente noto per la feroce crudeltà nei confronti di bolscevichi e loro simpatizzanti, e ampiamente sospettato di di aver intascato colossali bustarelle in cambio di permessi di esportazione e importazione quando aveva comandato la guarnigione di Novoriossijsk, Kutepov continuava ciò nonostante a godere della piena fiducia di Wrangel quale ufficiale “in grado di affrontare qualsiasi situazione, un uomo dal grande valore militare e di eccezionale tenacia nella realizzazione dei compiti affidatigli.” Kutepov avrebbe difeso il Vallo Turco come nessun altro avrebbe potuto fare; e se non ci fosse riuscito, Wrangel avrebbe saputo senz’ombra di dubbio che la fine era giunta.

La mattina del 7 novembre, dopo aver impartito gli ultimi ordini per l’attacco, Frunze si recò al quartier generale di Budënnyi dove con questi e Vorošilov compilò un telegramma di congratulazioni a Lenin nel terzo anniversario della rivoluzione bolscevica, promettendogli la vittoria conclusiva a celebrazione della stessa. “In nome degli eserciti del fronte meridionale, ormai pronti a sferrare il colpo finale contro la tana della belva mortalmente ferita, e in nome delle rinnovate aquile delle grandi armate di cavalleria, salute – esordiva il testo. – La nostra ferrea fanteria, la nostra audace cavalleria, la nostra invincibile artiglieria e i nostri rapidi aviatori dalla vista acuta… libereranno quest’ultimo lembo di terra sovietica da ogni nemico”, si prometteva a Lenin. Forse più di ogni altra unità in azione nella Russia meridionale, la 51a Divisione di Bljücher meritava tutti quei superlativi, ed era sul suo assalto frontale contro il Vallo Turco che Frunze, Vorošilov e Budënnyi contavano per irrompere nel bastione crimeano di Wrangel. Ma ad aiutare la loro causa più di quanto avrebbe potuto fare ogni atto di valore, per quanto grande, furono l’imprevedibile e l’inaspettato. La natura, le cui forze avevano inflitto tanti tormenti al popolo della Russia bolscevica durante i due aspri inverni precedenti, questa volta si schierò dalla parte dei Rossi, aprendo loro nuove, insospettate vie d’attacco.

Forse solo due o tre volte nel corso di una generazione, un forte vento investe da nordovest la Crimea, spingendo verso est le basse acque che coprono i bassifondi salini del Sivaš e lasciando allo scoperto la sottostante, putrida fanghiglia. Il 7 novembre 1920, imperversò un vento talmente furioso, accompagnato da temperature così basse che la notte del 7-8 novembre il fondo melmoso del Sivaš, così di rado scoperto, si gelò formando una superficie tanto solida da reggere uomini e cavalli. Alle 22, mentre gran parte della 51a Divisione di Bljücher si apprestava ad assalire le posizioni di Kutepov lungo il Vallo Turco, la 15a e la 52a Divisione di fucilieri, in una con la 153a Brigata di fucilieri e di cavalleria della 51a Divisione, approfittando dell’insperato vantaggio. Una pesante nebbia grava sulla zona, impedendo alle sentinelle di Wrangel sulla Penisola Lituana di avvistare i reparti rossi impegnati nell’attraversamento dei sei chilometri del Sivaš. Ben presto, i piedi e gli zoccoli di uomini e cavalli trasformarono in gelida fanghiglia il fondo marino indurito, obbligando i reparti successivi a rallentare l’avanzata, in pari tempo aumentando le probabilità di scoperta; ciò nonostante, tutti i reparti raggiunsero la terraferma senza essere avvistati proprio mentre il vento cambiava direzione e l’acqua cominciava a crescere.

All’alba dell’8 novembre, gli infangati soldati di Frunze assalirono le deboli forze che Wrangel aveva lasciato sulla Penisola Lituana a difesa da un eventuale quanto improbabile attacco anfibio. Quello che i comandanti di entrambe le parti avevano immaginato essere un angolino dimenticato nella battaglia per la Crimea, ne divenne la chiave di volta allorché Kutepov ordinò contrattacchi a sostegno dei difensori della Penisola Lituana proprio mentre la 51a muoveva all’assalto del Vallo Turco. Per tutta la giornata, le sorti della battaglia rimasero incerte, e il destino dei Rossi e dei Bianchi parve ugualmente in bilico. Se l’assalto di Bljücher fosse fallito sarebbe stato facilissimo, per Kutepov, volgersi contro i ridotti reparti rossi che lo minacciavano alle spalle della Penisola Lituana e liquidarli, ora che le acque marine avevano rioccupato il Sivaš e Frunze non poteva né inviar loro rinforzi né richiamarli. D’altro parte, se l’attacco di Bljücher fosse stato coronato da successo, e i Rossi fossero avanzati oltre la Penisola Lituana, il grosso di Kutepov rischiava l’accerchiamento ad opera di un nemico assai più forte. Le sorti della battaglia dipendevano dallo sfondamento del Vallo Turco e dalla capacità delle truppe rosse sulla Penisola Lituana di resistere finché Bljücher ci fosse riuscito.

Dopo aver differito l’assalto per parecchie ore a causa della fitta nebbia, Bljücher aprì il bombardamento d’artiglieria contro il Vallo Turco proprio mentre le unità che avevano superato il Sivaš raggiungevano la Penisola Lituana. Quattro ore più tardi, le sue fanterie vennero avanti. In un primo momento il fuoco d’appoggio, per quanto pesante, non parve sufficiente a ridurre la tempesta di proiettili che artiglierie e mitragliatrici di Kutepov scagliarono addosso agli attaccanti: in alcuni reggimenti di Bljücher, le perdite ammontarono al sessanta per cento degli effettivi, e tre successive ondate di fanteria furono respinte dal fuoco nemico. Solo alle tre e mezza del mattino del 9 novembre, il quarto assalto condotto dalla 51a Divisione ebbe ragione del Vallo. “Fu come se una montagna mi cadesse dalle spalle – confessò poi Frunze. – Con la presa di Perekop scomparve il pericolo che le due divisioni tagliate fuori dalle acque refluenti del Sivaš venissero annientate.”

Il sollievo di Frunze accompagnò l’inizio delle più buie ore di Wrangel, il quale la sera del 9 novembre, alla notizia che il Vallo Turco era caduto, scrisse: “Il generale Kutepov mi riferì che, alla luce degli ultimi sviluppi, vale a dire la penetrazione del nemico nelle nostre posizioni di Perekop e il pericolo di un accerchiamento, aveva impartito l’ordine di ripiegamento sulla seconda linea fortificata… Eravamo sull’orlo del disastro… Erano già stati superati i limiti della capacità dell’esercito di resistere e le fortificazioni non potevano più bloccare il nemico. Erano necessarie urgenti misure per salvare l’esercito e la popolazione civile.” In netto contrasto con la ritirata di Denikin da Novorossijsk dell’anno prima, così malamente condotta, Wrangel, pur sperando nella vittoria, aveva elaborato precisi piani di evacuazione e disponeva pertanto di sufficienti riserve di carbone e nafta per tutte le navi in mano ai Bianchi. A questo punto diede fondo a tutte le sue risorse. “La minima esitazione, il più piccolo errore, potrebbe rovinare tutto”, ammonì. L’11 novembre ordinò che tutte le navi dei Bianchi accostassero alle zone di imbarco precedentemente scelte, vale a dire Evpatorija, Sebastopoli e Jalta, e altre ancora a Feodosija e a Kerč. Poi, mentre Kutepov conduceva azioni di retroguardia per rallentare l’avanzata rossa, Wrangel portò a termine i preparativi. Innanzitutto i malati e i feriti, poi i funzionari governativi, i civili e le forze armate, dovevano essere evacuati prima dell’arrivo dei Rossi. Il giorno dopo Wrangel impartì gli ultimi ordini. Le truppe dovevano rompere il contatto con il nemico e raggiungere i più vicini porti d’imbarco, lasciandosi alle spalle armamenti e materiali pesanti, mentre “tutti coloro che hanno partecipato con l’esercito a questa salita al Calvario – vale a dire i familiari dei soldati e quelli dei funzionari civili, nonché – chiunque altro possa correre pericolo se catturato dal nemico”, doveva avviarsi ai punti d’imbarco con i militari.

L’abilità di cui Wrangel diede prova nel mantenere il controllo di truppe e civili, fu brillantemente comprovata dal fatto che l’evacuazione ebbe luogo con panico e disordine minimi. Nel tardo pomeriggio del 14 novembre, Sebastopoli era ormai vuota e Wrangel, avuta notizia che anche l’evacuazione di Evpatorija era stata portata a termine, salì a bordo dell’incrociatore “Generale Kornilov” che l’avrebbe portato in esilio. A Jalta, la stessa scena si ripeté alle nove del mattino successivo e quello seguente ebbe luogo anche a Feodosija e, di lì a poche ore, a Kerč. Alle sedici del 16 novembre 1920, gli ultimi Bianchi, 145.693 uomini, donne e bambini erano a bordo di 126 navi in rotta verso Costantinopoli.»

Con l’evacuazione della Crimea e la scomparsa dell’ultimo consistente esercito antibolscevico, la sorte della guerra civile era definitivamente segnata. Uno dopo l’altro, l’Armata rossa spense gli ultimi focolai di resistenza nell’immenso territorio russo.

Le bande di Machno vennero spazzate via dall’Ucraina meridionale; l’ataman Petljura, che si era alleato coi Polacchi, vide infranto il suo sogno di una Ucraina occidentale indipendente; Ungern-Sternberg venne sconfitto e fucilato in Mongolia; le Repubbliche caucasiche furono riconquistate (Batum fu presa il 19 marzo 1921); i Giapponesi, preceduti dagli Americani, sgombrarono la Siberia e, nel 1922, la Repubblica dell’Estremo Oriente si sciolse e fu riassorbita dall’Unione delle Repubbliche Socialiste Sovietiche (che assunse tale denominazione nel dicembre 1922, in occasione del X Congresso panrusso dei Soviet).

Prima ancora della sconfitta finale di Wrangel, anche la regione russa settentrionale di Arcangelo e Murmansk era stata evacuata dagli Inglesi che avevano puntato sul generale Miller, ma la cui posizione era divenuta insostenibile dopo la sconfitta di Kolčak. Infine, nell’Asia centrale, venne infranto il sogno di Enver pascià, ex membro del triumvirato dei “Giovani Turchi” che aveva governato l’Impero ottomano durante la prima guerra mondiale (e che aveva personalmente deciso il genocidio degli Armeni nel 1915-16), di creare un vasto dominio delle genti turaniche e turche fra il Turkestan cinese e il bacino del Mar Caspio.

Così, con la sola eccezione della Finlandia e delle tre piccole Repubbliche baltiche (Estonia, Lettonia e Lituania), destinate a una effimera indipendenza sino allo scoppio della seconda guerra mondiale; e con la perdita, altrettanto temporanea, di alcune regioni di confine a favore della Polonia e della Romania, l’Unione Sovietica ritornò in possesso, entro la fine del 1922, di tutti i territori che avevano fatto parte del vecchio Impero zarista. Del quale ereditò automaticamente anche la politica espansionista, sia verso l’Europa che verso l’Asia; ma, questa volta, non sotto l’influsso della ideologia panslavista, bensì all’ombra della bandiera rossa e del credo internazionalista di Marx e Lenin.

samedi, 18 octobre 2014

Emmanuel Todd: les libéraux occidentaux doivent applaudir les Russes

Emmanuel Todd: les libéraux occidentaux doivent applaudir les Russes

Auteur : Ria Novosti
 

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L'historien et sociologue français Emmanuel Todd il n'a jamais été prisonnier des idéologies, bien qu'il les ait minutieusement étudiées du point de vue scientifique. Auteur de nombreux livres et monographies, il a accepté de répondre aux questions de Rossiïskaïa gazeta.

Le monde occidental est parti en guerre contre la Russie, l'accusant de tous les péchés capitaux et de mauvaises intentions. Qu'en pensez-vous?

Emmanuel Todd: Avant les événements ukrainiens déjà, j'avais attiré l'attention sur cette tendance antirusse, manifestement planifiée, dans les médias occidentaux. Les premières attaques régulières contre Moscou ont porté sur le "rejet" des minorités sexuelles. Ensuite, de nombreux articles ont avancé que la politique de Poutine était "impossible à comprendre" et qu'il était "imprévisible". Pour être franc, cela m'a beaucoup amusé. Car à mon avis, la ligne politique du gouvernement russe est au contraire très rationnelle et réfléchie. Les Russes sont fiers d'être Russes et s'ils disposent des moyens nécessaires, ils font tout pour éviter la cabale. Ainsi, le soutien affiché à la population russophone dans le sud-est de l'Ukraine s'inscrit parfaitement dans cette logique.

En ce qui concerne les préoccupations des Baltes ou des Polonais, persuadés que demain Moscou compte les engloutir, elles sont complètement infondées. Cela n'a absolument aucun sens. La Russie a déjà suffisamment de soucis pour aménager son vaste territoire.

Cela fait longtemps que vous vous intéressez à la Russie - essentiellement comme anthropologue et sociologue. En 1976 déjà, à l'âge de 25 ans, vous avez écrit un livre intitulé La Chute finale où vous évoquiez les causes susceptibles de désintégrer l'URSS. Ce livre, qui a fait beaucoup de bruit, n'a pas été pris au sérieux à l'époque. Quelle est votre vision de la Russie contemporaine?

Emmanuel Todd: Si vous vous penchez sur l'histoire de la Russie, vous comprenez que son rôle dans les affaires mondiales - et en particulier européennes - a toujours été positif. La Russie a subi une humiliation dans les années 1990, juste après l'effondrement de l'URSS. L'attitude de l'Ouest fut alors insupportable et injuste mais en dépit de cela, la transition a pu se faire dans une certaine dignité. Aujourd'hui, ce pays a retrouvé sa place dans les affaires mondiales et a atteint un équilibre interne. Il a atteint une stabilité démographique et enregistre même une croissance de sa population plus élevée que dans le reste de l'Europe. L'espérance de vie augmente. A terme, le taux de mortalité infantile sera inférieur à celui des États-Unis selon les statistiques. Le fait que la Russie attire un flux d'immigrés en provenance des pays voisins montre qu'elle revêt pour eux un intérêt économique.

À mon avis, la Russie joue un rôle particulier dans les affaires internationales, dont elle a hérité de la Guerre froide, qui est d'assurer l'équilibre mondial. Grâce à son arsenal nucléaire, la Russie est aujourd'hui le seul pays capable de contenir les Américains. Sans elle, le monde aurait connu un sort catastrophique. Tous les libéraux occidentaux devraient l'applaudir: contrairement aux démocraties européennes, elle a accordé l'asile à Edward Snowden. Quel symbole explicite: la Russie, bastion des libertés dont les pays européens se veulent les porte-drapeaux.

En 2002 sortait votre livre Après l'Empire, où vous évoquez les causes de l'affaiblissement, lent mais sûr, des USA. Qu'en est-il aujourd'hui?

Emmanuel Todd: En effet, j'ai écrit à l'époque que l'agressivité de l'Amérique n'était absolument pas une manifestation de sa puissance. Au contraire, elle cachait la faiblesse et la perte de son statut dans le monde. Ce qui s'est passé depuis a confirmé mes conclusions de l'époque. Et cela reste exact aujourd'hui également. Ne croyez pas que j'ai été motivé par un anti-américanisme quelconque. Pas du tout. Néanmoins, je constate que l'"empire" américain est en phase de déclin. Et cela peut être vu particulièrement dans la manière dont les États-Unis, à chaque fois qu'ils perdent l'un de leurs alliés, prétendent que rien de significatif ne s'est produit. Prenez l'exemple de l'évolution des relations de Washington avec l'Arabie saoudite. Les échecs permanents des Etats-Unis au Moyen-Orient sont flagrants pour tout le monde, notamment à travers les derniers conflits en Irak et en Syrie. Et Riyad, qui était autrefois leur plus proche allié dans la région, est en fait sorti du contrôle américain, même si bien sûr personne ne l'admet. Même chose pour la Corée du Sud, qui s'éloigne des États-Unis pour coopérer de plus en plus activement avec la Chine. Le seul véritable allié loyal des Américains en Asie reste le Japon. Mais à cause de sa confrontation avec Pékin, ce pays ne sait plus où se mettre.

Et l'Europe?

Emmanuel Todd: Le processus est similaire en Europe. La principale évolution que le Vieux continent ait connue ces dernières années est la montée en puissance de l'Allemagne. Avant, je pensais que l'Europe allait continuer à se développer, tirée par la locomotive d'intégration Berlin-Paris. Mais les choses se sont passées autrement. Tout d'abord, l'Union européenne ne s'est pas transformée en union des nations "libres et égales", comme le rêvaient ses fondateurs. Elle a pris la forme d'une structure hiérarchique sous l'égide de l'Allemagne, qui a largement dépassé sur le plan économique tous les autres pays de l'UE. Par nature, les Allemands ne peuvent pas percevoir le monde autrement qu'à travers un prisme hiérarchique. Cette ascension de Berlin s'est accélérée notamment après la crise financière de 2008. Aujourd'hui, l'Europe est contrôlée par l'Allemagne. Les premiers signes d'une perte de contrôle sur Berlin par les Américains sont apparus au début de la guerre en Irak quand Paris, Moscou et Berlin, qui marchaient jusque-là dans le sillage des USA, s'y sont opposés. Ce fut une étape fondamentale.

Depuis, dans un domaine aussi crucial que l'économie internationale, l'Allemagne mène sa propre ligne pour défendre ses intérêts nationaux. Elle ne cède pas à la pression des Américains, qui croient que tout le monde devrait jouer selon leurs règles et insistent pour que les Allemands renoncent, par exemple, à leur politique d'austérité budgétaire. Cette ligne est imposée sous la pression de Berlin à l'ensemble de l'Union européenne, et les Etats-Unis ne peuvent rien y faire. Dans ce domaine, les Allemands n'accordent pas d'importance à l'avis des Américains. Nous pouvons aussi rappeler les récents scandales impliquant les écoutes téléphoniques, quand les Allemands – un cas sans précédent – ont expulsé le chef de la CIA à Berlin. Mais l'économie reste le plus important. Les Américains n'adoptent pas, dans ces circonstances, une attitude menaçante. Pas parce qu'ils ne veulent pas, mais parce qu'ils ne peuvent pas. En l'admettant tacitement, ils reconnaissent en quelque sorte que leur pouvoir touche à sa fin. Cela ne saute probablement pas aux yeux, mais c'est la réalité.

Néanmoins, certains pensent que les USA restent une puissance dirigeant les affaires mondiales, notamment européennes.

Emmanuel Todd: Il y a l'ancien monde et le nouveau monde. L'ancien monde, c'est la vision héritée de l'époque de la Guerre froide. Elle reste bien ancrée dans la conscience des faucons américains, dans les pays baltes et en Pologne. Il est clair que l'expansion de l'OTAN vers l'Est après la chute du mur de Berlin est un exemple typique de l'inertie de la pensée dans l'esprit de la Guerre froide, peu importe les termes employés. Dans l'ancien monde, l'Allemagne jouait plutôt un rôle de modérateur, d'élément rationnel préconisant une solution pacifique aux problèmes et favorable au partenariat économique. Mais un nouveau monde est apparu et il n'est plus contrôlé par les Américains.

Après le mur de Berlin, le mur des sanctions

L'Europe a aujourd'hui sa propre dynamique. Elle n'a pas d'armée, mais elle est dirigée par l'Allemagne. Et tout se complique, car cette dernière est forte, mais elle est instable dans ses concepts géopolitiques. A travers l'histoire, le pendule géopolitique allemand a oscillé entre une approche raisonnable et des élans mégalomanes qui ont conduit, rappelons-le, à la Première Guerre mondiale. C'est la "dualité" de l'Allemagne. Par exemple, Bismarck cherchait la paix universelle et l'harmonie avec la Russie, alors que Guillaume II, dans l'esprit "l'Allemagne est au-dessus de tous", s'est brouillé avec tout le monde, à commencer par la Russie. Je crains que nous retrouvions aujourd'hui cette dualité. D'une part, l'ancien chancelier Schröder a prôné l'expansion des relations avec Moscou et il a maintenant beaucoup de partisans. D'autre part, on constate une position étonnamment ferme de Merkel dans les affaires ukrainiennes. L'agressivité du monde occidental envers la Russie ne s'explique donc pas uniquement par la pression des Etats-Unis.

En effet, tout le monde s'attendait à une médiation active de Berlin dans la crise ukrainienne, mais ce n'a pas été le cas.

Emmanuel Todd: Il me semble que l'Allemagne s'engage de plus en plus dans une politique de force et d'expansion voilée. La réalité de l'Allemagne après la réunification est qu'elle a miné les structures étatiques fragiles en Europe. Rappelez-vous la défunte Yougoslavie, la Tchécoslovaquie, et aujourd'hui il semble que ce soit le tour de l'Ukraine. Pour la plupart des Européens, l'Ukraine n'a aucun intérêt particulier. Pas pour les Allemands. Depuis l'époque de la réunification, l'Allemagne a mis la main sur la quasi-totalité de l'ancien espace de domination soviétique et l'utilise à ses propres fins économiques et industrielles. En c'est, je pense, l'un des secrets de la réussite de l'économie allemande. Face à un grave problème démographique et un taux de fécondité faible, elle a besoin d'une main-d'œuvre qualifiée et bon marché. Donc, si vous restez dans cette logique, obtenir par exemple les deux tiers des travailleurs ukrainiens est une opération très bénéfique pour Berlin.

D'ailleurs, le 23 août, Angela Merkel a été la seule des chefs d'Etats de l'UE à se rendre en visite à Kiev à l'occasion de la célébration de l'indépendance de l'Ukraine.

Emmanuel Todd: D'après moi, c'était un événement marquant. Et je pense que Moscou l'a également remarqué.

Pourquoi, d'après vous, les États-Unis montrent-ils un tel zèle dans les affaires ukrainiennes?

Emmanuel Todd: Parce que leur stratégie vise à affaiblir la Russie. En l'occurrence par la crise ukrainienne. Mais n'oublions pas qui l'a provoquée. Après tout, le point de départ était la proposition de l'UE de conclure un accord d'association avec Kiev. Puis l'Union européenne a soutenu le Maïdan conduisant au coup d'Etat, qui s'est déroulé avec le consentement silencieux des capitales européennes. Quand les événements en Crimée se sont produits, les Américains ne pouvaient pas rester à l'écart, au risque de "perdre la face". Les "faucons", partisans des idées de la Guerre froide, sont alors passés au premier plan pour définir la politique américaine vis-à-vis de la Russie. Je ne pense pas que les Américains souhaitent l'exacerbation de ces conflits, mais nous devons suivre de près jusqu'où pourrait aller leur désir de "sauver la face".


- Source : Ria Novosti

Russian Foreign Minister Lavrov’s Speech at the UN

“Pardon Us For Our Country’s Existence in the Middle of Your Military Bases” – Russian Foreign Minister Lavrov’s Speech at the UN

sergei-lavrov-russie-syrie-300x224.jpgIn a courageous and brilliant speech to the United Nations General Assembly on September 27, 2014, Russian Foreign Minister Sergei Lavrov pierced the veil of obfuscation that characterizes too many speeches at the United Nations, and delivered a scathing denunciation of Western imperialism, imperialism that can only be accurately described as global theft.  Lavrov, on behalf of the Russian Federation implicitly warned that US/NATO is risking global war in embarking on its campaign to seize and dominate huge territories, while inexorably and ruthlessly determined to conquer and subjugate Russia, having learned nothing from the historic reality that Napolean’s effort to dominate Russia led to the collapse of Napoleonic France, and Hitler’s attempt to subjugate Russia led to the obliteration of his Third Reich. 

Perhaps this third attempt to conquer and subjugate Russia may lead not only to war encompassing huge territories of the globe, but, dialectically, may be the catalyst leading to the ultimate decline of capitalism, an economic system which thrives almost entirely on imperialism, and is undergoing a possibly terminal crisis, as described by the French economist, Thomas Piketty in his best-selling work “Capital in the 21 Century.”  In desperation, dysfunctional Western capitalism is lashing out recklessly and irrationally, unwilling and unable to preclude the disastrous consequences of its myopic policies.  And one possible consequence of current US/NATO policies is thermonuclear war.

Lavrov stated:  “The U.S.-led Western alliance that portrays itself as a champion of democracy, rule of law and human rights within individual countries, acts from directly opposite positions in the international arena, rejecting the democratic principle of sovereign equality of states enshrined in the UN Charter and trying to decide for everyone what is good or evil.”

“Washington has openly declared its right to unilateral use of force anywhere to uphold its own interests.  Military interference has become a norm – even despite the dismal outcome of all power operations that the U.S. has carried out over the recent years.”

“The sustainability of the international system has been severely shaken by NATO bombardment of Yugoslavia, intervention in Iraq, attack against Libya and the failure of operation in Afghanistan.  Only due to intensive diplomatic efforts the aggression against Syria was prevented in 2013.  There is an involuntary impression that the goal of various ‘color revolutions’ and other projects to change unsuitable regimes is to provoke chaos and instability.”

“Today Ukraine has fallen victim to such an arrogant policy.  The situation there has revealed the remaining deep-rooted systemic flaws of the existing architecture in the Euro-Atlantic area.  The West has embarked upon the course towards ‘vertical structuring of humanity’ tailored to its own hardly inoffensive standards.  After they declared victory in the Cold War and the ‘end of history,’ the U.S. and EU have opted for expanding the geopolitical area under their control without taking into account the balance of legitimate interests of all peoples of Europe […] NATO enlargement to the East continued in spite of the promises to the contrary given earlier.  The instant switch of NATO to hostile rhetoric and to the drawdown of its cooperation with Russia even to the detriment of the West’s own interests, and additional build up of military infrastructure at the Russian borders – made obvious the inability of the alliance to change the genetic code it embedded during the Cold War era.”

“The U.S. and EU supported the coup d’etat in Ukraine and reverted to outright justification of any acts by the self-proclaimed Kiev authorities that opted for suppression by force of the part of the Ukranian people that had rejected the attempts to impose the anti-constitutional way of life to the  entire country and wanted to defend its rights to the native language, culture and history.  It is precisely the aggressive assault on these rights that compelled the population of Crimea to take the destiny in its own hands and make a choice in favor of self-determination.  This was an absolutely free choice no matter what was invented by those who are responsible in the first place for the internal conflict in Ukraine.”

“The attempts to distort the truth and to hide the facts behind blanket accusations have been undertaken at all stages of the Ukranian crisis.  Nothing has been done to track down and prosecute those responsible for February bloody events at Maidan and massive loss of human lives in Odessa, Mariupol and other regions of Ukraine.  The scale of appalling humanitarian disaster provoked by the acts of the Ukrainian army in the South-Eastern Ukraine has been deliberately understated.  Recently, new horrible facts have been brought to light when mass graves were discovered in the suburbs of Donetsk.  Despite UNSG Resolution 2166 a thorough and independent investigation of the circumstances of the loss of Malaysian airliner over the territory of Ukraine has been protracted.  The culprits of all these crimes must be identified and brought to justice.  Otherwise the national reconciliation in Ukraine can hardly be expected.”

In total contempt for truth and international law, Kiev’s escalation of the Ukranian crisis is being relentlessly prepared, in an ultimate act of deceit, as Ukranian President Poroshenko assumes military regalia, threatening Russia’s survival, and, indeed the survival of his own bankrupt country, and is now speaking of all-out war with Russia.

Last month Washington pledged and delivered 53 million dollars of US taxpayer’s money to provide military aid to the Kiev regime, which is using the ceasefire arranged by Russian President Putin and the OSCE as an opportunity to acquire more sophisticated and deadly weapons and prepare for another barbarous onslaught against civilians in east and southeastern Ukraine, where the massacre of almost 4,000 citizens of East Ukraine and the desperate plight of more than one million refugees  followed the “secret” visit to Kiev, (under a false name) of CIA Director John Brennan last April.

But perhaps the most brazen announcement of US/NATO intent to inflict further carnage upon the citizens of East Ukraine , whose rejection of the Nazi infested and Western controlled regime in Kiev has resulted in Kiev’s campaign of extermination of its dissident Ukrainian citizens, is the return to Kiev this month of the US Assistant Secretary of State for European and Eurasian affairs, Victoria Nuland.  Ms. Nuland was made world famous (or world infamous) by her February declaration “Fuck the EU” while, on behalf of her neocon sponsors in Washington, she engineered the destabilization and overthrow of Ukraine’s democratically elected President Viktor Yanukovich, plunging Ukraine into the civil war that holds the potential of engulfing the world in a conflagration which will be known as World War III.

In her October 7, 2014 speech to the Taras Shevchenko National University of Kiev, Ms. Nuland boasted:  “Ukraine this year has received $290 million in U.S. financial support plus a billion dollar loan guarantee.  And now you have what so many of you stood on the Maidan for, you have an association agreement with Europe and a Deep and Comprehensive Free Trade Agreement.”  That “Association Agreement” holds Ukraine virtual hostage to NATO and the IMF, whose imposition of “austerity measures” will further degrade the living standards of the already impoverished Ukranians.  Ms. Nuland brings a Trojan Horse into Ukraine, unctuously flattering gullible Ukranian students, who will ultimately provide cannon fodder for the war which US/NATO is inciting.

Further on in his September 27 address to the UN General Assembly, Russian Foreign Minister Lavrov states:

“Let me recall a history of not so far ago.  As a condition for establishing diplomatic relations with the Soviet Union in 1933 the U.S. government demanded of Moscow the guarantees of non-interference into domestic affairs of the U.S. and obligations not to take any actions with a view to changing political or social order in America.  At that time Washington feared a revolutionary virus and the above guarantees were put on record on the basis of reciprocity.  Perhaps, it makes sense to return to this topic and reproduce that demand of the U.S. government on a universal scale.  Shouldn’t the General Assembly adopt a declaration on the inadmissibility of interference into domestic affairs of sovereign states and non-recognition of coup d’etat as a method of the change of power?  The time has come to totally exclude from the international interaction the attempts of illegitimate pressure of some states on others.  The meaningless and counterproductive nature of unilateral sanctions is obvious if we took an example of the U.S. blockade of Cuba.”

“The policy of ultimatums and philosophy of supremacy and domination do not meet the requirements of the 21 century and run counter to the objective process of development of a polycentric and democratic world order.”

Reprinted with permission from GlobalResearch.ca.

vendredi, 17 octobre 2014

Il filosofo Diego Fusaro: “Sto con Putin perché ho letto Kant”

Il filosofo Diego Fusaro: “Sto con Putin perché ho letto Kant”

A cura di Alfonso Piscitelli
Ex: http://www.barbadillo.it

OLYMPUS DIGITAL CAMERAIl più interessante dei nuovi filosofi italiani legge Marx & Schmitt e appoggia Putin perché riavvicina l’Europa alle radici della sua cultura giuridica e politica.

Diego Fusaro (Torino, 1983) è il più interessante tra i filosofi italiani di giovane generazione. Sua è una rilettura del pensiero di Marx  al di là di ogni vecchia scolastica o tentativo di “rottamazione” (Bentornato Marx! il titolo del suo libro). Tra le sue opere ricordiamo anche “Minima Mercatalia. Filosofia e capitalismo” e il recente “Idealismo e Prassi. Fichte, Marx, Gentile”. Fusaro è stato allievo del grande (e misconosciuto) Costanzo Preve e proprio Preve gli ha trasmesso l’interesse per la Russia.  Costanzo Preve – ci dice Fusaro – scrisse un saggio intitolato “Russia, non deluderci!”.

In che senso?

Preve si aspettava che la Russia potesse opporsi allo strapotere del capitalismo americano e alle sue pulsioni imperialiste, e dunque garantire l’esistenza di un mondo multipolare. Se la Russia non delude in questa sua missione naturale, essa svolge una funzione fondamentale anzitutto per noi Europei.

La Russia di Putin a differenza della vecchia URSS non esprime una radicale alternativa “di sistema” al mondo liberalcapitalista.

Vero, ma dal punto di vista geopolitico la Russia rappresenta pur sempre un freno all’agire di una super-potenza che ormai tende a sconfinare nella pre-potenza. Il mondo post-1989 è esattamente questo, la tendenza americana a dominare il mondo in forma unipolare.

Nel parlare del necessario “multipolarismo” lei fa riferimento a Kant.

Sì, in un mio scritto: Minima Mercatalia. Filosofia e capitalismo. Kant diceva, nel 1795, che per garantire una stabile pace è meglio che vi sia una pluralità di Stati (diremmo noi: meglio più blocchi, anche contrapposti) che una Monarchia Universale. Oggi la “monarchia universale” è quella dello “one way”, del pensiero unico americano che mira ad annullare ogni diritto alla differenza e ogni modo alternativo di abitare il mondo che non sia quello americano.

Oggi la Russia tende a scontrarsi con l’Occidente sul tema dei valori e dei cosiddetti diritti individuali.

Quella dei diritti individuali è una vera e propria ideologia, nel senso deteriore del termine. Tale ideologia afferma i diritti di un individuo astratto, mentre i veri diritti sono quelli dell’individuo all’interno della comunità. Individuo e comunità esistono reciprocamente mediati, non ha senso pensarli astrattamente, come fa l’ideologia dei diritti civili, la quale è poi un alibi per non parlare dei diritti sociali.

Diritti individuali magari bilanciati anche con i doveri, come diceva Mazzini.

Certamente. Mi rifiuto poi di pensare che matrimoni gay, adozioni gay e eutanasia rappresentino i simboli della massima emancipazione possibile. È una presa in giro, anzitutto per i precari e per i disoccupati. I diritti devono essere anzitutto diritti sociali: quelli che garantiscono una sopravvivenza dignitosa dell’individuo all’interno della sua comunità, permettendogli di potersi pienamente esprimere in tutte le sue potenzialità.

Putin si appella a quel diritto naturale che affonda le sue radici nel grande pensiero europeo: lo stoicismo, i padri della chiesa.

In tempi più recenti possiamo ricordare Grozio e Pudendorf come alfieri di questa concezione. Se Mosca oggi ci aiuta a riavvicinarci a questi temi, allora è davvero auspicabile che essa sia forte e ci sia vicina. Infatti, appare evidente come la Russia, anche per via della sua straordinaria cultura, rappresenti una realtà molto più affine allo spirito europeo di quanto non sia l’America, che è invece il regno della tecnica (Heiddeger) e del capitale smisurato (Marx).

E dunque…?

Dunque l’Europa dovrebbe staccarsi dall’America, e dovrebbe schierarsi nel blocco euroasiatico. Impresa utopica… se pensiamo alla presenza delle basi militari USA in Italia, a ben sessant’anni dalla fine dei nazifascismi e a vent’anni dalla fine del comunismo. L’Italia è oggi una colonia statunitense, anche se nessuno lo dice.

In campo economico e sociale sembra che l’“utopia si stia realizzando: flussi di studenti, di merci, di turisti. Interscambio energetico e tecnologico. Anche per questo forse si producono “crisi” … per suscitare un nuovo clima da guerra fredda e impedire la piena integrazione.

Gli Americani devono necessariamente dividere gli Europei per conservare il lorodominio unipolare. Dividere per comandare meglio. Le basi americane che costellano vergognosamente il territorio europeo servono esattamente a mantenere in uno stato di perenne subalternità militare, geopolitica e culturale gli Europei.

C’è anche un ritardo della cultura europea o perlomeno di quella italiana nel capire i cambiamenti epocali in atto.

Dopo il 1989 si è verificata una ondata penosa di riflussi e pentimenti. In questo scenario si inserisce la vicenda tragicomica della sinistra italiana e di quello che, con Preve, chiamo l’orrido serpentone metamorfico PCI-PDS-DS-PD: dal grande Antonio Gramsci a Matteo Renzi. Ormai da venti anni, senza alcun infingimento, la sinistra sta dalla parte del capitalismo, delle grandi banche e dei bombardamenti “umanitari”. Per questo io non sono di sinistra: se la sinistra smette di interessarsi a Marx e Gramsci, occorre smettere di interessarsi alla sinistra.

Se la sinistra ha assunto questa posizione è stato appunto in nome della nuova Ideologia dei Diritti umani

Affermava Carl Schmitt : l’ ideologia diritti umani è utile per creare un fronte unito contro chi viene individuato come “non umano”. Contro un nemico che viene dipinto come un mostro, ogni strumento di annientamento è lecito: si pensi agli strumenti utilizzati contro Saddam Hussein, contro Gheddafi. Si deve sempre inventare un nuovo Hitler in modo da legittimare la nuova Hiroshima: dove c’è il dittatore sanguinario, lì deve esserci il bombardamento etico. È il canovaccio della commedia che, sempre uguale, viene impiegato per dare conto di quanto accade sullo scacchiere geopolitico dopo il 1989: il popolo compattamente unito contro il dittatore sanguinario (nuovo Hitler!), il silenzio colpevole dell’Occidente, i dissidenti “buoni”, cui è riservato il diritto di parola, e, dulcis in fundo, l’intervento armato delle forze occidentali che donano la libertà al popolo e abbattono il dittatore mostrando con orgoglio al mondo intero il suo cadavere (Saddam Hussein nel 2006, Gheddafi nel 2011, ecc.). Farebbero lo stesso contro Putin…

… se Giuseppe Stalin non avesse innalzato attorno alla Russia una palizzata di bombe atomiche.

Esatto, proprio per questo è opportuno che Putin conservi il primato militare come arma di dissuasione: per poter svolgere una civile funzione di freno alla super-potenza americana. Per questo, l’immagine simbolo di questi anni è quella che vede contrapposti Obama che dice: “Yes, we can” e Putin che idealmente gli risponde: “no, you can’t!”. Frenare gli Americani significa frenare la loro convinzione di essere degli eletti, di avere una special mission, che consisterebbe nell’esportare la democrazia, come si esportano merci, a colpi di embarghi o di bombardamenti. Sulla scia di questa convinzione è stata dichiarata una guerra mondiale a tutto il mondo che non si piega ai diktat e la guerra è stata portata di volta in volta in Irak, in Serbia, in Afghanistan, in Libia, attraverso la guerriglia in Siria. Solo la Russia resiste. È questa la “quarta guerra mondiale”. Essa, successiva alla terza (la “Guerra fredda”), è di ordine geopolitico e culturale ed è condotta dalla civiltà del dollaro contro the rest of the world, contro tutti i popoli e le nazioni che non siano disposti a sottomettersi al suo dominio, forma politica della conquista del mondo da parte della forma merce e della logica della reductio ad unum del globalitarismo,

Putin stesso viene definito come una sorta di despota asiatico antidemocratico… anche se le percentuali del consenso di cui gode, espresso in regolari elezioni, sono eclatanti.

Come dice Alain de Benoist, l’ideologia liberale occidentale è una “ideologie du meme”: riconosce e legittima solo ciò che percepisce come uniforme a sé stessa. E in nome di questo unilateralismo si glorificano anche fenomeni ridicoli come quello delle Pussy Riot, come espressioni di “dissidenza” e di “lotta per i diritti”! Il capitale odia tutto ciò che capitale non è, mira ad abbattere ogni limite, in modo da vedere ovunque sempre e solo la stessa cosa, cioè se stesso. Con le parole di Marx, “ogni limite è per il capitale un ostacolo che deve essere superato”.

Come considera la proposta formulata da Vladimir Putin di una “Europa unita da Lisbona a Vladivostok”?

È un concetto interessante. E’ necessario che l’asse dell’Europa si orienti altrove rispetto all’Occidente americanizzato. Ed è necessario immaginare una Europa più ampia dei confini imposti dalla UE: quella UE che rappresenta il trionfo dei principi di capitalismo speculativo di stampo occidentale. La UE è oggi la quintessenza dell’americanismo, del neoliberismo americano e della vergognosa rimozione dei diritti sociali. È, direbbe Gramsci, la “rivoluzione passiva” con cui, dopo il 1989, i dominanti hanno imposto il neoliberismo.

E come si definirebbe Diego Fusaro oggi?

Sono uno allievo indipendente di Hegel e Marx, Gentile e Gramsci, ma mi considero abbastanza isolato nel panorama culturale italiano, perché la sinistra in Italia è passata dalla lotta al capitale alla lotta per il capitale. I suoi nomi di spicco sono Fabio Fazio e la signora Dandini, Zagrebelsky e Rodotà. In questo senso, non ne faccio mistero, mi sento un dissidente e un ribelle, e propongo un pensiero in rivolta contro l’esistente. La sinistra oggi è contro la borghesia ma non contro il capitalismo globale: ma dal 1968 è il capitalismo stesso che lotta contro la borghesia, cioè contro quel mondo di valori (etica, religione, Stato, valori borghesi, ecc.) per loro stessa natura incompatibili con la mercificazione universale capitalistica. Per ciò, lottando contro la borghesia, dal 1968 ad oggi la sinistra lotta per il capitalismo. Io ritengo che si debba invece lottare contro il capitalismo e che sia ancora valido un ideale di emancipazione del genere umano inteso come un soggetto unitario (la razza umana), che esiste solo nella pluralità delle culture e delle lingue, delle tradizioni e dei costumi, ossia in quella pluralità che – diceva il filosofo Herder – è il modo di manifestarsi di Dio nella storia.

All’atto della sua prima elezione Obama veniva accolto – e non solo dalla sinistra – come una sorta di Messia. Vi è chi lo definì come “il Presidente di tutto il mondo libero”.

Quello fu un tipico caso di provincialismo italiano ed europeo: la festa per l’incoronazione dell’Imperatore Buono. Oggi i tempi sono cambiati, c’è piùdisincanto non solo verso Obama, ma anche verso la costruzione verticistica dell’Unione Europea. Mi pare che la Francia si sia rivelata “l’anello debole” della catena eurocratica. O meglio: il punto in cui la catena si può spezzare. Chi è contro il capitale, nel senso di Gramsci e di Marx, non può oggi non essere contro l’imperialismo americano, ma poi anche contro l’Europa dell’euro e della finanza, del precariato e del neoliberismo.

@barbadilloit

A cura di Alfonso Piscitelli

Alger se tourne vers le BRICS

Poutine-Bouteflika-1609.jpgAlger se tourne vers le BRICS, ...sans craindre l'Occident!

par Meziane Rabhi

Ex: http://french.irib.ir  

 
IRIB- “Dans un contexte de ralentissement de la demande d’exportations, en provenance des marchés européens,... l’Algérie multiplie ses relations commerciales avec un certain nombre d’économies émergentes, notamment le Brésil, la Russie, l’Inde et la Chine (Bric).” C’est du moins ce que relève Oxford Business Group (OBG) dans un papier intitulé “Algérie : diversification des relations économiques”. OBG note que l’Algérie, qui s’engage de plus en plus sur la voie d’une diversification de son économie, aussi bien en termes de production que de commerce, affiche des perspectives d’augmentation de ses recettes commerciales encourageantes, grâce à une demande — en particulier en matières premières — toujours forte de la part des marchés émergents malgré des prévisions de croissance revues à la baisse. Selon le cabinet londonien, citant le ministère des Finances, les exportations vers l’Asie ont atteint 2,03 milliards de dollars au premier trimestre 2012, un chiffre quasiment multiplié par deux par rapport à la même période l’année précédente. Début 2012, un dixième des exportations algériennes était à destination de l’Asie, faisant de la région le troisième marché d’exportation de l’Algérie. “Par exemple, le volume des échanges commerciaux de l’Algérie avec l’Inde, s’il ne représente toujours qu’un faible pourcentage de l’ensemble des échanges commerciaux du pays, a connu ces dernières années une rapide expansion”, indique OBG.

L’Inde est le 11e partenaire commercial de l’Algérie ; les deux pays se sont exprimés en faveur d’une augmentation du volume de ces échanges à l’avenir. “Dans un récent rapport de l’ambassade d’Inde en Algérie, on pouvait lire que le commerce bilatéral entre l’Algérie et l’Inde avait atteint un chiffre total de 2,7 milliards d’euros en 2011, contre 1,9 milliards d’euros en 2010, hausse qui s’explique en grande partie par la hausse du prix des produits pétroliers”, rapporte le cabinet londonien. Selon ce dernier, les exportations algériennes, qui se composent surtout de pétrole et de gaz, ont enregistré une hausse de près de 50% entre 2010 et 2011 et représentent les deux tiers de l’ensemble des échanges bilatéraux. Les exportations indiennes vers l’Algérie comportent des produits industriels variés, comme des véhicules à moteur et des tuyaux pour le transport de pétrole et de gaz, ainsi que de la viande et d’autres produits agricoles.

La Chine a connu la plus fulgurante ascension


Les relations commerciales entre l’Algérie et le Brésil ont également connu une croissance exponentielle au cours de ces dernières années. Mais comme partout ailleurs en Afrique, c’est la Chine qui a connu la plus fulgurante ascension.

Le géant asiatique a joué un rôle clé dans le soutien des exportations algériennes ces dernières années. Les statistiques du ministère des Finances concernant le commerce extérieur du pays en 2011 placent la Chine en deuxième position dans la liste des sources d’importation pour l’année 2011.
L’Algérie a également pris des mesures pour optimiser le potentiel de sa relation avec la Russie, elle aussi exportatrice d’hydrocarbures estime OBG. “Si les relations commerciales entre l’Algérie et la Russie sont limitées, les deux pays producteurs d’énergie se sont par le passé alliés dans le cadre de projets stratégiques communs afin de mettre en commun les bonnes pratiques établies dans les domaines de l’extraction et du transport des produits pétroliers”, rappelle le cabinet. Le dernier accord de partenariat entre Sonatrach et Gazprom, l’entreprise gazière monopolistique russe, a expiré en 2007 et n’a pas été renouvelé par la suite, faute de projets communs à l’horizon. “Il se pourrait bien que cette situation change, comme l’a montré l’annonce en juin 2012 d’un accord de principe entre Sonatrach et Gazprom pour procéder à des échanges de swap, un système d’échange de flux financiers qui permet à chaque pays d’optimiser ses ventes dans les marchés clés du pays partenaire”, prévoit OBG.

mercredi, 15 octobre 2014

Mikhaïl Khodorkovski : le joker de la CIA contre la Russie

Mikhaïl Khodorkovski : le joker de la CIA contre la Russie

mikhail-khodorkovsky-freed-310x415.jpgLes médias occidentaux font actuellement de ce personnage peu clair un héros, une icône virginale, symbole de la résistance contre la ”dictature” de Poutine. En réalité, c’est un pion dans la stratégie de l’administration de Washington pour affaiblir et subvertir la Russie. Retour sur le parcours d’un imposteur.

Le faux martyr

Mikhaïl Borissovitch Khodorkovski était jadis le tout puissant PDG milliardaire de la compagnie pétrolière post-soviétique Ioukos. Il fut jugé, condamné et emprisonné pour fraude fiscale. Immédiatement, tous les médias occidentaux ont raconté que c’était un procès politique et que ce nouveau Soljenitsyne avait été envoyé au « goulag » parce qu’il faisait partie de l’opposition ”libérale” à Vladimir Poutine. Argument sans preuves et ridicule, fabriqué par la propagande de la CIA : en effet, bien d’autres ”oligarques” ploutocrates corrompus et fraudeurs ont été incarcérés alors qu’ils ne faisaient pas de politique et, d’autre part, des centaines de personnalités russes, des opposants politiques à Poutine, vivent tranquillement et parlent librement sans jamais avoir étés inquiétés par la justice. De plus, en quoi, M. Poutine, qui a été élu à deux reprises par une majorité écrasante de son peuple (”par fraude !” dit, bien sûr, la propagande) aurait-il besoin de faire incarcérer ses opposants ? Si M.B. Khodorkhoski s’était présenté à la présidentielle, il n’aurait même pas obtenu 5% des voix.

M. Poutine a, par l’équivalent de notre droit de grâce présidentiel, fait libérer Khodorkovski avant les Jeux olympiques d’hiver de Sotchi. On a, bien sûr, répété partout que c’était un cynique moyen d’apparaître humain et magnanime pour éviter le boycott des Jeux. Où sont les  preuves  de ces allégations ? Une fois libéré,  M. Khodorkovski se lance, avec  l’aide de ses amis américains, dans une violente campagne internationale contre Poutine, contre son propre pays, la Russie et sa nouvelle politique de renaissance identitaire, d’indépendance et de puissance.

Entretemps, la crise ukrainienne a commencé. Provoquée (voir autres article de ce blog)  par Washington et une UE aux ordres, elle vise à museler la Russie en relançant la guerre froide et, à terme, à renverser le régime de Poutine – et tout autre régime patriotique et populaire qui lui succéderait – au profit d’un régime de type  ”eltsinien” entièrement soumis à Washington, c’est-à-dire ”démocratique occidental”. Neutraliser la renaissance russe est l’objectif principal – et normal – des dirigeants US. On choisit donc Khodorkovski, collaborateur des intérêts américains, comme l’emblème de la ”résistance russe” à Poutine et candidat de la CIA à sa succession.

L’agitateur intrigant

M. Khodorkoski multiplie les conférences aux USA ; il est l’invité des galas de l’ONG Freedom House, filiale de la CIA, qui le payent très largement. Il a obtenu des entretiens au State Department  (Ministère des Affaires étrangères), il a été reçu à la Maison-Blanche et au Congrès. Il est devenu la coqueluche de tout le lobby washingtonien anti-Poutine. Les USA seraient-il sa nouvelle patrie ?

Quelles sont les idées de M. Khodorkovski et qu’il répand dans tous les médias américains et européens, avec une extraordinaire prétention à faire parler de lui ? Tout d’abord, que le régime de Poutine est une dictature qui opprimerait le peuple russe CQFD ; ensuite qu’il menace la sécurité de l’Occident et du monde et qu’il risque de provoquer une Troisième guerre mondiale. (Au fait, M. Khodorkovski n’a pas pensé à la menace extraterrestre ?)

Outre ses conférences aux États-Unis, M. Khodorkovski  se rend en Ukraine pour prêcher la bonne parole contre la Russie actuelle de Poutine. Il se présente, ne doutant pas de son génie et de sa hauteur morale, comme une alternative à Poutine, au Kremlin, à la tête d’une future Russie. Il est entouré d’un service de presse et de relations publiques international. Son organisation ”Russie ouverte” (1) – qui est une antenne de la CIA – mène en Russie une campagne de propagande pour lancer un mouvement d’opposition. Dans ses interviews (en France au Monde et au Figaro), il assène le même discours : le régime actuel, despotique, impérialiste et corrompu, va s’effondrer, donc il faut être prêt ; il qualifie ainsi la popularité de Poutine : « le pouvoir bénéficie aujourd’hui d’un soutien hystérique parce qu’il utilise la carte nationaliste en surfant sur la crise ukrainienne ».

Inversant la réalité, il prêche, se présentant comme ”patriote” alors qu’il est un agent des desseins de Washington  : «  rompre avec l’Ouest est un pas dangereux pour la Russie qui la couperait de son identité culturelle » : ou bien : « les vrais patriotes russes doivent dire la vérité, la guerre en Ukraine a pour seule motivation de préserver un régime moribond » ; il entend être celui qui «  permettra au peuple de réaliser l’exploit nécessaire pour sauver la Russie ».  Ou bien encore, cette prédiction ridicule : « ceux qui en Occident font semblant de ne pas comprendre l’enjeu de l’Ukraine ont tort. Ils ne veulent pas voir le danger de l’agressivité du régime russe. Mais si vous n’arrêtez pas Poutine, c’est votre propre sécurité qui sera en jeu, demain. » Grosse ficelle : il s’agit de relancer l’esprit de guerre froide en faisant croire à l’opinion qu’il existe une menace militaire russe contre l’Europe !

Le côté pervers (et l’esprit faux) du discours de MBK est qu’il prétend que la Russie patriote de Poutine est anti-européenne parce qu’elle serait ”anti-occidentale”, alors que c’est exactement l’inverse. Elle est ”anti-occidentale”, parce qu’elle est pro-européenne ! Ce que Khodorkovski appelle l’ ”Occident” n’a rien à voir avec l’Europe historique et enracinée, ni d’ailleurs avec la véritable Amérique profonde ; c’est tout simplement l’atlantisme, l’Union européenne vassale de l’OTAN et de Washington, la civilisation décadente que nous connaissons. La Russie de Poutine est à la fois ”anti-occidentale”, consciente de ses racines européennes et désireuse d’un partenariat global avec l’Europe.

L’objectif de la subversion

Le patriotisme russe est ce que déteste le plus M.B. Khodorkovski. On nous le fait passer pour un petit Saint alors qu’il est un joker de l’administration américaine destiné à déstabiliser le pouvoir russe actuel et le remplacer par un régime soumis. Exactement la même stratégie qu’en Ukraine et en Géorgie. Le programme de M. Khodorkovski  est, sous couvert de ”démocratie”, la soumission de la Russie à  l’Occident sous direction de l’OTAN. Khodorkovski est souvent considéré en Russie comme un traître à son pays, un personnage parfaitement méprisable, qui se drape dans la posture de la résistance au ”despote” Poutine et à son bellicisme.

Saint Khodorkovski est à la tête d’un lobby, piloté depuis les USA, et le but de la CIA est limpide : imposer Khodorkovski, dans les prochaines années, comme une icône, à la fois dans l’opinion russe et sur la scène internationale. Il s’agit de fabriquer un personnage qui s’imposerait comme le nouveau président russe, comme le successeur ”démocratique” de Poutine. Un proconsul, au service des intérêts US, à la tête d’une Russie décapitée. Cette stratégie a peu de chances de réussir. En effet MBK et son lobby sont complètement déconnectés du peuple russe des couches populaires, profondément patriotes et attachées à l’identité, à l’ordre et aux valeurs. MBK n’est en phase idéologique qu’avec une fraction minoritaire de l’opinion russe, une certaine petite bourgeoisie cosmopolite et occidentaliste concentrée à Moscou et dans les grandes villes. De plus, son discours de propagande sur la ”menace”, notamment militaire, que représenterait la nouvelle Russie n’est pas crédible et risque de ne pas passer dans l’opinion occidentale elle-même. Cette dernière, en effet, voit bien que la vraie menace est islamiste.

Khodorkovski espère qu’il aura un destin national en Russie parce qu’il parie sur l’échec et l’effondrement du régime de Poutine, notamment sur le plan économique. Les sanctions occidentales, voulues par Washington, vont dans ce sens : créer une crise socio-économique en Russie pour y semer le désordre. Et puis sortir le joker Khodorkovski. Cette stratégie, voulue par la CIA et certains milieux du Congrès, a peu de chances de réussir. Mais si elle réussissait, ce serait une très mauvaise nouvelle pour l’Europe.

(1)  Le terme même de « Russie ouverte » est très significatif d’une certaine idéologie laxiste et décadentiste, dont souffre toute l’Union européenne : ouverture des frontières à tous les flux commerciaux et migratoires, ouverture d’esprit à toutes les doctrines délirantes, abandon de la souveraineté et de l’indépendance, renoncement à l’identité et à la puissance.

 

 

lundi, 13 octobre 2014

¿Se prepara China para la tercera guerra mundial entre EU y Rusia?

por Alfredo Jalife-Rahme

Ex: http://paginatransversal.wordpress.com

Durante la Asamblea del Foro Internacional de Inversiones en Sochi, el primer ministro Dimitri Medvedev –considerado en forma absurda por los pugnaces cuan mendaces multimedia israelí-anglosajones como el más pro occidental del gabinete Putin– aseveró que los sistemas financieros y comerciales del mundo se están desmantelando (Russia Today, 19/9/14), además de que todo (sic) el sistema de seguridad europea esta en peligro, cuando los valores fundamentales, una mayor globalización y efectivamente toda la filosofía de desarrollo pacífico (¡supersic!) está en peligro –en clara alusión a la proto-balcanización de Ucrania.

A juicio de Medvedev, nadie (sic) puede predecir cómo impactarán las sanciones contra Rusia, la sexta economía del mundo, en medio del diluvio del boicot mercantil/financiero/energético de Occidente a Rusia, a lo que se han sumado algunos países de la anglósfera (Canadá y Australia) y hasta, en forma hilarante, Kosovo (la nueva entidad/identidad islámica inventada por Estados Unidos (EU)/OTAN en pleno corazón de los Balcanes).

No es nada sorprendente que la resucitada Rusia, en la etapa del zar Putin, exhiba su musculatura nuclear en Ucrania oriental: la nueva placa tectónica de la geopolítica global susceptible de desencadenar una tercera guerra mundial (TGM), a juicio de observadores juiciosos. Pero llama profundamente la atención que los geoestrategas de China del establishment militar, de la talla de Han Xudong, se preparen a una TGM desde ahora, a consecuencia de la agudización de las tensiones entre EU y Rusia que luchan por determinar el rumbo geopolítico de Ucrania.

Han (http://goo.gl/QEJq8w), profesor de la Universidad de Defensa Nacional del Ejército de Liberación del Pueblo de China, evalúa en forma deslumbrante que la posibilidad de una TGM existe por lo que China necesita estar preparada.

Al unísono de otros observadores internacionales, Han considera que la profundización de la crisis en Ucrania es susceptible de desembocar en un choque militar directo (¡supersic!) entre EU y Rusia –que hay que recalcar, son las máximas potencias nucleares del planeta.

En este caso específico, Han aduce que una vez que se detona la rivalidad armada, es probable que se extienda al globo entero, por lo que no es imposible que se escenifique una guerra mundial.

Comenta que la evolución (sic) humana ha entrado a su tercera fase de desarrollo cuando la primera tuvo lugar entre las sociedades nómadas y los grupos agrícolas, mientras la segunda se caracterizó por guerras coloniales con la Primera Guerra Mundial (PGM) y la Segunda Guerra Mundial (SGM) como sus representaciones especiales (sic)”.

Afirma que hoy el mundo ha entrado en una era de nuevas formas (¡supersic!) de guerra global (¡supersic!), cuando el espacio exterior, la Internet y los mares se han convertido en los campos de batalla de la rivalidad, ya que la tecnología es la clave con un número sin precedente de países implicados.

Rememora que Alfred Thayer Mahan, estratega militar estadunidense que falleció precisamente el mismo año de la PGM, acuñó el concepto de poder marítimo y abogó sopesar el valor de las fuerzas navales, la flota comercial y las bases militares de ultramar que servían para las guerras en tierra firme”.

Hoy la rivalidad en el espacio exterior y la Internet se escenifica con la rivalidad en los mares como su centro principal.

La importancia del poder marítimo ha tomado preponderancia y se detecta una feroz competencia en los mares globales, desde el océano Ártico (supersic), el océano Pacífico y el Índico, por lo que Han considera que sea probable que se escenifique una TGM en la lucha por los derechos marítimos.

Suena coincidentemente interesante que los geoestrategas vinculados al establishment militar chino, del que de cierta forma proviene el mandarín Xi Jinping, se adhieran al concepto de la próxima batalla por el alma del polo norte enunciada por el zar ruso Vlady Putin (http://goo.gl/B0UQG7).

Desde 2007, dicho sea con humildad de rigor, ya había advertido sobre la apertura del escenario bélico en el polo norte (http://goo.gl/dIo4lD y http://goo.gl/FzjSaM).

Han aconseja a los militares chinos trasladar su centrismo operativo para mantener sus derechos de la tierra firme a mantener sus derechos en los mares.

Utiliza el concepto operativo del geopolitólogo británico sir Halford John Mackinder sobre el corazón continental ( heartland) para la ubicación de China en el corazón continental que subsume en la tríada expansiva de los océanos Ártico, Pacífico e Índico donde se encuentra en el punto focal de las rivalidades.

Admite que el desarrollo del poder marítimo de China perturba a muchos (sic) países, pero aduce que para evitar ser asfixiada en una posición pasiva, China necesita desarrollar su poder militar, en clara alusión a la hostil política de contención de la doctrina Obama, que busca detener militarmente a Pekín en su periferia inmediata, primordialmente en el superestratégico Mar del Sur de China que constituye su pulmón acuático para conectarse con los océanos Pacífico e Índico.

Han especifica sin tapujos que los intereses de ultramar de China se han esparcido en todo el mundo y se ven crecientemente amenazados por EU que ha trasladado su atención a la región Asia-Pacífico, especialmente teniendo como objetivo a China.

Argumenta que sin un poder militar de amplia escala, la seguridad de los intereses de ultramar de China sería un discurso vacío, aunque el largo alcance o las capacidades de combate de ultramar de las fuerzas aéreas y marítimas de China sean todavía (sic) muy limitadas.

Aconseja que el desarrollo de las fuerzas aéreas y marítimas de China deben contemplar una visión de largo alcance con el fin de que no se queden rezagadas frente a los intereses nacionales de ultramar de China.

Aduce que China no debe ser empujada a una postura pasiva (sic) donde es vulnerable a los ataques, por lo que deberá tener en mente la posibilidad de una tercera guerra mundial cuando desarrolla sus fuerzas militares, especialmente sus fuerzas aéreas y marítimas.

A mi juicio, Han concluye elípticamente con la clásica frase que solían utilizar los militares del imperio romano y que parece más vigente que nunca para los intereses de ultramar de China en el siglo XXI que se siente asfixiada por la política de contención de la doctrina Obama: “ si vis pacem, para bellum” (para vivir en paz, prepárate para la guerra).

El problema radica en que las guerras de los antiguos romanos no se comparan para nada con la probable guerra nuclear aniquilante que sería la TGM. Y lo más grave consistiría en que ya echada andar la maquinaria bélica nadie sería capaz de detenerla.

21/09/2014

www.alfredojalife.com

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Le conflit Euro-Russe vu comme le résultat d’un chevauchement entre deux unions économiques

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Le conflit Euro-Russe vu comme le résultat d’un chevauchement entre deux unions économiques : leçons à tirer pour un monde multipolaire naissant

Ex: http://www.leap2020.net

Le projet Euro-BRICS croit fermement au fait que l’émergence d’un monde multipolaire est une tendance forte qu’il faut accueillir et encadrer plutôt que craindre et endiguer. En effet, LEAP base son travail sur une méthode de prospective originale – l’Anticipation Politique[1]- qui se donne pour mission de contribuer à détecter les tendances irrésistibles, d’identifier les chemins porteurs d’avenir parmi ces tendances et de définir les stratégies d’adaptation permettant aux entités de trouver leur voie vers ces avenirs positifs. L’un de nos prédicats est que tenter de contenir les tendances lourdes aboutir à la violence, qu’elle soit économique sociale ou militaire.

LEAP, et que le projet Euro-Brics, considère la crise Ukrainienne comme un événement briseur de tendance lourde, perturbant l’émergence pacifique et organisée d’un monde multipolaire, et entraînant brusquement l’Europe et la planète vers une polarisation conflictuelle entre Ouest et Est, entre anciens leaders mondiaux et puissances émergentes, et à terme entre Etats-Unis et Chine.

C’est pour cette raison que le LEAP et le projet Euro-BRICS tentent de comprendre les dynamiques à l’?uvre derrière cette crise. Ainsi, une première discussion en ligne a eu lieu en Mai, réunissant les universitaires du réseau Euro-BRICS et donnant lieu à deux résultats :

  • la publication d’une déclaration conjointe visant à promouvoir les idées 1/ d’un partage de responsabilités de la crise entre l’Europe et la Russie, 2/ comme condition préalable à la reprise de négociations constructives entre  Européens et  Russes, et entre pro-Européens et pro-russes en Ukraine, 3/ en utilisant le cadre Euro-BRICS comme facilitateur diplomatique (cf  les trois propositions stratégiques de notre déclaration conjointe)
  • la compréhension du conflit Euro-Russe sur l’Ukraine comme résultat d’un chevauchement entre deux unions économiques, et la nécessité d’analyser plus en détail cette caractéristique de la crise Ukrainienne.

La crise Ukrainienne est née d’une gestion catastrophique des négociations d’accords de  libre-échange entre l’Ukraine et la Russie d’une part, et entre l’Ukraine et l’Europe d’autre part. La double-offre simultanée s’est transformée en une prise de décision impossible pour l’Ukraine, et cela pour deux raisons :

  • Le marché proposé par l’Europe était exclusif : si l’Ukraine signait avec l’Europe, elle n’était plus autorisée à signer avec la Russie[2]
  • En novembre 2013, l’Europe rejetait la proposition de l’Ukraine de procéder à des négociations trilatérales (Ukraine, Europe, Russie) dans le but de rendre les deux offres compatibles et bénéfiques à toutes les parties en jeu[3].

Ce comportement de la part de l’Europe met en exergue un trait caractéristique de cette crise : il s’agit d’un conflit territorial entre deux voisins. D’un côté, l’Union Européenne, une zone de libre-échange engagée dans un processus critiquable d’extension sans fin[4]. De l’autre côté, le projet Union Economique Eurasiatique de la Russie, entrant subitement en compétition avec le précédent.

D’autant plus que l’offre russe est devenue un vrai compétiteur comme en témoignent les pays candidats qui ont finalement préféré le deal Russe au deal Européen. En effet, au cours des mois précédant l’éruption de la crise Ukrainienne, d’autres pays auxquels avaient été proposés les deux marchés, ont choisi l’option russe, au plus grand désarroi de l’Europe : l’Arménie en particulier[5], mais aussi la Biélorussie en plein milieu de la crise Ukrainienne[6].

Le fait est que l’Union  Economique Eurasiatique de la Russie est construite sur la base, non seulement de l’ex-URSS, mais aussi de la Communauté des Etats Indépendants librement co-créée après l’effondrement de l’Union Soviétique. La tentative de l’Europe de détourner l’Ukraine, l’Arménie, l’Azerbaïdjan, la Biélorussie, la Géorgie et la Moldavie de cette évolution constitue inévitablement une source de conflit dans lesquels les droits de trois parties au moins sont remis en question :

  • Le droit des Européens à l’auto-détermination en ce qui concerne les limites de leur union est ignoré (il a été régulièrement demandé par une grande partie des acteurs civils et politiques  que tout nouvel élargissement soit soumis à un référendum)
  • Le droit des Ukrainiens à rester unis et indépendants dans le cadre de partenariats équilibrés et synergiques entre ses deux voisins (étant donnée la double nature de l’Ukraine, l’accord exclusif vers lequel l’Europe poussait l’Ukraine ne pouvait aboutir qu’à la division ou à la guerre civile)
  • Le droit des Russes à créer les conditions de leur sécurité et de leur prospérité par l’intégration à-l’européenne de leur voisinage géographique, historique et culturel.

Il ne s’agit bien sûr pas d’être naïf. Il est légitime que le développement d’une union économique centrée sur la Russe suscite quelques inquiétudes du côté de ses voisins frontaliers – que ce soit l’Europe ou la Chine d’ailleurs. Mais le droit de la Russie à s’organiser suivant ces logiques doit être affirmé pour permettre à cette évolution d’être encadrée par des négociations constructives afin d’obtenir une configuration mutuellement bénéfique et porteuse de paix.

Le monde multipolaire est constitué de telles régions  et le défi consiste à admettre le droit de ces régions à exister et à construire les outils de leur pérennité, mais aussi la nécessaire invention du cadre global susceptible de garantir la coexistence pacifique de ces régions. De grandes questions se posent : Comment définir les limites de chaque région ? Ces limites devraient-elles prendre en compte les zones « tampons » (comme l’Ukraine aurait dû le rester), dans quels cas et pourquoi ? Comment organiser les relations pacifiques trans-régionales ? Les accords de libre-échange ne devraient-ils pas être réservés aux relations économiques intra-régionales ? A quoi peuvent servir les organisations de l’ancien système international  (par exemple l’OMC qui a réellement besoin de reconsidérer les principes du système économique mondial du 21ème siècle[7] ) ?…

La crise Ukrainienne, si elle n’est pas correctement résolue, est de bien mauvais augure pour l’avenir des interactions entre unions régionales. Qu’en sera-t-il du chevauchement potentiel entre Mercosur et ALENA ? ALENA et Union Européenne ? etc… Le monde se dirige-t-il aveuglement vers une situation de type pré-1ère guerre mondiale ? Ou l’Europe et la Russie, accompagnées des acteurs principaux du monde multipolaire émergent – les BRICS, peuvent-elles tirer parti  de leur expérience historique douloureuse et commune afin d’éviter un nouveau scénario tragique ?

Il est dommage que la fondatrice de la méthode d’intégration régionale, l’Europe, n’ait pas  été capable d’anticiper, ou au moins de gérer de façon rationnelle, cette inévitable confrontation. Aujourd’hui, il appartient à l’Europe et aux BRICS de réfléchir ensemble aux principes et aux outils pouvant engendrer un monde multipolaire harmonieusement articulé, respectant le droit de chaque région à son union économique (et politique). Les BRICS, de leur côté, peuvent évidemment travailler sur ces  thèmes, mais tant qu’au moins la moitié du monde occidental (Europe) sera en désaccord avec les nouveaux principes et règles qu’ils mettront en place, les tensions augmenteront entre les anciennes et les nouvelles puissances mondiales.

Voilà  quelques unes des questions dont nous souhaitons débattre au cours de notre prochaine réunion Euro-BRICS en ligne.

 
Notes

[1]
                  Le concept d’Anticipation Politique a été inventé par Franck Biancheri, notre très regretté directeur des études, élaboré gdans le cadre d’un partenariat avec la Sorbonne en 2009, formalisé par Marie-Hélène Caillol dans son Manuel d’Anticipation Politique, pour être désormais enseigné par la  FEFAP

[2]
                 « De nombreux décideurs estiment que l’UE doit redoubler d’efforts pour coopérer avec la Russie dans la région au lieu de proposer aux pays du Partenariat oriental des accords commerciaux mutuellement exclusifs qui créent un sentiment de rivalité entre Bruxelles et Moscou ». Source : Council on Foreign Relations, 14/03/2014

[3]
                  « Le 21 novembre 2013,… un décret du gouvernement ukrainien a suspendu les préparations à la signature de l’accord d’association; à la place, il proposait de créer un comité commercial tripartite entre l’Ukraine, l’UE et le Russie qui résoudrait les questions commerciales entre les différentes parties. Le Premier Ministre Mykola Azarov a publié ce décret pour “garantir la sécurité nationale de l’Ukraine” et en tenant compte des possible ramifications commerciales avec la Russie (et d’autres pays de la CEI) si l’accord était signé au Sommet de Vilnius des 28-29 novembre… L’UE a rejeté les négociations trilatérales et a demandé à Yanoukovitch de s’engager à signer l’Accord d’Association, ce qu’il a alors refusé ». Source : Ukraine-European Union Association Agreement, Wikipedia

[4]
                   L’élargissement aux pays d’Europe orientale dans la foulée de la chute du Mur de Berlin était légitime mais a été mené trop vite et trop loin. Il a nuit à la fois au processus d’intégration politique de l’UE (révélé par l’extrème faiblesse de l’Europe dans la gestion des conséquences de la crise actuelle) et à la bonne intégration des pays d’Europe orientale (révélé par les taux de participation affligeants de ces pays aux dernières élections euopéennes). Suite à l’extension accélérée aux pays de l’ex-URSS dans les années 90, la perspective d’un élargissement déraisonnable (vers l’Ukraine et la Turquie en particulier) a contribué au rejet par les français et les néerlandais du Traité constitutionnel en 2005. Le message a été entendu à l’époque et tout processus d’élargissement stoppé… Mais seulement pour quelques temps : en effet, les accords de libre-écxhange négociés avec l’Ukraine et autres, par une Europe qui se résume finalement elle-même à une zone de libre-échange, correspondent en fait à de l’élargissement caché.

[5]
                  Source : EUObserver, 04/09/2013

[6]
                  Source : Wall Street Journal, 29/05/2014… dans lequel le traitement de l’information est particulièrement révélateur.

[7]
                   Surtout depuis que l’Inde a mis son veto à l’Accord sur la facilitation des échanges mondiaux, ce qui a mis fin au processus de globalisation tel que nous le connaissions. Source : The Guardian, 22/08/2014

 

 

samedi, 11 octobre 2014

LA RUSSIA PONTE TRA EUROPA E ASIA

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“RUSSIAN EURASIATISM”

LA RUSSIA PONTE TRA EUROPA E ASIA

Luca Siniscalco

Ex: http://news.russia.it

Una analisi del nostro collaboratore Luca Siniscalco del complesso fenomeno culturale dell'Eurasiatismo, una delle correnti che ha attraversato la storia recente della Russia superando le barriere crono-ideologiche poste dal 1917 e dal 1989 

Per comprendere la Russia contemporanea è necessario affrontare le componenti principali del dibattito culturale, politico e ideologico che attraversa il Paese, senza trascurare le correnti minoritarie sotto un profilo esclusivamente elettorale. E questo non soltanto in virtù di una consapevolezza critica del dato  delle urne, ma soprattutto considerando le potenzialità di influenza effettiva che alcuni circoli intellettuali possono esercitare sugli organismi governativi

 Lo mostra efficacemente un saggio di Marlène Laruelle, Russian Eurasianism: an ideology of empire, pubblicato per i tipi della Woodrow Wilson Center Press, “emanazione” editoriale del Woodrow Wilson International Center for Scholars, prestigioso centro di ricerca statunitense. Il testo, scritto fra il 2005 e il 2006, non è pubblicato in lingua italiana, tuttavia Laruelle viene citata nel volume di recente pubblicazione Eurasia. Vladimir Putin e la Grande Politica (Controcorrente, Napoli 2014) come una delle principali studiose dell'Eurasiatismo.

Il valore del saggio conferma l'indicazione di De Benoist: si tratta indubbiamente di uno degli studi più approfonditi sull'argomento. Laruelle ricostruisce con precisione scientifica un percorso ideologico lungo, stratificato e proteiforme, avvalendosi di una lettura puntuale delle fonti originali e insieme delineando un'ermeneutica del fenomeno, che viene inserito in uno studio di storia delle idee. Russian Eurasianism diviene quindi un utile strumento di demistificazione intellettuale, in quanto chiarisce il nucleo ideologico, il contesto culturale e le diverse – talvolta persino antitetiche – evoluzioni di un concetto, quello di Eurasia, spesso abusato o mal compreso dalla pubblicistica estera. L'autrice cerca di offrire un punto di vista critico ma il più possibile oggettivo, rilevando nell'Eurasiatismo contraddizioni e pericoli teorici, senza tuttavia esprimere preferenze politiche o giudizi morali. Il parere critico di Laruelle traspare inevitabilmente tra le righe del testo, il cui merito maggiore è tuttavia a nostro avviso riposto nella presentazione di una preziosissima e ingente quantità di dati perlopiù obliati al lettore non russo, nonché di un'ottima sintesi del pensiero e delle opere dei principali teorici eurasiatisti.

Il saggio prende le mosse da una descrizione delle radici del pensiero eurasiatista, di cui una versione ante litteram è parzialmente rappresentata dalla corrente slavofila, per passare a considerare l'Eurasiatismo degli anni '20/'30 del secolo scorso. Peculiarità teorica essenziale del movimento è la visione della Russia come centro di un vasto spazio politico e culturale, un ponte fra l'Europa e l'Asia proiettato come comunità di destino verso l'Est, la cui stimata superiorità è fondata su un terzomondismo avant la lettre. La speculazione eurasiatista, sorta in un contesto di esilio durante il periodo bolscevico e di fede nella natura di “grande potenza” (derzhava) della Russia, risulta in palese contrasto rispetto alla profonda influenza della speculazione occidentale –  nelle espressioni del Neoplatonismo, del Romanticismo tedesco, della Naturphilosophie, della filosofia della storia hegeliana, della Rivoluzione Conservatrice, della filosofia politica moderna, insieme pragmatica e utopista – esercitata sul loro stesso pensiero. Tale aporia risulta paradossalmente l'elemento più interessante del primo Eurasiatismo, la cui indubbia levatura culturale pone questo movimento nel novero delle avanguardie intellettuali dell'epoca. Savitsky, Trubetzkoy, Jakobson e Vernadsky sono solo alcuni dei principali esponenti di un movimento vitale, attivo con numerose pubblicazioni, indirizzato verso la creazione di un'ideologia totale, capace di abbracciare geografia, economia, etnografia, linguistica, filosofia, storia, religione e studi orientali. Ambiguità verso il regime comunista dell'Urrs, “culturalismo” quale unione mistica fra territorio e cultura, attenzione per il mondo slavo e turanico, culto del nomadismo e dell'Impero Mongolo di Gengis Khan, adesione al cristianesimo ortodosso, tensione fra idealismo e realismo: queste le principali caratteristiche di un movimento articolato e plurale, pertanto destinato a sfaldarsi di fronte alla radicalizzazione dello scontro politico degli anni '30.

Il saggio prosegue presentando la figura e il pensiero di Lev Gumilëv, studioso di etnologia celeberrimo nella Russia contemporanea, prossimo all'Eurasiatismo più per l'interesse nutrito verso la storiografia delle steppe che per una integrale adesione ideologica al movimento. I testi principali di Gumilëv, pubblicati negli anni '70 ed ispirati a un radicale determinismo etnico, in sintonia con il meccanicismo sovietico, costituiscono la cerniera – peraltro dubbia e controversa – fra il primo Eurasiatismo e la sua rinascita negli anni '90, in seguito al crollo dell'Urss.

Marlène Laruelle dedica quindi due capitoli del proprio saggio ai principali teorici contemporanei del Neoeurasiatismo: Aleksandr Panarin – ingiustamente sconosciuto in Europa, e a cui ci ripromettiamo di dare spazio in un successivo articolo – e Aleksandr Dugin, che, successivamente alla morte di Panarin, è diventato il leader senza rivali del movimento. Laruelle ricostruisce attentamente la speculazione dei due teorici, non limitandosi soltanto al pensiero strettamente geopolitico, bensì approfondendo la loro Weltanschauung con riferimenti puntuali alla totalità delle loro pubblicazioni. Un grande merito, questo, se si considera che in Italia Dugin è notissimo per i suoi interventi in ambito geopolitico, ma è pressoché sconosciuto quale studioso di filosofia ed esoterismo, campi nei quali ha svolto riflessioni di grande interesse, soprattutto, a nostro avviso, per quanto concerne il tentativo di superare la modernità conciliando tradizionalismo e postmodernismo.

Chiudono il volume due sezioni dedicate all'Eurasiatismo non russo, specialmente in relazione alla tradizione islamica e alle esperienze politiche governative – in Kazakhistan – e movimentistiche – in Turchia. Il rapporto contrastato fra Islam, Ortodossia e governo diventa centrale nel dispiegarsi dell'Eurasiatismo contemporaneo.

Dalla genealogia del concetto si passa quindi all'attualità di un'idea capace di influenzare radicalmente la cultura di massa e l'immaginario russi, al di là dell'effettiva adesione all'Eurasiatismo quale movimento: un segno concreto che l'unipolarismo, prim'ancora che politicamente, ha fallito culturalmente. Le civiltà rinascono, la ricerca spirituale si staglia innanzi all'annuncio della morte di Dio e il “culturalismo” emerge fra i rami secchi dell'internazionalismo marxista e del mondialismo capitalista: in Russia si prospetta così un nazionalismo nuovo, pluralista, comunitarista e organicista, “illuminato” per dirla con Dugin. L'ideologia eurasiatista non coincide con le politiche di governo, più moderate su multi punti e molto attive nel contesto europeo, ma costituisce un'utopia – talora molto profonda, talora più ingenua – adeguata a offrire un orizzonte “altro”, aperto a contaminazioni teoriche e spirituali che arricchiscono l'edificazione dell'autocoscienza russa.

 

Luca Siniscalco

vendredi, 10 octobre 2014

Prof. B. de Cordier: Doegin en het projekt "Groot-Eurazië"

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dimanche, 05 octobre 2014

Russlands Agrarsanktionen kosten EU weitere 165 Millionen

Russlands Agrarsanktionen kosten EU weitere 165 Millionen

Ex: http://www.unzensuriert.at

Obst und Gemüse wird mit 165 Millionen Euro gestützt.
Foto: Arnaud 25 / Wikimedia (PD)

Ein neues EU-Hilfsprogramm für den Agrarsektor wurde nun im Gesamtumfang von 165 Millionen Euro gestartet. Grundlage sind die Russland-Sanktionen, die als Retourkutsche für die Sanktionspolitik der EU gegen Moskau eingeleitet worden sind. Ein ursprüngliches EU-Hilfsprogramm im Ausmaß von 125 Millionen wurde wegen des begründeten Verdachts des Subventionsbetrugs durch Brüssel gestoppt. Nun sollen die Millionen aus den EU-Töpfen den Ruin der west- und südeuropäischen Landwirte stoppen.

Vor allem die Produzenten von Äpfeln und Birnen, Zitrusfrüchten, Karotten, Gurken, Paprika, Tomaten, Kiwis, Pflaumen und Tafeltrauben sind durch den Einfuhrstopp Moskaus schwer betroffen. Allein die oberösterreichischen Gemüsebauern mussten bisher 600 Tonnen Kraut einackern, das sie wegen der Russland-Sanktionen nicht absetzen konnten.

EU-Fleisch- und Viehwirtschaft ebenfalls schwer betroffen

Die Gemüse- und ObstproduzentensindabernureinTeil des betroffenenLandwirtschaftssektors, der durch die SanktionspolitikBrüsselszumHandkusskommt. Daneben sind auch die Fleisch- und Viehwirtschaftsowie die LebensmittelindustrieWesteuropasschwer in Mitleidenschaftgezogen.

Hält der Konflikt um die Ukraine weiter an, dann werden auch hier mehrere hundert Millionen Euro an Subventionen notwendig sein, um die Landwirtschaftsbetriebe vor dem Ruin zu retten. 

mercredi, 01 octobre 2014

Will Russia and China Hold Their Fire Until War Is the Only Alternative?

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Will Russia and China Hold Their Fire Until War Is the Only Alternative?

Obama’s September 24 speech at the UN is the most absurd thing I have heard in my entire life. It is absolutely amazing that the president of the United States would stand before the entire world and tell what everyone knows are blatant lies while simultaneously demonstrating Washington’s double standards and belief that Washington alone, because the US is exceptional and indispensable, has the right to violate all law.

It is even more amazing that every person present did not get up and walk out of the assembly.

The diplomats of the world actually sat there and listened to blatant lies from the world’s worst terrorist. They even clapped their approval.

The rest of the speech was just utter bullshit: “We stand at a crossroads,” “signposts of progress,” “reduced chance of war between major powers,” “hundreds of millions lifted from poverty,” and while ebola ravages Africa “we’ve learned how to cure disease and harness the power of the wind and the sun.” We are now God. “We” is comprised of the “exceptional people”–Americans. No one else counts. “We” are it.

It is impossible to pick the most absurd statement in Obama’s speech or the most outrageous lie. Is it this one? “Russian aggression in Europe recalls the days when large nations trampled small ones in pursuit of territorial ambition.”

Or is it this one? “After the people of Ukraine mobilized popular protests and calls for reform, their corrupt president fled.  Against the will of the government in Kiev, Crimea was annexed.  Russia poured arms into eastern Ukraine, fueling violent separatists and a conflict that has killed thousands.  When a civilian airliner was shot down from areas that these proxies controlled, they refused to allow access to the crash for days.  When Ukraine started to reassert control over its territory, Russia gave up the pretense of merely supporting the separatists, and moved troops across the border.”

The entire world knows that Washington overthrew the elected Ukrainian government, that Washington refuses to release its satellite photos of the destruction of the Malaysian airliner, that Ukraine refuses to release its air traffic control instructions to the airliner, that Washington has prevented a real investigation of the airliner’s destruction, that European experts on the scene have testified that both sides of the airliner’s cockpit demonstrate machine gun fire, an indication that the airliner was shot down by the Ukrainian jets that were following it. Indeed, there has been no explanation why Ukrainian jets were close on the heels of an airliner directed by Ukrainian air traffic control.

The entire world knows that if Russia had territorial ambitions, when the Russian military defeated the American trained and supplied Georgian army that attacked South Ossetia, Russia would have kept Georgia and reincorporated it within Russia where it resided for centuries.

Notice that it is not aggression when Washington bombs and invades seven countries in 13 years without a declaration of war. Aggression occurs when Russia accepts the petition of Crimeans who voted 97 percent in favor of reuniting with Russia where Crimea resided for centuries before Khrushchev attached it to the Soviet Socialist Republic of Ukraine in 1954 when Ukraine and Russia were part of the same country.

And the entire world knows that, as the separatist leader of the Donetsk Republic said, “If Russian military units were fighting with us, the news would not be the fall of Mariupol but the fall of Kiev and Lviv.”

Which is “the cancer of violent extremism”–ISIS which cut off the heads of four journalists, or Washington which has bombed seven countries in the 21st century murdering hundreds of thousands of civilians and displacing millions?

Who is the worst terrorist–ISIS, a group that is redrawing the artificial boundaries created by British and French colonialists, or Washington with its Wolfowitz Doctrine, the basis of US foreign policy, which declares Washington’s dominant objective to be US hegemony over the world?

ISIS is the creation of Washington. ISIS consists of the jihadists Washington used to overthrow Gaddafi in Libya and then sent to Syria to overthrow Assad. If ISIS is a “network of death,” a “brand of evil” with which negotiation is impossible as Obama declares, it is a network of death created by the Obama regime itself. If ISIS poses the threat that Obama claims, how can the regime that created the threat be credible in leading the fight against it?

Obama never mentioned in his speech the central problem that the world faces. That problem is Washington’s inability to accept the existence of strong independent countries such as Russia and China. The neoconservative Wolfowitz Doctrine commits the United States to maintaining its status as the sole Unipower. This task requires Washington “to prevent any hostile power from dominating a region whose resources would, under consolidated control, be sufficient to generate global power.” A “hostile power” is any country that has sufficient power or influence to be able to limit Washington’s exercise of power.

The Wolfowitz Doctrine explicitly targets Russia: “Our first objective is to prevent the re-emergence of a new rival, either on the territory of the former Soviet Union or elsewhere.” A “rival” is defined as any country capable of defending its interests or those of allies against Washington’s hegemony.

In his speech, Obama told Russia and China that they can be part of Washington’s world order on the condition that they accept Washington’s hegemony and do not interfere in any way with Washington’s control. When Obama tells Russia that the US will cooperate with Russia “if Russia changes course,” Obama means that Moscow must accept the primacy of Washington’s interest over Russia’s own interest.

Clearly, this is an inflexible and unrealistic position. If Washington keeps to it, war with Russia and China will ensue.

Obama told China that Washington intended to continue to be a Pacific power in China’s sphere of influence, “promoting peace, stability, and the free flow of commerce among nations” by building new US air and naval bases from the Philippines to Vietnam so that Washington can control the flow of resources in the South China Sea and cut off China at will.

As far as I can tell, neither the Russian nor Chinese governments understand the seriousness of the threat that Washington represents. Washington’s claim to world hegemony seems too farfetched to Russia and China to be real. But it is very real.

By refusing to take the threat seriously, Russia and China have not responded in ways that would bring an end to the threat without the necessity of war.

For example, the Russian government could most likely destroy NATO by responding to sanctions imposed by Washington and the EU by informing European governments that Russia does not sell natural gas to members of NATO. Instead of using this power, Russia has foolishly allowed the EU to accumulate record amounts of stored natural gas to see homes and industry through the coming winter.

Has Russia sold out its national interests for money?

Much of Washington’s power and financial hegemony rests on the role of the US dollar as world reserve currency. Russia and China have been slow, even negligent from the standpoint of defending their sovereignty, to take advantage of opportunities to undermine this pillar of Washington’s power. For example, the BRICS’ talk of abandoning the dollar payments system has been more talk than action. Russia doesn’t even require Washington’s European puppet states to pay for Russian natural gas in rubles.

One might think that a country such as Russia experiencing such extreme hostility and demonization from the West would at least use the gas sales to support its own currency instead of Washington’s dollar. If the Russian government is going to continue to support the economies of European countries hostile to Russia and to prevent the European peoples from freezing during the coming winter, shouldn’t Russia in exchange for this extraordinary subsidy to its enemies at least arrange to support its own currency by demanding payment in rubles? Unfortunately for Russia, Russia is infected with Western trained neoliberal economists who represent Western, not Russian, interests.

When the West sees such extraordinary weakness on the part of the Russian government, Obama knows he can go to the UN and tell the most blatant lies about Russia with no cost whatsoever to the US or Europe. Russian inaction subsidizes Russia’s demonization.

China has been no more successful than Russia in using its opportunities to destabilize Washington. For example, it is a known fact, as Dave Kranzler and I have repeatedly demonstrated, that the Federal Reserve uses its bullion bank agents to knock down the gold price in order to protect the dollar’s value from the Federal Reserve’s policies. The method used is for the bullion banks to drive down the gold price with enormous amounts of naked shorts during periods of low or nonexistent volume.

China or Russia or both could take advantage of this tactic by purchasing every naked short sold plus all covered shorts, if any, and demanding delivery instead of settling the contracts in cash. Neither New York Comex nor the London market could make delivery, and the system would implode. The consequence of the failure to deliver possibly could be catastrophic for the Western financial system, but in the least it would demonstrate the corrupt nature of Western financial institutions.

Or China could deal a more lethal blow. Choosing a time of heightened concern or disruptions in US financial markets, China could dump its trillion dollar plus holdings of US treasuries, or indeed all its holdings of US financial instruments, on the market. The Federal Reserve and the US Treasury could try to stabilize the prices of US financial instruments by creating money with which to purchase the bonds and other instruments. This money creation would increase concern about the dollar’s value, and at that point China could dump the trillion dollars plus it receives from its bond sales on the exchange market. The Federal Reserve cannot print foreign currencies with which to buy up the dollars. The dollar’s exchange value would collapse and with it the dollar’s use as world reserve currency. The US would become just another broke country unable to pay for its imports.

Possibly, Washington could get Japan and the European Central Bank to print enough yen and euros to buy up the dumped dollars. However, the likelihood is that this would bring down the yen and euro along with the dollar.

Flight would occur into the Chinese and Russian currencies, and financial hegemony would depart the West.

By their restraint, Russia and China enable Washington’s attack upon them. Last week Washington put thousands of its NGO operatives into the Moscow streets protesting “Putin’s war against Ukraine.” Foolishly, Russia has permitted foreign interests to buy up its newspapers, and these interests continually denounce Putin and the Russian government to their Russian readers.

Did Russia sell its soul and communication system for dollars? Did a few oligarchs sell out Russia for Swiss and London bank deposits?

Both Russia and China have Muslim populations among whom the CIA operates encouraging disassociation, rebellion, and violence. Washington intends to break up the Russian Federation into smaller, weaker countries that could not stand in the way of Washington’s hegemony. Russian and Chinese fear of discord among their own Muslim populations have caused both governments to make the extremely serious strategic mistake of aligning with Washington against ISIS and with Washington’s policy of protecting Washington’s status quo in the Muslim world.

If Russia and China understood the deadly threat that Washington presents, both governments would operate according to the time honored principle that “the enemy of my enemy is my friend.” Russia and China would arm ISIS with surface to air missiles to bring down the American planes and with military intelligence in order to achieve an American defeat. With defeat would come the overthrow of Saudi Arabia, Bahrain, Qatar, the United Arab Emirates, Jordan, Egypt and all of the American puppet rulers in the area. Washington would lose control over oil, and the petro-dollar would be history. It is extraordinary that instead Russia and China are working to protect Washington’s control over the Middle East and the petro-dollar.

China is subject to a variety of attacks. The Rockefeller Foundation creates American agents in Chinese universities, or so I am informed by Chinese academics. American companies that locate in China create Chinese boards on which they place the relatives of local and regional party officials. This shifts loyalty from the central government to the American money. Moreover, China has many economists educated in the US who are imbued with the neoliberal economics that represents Washington’s interests.

Both Russia and China have significant percentages of their populations who wish to be western. The failure of communism in both countries and the success of American cold war propaganda have created loyalties to America in place of their own governments. In Russia they go by the designation “Atlanticist Integrationists.” They are Russians who wish to be integrated into the West. I know less about the Chinese counterpart, but among youth Western materialism and lack of sexual restraint is appealing.

The inability of the Russian and Chinese governments to come to terms with the threat posed to their existence as sovereign countries by the neoconservative insistence on American world hegemony makes nuclear war more likely. If Russia and China catch on too late in the game, their only alternative will be war or submission to Washington’s hegemony. As there is no possibility of the US and NATO invading and occupying Russia and China, the war would be nuclear.

To avoid this war, which, as so many experts have shown, would terminate life on earth, the Russian and Chinese governments must soon become far more realistic in their assessment of the evil that resides in what Washington has turned into the world’s worst terrorist state–the US.

It is possible that Russia, China, and the rest of the world will be saved by American economic collapse. The US economy is a house of cards. Real median family incomes are in long-term decline. Universities produce graduates with degrees and heavy debts but no jobs. The bond market is rigged by the Federal Reserve which necessitates rigging the bullion markets in order to protect the dollar. The stock market is rigged by the outpouring of money from the Federal Reserve, by the Plunge Protection Team, and by corporations repurchasing their own stock. The dollar is supported by tradition, habit, and currency swaps.

The American House of Cards continues to stand only as a result of the tolerance of the world for vast corruption and disinformation and because greed is satisfied by the money made from a rigged system.

Russia and/or China could pull down this House of Cards whenever either country or both had leadership capable of it.

dimanche, 28 septembre 2014

Sanctionner la Russie, c'est sanctionner les contribuables occidentaux

Sanctionner la Russie

C’est aussi sanctionner les contribuables des pays occidentaux

Yvan BLOT*
Ex: http://metamag.fr

Il est bien connu que les gouvernants des pays qui se croient démocratiques aiment faire des largesses avec l’argent des autres. Le contribuable est rarement respecté par les politiciens. On le voit avec le mécanisme des sanctions économiques antirusses. Les sanctions ont pour but de coûter un certain prix à la Russie pour la punir d’une prétendue intervention en Ukraine. On n‘a d’ailleurs pas de preuves pour soutenir cette accusation. Le New York Times peu suspect d’être soumis à Poutine, titre en première page le 5 septembre : « invasion en Ukraine, c’est très difficile à dire ».

Si l’on fait monter les prix, on va réduire les achats et cela se retournera in fine contre les producteurs. De plus, les sanctions n’obéissent à aucune rationalité économique. L’Union européenne annonce qu’elle va augmenter son budget pour soutenir les producteurs européens de fruits et de légumes. Au lieu d’exporter en Russie, on va ponctionner les contribuables pour soutenir les revenus des producteurs : on est vraiment au royaume du père Ubu ! De même, si le président français ne livre pas le bateaux Mistral à la Russie, il faudra payer des indemnités et c’est le contribuable, et non personnellement monsieur Hollande, qui y sera de sa poche ! Or, déjà, le contribuable français est bien plus harassé que le contribuable français. Le niveau des prélèvements obligatoires est en France de plus de 50% contre 35% en Russie. Le chômage est bien plus élevé en France qu’en Russie (le double). La France ne peut pas se permettre de renforcer le gaspillage économique sous prétexte de « sanctions » contre un pays d’Europe qui s’appelle la Russie.

D’après l’économiste Herbert Spencer, l’évolution économique se caractérise par une intégration croissante, une interdépendance croissante des différentes économiques. Cette intégration est nécessitée par la différenciation et la spécialisation croissante liée au développement économique. La différenciation fait baisser les coûts et profite aux consommateurs. Elle élargit les marchés et profite aussi aux producteurs. La troisième loi de Spencer sur l’évolution économique est celle de l’ordre et de la précision croissants. Cela suppose des règles stables, ce qui est incompatible avec les sanctions arbitraires qui tombent du jour au lendemain. En démocratie et en état de droit, les sanctions sont infligées par des juges et non par des autorités politiques selon « leur bon plaisir ».
 

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Le prix Nobel, Hayek, s’insurgeait contre le « bricolage économique » des hommes politiques irresponsables. On ne joue pas avec les échanges économiques comme dans une cour de récréation : « tu es méchant et je ne te parle plus. Je t’exclue du groupe des copains » : voilà l’attitude assez désolante des beaucoup de responsables occidentaux face à la Russie. Devant ce spectacle, la plupart des chefs d’entreprises responsables d’Europe sont consternés.

On fait croire que les poids des sanctions économiques anti-russes pèsera sur les seuls Russes. C’est faux et c’est stupide pour n’importe quel étudiant débutant en sciences économiques. L’économie est fondée sur l’échange et toute atteinte à la liberté des échanges et à la libre formation des prix qui reflète la rareté des biens retombe sur l’ensemble des partenaires. Les sanctions vont donc peser sur les contribuables occidentaux. Une fois de plus, on fait de la morale avec l’argent des autres !

Quelle morale d’ailleurs ?

Les principes d’intangibilité des frontières et d’autodétermination des peuples sont largement contradictoires. Dans le cas de Mayotte, la population a voulu rester française et ne pas faire partie de la nouvelle république des Comores indépendante. Résultat : une salve de condamnation pour la France qui occupe militairement cette île des Comores ; L’assemblée générale de l’ONU a condamné la France pour viol de l’intégrité territoriale des Comores en 1973, 1974, 1976, 1977, 1979, 1980, 1981, 1982 et les années qui suivent ! Pas de sanctions !

A titre d’exemple, l’assemblée générale de l’ONU le 7 décembre 1984 affirme l’unité et l’intégrité territoriale des Comores composées des Iles d’Anjouan, Grande Comore, Mayotte et Mohéli. Elle réaffirme la souveraineté de la république fédérale islamique des Comores sur l’île de Mayotte. Elle prie le gouvernement français d’ouvrir des négociations avec le gouvernement comorien en vue de rendre rapidement effectif le retour de l’île de Mayotte dans l’ensemble comorien. Les habitants de Mayotte ont montré dans plusieurs référendums qu’ils voulaient rester français et ces référendums ont été considérés illégaux par l’ONU ; On voit la même chose en Crimée ! Par contre, la Russie a été sanctionnée pour avoir annexé la Crimée mais la France n’a pas eu de sanction pour Mayotte. On peut ajouter que l’UE est également coupable puisqu’elle considère depuis 2004 que Mayotte fait partie de ses territoires « ultrapériphériques » (sic).

Les Malouines et Gibraltar sont considérés aussi comme territoires à décoloniser et le Royaume Uni n’en a cure ! En 1967, le Royaume Uni a organisé un référendum où la majorité de la population a voulu rester anglaise. Le général Franco, pas spécialement démocrate a alors pris des sanctions et fait fermer la frontière (fermée jusqu’en 1985). Les dirigeants Obama, Merkel, Cameron, Hollande et de l’UE sans en être vraiment conscients ont repris les méthodes du général  Franco.

L’Allemagne de l’ouest de 1948 au 19 octobre 1990 a contesté la frontière Oder Neisse avec la Pologne (42 ans) et n’a jamais subi de sanctions pour cela.

Le droit international est donc élastique et soumis au « bon plaisir » des puissants. La morale politique est bien mal partie : mépris des contribuables, mépris des référendums où les citoyens s’autodéterminent, application de sanctions ou non selon la règle du bon plaisir, on est tombé bien bas et l’hypocrisie est reine !

Hilarious German Satire of Anti-Russian Propaganda

Hilarious German Satire of Anti-Russian Propaganda

While the German media has been at least as propagandistic as the US/UK media in its resurrection of wild, Cold War-style rhetoric over the Ukraine situation, cracks are beginning to appear. Satire, humor, and ridicule have always been among the best forms of social critique, and the below clip lampooning the information war over Ukraine is among the very best. When people laugh at government propaganda, truth begins to break through. It was true with the Soviet Union and it is true today in the west.  Watch and enjoy — turn subtitles on at the “cc” button on bottom frame:

Hic sunt dracones: Eduard Limonows Granatenleben

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Hic sunt dracones: Eduard Limonows Granatenleben

By Nils Wegner

Ex: http://www.sezession.de

Ausgerechnet der so brave btb-Verlag, seines Zeichens immerhin Teil der Random-House-Gruppe und damit unter der Fuchtel von Bertelsmann, hat just eine Taschenbuchausgabe des biographischen Romans Limonow aus der Feder des preisge-krönten französischen Schriftstellers Emmanuel Carrère herausgebracht (hier bestellen [2], gebunden hier lieferbar [3]). Im Mittelpunkt dieses Werks steht eine der wohl schillerndsten politkulturellen Figuren Rußlands, die wohl die mediale Aufmerksamkeit verdient gehabt hätte, wie sie in diesem Jahr aus Gründen der Putin-renovatio imperii-Hysterie dem im Vergleich eher farblos-mönchshaften Alexander Dugin [4] zugekommen ist: Eduard Sawenko, genannt Limonow, in dem der Betrachter je nach eigener Verortung wahlweise einen Stalinisten, Faschisten oder halbkriminellen Irren vorfinden mag.

Sezessionisten ist der Schriftsteller und ewige Rabauke wider das politische Establishment seines Heimatlandes kein Unbekannter: Schon im ersten Jahrgang der Print-Sezession thematisierte Christian Vollradt [5] ihn (und seinen ehemaligen Weggefährten Dugin) etwas ratlos als Protagonisten der skurrilen nationalbolschewistischen Bewegung Rußlands, und vor fast genau zwei Jahren stellte Martin Lichtmesz ihn auf einem seiner Ausritte [6] gegen den Spiegel-Streber Georg Diez und dessen seltsame Sympathien für kontroverse Schriftsteller [7], solange diese keinen deutschsprachigen Hintergrund haben, hier ausführlicher vor.

Dabei kam Lichtmesz auch bereits auf das Buch Carrères zu sprechen, das damals gerade beim wiedererstandenen Matthes&Seitz-Verlag in Berlin erschienen war. So weit, so gut – ich denke nicht, daß sich heute noch allzuviele Leute an Diez‘ Hymnus auf Limonow erinnern oder sich für dessen Biographie interessieren. Immerhin ist der Mann mittlerweile 71 Jahre alt und ist parteipolitisch längst nicht mehr aktiv; auch scheint tatsächlich 1989 das letzte Mal eines seiner Werke auf Deutsch neu herausgebracht worden zu sein (die zig Auflagen seines schriftstellerischen Durchbruchs »Fuck off, Amerika« einmal außer Acht gelassen).

Nun, man sollte einfach an dem hübschen weißen Buch mit der sicherungsbügelbewehrten Zitrone auf dem Einband vorübergehen. Das in jedem einzelnen Moment unstete Leben des Geheimdienstlersohns, jugendlichen Bohemiens und leidenschaftlichen Bürgerschrecks Limonow, dessen vor Wut und Verachtung überschäumende Philippiken ihm einen Ruhm als Popliterat avant la lettre bescherten, ist für sich genommen schon für jeden lesenswert, der sich für einen sympathischen Antihelden erwärmen kann. Denn sympathisch ist und bleibt „Editschka“ das ganze Buch über, auch wenn sich angesichts der halbseidenen Punkte in dessen Biographie selbst der Autor Carrère gelegentlich mit sich und seinem Werk hadert. Etwa hinsichtlich der Schilderungen aus der Gründungsphase der nationalbolschewistischen Parteizeitung Limonka, was ein Kosename für die zitronenförmige sowjetische Splitterhandgranate ist, die Eduard Weniaminowitsch Sawenko schon in seiner Jugendzeit Pate für den Spitznamen Limonow – aufgrund seines beißenden Zynismus und polemischen Wesens – stand:

Der Bunker, Margot Führer… An diesem Punkt bin ich mir nicht mehr sicher, ob mein Leser wirklich Lust hat, die Anfänge eines Käseblatts und einer neofaschistischen Partei als mitreißendes Epos erzählt zu bekommen. Und ich selbst bin mir dessen auch nicht mehr sicher.

Und doch ist es komplizierter, als man meint.

Es tut mir leid. Ich mag diesen Satz nicht. Und ich mag nicht, wie sich die feinsinnigen Geister seiner bedienen. Unglücklicherweise ist er oft wahr. Im vorliegenden Fall ist er es. Es ist komplizierter, als man meint.

Ein gleiches gilt für die Skizze über den freiwilligen Einsatz Limonows im Jugoslawienkrieg, als Soldat auf serbischer Seite. Und auch die zahlreichen Eskapaden des Protagonisten auf seiner Odyssee durch die Welt (Charkow, Moskau, New York, Paris, Vukovar, Sarajevo…), seien sie krimineller oder gewalttätiger Natur, werden stets aus der Perspektive eines aufmerksamen, wenngleich leicht verstörten Beobachters geschildert. Ganz zu schweigen von Limonows regen Bett- bzw. vereinzelt Spielplatzgeschichten; denjenigen Lesern, die sich seinerzeit bereits über die handzahmen Liebesszenen in Raspails »Reitern« [8] ereifert haben, sei in diesem Sinne ernstlich von dem Genuß von »Limonow« abgeraten.

Nichtsdestoweniger ist das Engagement Carrères hervorzuheben, der als Mittzwanziger Limonow während dessen Pariser Zeit in den üblichen Intellektuellen- und Literatenzirkeln kennengelernt hatte und das Objekt seiner Arbeit hier ohne Verleugnen einer alten Bekanntschaft, gleichzeitig aber mit gelegentlichem eingestandenen Unverständnis beschreibt. Den Grundstock für seine literarische Arbeit bildeten Limonows Bücher sowie seine persönlichen Erinnerungen, wie der Autor dem Leser klar vor Augen führt. Gleichzeitig, und darin dürfte wohl die literarisch stärkste Seite des Romans liegen, läßt Carrère auch seine persönliche Lebens- und Familiengeschichte in die Gesamtbetrachtung miteinfließen; er stammt selbst aus einer ursprünglich weißrussischen Emigrantenfamilie – seine Mutter Hélène Carrère (d‘Encausse), geborene Zourabichvili, ist seit 1999 Secrétaire perpétuel der Académie française – und hat Rußland vor und nach dem Zusammenbruch der Sowjetunion besucht.

Just diese, zwischen einzelnen Episoden des Limonowschen Lebensfeldzugs gegen alles Feige, Ehrlose und Ausbeuterische eingestreuten, Passagen der politischen und historischen Prozesse im Rußland zwischen Stalin und Putin sind es denn auch, die die genresprengende Biographie des leidenschaftlichen underdogs Limonow (und in der Tat, trotz aller schriftstellerischen Erfolge hat dieser Mann niemals ein Leben in Wohlstand geführt) gleichsam zu einem geistesgeschichtlichen Parforceritt insbesondere durch die postsowjetische Historie des Landes machen, auf das im Moment wieder einmal alle westlichen Augen in der Mehrheit verständnislos gerichtet sind.

Der btb Verlag hätte wahrlich keinen besseren Zeitpunkt wählen können, dieses in Frankreich mehrfach preisgekrönte Werk in alle Bahnhofsbuchhandlungen zu streuen; gleichwohl kommt die Aufmachung so bescheiden daher, daß man befürchten muß, viele potentiell Interessierte gingen achtlos daran vorbei und griffen stattdessen nach Zeitungen voller Jammer und Fremdscham. Das muß so nicht sein: Das »Limonow«-Taschenbuch kommt zu einem regelrechten Schleuderpreis daher und bietet sich über Jahrzehnte erstreckende Einsichten aus quasi zweimal erster Hand. Auch für den rein geschichtlich Interessierten ist also in jedem Fall etwas mit dabei, selbst im Falle mangelnder Begeisterung für heroische Schurken.

Schnell schließt sich bei der Lektüre denn auch ein gewisser Zirkel zu den zeitgenössischen Squadristen in Rom [9]: Bei einem Gutteil der Schilderungen Limonows wilderer Zeiten, auch und gerade im Zusammenhang mit seiner und Dugins pittoresker „Nationalbolschewistischer Partei“, fühlt man sich ein gutes Stück weit an die CasaPound [10] erinnert. Das beschränkt sich längst nicht auf das gar schröckliche Faschismus-Sujet, vielmehr ist es eine phänotypische Angelegenheit, wie Carrère auch ganz klar wiederum im Hinblick auf die Wirkung der  Limonka feststellt:

Er war zwanzig und furchtbar angeödet in seiner kleinen Stadt in der Oblast Rjasan, als ihm einer seiner Freunde eine seltsame Zeitung zusteckte, die mit dem Zug aus Moskau gekommen war. Weder Sachar noch sein Freund hatten je etwas Vergleichbares gesehen. […] Auch wenn es das Organ einer Partei war, ging es in der Limonka weniger um Politik als um Rock, Literatur und vor allem um Stil. Welchen Stil? Den fuck you-, bullshit- und Mittelfinger-Stil. Punk in Reinform.

Auch, wenn Limonow zur Hochzeit der NBP und der Limonka bereits sein fünfzigstes Lebensjahr weit überschritten hatte, so waren Partei und Zeitschrift doch ein Ausbund an jugendlichem Überschwang und Drang zur Unbedingtheit – durchaus nicht unähnlich der italienischen terza posizione dieser Tage. Als distinguierter deutscher Konservativer und Eichmaß des „Rechten an sich“ mag man darüber die Nase rümpfen, doch liegt dessenungeachtet genau dort das pulsierende Leben eines ganz speziellen rechten Typus. »Wer gegen uns?« und »Limonow« nebeneinandergelegt, scheint es beinahe so, als könne man synthetisierend herauslesen, weswegen derlei in der Bundesrepublik schlicht unvorstellbar war, ist und auch bleibt: Der Schlüssel liegt tatsächlich einzig im materiellen Wohlstand.

Während dem Leser in Domenico Di Tullios Roman – und auch realiter in der CasaPound – einstmals perspektivlose Jugendliche der unteren Mittelschicht begegnen, die im ehemaligen Nabel der Welt leben und zwischen drückender Wohnungsnot und politischer Repression nicht den Langmut finden, ein Leben als „angloamerikanische Normalameise“ (Thor von Waldstein) zu führen, sind es bei Carrère die vom postsowjetischen Rußland schlichtweg abgehängten und ausgeklammerten jungen Leute aus Provinz und Großstadt, die ohnehin von Kindesbeinen an nie etwas zu verlieren hatten und in Limonows seltsamer Melange aus kulturellen und geschichtlichen Anleihen erstmals ein Ideal finden, dem sie sich rückhaltlos verschreiben können. Carrère beschreibt diese Wirkung folgendermaßen:

Von seinem Alter her hätte er ihr Vater sein können, aber er hatte keine Ähnlichkeit mit irgendeinem ihrer Väter. Nichts machte ihm Angst, er hatte das Leben eines Abenteurers geführt, von dem alle Zwanzigjährigen träumen, und er sagte zu ihnen, ich zitiere: »Du bist jung. Es gefällt dir nicht, in diesem Scheißland zu leben. Du hast weder Lust, ein x-beliebiger Popow zu werden, noch so ein Arschloch, das nur ans Geld denkt, noch ein Tschekist. Du hast den Geist der Revolte in dir. Deine Helden sind Jim Morrison, Lenin, Mishima und Baader. Na also: Du bist schon ein Nazbol

Auch sonst begegnet man einigen bekannten geschichtlichen Gestalten wieder, sei es Gabriele d‘Annunzio, sei es der „blutige Baron“ Ungern-Sternberg. Von Ideologie muß man da gar nicht groß das Faseln anfangen, bei der NBP ohnehin nicht. Im Mittelpunkt stand dabei die Attitüde der Gegenkultur, der Totalopposition. Und das Zentrum, den schillernden Schwerpunkt eben dieser totalen Opposition gegen alle sogenannten Verhältnisse bildete Limonow, der sich diese Einstellung nicht für seine (recht kurzweiligen) parteipolitischen Aktivitäten zugelegt, sondern schon seit seiner Jugend eifrig zur Schau gestellt und dafür bis ins hohe Erwachsenenalter hinein manche böse Abreibung kassiert hatte.

Da fällt es denn auch absolut nicht ins Gewicht, wie man einzelnen Aspekten seiner politischen oder persönlichen Vita gegenübersteht – ebenso übrigens, wie es für die Strahlkraft der CasaPound vollends unerheblich ist, wie man dort zur Südtirolfrage steht, auch wenn einzelne Verfechter der reinen Lehre online nicht müde werden, diesbezüglich ihre Satzbausteine zu plazieren. »Limonow« ist zuallererst einmal ein höllisches Lesevergnügen, in zweiter Instanz dann eine hochinteressante Beschreibung der wechselvollen russischen und gesamteuropäischen Geschichte der letzten 40 Jahre. Und über allem ist es die akkurat (und sogar quellenkritisch!) verfaßte, geradezu romantische Lebensgeschichte eines vielleicht verrückten, aber in jedem Fall konsequenten politischen und kulturellen Hasardeurs, den als vielleicht herausragendste Charakterzüge uneingeschränkter Ehrgeiz, grenzenlose Neugier und völlige Unverfrorenheit auszeichnen: Eduard „Eddy“ Limonow, der immer mehr Punkrockstar als Literat, mehr Rüpel als Politiker, mehr Macher als Mandarin und mehr Freibeuter als Intellektueller gewesen ist. Nicht von ungefähr denn auch der Untertitel seines Internetblogs [11]: „Ich bin weder Politiker noch Philosoph. Ich bin Schriftsteller…“

Limonow in der Tschenbuch-Ausgabe hier bestellen [2].
Limonow in der gebundenen Ausgabe hier bestellen [3].

Article printed from Sezession im Netz: http://www.sezession.de

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[1] Image: http://www.sezession.de/wp-content/uploads/2014/09/limonow.jpeg

[2] hier bestellen: http://antaios.de/detail/index/sArticle/3646

[3] hier lieferbar: http://antaios.de/detail/index/sArticle/3643

[4] Alexander Dugin: http://www.sezession.de/45820/alexander-dugin-der-postmoderne-antimoderne-1.html

[5] Christian Vollradt: http://www.sezession.de/7805/nationalbolschewismus-in-russland.html

[6] einem seiner Ausritte: http://www.sezession.de/33856/eduard-limonow-und-richard-millet-loblieder-auf-bose-jungs.html

[7] Sympathien für kontroverse Schriftsteller: http://img-fotki.yandex.ru/get/6613/85415274.1e/0_783e7_a8786124_orig

[8] Raspails »Reitern«: http://www.sezession.de/41682/mit-den-sieben-gen-nordost.html

[9] zeitgenössischen Squadristen in Rom: https://www.youtube.com/watch?v=uDU1mJieh4c&feature=youtu.be

[10] CasaPound: http://antaios.de/gesamtverzeichnis-antaios/nordost/1407/wer-gegen-uns

[11] Internetblogs: http://ed-limonov.livejournal.com/

[12] : http://tetw.org/Matt_Taibbi

[13] : http://www.rollingstone.com/politics/news/the-real-housewives-of-wall-street-look-whos-cashing-in-on-the-bailout-20110411?print=true

[14] : http://de.wikipedia.org/wiki/Aff%C3%A4re_Hildebrand

[15] : https://www.google.de/search?q=snb+hildebrand&ie=utf-8&oe=utf-8&rls=org.mozilla:us:official&client=firefox-a&channel=sb&gfe_rd=cr&ei=fZoaVOKXKsOH8QeQlYHABw&gws_rd=cr

[16] : https://www.youtube.com/watch?v=tH_v6aL1D84

vendredi, 26 septembre 2014

Sur la sainte Russie, l'idéologie eurasiste et le Général Wrangel

Général Wrangel

par Christopher Gérard

Ex: http://archaion.hautetfort.com

 

Wrangel_Pyot.jpgSpécialiste de l’histoire russe, N. Ross a notamment publié un essai sur Nicolas II (La Mort du dernier tsar, la fin du mystère, L’Age d’Homme). Il nous livre aujourd’hui un essai d’une grande clarté, illustré de photos inédites, sur l’état russe de Crimée, dirigé par le général Piotr Nikolaievitch Wrangel (1878-1928), dernier commandant en chef des Armées blanches et chef spirituel de l’émigration russe jusqu’à sa mort à Bruxelles, sans doute à la suite de l’inoculation par un agent soviétique du bacille de Koch. Issu d’une lignée germano-balte, le baron Wrangel, glorieux officier de la Garde, lutta dès le début contre les Rouges et, à partir du moment où il remplaça, en 1920, le général Dénikine à la tête de la résistance antibolchévique, fit preuve d’un sens de l’organisation et de visions politiques d’une rare ampleur, puisqu’il comptait reconstruire la Russie par le bas. Pragmatique, Wrangel tenta de développer un projet global pour une Russie libérée, notamment par le biais de réformes agraires et institutionnelles. L’état russe de Crimée (ou gouvernement de Tauride), qui fut de facto reconnu par la France, donne une idée d’un autre destin pour l’empire : presse libre, refus de l’antisémitisme, liberté religieuse… L’essai de N. Ross retrace tous les aspects de l’action du général Wrangel : opérations militaires, affaires économiques, réflexion spirituelle et politique (à laquelle prirent part B. Souvarine, S. Boulgakov et G. Vernadsky - futur théoricien de l’eurasisme). Wrangel parvint enfin à assurer l’exode de près de 150.000 réfugiés, civils et militaires, qui échappèrent ainsi au massacre.

Christopher Gérard 

Nicolas Ross, La Crimée blanche du général Wrangel, Editions des Syrtes, 224 pages, 15€

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Sainte Russie

Pour célébrer le 90ème anniversaire de la révolution russe, les éditions du Rocher proposent une réédition augmentée de Les Blancs et les Rouges. Histoire de la guerre civile russe (1917-1921), passionnant essai que Dominique Venner, directeur de la Nouvelle Revue d’Histoire, a naguère consacré à un cataclysme qui engendra le plus terrifiant régime des temps modernes. D’une précision militaire, son récit de l’atroce guerre civile, des mutineries de 1917 aux ultimes révoltes populaires au bolchevisme, permet de comprendre à quel point « un soulèvement de millions de croquants hérissés de baïonnettes, conduits par une petite meute de fanatiques binoclards » fut la matrice d’un siècle de fer. Car la terreur instaurée par Lénine et Staline frappa durablement les esprits de l’époque par sa brutalité même et fut, plus tard, l’une des causes de l’avènement des dictatures mussolinienne et hitlérienne. Outre ce regard dans une perspective large, l’originalité de l’ouvrage réside dans l’étude comparée des Rouges et des Blancs : portraits et récits de campagnes alternent, illustrés par de nombreux témoignages à chaud longtemps occultés par une historiographie marxisante. De même, les insuffisances et les points forts de chaque camp sont analysés avec finesse : les Blancs comptèrent de valeureux chefs (Dénikine, Koltchak, sans oublier Wrangel, mort en exil à Bruxelles); quant aux Rouges, ils ne furent pas partout vainqueurs (Pologne, Finlande, Etats baltes). Bien des dogmes sont ainsi pulvérisés, notamment celui de « l’humanisme » de Lénine, qui ordonne sans hésiter des massacres d’une effroyable ampleur, ou celui du sens de l’histoire : en 1919 encore, les jeux n’étaient pas faits.

Après la prise du pouvoir par les bolcheviques, deux millions de Russes fuirent une Russie martyrisée. Dix mille d'entre eux trouvèrent refuge dans notre pays. C'est leur histoire, celle de l'émigration russe en Belgique durant l'Interbellum, qu'un jeune chercheur de l’Université de Louvain et du FNRS, W. Coudenys, a étudiée avec une minutie exemplaire (Leven voor de Tsaar. Russische ballingen, samenzweerders en collaborateurs in België,Davidsfonds). Tous ces exilés n'étaient pas nobles comme le général baron Wrangel, dernier chef des Armées blanches, mort (empoisonné?) à Uccle en 1928, mais nombre d 'officiers purent survivre grâce à l'aide de la Belgique, qui participa à l'intervention alliée contre les Rouges (voir les témoignages de l’écrivain belge Marcel Thiry). Le Roi Albert n'avait-il pas caché à l'époque son hostilité aux Soviets? W. Coudenys a dépouillé une masse impressionnante d'archives inédites - journaux de l'émigration, dossiers de la Sûreté, etc. - et nous offre ainsi un tableau très vivant de cette Russie de l'exil, tiraillée entre la fidélité et l'adaptation à un monde en crise. L'aspect culturel n'est pas négligé: cercles littéraires et groupes musicaux, sans oublier ce singulier courant eurasiste qui tint son premier congrès international à Bruxelles. Le rôle de l'épiscopat belge, comme celui de l'Université de Louvain, qui forma de nombreux cadres d'origine russe, bref, toute la vie d'un milieu caractérisé par une grande dignité, est retracée avec une précision d'entomologiste. L'émigration blanche étant un rarissime exemple d'armée en exil (pendant vingt ans), le chercheur s'est également penché sur les nombreuses associations militaires, surveillées et infiltrées avec une rare maestria par les services soviétiques. Voilà donc un éclairage fort utile sur l'histoire belge de l'entre-deux-guerres et de l'occupation, car une poignée de Blancs reprit le combat sous l'uniforme feldgrau, avec les déconvenues que l'on devine. Sur l’émigration russe, il faut remarquer que le dernier film d'E. Rohmer, Triple agent  (lire aussi Eric Rohmer, Triple agent, Petite bibliothèque des cahiers du cinéma), un chef-d'œuvre d'intimisme, narre l'histoire d'une trahison dans le Paris des Russes blancs, celle du colonel Skobline. Enfin, sur les associations militaires, lire, de Paul Robinson, The White Russian Army in Exile 1920-1941(Oxford University Press).

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Zinaïda Hippius

Personnage clef du monde littéraire pétersbourgeois et figure éminente avec son mari l’écrivain Dimitri Merejkovski du symbolisme russe, Zinaïda Hippius (1869-1945) assista à la chute du tsarisme et à l’avènement du bolchevisme, après l’intermède Kerenski. Son  journal des années 1914-1920 (Journal sous la Terreur, Collection Anatolia, éditions du Rocher), en grande partie occulté par le régime soviétique durant 70 ans, paraît enfin, livrant un témoignage accablant sur l’asservissement de la Russie à une clique d’idéologues barbares. Aux insuffisances des élites traditionnelles, à l’aveuglement des intellectuels répondent la brutalité sans complexe des Rouges qui, en quelques jours, s’emparent du pouvoir à la pointe des baïonnettes. Les étapes de ce processus infernal sont décrites au jour le jour avec une effrayante lucidité : qu’elle évoque le musellement de la presse, les arrestations (« Chaque jour, on fusille quelqu’un dans chaque soviet d’arrondissement ») et les viols, l’esclavage déguisé et le marché noir, les rafles de « bourgeois » et la délation généralisée, les pillages et les soûleries, les retournements de veste ou les fuites sans gloire, Hippius se hausse au niveau des grands historiens romains. Nous assistons éberlués à la fin d’un monde certes imparfait mais civilisé, et à la naissance d’une tyrannie : « tout le monde meurt (sauf les commissaires, leurs valets et les bandits). Plus ou moins vite. »

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Idéologie eurasiste & "mythe aryen"

laruellle9782.gifSpécialiste des courants nationalistes russes, Marlène Laruelle s’était fait remarquer par une brillante thèse sur l’eurasisme (L’idéologie eurasiste russe ou comment penser l’Empire, L’Harmattan, 1999). Elle s’attaque dans Mythe aryen et rêve impérial dans la Russie du XIXème siècle, (CNRS éditions), au mythe aryen dans l’aire culturelle russe. Définissant ce mythe comme « une recherche romantique des origines » ou comme « mode de lecture du monde », M. Laruelle montre que, au contraire de l’allemand, l’aryanisme russe fut toujours étranger au racialisme. Il convient donc de distinguer l’aryanisme, fils du romantisme européen, du racialisme, fruit monstrueux du scientisme. Le premier n’est nullement prédestiné à devenir ce qu’il fut de 1933 à 1945. De même, la diabolisation des courants romantiques, présentés comme menant fatalement au nazisme, devient intenable, puisque la quête identitaire russe, ignorant l’antisémitisme et en fait tout racisme, cette quête impériale plutôt que nationale, fascinée par l’Asie blanche tout en affirmant une européanité plus complète, se distingue radicalement de l’allemande. Laruelle montre avec brio que l’aryophilie russe fut pensée comme une réconciliation de l’occidentalisme et du slavophilisme. La Russie comme autre Europe. Sa thèse étudie également l’instrumentalisation du mythe aryen par la politique tsariste  en Asie centrale : à l’époque du Grand Jeu (Kipling), les Slaves considéraient leur expansion dans ces régions stratégiques comme le « juste retour » des Aryens dans leur patrie originelle. Une thèse passionnante sur un sujet sensible, traité avec autant de tact que de probité.

 

jeudi, 25 septembre 2014

This Is Why Russia and China Are Now 'The Enemy'

This Is Why Russia and China Are Now 'The Enemy'

The suppression of gold prices is essential at all costs to the Anglo-American banking interests. The saber rattling and attempts to lure Russia and China into military conflict are about who controls the financial world. Russia and China keep accumulating the eternal currency – gold. The American Empire and their EU disciples continue to accumulate debt and print fiat currencies. Has fiat paper ever won out over gold in the long-run? Change is coming. Revolution is in the air. You can sense the desperation of the ruling oligarchs. Their fiat world is beginning to crumble. But they will not go without a bloody fight.

Reprinted from The Burning Platform.

Regard sur les élections du 15 septembre 2014 en Russie

Regard sur les élections du 15 septembre 2014 en Russie

ednaiarossiya.jpgCe dimanche 15 septembre 2014 ont eu lieu des élections locales en Russie concernant l’élection des gouverneurs de 30 régions, les députés des parlements régionaux de 14 entités administratives de la Fédération de Russie (Républiques, Oblast, …) ainsi que les maires de trois villes de la Fédération de Russie. Ces élections relativement passées sous silence par les grands médias occidentaux présentaient deux intérêts essentiels.

Quel bilan tirer de ses élections ?

  • Le premier enseignement était d’estimer le soutien à Russie-unie, le parti du pouvoir, dont la popularité n’a cessé de croitre de 2000 à 2010. Après la crise financière mondiale et, surtout, les élections contestées en 2011, des dizaines de milliers de personnes sont descendues dans la rue, altérant considérablement l’image de Russie-Unie de la population russe.
  • Le second intérêt était de voir la réaction des électeurs de Crimée. En effet, les Criméens ont pu, pour la première fois, participer à une élection en Russie et voter en tant que citoyens russes, la Crimée ayant rejoint la Fédération de Russie en mars dernier.

Sans trop de surprises, le grand gagnant de ces élections aura été l’abstention, qui a atteint 55 à 75 % selon les localités et les types d’élections.

Les élections des gouverneurs ont vu une écrasante victoire des candidats du parti au pouvoir : sur les 30 gouverneurs élus, 28 l’ont été sous l’étiquette de Russie-Unie. Les deux autres gouverneurs sont un communiste, Vadim Potovsky, à Orel, et un indépendant, l’ex-leader de forces de droite Nikita Belikh. La participation a été de 46 %, soit 12 % de plus qu’aux mêmes élections de l’an passé.

Les élections aux diverses assemblées régionales ont également donné une solide victoire à des candidats pro-Kremlin. A Moscou, le parti au pouvoir Russie-Unie a emporté 28 postes sur 45, contre 10 indépendants, 5 communistes et 2 nationalistes (respectivement du Parti libéral démocrate de Vladimir Jirinovski et de Rodina). Contrairement aux élections des gouverneurs, le taux de participation a été très faible, dépassant à peine le cinquième des inscrits, avec 21 %. Cette nouvelle assemblée municipale sera constituée de 27 hommes et de 18 femmes, d’un âge moyen de 52 ans.

Trois élections municipales avaient lieu, dans les villes de Blagovechtchensk, Ioujno-Sakhalinsk et Anadyr. Et ce sont trois candidats de Russie-Unie qui l’ont emporté, avec des scores de respectivement 39 %, 79 % et 83 %. La participation a été respectivement de 23 %, 21 % et 69 %.

En Crimée, les électeurs ont plébiscité le parti Russie-Unie : 71 % des voix et 70 députés, devant le parti nationaliste LDPR, qui a obtenu 8 % des suffrages et 5 députés.

Russie-unie a enrayé la baisse de sa popularité

Ces résultats permettent d’émettre quelques réflexions. Le principal enseignement est que Russie-unie a enrayé la baisse de sa popularité. Ce phénomène peut s’expliquer de quatre façons :

1/ La scène politique russe ne comprend à ce jour aucune opposition crédible pour la majorité des électeurs russes. Aux yeux des électeurs russes, les deux partis principaux d’opposition, à savoir le Parti libéral-démocrate (populiste, nationaliste et panslave) et le Parti communiste, apparaissent de moins en moins en mesure de proposer une forme d’alternance politique fiable. Ces partis vieillissent avec leurs leaders historiques et ne devraient probablement pas leur survivre, tout au moins sous leur forme actuelle.

2/ Les autres partis d’opposition, notamment libéraux, ne bénéficient d’aucun ancrage réel dans la vie politique russe. Ils ne sont pas parvenus à se créer des espaces politiques propres. Cet échec est dû aux habiles manœuvres administratives du pouvoir, à la médiocrité de cette « élite » libérale et surtout au fait que les idées défendues par ces partis ne sont pas en adéquation avec l’évolution de la mentalité russe au cours de la dernière décennie.

3/ Contrairement aux partis d’opposition, Russie-Unie a su monopoliser l’échiquier politique de façon très habile, en formant trois clubs et courants principaux : « Social-conservateur », « Libéral-conservateur » et « Étatique-patriotique ». Cette diversification des courants permet à Russie-Unie de fédérer aussi bien les courants centristes et d’affaires (à tendance plutôt libérale) que les réseaux étatistes, patriotiques et conservateurs. Or ces réseaux sont en totale adéquation avec ce que ressent la majorité du corps électoral, lequel a sans doute également manifesté, via ces élections, son soutien au pouvoir, après les événements en Ukraine, notamment le retour de la Crimée au sein de la Fédération de Russie.

4/ Les électeurs qui estiment nécessaire une alternance politique sont toujours, et de loin, minoritaires en Russie. L’analyste Jean-Robert Raviot a parfaitement défini ce phénomène en définissant trois Russies. D’abord, la plus médiatisée car la plus occidentalisée, celle des « Moscobourgeois », ces bourgeois métropolitains baptisés « classe moyenne » par les commentateurs. En second, la Russie provinciale et périurbaine, très majoritaire, patriote et fragilisée par la crise, socle de la majorité favorable à Vladimir Poutine. Enfin, en troisième, la Russie des périphéries non-russes, contrôlées par des ethnocraties alliées au Kremlin et dans lesquelles les votes sont assez homogènes, en faveur du pouvoir central.

Les « Moscobourgeois », cœur de la contestation ?

L’électorat le plus critique vis-à-vis du pouvoir et la classe sociale la plus occidentalisée du pays se trouve à Moscou : on les appelle les « Moscobourgeois ». Encore que leurs tendances se sont affaiblies après les événements en Ukraine, même eux considérant dans leur grande majorité que le pouvoir a géré la crise avec énormément de succès.

Au cœur de l’hiver 2011, ce sont les « Moscobourgeois  qui sont descendus dans la rue après les dernières élections législatives en tentant de créer une « révolution des neiges » [1]. Lors de l’élection présidentielle de 2012, ils ont soutenu en masse le candidat Mikhaïl Prokhorov, qu’ils estimaient le candidat le plus occidental et démocrate. Sans trop de surprises, Prokhorov obtint ses meilleurs scores [2] dans les quartiers les plus chics de la ville : du centre, du nord-ouest et du sud-ouest. Lors de la même élection, les votes des quartiers les plus populaires (du sud et de l’est de la ville) se reportèrent, quant à eux, davantage sur Vladimir Poutine ou sur le candidat nationaliste Vladimir Jirinovski [3]. Ce sont toujours ces mêmes électeurs des quartiers chics de la capitale qui votèrent également le plus pour le candidat Alexey Navalny [4], lors des dernières élections municipales à Moscou [5].

Les « libéraux » n’augmentent pas leur score

La presse occidentale nous a présenté les mouvements civiques de 2011, ou les 25 % obtenus par le candidat Navalny lors de la dernière élection municipale à Moscou, comme la manifestation d’une vague de contestation bien ancrée et réelle au sein de la société russe. Mais lors de cette élection à Moscou,  Navalny n’a récolté que 630.000 électeurs, bien loin du réservoir de 868.000 voix que Prokhorov avait obtenu à Moscou lors de l’élection présidentielle de 2012. Ce plafond électoral de l’opposition dite libérale, à Moscou, apparaît stable depuis 1999, si on se réfère par exemple aux 510.0000 voix de Serguey Kirienko (ex-Premier ministre) ou aux quelques 500.000 voix d’Alexandre Lebedev en 2003. Cette baisse ne concerne pas que Moscou, mais toute la Russie, puisque le poids des partis politiques libéraux et occidentalistes ne cesse de diminuer depuis 1999 [6]. A l’échelle fédérale l’effondrement des partis libéraux et pro-occidentaux s’accentue [7] puisque ceux-ci sont passés de 12,5% lors des élections législatives de 1993 à 3,43% lors des élections de 2011, leur candidat à la présidentielle plafonnant lui a 7% de 1995 à 2012.

Les communistes par défaut ?

Lors des élections de dimanche dernier (le 15 septembre) les électeurs de ces mêmes rayons prestigieux du centre, du sud-ouest et du nord-ouest de la capitale ont cette fois élu des candidats communistes [7] plaçant à la seconde place des candidats de parti sociaux-démocrates libéraux, qu’il s’agisse de Russie Juste ou du parti libéral Iabloko. La Russie du 21ieme siècle est sans doute le seul pays du monde occidental au sein duquel les quartiers riches de la capitale seront représentés par des élus communistes !

Ces bizarreries électorales traduisent visiblement surtout une volonté de contestation politique pure, plus qu’une quelconque adhésion de remplacement au tandem conservatisme / patriotisme que prône le pouvoir en place, tandem idéologique soutenu par la croissance économique que le pays continue de connaitre.

Alexandre Latsa
pour vineyardsaker.fr

Notes

[1] La révolution des neiges ? (alexandrelatsa.ru, français, 11-12-2011)

[2] Sociologie des votes Poutine et Prokhorov (alexandrelatsa.ru, français, 17-03-2012)

[3] Sociologie des votes Poutine et Jirinovski a Moscou  (alexandrelatsa.ru, français, 05-06-2012)

[4] Histogramme des votes pour le candidat Alexey Navalny lors de la présidentielle de 2012 (ic.pics.livejournal.com, image PNG, 09-09-2013)

[5] Blog d’Alexandre Latsa: Quelques réflexions sur les résultats de l’élection municipale anticipée de Moscou (fr.ria.ru, français, 11-09-2013)

[6] De la politique en Russie (alexandrelatsa.ru, français, 21-03-2008)

[7] Idem.

[8] Предварительные результаты выборов депутатов Московской городской Думы (vybory2014.yandex.ru, russe, 2014)

[9] Russie: l’idéologie nationale-démocrate devient manifeste (fr.ria.ru, français, 18-01-2012)

Alexandre Latsa est analyste et vit en Russie. Il tient un blog très suivi, Un autre regard sur la Russie.

lundi, 22 septembre 2014

Mais quelle est donc la véritable visée des sanctions contre la Russie?

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Mais quelle est donc la véritable visée des sanctions contre la Russie?

Auteur : Tatiana Filiatcheva
 
 
A une guerre informationnelle frôlant la paranoïa obsessionnelle s’est ajoutée ce qu’on pourrait appeler une course aux sanctions sans queue ni tête. Inutile de rappeler qui est le chef d’orchestre et qui joue, souvent à l’envers mais sans s’en apercevoir, la partition.

Ce qui importe réellement aujourd’hui, c’est de cerner le véritable sens des sanctions infligées en en jugeant non pas par les intentions exprimées mais par les résultats obtenus.

Commençons par l’alpha. Ni l’UE, ni l’OTAN ne veulent de l’Ukraine. Les promesses qu’ils avaient fait miroiter se sont progressivement évaporées d’abord avec la reprise de la Crimée par la Russie, puis avec la guerre d’usure inattendue menée dans le Donbass et qui, vu les guéguerres des clans oligarchiques ukrainiens, a vocation à durer aves des alternances de chaud et de froid typiques pour ce genre de processus. L’Occident n’a cure de Kiev, pas plus que de l’ensemble de l’ouest ukrainien. S’il faut une zone tampon en Europe de l’Est, la Pologne suffit largement. L’espace ukrainien limitrophe de la Russie où l’OTAN espérait installer ses bases et surtout son système de défense antimissile est lui aussi perdu. Faudrait-il croire, ces lapalissades énumérées, que Washington se fasse du mauvais sang pour la jeune chaire à canon de l’Ouest que Kiev envoie par paquets dans les régions à reconquérir ? S’apitoierait-il sur les corps déchiquetés des civils ? Qui pourrait encore croire à cette fable pathétique qui n’a d’autre fondement que l’infaillibilité quasi-divine des USA ?

En réalité, si on s’appuie sur les résultats des sanctions et non pas sur des spéculations de bobos, il devient clair que l’Ukraine n’a strictement rien à voir avec les mesures dites « punitives » adoptées.

Primo, le premier et dernier perdant était, est et sera toujours l’UE. Jacques Sapir le montre bien à l’exemple des dommages parfaitement chiffrés et en hausse permanente que subissent les entreprises occidentales, allemandes et françaises en premier lieu Les toutes récentes analyses effectuées par Emmanuel Todd vont dans le même sens. L’histoire des Mistrals qui a suscité bien des soubresauts à Saint-Nazaire a failli heurter de plein fouet le contrat sur la fourniture des Rafales à l’Inde et a déjà entaché l’image de la France en tant qu’exportatrice d’armements. Plus on avance, plus on s’enfonce.

Secundo, il faut être bien aveugle pour ne pas relever que le degré d’exacerbation du conflit ukrainien est comme par hasard exactement proportionnel à l’intensification des sanctions : souvenons-nous des évènements qui ont suivi la signature de l’accord de Minsk ! En fait, ces mesures soi-disant coercitives ne font qu’encourager Kiev, cela d’une manière vulgaire et décevante, à taper encore plus fort sur les insurgés et les populations civiles que ceux-ci défendent. De ce point de vue, Porochenko et son équipe n’ont même pas conscience de scier la branche sur laquelle ils auraient pu s’asseoir plus confortablement qu’ils ne le font. Nous obtenons un tableau pittoresque : les USA anémient autant que possible l’économie de l’UE en exploitant à leur façon le dossier ukrainien sous couvert d’une riposte à une prétendue agression russe. Progressivement coupée de ses liens économiques avec la Russie, l’UE n’aura d’autre choix que d’accepter – et oui, les Américains ont trouvé moyen de faire passer la pilule – le désastreux traité transatlantique.

Maintenant, et nous arrivons au troisième et dernier point, qu’en est-il véritablement de la Russie ? De quelle façon sera-t-elle touchée ? Le marché russe est plutôt à l’abri des peines infligées. Qui plus est, un peu de protectionnisme lui fera beaucoup de bien, surtout en matière agricole et technologique. L’alliance des BRICS étant en pleine consolidation, l’industrie innovante va se réorienter sans trop de soucis vers notamment la Chine ou l’Inde. Reste le plan sociétal. Tout comme la France, la Russie a ses propres bobos. Très peu nuisibles en tant que tels, ils contribuent néanmoins efficacement à la création d’un climat de turbulence instrumentalisé avec beaucoup de brio par des agents bien formés et surtout bien sponsorisés de l’extérieur. Les slogans sont déjà tout prêts : Poutine veut affamer la Russie avec son embargo, il nous isole du reste du monde – il faut savoir que pour les bobos russes le reste du monde, c’est forcément l’Occident et les USA – il a annexé la Crimée, etc. Je ne cite ici que quelques exemples représentatifs pêchés à travers les réseaux sociaux et les sous-entendus de la presse dite libérale. Si cette vague de turbulence que je viens d’évoquer ne suffira bien sûr pas à déstabiliser d’une manière sensible et décisive le pays, elle contribuera à distraire le Kremlin de la problématique syrienne.

Il en ressort donc que les sanctions antirusses sont en fait, de un, un moyen de faire pression sur l’UE, de deux, une manœuvre de distraction de la Russie occupée à s’imposer sur le marché asiatique alors que les Américains, profitant du moment, se préparent à en finir avec la Syrie. Même si ce calcul est assez faux – je vois mal la Russie abandonner son allié syrien – il n’en demeure pas moins qu’il est plus difficile de gérer plusieurs dossiers à la fois tout en veillant à ce que les manifs prévues à Saint-Pétersbourg, à Kaliningrad et à Moscou où se prépare, le 21 septembre, un défilé pour la paix (en Ukraine) contre l’invasion russe, n’enveniment l’atmosphère.

dimanche, 21 septembre 2014

La stratégie de guerre de Moscou

La stratégie de guerre de Moscou

Sans morts mais fatale aux Etats-Unis

Valentin Mândrăşescu
Ex: http://metamag.fr

poutine_-_russia_-_dollar_-_russie.jpgL’aide de Poutine propose une alliance anti-dollar pour forcer les États-Unis à mettre fin à la guerre civile. Sergueï Glazyev, le conseiller économique de Vladimir Poutine, a publié un article décrivant un plan pour « saper la puissance économique des Etats-Unis » afin de forcer Washington à arrêter la guerre civile en Ukraine. Glazyev croit que la seule façon d’obliger les Etats-Unis à renoncer à ses plans pour le démarrage d’une nouvelle guerre froide est de planter le système du dollar.

Dans son article, publié par Argumenty Nedeli, le conseiller économique de Poutine et le cerveau derrière l’Union économique eurasienne, soutient que Washington tente de provoquer une intervention militaire russe en Ukraine, en utilisant la junte de Kiev comme appât. Si ce plan aboutit, cela donnera à Washington un certain nombre d’avantages importants. Tout d’abord, il permettra aux États-Unis d’introduire de nouvelles sanctions contre la Russie, radiant ainsi le portefeuille de Moscou de bons du Trésor américain. Plus important encore, une nouvelle vague de sanctions va créer une situation dans laquelle les entreprises russes ne seront pas en mesure de rembourser leurs dettes aux banques européennes.

Selon Glazyev, la soi-disant « troisième phase » de sanctions contre la Russie aura un coût énorme pour l’Union européenne. Le total des pertes estimées seront supérieures à 1 trillion d’euros. Ces pertes nuiront gravement à l’économie européenne, faisant des Etats-Unis le seul « refuge sûr » dans le monde. Des sanctions sévères contre la Russie déplaceront également Gazprom du marché européen de l’énergie, laissant la porte grande ouverte pour le GNL beaucoup plus cher des États-Unis.

La cooptation des pays européens dans une nouvelle course aux armements et dans des opérations militaires contre la Russie va augmenter l’influence politique américaine en Europe et aideront les États-Unis à forcer l’Union européenne à accepter la version américaine du TTIP (Transatlantic Trade and Investment Partnership), un accord commercial qui, en réalité, transformera l’UE en une grande colonie économique des États-Unis. Glazyev estime que l’initiation d’une nouvelle guerre en Europe ne sera bénéfique qu’à l’Amérique et ne créera que des problèmes pour l’Union européenne. Washington a utilisé à plusieurs reprises des guerres mondiales et régionales au profit de l’économie américaine et maintenant la Maison Blanche est en train d’essayer d’utiliser la guerre civile en Ukraine comme un prétexte pour répéter le vieux truc.

L’ensemble des contre-mesures de Glazyev vise spécifiquement le cœur de la force de la machine de guerre des États-Unis, c’est à dire la machine à imprimer les billets de la Fed. Le conseiller de Poutine propose la création d’une « large alliance anti-dollar » des pays qui veulent et peuvent supprimer le dollar de leur commerce international. Les membres de l’alliance devraient également s’abstenir de garder des réserves en devises dans des instruments libellés en dollars. Glazyev préconise de traiter les positions dans des instruments libellés en dollars comme des avoirs peu fiables et estime que les régulateurs devraient exiger de pleines garanties collatérales sur ces avoirs. Une coalition anti-dollar serait la première étape pour la création d’une coalition anti-guerre qui peut aider à arrêter les agressions des États-Unis.

Sans surprise, Sergei Glazyev estime que le rôle principal dans la création d’une telle coalition politique doit être joué par la communauté d’affaires européenne parce que les tentatives de l’Amérique pour allumer une guerre en Europe et une guerre froide contre la Russie menacent les intérêts des grandes entreprises européennes. A en juger par les récents efforts pour mettre fin aux sanctions contre la Russie, formulées par les chefs d’entreprise allemands , français, italiens et autrichiens,, le conseiller de Poutine a vu juste dans son évaluation. Un peu surprenant pour Washington, la guerre pour l’Ukraine pourrait bientôt devenir la guerre pour l’indépendance de l’Europe vis-à-vis des États-Unis et une guerre contre le dollar.