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mercredi, 26 novembre 2008

Sobre arte contemporaneo y television

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Entrevista sobre arte contemporáneo y televisión a José Javier Esparza

Ex: http://unsocialsix.blogspot.com/

José Javier Esparza es un autor polifacético, que ha publicado extraordinarios ensayos sobre filosofía contemporánea, análisis social y metapolítico, y siempre con una visión de la cultura que huye de caminos trillados para buscar el porqué más profundo de las cosas: así sus Ejercicios de vértigo. Ensayos sobre la posmodernidad y el fin del milenio, o el Curso general de disidencia. Apuntes para una visión del mundo alternativa. Es al mismo tiempo uno de los críticos de televisión más leídos de España, merced a una rúbrica que aúna la ironía con el respeto a los profesionales, y una permanente disección crítica de lo que las televisiones nos introducen en casa. Recientemente ha sintetizado todo su pensamiento sobre el tema en una obra, Informe sobre la televisión. El invento del Maligno (Criterio Libros, 2001), que ha tenido una magnífica acogida entre sus viejos y nuevos lectores.

El invento del Maligno

- Su informe sobre la televisión lleva un subtítulo llamativo. ¿Por qué "el invento del Maligno"?

JJE: Primero, porque es una percepción muy extendida: la televisión se nos aparece muchas veces como un invento diabólico. Respecto a la fórmula "invento del Maligno", se la debo a Sánchez Dragó, que, como cuento en el libro, fue quien bautizó así a la tele, aunque no creo que en esto fuera completamente original. Y por esas mismas razones, El invento del Maligno ha sido el nombre de la columna que desde hace once años escribo, todos los días, a través de la Agencia Colpisa para más de veinticinco periódicos. Por cierto que algunos periódicos han suprimido ese encabezamiento.

- ¿Por qué?

JJE: Seguramente por miedo... ¡al Maligno!

- ¿Cuáles son los males que produce la televisión?

JJE: Incapacidad para recibir todos los mensajes que nos envía (y, por tanto, frustración), pérdida del sentido de la realidad (especialmente en los niños), homogeneización cultural, banalización de cualquier cosa... Lea usted el libro: hay una enumeración completa.

- A ese respecto, ¿qué ha mejorado y qué ha empeorado la aparición de las televisiones privadas?

JJE: Ha mejorado, única y exclusivamente, la cantidad de productos en circulación. Ha empeorado casi todo lo demás. Es verdad, no obstante, que el aumento de productos en circulación ha elevado la calidad de algunos géneros concretos, como las series españolas. Pero no ha sido la norma general.

- Lleva usted muchos años ejerciendo crítica de televisión. ¿Cuáles han sido sus sorpresas más agradables?

JJE: Sin duda, la respuesta de los lectores: su cariño, su capacidad polémica, su adhesión crítica...

- Por las desagradables no pregunto, pero ¿cómo las supera?

JJE: Me las cargo a la espalda. Observe usted mi progresiva escoliosis.

- ¿Y cómo puede superarlas un niño, que es el consumidor más habitual y más inerme de este "invento del Maligno"?

JJE: No puede, y ahí está el problema. Es imprescindible que el niño, cuyo sentido crítico apenas está desarrollado, tenga junto a él a un adulto, no tanto para que vigile qué es lo que ve como para que controle cómo lo ve. Ver televisión también exige un cierto aprendizaje.

- ¿Aprendizaje del tiempo de ocio?

JJE: Hubo un tiempo en el que se pensó que la televisión podía ser un aceptable instrumento de ocio. Pero el ocio que la televisión nos propone es hoy, en demasiados casos, el ocio forzado de quien se ve arrojado en medio del desierto. Un desierto que, como en la figura de Nietzsche, no para de crecer.

- ¿A qué se refiere al hablar de "desierto"?

JJE: Continentes cada vez más inhóspitos: concursos basados sobre la libre aceptación de la tortura por parte del concursante; programas que tratan de reflejarnos descarriadamente no la vida real, sino los aspectos más siniestros de la realidad; espectáculos basados sobre la exhibición voluntaria de la intimidad a cambio de fuertes sumas de dinero o incluso de manera gratuita, sin más contraprestación que la efímera gloria de unos minutos de pantalla... Ésos son los contenidos que han ido gozando de mayor atención por parte de la tele a medida que, simultáneamente, se empobrecía el umbral de exigencia intelectual, ética y estética de la programación.

- El último capítulo resulta muy pesimista.

JJE: Hoy la televisión es acusada de fomentar la alucinación colectiva, de inspirar irracionales actos de violencia, de romper la comunicación familiar, de manipular la realidad, de corromper a la infancia, de embrutecer al pueblo... Con menos cargos, Platón pidió en su República la expulsión de los poetas.

- No parece haber soluciones, salvo elevar el grado de concienciación de los mismos profesionales. ¿Aventura usted que eso suceda?

JJE: Creo que, inevitablemente, pasará. Ya está pasando. Otra cosa es que ese grado de concienciación llegue a ser más o menos mayoritario. Y eso ya lo dudo.

Fuente

¿Por qué no entendemos el arte contemporáneo?

 

Va a hablar usted en voz alta de algo que todo el mundo piensa, pero no dice: que no entendemos el arte contemporáneo.

JJE: Llevo muchos años dedicado al periodismo cultural y me quise plantear las preguntas que todo el mundo se hace y que no siempre se atreve a contestar en voz alta, que es por qué no entendemos el arte contemporáneo. Aún más, por qué ha llegado el arte a un punto en el que parece que la única forma de salir en los periódicos es excederse en lo grotesco o en lo provocador. Son dos fenómenos diferentes. Por un lado hay una deriva del arte contemporáneo que lleva a una creciente abstracción de los mensajes, que hace que el público se quede muchas veces con cara de pasmo. Y, por otro lado, hay dentro del mercado del arte, un abuso de la provocación y del impacto que ya no sólo molesta al público común, sino a los propios artistas.

-¿Usted ha llegado a decir que un cuadro es muy bueno, aunque le pareciese una bazofia, para no quedar como un inculto?

JJE: Por cortesía tampoco se dice. Pero no me he visto obligado a hacerlo. Yo fui jefe de gabinete de la Secretaría de Cultura y tuve mucho contacto con el mundo del arte. La verdad es que fue esa experiencia de vivir tan cerca el arte lo que me llevó a convertir en libro lo que sólo era unas preguntas que se hace cualquier aficionado. Me di cuenta de que había un problema de fondo. Y eso es lo que he querido reflejar en el libro sobre los pecados capitales del arte contemporáneo.

-¿No entendemos el arte porque no estamos formados o porque no es bello?

JJE: No lo entendemos por varios motivos. El primero es porque al artista hace muchos años que dejó de interesarle que el público le entienda. En segundo lugar, es verdad que la formación artística no forma parte de las prioridades de la educación. Pero el hecho es que el público culto es el que más se espanta cuando va a las exposiciones del arte contemporáneo. No entendemos el arte porque se ha convertido más en un mercado que en otra cosa. Y el propio mercado ha empujado al arte a buscar productos que llamen la atención, aunque sean cadáveres disecados.

-Se dice que el arte tiene que adelantarse a su tiempo. Van Gogh no vendió un cuadro en vida.

JJE: Es muy fácil decir que se es un incomprendido. Cuando Miguel Ángel pintó la Capilla Sixtina, la Academia le criticó, pero bastó que el pueblo entrara a verla para que se quedara fascinado. Es verdad que Van Gogh no fue comprendido en su tiempo, pero empezó a vender a los pocos años de morir. Magritte vendió en vida. No es verdad que la gente no los entienda porque están por delante de su tiempo. Cuando uno rompe el canon es la Academia la que protesta, no el pueblo. Ahora es al revés. La Academia está encantada y la gente no lo entiende.

-¿Se atreve a dar ejemplos de artistas que sean una estafa?

JJE: Hay artistas, como el inglés Damien Hirst, que fabrica animales disecados. El mero hecho de que nadie haya exhibido una vaca partida en dos y disecada no significa que tengas que considerarlo objeto de arte. Me parece un impostor. Y lo mismo vale para el chino Xiao Yu, que cogió un feto humano y le puso unas alas. Me parece una locura.

-Pero los artistas dicen que hoy no van a pintar como lo hacían Velázquez o Goya. Tienen que innovar.

JJE: Eso está muy bien. En el arte contemporáneo es muy difícil seguir ninguna escuela. El problema es que si te inspiras en Rotko o en el 'arte povero' no vas a poder hacer nada que no parezca una copia. Hay que ser un auténtico genio para hacer algo que, transitando por la vía del arte contemporáneo, parezca bueno. El mercado nos quiere convencer de que todos los años aparecen 200 genios. Eso es imposible. Al lado de El Greco o de Rubens había probablemente 200 pintores muy buenos que no recordamos porque les ha faltado la chispa del genio.

-Tampoco hay tantos genios ahora.

JJE: Pero el mercado trata de convencernos de que sí. El resultado es que está España lleno de museos de arte contemporáneo atiborrados de obra perfectamente prescindible.

-¿Qué artistas aportan algo?

JJE: Es muy difícil saberlo. En España se está viviendo una reacción de los artistas contra los excesos del arte contemporáneo. La última edición de Arco ha sido la mejor en años. Había un porcentaje muy alto de obras muy hermosas. No se puede saber quién perdurará. Por ejemplo, Oteiza inventó una forma de escultura y Chillida también. Pero por ese camino no se puede hacer nada que no sea copiarles. El problema del arte contemporáneo es que es muy limitado. Juan Gris inventó una cosa genial, que es la descomposición de los volúmenes. Es una maravilla. Pero no puedes pasarte la vida haciendo lo mismo. A Picasso le pasó cuando llegó a la descomposición cubista. A partir de ese momento ya no se puede avanzar más. Un autor que inventa algo, si ha tenido el infortunio de hacerlo antes de los 30 años, el resto de su vida va a ser un perfecto imitador de sí mismo. Y si además ha entrado en el circuito del mercado que le obliga a seguir vendiendo, las posibilidades de que produzca mucha obra perfectamente irrelevante son altísimas.

dimanche, 23 novembre 2008

De Reconquista in 10 vragen - Interview met J. J. Esparza

De Reconquista in 10 vragen:
Interview met Jose Javier Esparza, gesprek gevoerd door Arnaud Imatz en Philippe Conrad


 

Vraag: Wat gebeurde er precies tijdens de 8ste eeuw, de eeuw van de verovering door de muzelmannen. Hoe kon Spanje door deze invasie van muzelmannen worden onderworpen?

Antwoord: Het Wisigothisch koninkrijk werd door een interne oorlog getroffen, die het gevolg was van een erfeniskwestie. Een van de beide kampen riep de muzelmannen aan de andere kant van de Straat van Gibraltar te hulp. Die kwamen in Spanje tussen, maar bleven achteraf wel ter plaatse – wat uiteraard niet voorzien was.
De staat van ontbinding van de Wisigotische orde vergemakkelijkte wel de vervanging van de elite van de Wisigothische aristocratie. De muzelmannen stelden zich in de plaats van de Goten om zo het land te overheersen. Heel wat Gotische edelen bekeerden zich tot de islam, vooral in de Ebrovallei, en andere weken uit naar het noorden van het schiereiland om zo aan de muzelmanse overheersing te ontsnappen. Zo is eigenlijk alles begonnen.


Vraag: Was koning Pelagius, dé baanbreker van de Reconquista vanaf de 8ste eeuw, een koning of een zuiver legendarische figuur?

Antwoord: Er bestaan voldoende convergerende historische bronnen om voortaan niet meer te twijfelen aan het werkelijke bestaan van Pelagius. Wij weten dat hij een edelman was uit het gevolg van koning Roderik, een van de pretendenten op de troon van het Wisigotische Spanje en verslagen in de slag van Guadalete. Pelagius trok zich in het noorden, in Asturië, terug, in de buurt van Toledo, de historische hoofdstad van het koninkrijk. De episodes van zijn militaire loopbaan zijn gekend en bekend. Legenden hebben achteraf sommige gebeurtenissen verfraaid, zoals de slag van Covadonga (722), maar in essentie is alles vastgelegd. Pelagius voerde een verzetsoorlog in Asturië, eerst als aanvoerder van de Asturiërs op het ogenblik dat het “een zadel was dat men kon berijden”, waardoor hij een aantal volkeren op het schiereiland onder zijn gezag kon verenigen. Zelf werd hij nooit tot koning uitgeroepen, maar zijn nakomelingen schiepen het Asturisch koninkrijk.

Vraag: Geschiedde de islamisering van het schiereiland vlug en gemakkelijk of werd er tegen de overweldigers lang weerstand geboden?

Antwoord: Men heeft lange tijd gedacht dat de muzelmanse verovering gemakkelijk gebeurde, maar dat is slechts een gemeenplaats. Het is waar dat de vervanging van de aristocratie van de Wisigoten door de Arabo-Berbers zeer vlug gebeurde, onder andere mogelijk gemaakt door de opportunistische bekering van tal van Gotische edellieden naar de islam. Dat leidde ertoe te denken dat de Spaanse bevolking geen weerstand zou hebben geboden aan de invasie, indien die er toch maar voor zorgde dat het ene gezag gewoonweg vervangen werd door een ander. Maar de bezetters waren erop uit hun religie en hun islamitische orde op te leggen in zowat alle gebieden, wat natuurlijk alles veranderde. De weerstand gebeurde vooral op “beschavings”-vlak. De uitdrukking “uitbreiding tot het gehele schiereiland” verdient nader bepaald te worden. Een goed deel van het noord-westen van Spanje werd nooit bezet. Dat gebied werd geconfronteerd met de islamitische militaire dreiging, maar werd nooit overheerst en kende een toestand van voortdurend verzet.

Vraag: Hoe gebeurde de Reconquista? Was het slechts een zaak van adel of nam gans het volk er aan deel? Hoe kan men verklaren dat men nog zolang heeft moeten wachten voordat het ganse schiereiland bevrijd werd? In de 11de eeuw werden toch enorme successen behaald?

Antwoord: Vooral tijdens die eerste eeuwen was de Reconquista een zaak van het ganse volk. Wat ongetwijfeld een van meest verbazende fenomenen is. De vorsten begonnen de herovering van die gebieden die zich ten zuiden van hun koninkrijken bevonden, geleidelijk aan te vatten. Maar wie de expansiewens vooral in daden omzetten, waren de verwanten van de boeren die in de Duerovallei de kans hadden gezien hun levensomstandigheden te verbeteren. Die bevolking was namelijk gedwongen zelf haar economische overleving en haar veiligheid te verzekeren, wat een heel eigen mentaliteit van boeren-soldaten creëerde. In het Oosten, in de Ebrovallei en in het toekomstige Catalonië, gebeurde het anders. In die tamelijk verstedelijkte streek – al sinds het Romeinse Rijk was dit het geval – waar de gezagsstructuren beter georganiseerd waren, was er geen plaats voor een nieuwe inplanting van landbouwers. De Karolingische monarchie organiseerde er een “Spaanse Mark”, die de onafhankelijke graafschappen beschermde. Die werden op hun beurt aangemoedigd nieuwe gebieden in het zuiden te veroveren, en dit gebeurde onder de leiding van de strijdlustige adel.

Vraag: Hoe kan men de uiterste traagheid van de Reconquista verklaren?

Antwoord: Dat de Reconquista tot in de 11de eeuw uiterst langzaam vorderde, heeft vooral demografische redenen. Het noorden van het schiereiland was veel minder bevolkt dan het zuiden. Maar telkens de muzelmannen opdaagden om bepaalde stukken Spaans grondgebied te vuur en te zwaard te bezetten, keerden de autochtonen terug om de verwoeste gebieden terug in te nemen, en om ze tot militaire grens om te vormen. Men zag op die manier een onverwachte toestand ontstaan: de vroegere onderworpen en in het defensief gedwongen Spaanse koninkrijkjes werden omgevormd tot kleine militaire machten, waar het kalifaat zelf op het einde van zijn heerschappij kleine koninkrijkjes, ‘taifas’, zag ontstaan, die niet in staat waren de muzelmanse dominantie te bestendigen. Men zag dan het stelsel van ‘parias’ ontstaan, een soort tol die de rijke, maar militair verzwakte muzelmanse koninkrijkjes moesten afdragen aan de arme maar strijdlustige christelijke koninkrijken. “Al-andalus” zal enkele momenten van kortstondig reveil kennen, maar de toestand zal tot het einde van de Reconquista weinig evolueren.

Vraag: Hoe reageerden de muzelmannen op het religieus en cultureel belang van het heiligdom van Compostella? Wat bedoelde men met het aanroepen van Sint-Jacob als helper van Spanje tijdens de gevechten?

Antwoord: Het ontdekken van het vermeende graf van Sint-Jacob kreeg een enorme echo in gans de christelijke wereld, vooral in het Karolingische Frankrijk. Vanaf de 9de eeuw betekende het Galicisch heiligdom voor heel Europa een legendarische band, wat de muzelmannen uiteraard wisten. Al Manssur bespaarde zich geen moeite om het heiligdom in 997 te verwoesten. Maar dat schaadde het belang van de cultus niet. Men bouwde een nieuwe kathedraal en de bedevaart naar Compostella werd een soort basis ritueel voor gans het christelijke Europa.

Wat betreft het aanroepen van Sint-Jacob in de Spaanse militaire traditie, die lijkt terug te gaan tot het midden van de 9de eeuw, op het moment dat de traditie – rond de periode van de slag bij Clavijo – de heilige afbeeldde, gezeten op een wit paard, het zwaard in de hand. Het is van toen dat het beeld van “Santiago Matamoros” (de Morenverdelger) opduikt, gezeten op een wit paard en op de hoofde van de overwonnen Sarasijnen rijdt. Uit die tijd stamt ook de strijdkreet “Santiago y cierra, Espana”. “Cierra” betekent aanval. Zo werd Sint-Jacob in de loop van de Middeleeuwen tot patroon van Spanje verheven, en hij is dat tot op vandaag gebleven, zelfs als de cultus dreigt te vervagen.

Vraag: Waarom was de slag van Las Navas de Tolosa in 1212 van zo’n groot belang voor de geschiedenis van Spanje en van Europa?

Antwoord: Omdat gans Europa betrokken was. Het kwam erop aan de ultieme grote Afrikaanse invasie in het westen te stoppen, waarbij de Merinitische poging, die in 1340 bij Rio Salado werd gestopt, maar een belang had in de marge. De Almohaden, een strijdlustige sekte uit het zuiden van Marokko, hadden hun heerschappij aan gans Noord-Afrika opgelegd, alvorens zich in Spanje te begeven om zich de macht in Andalusië tot te eigenen. Dit gebeurde op het einde van de 12de eeuw. Zij hadden voldoende militaire, politieke en economische macht om de grens, die toen ter hoogte van de Sierra Morena lag, te doorbreken en de Castilliaanse hoogvlakte te bezetten. De bedreiging was zo sterk dat de koning van Castilië weinig moeite had van paus Innocentius III te bekomen dat die opriep tot een kruistocht. Zo kwam het dat in de lente van 1212 duizenden Iberische en Europese strijders – Duitsers, Bretoenen, Lombarden, Provençalen, Aquitaniërs, inwoners van de Langue d’Oc, enzovoort) in Toledo verzamelden om de Almohaden te stoppen. Een groot aantal van die Europese troepen verliet later de kruistocht, maar de Provençaalse ridders bleven tot het einde aan de zijde van de troepen die de Iberische vorsten hadden geleverd en deelden in de overwinning. Vanaf Las Navas de Tolosa zou men nooit meer meemaken dat muzelmanse overweldigers het Europese continent vanuit het zuiden militair zouden bedreigen.

Vraag: Enkele duizenden mannen, onder het bevel van Roger de Flor, de befaamde Almugavaren, elitetroepen van de kroon van Aragon, samengesteld uit herders uit de Spaanse Sierra, droegen er door hun actie in de oostelijke Middelandse Zee toe bij dat de dood van Byzantium met enkele eeuwen werd uitgesteld. Hoe kan men zoiets verklaren?

Antwoord: nu lijkt dit onwaarschijnlijk, maar toen gebeurde het wel. Die Almugavaren waren een soort elitetroep van de legers van de christelijke Reconquista, zowel Aragonnezen als Catalanen. Ze bestonden vooral uit voetknechten. Die merkwaardige mannen leefden met hun gezinnen vlakbij de frontlijn. Hun leven bestond erin de vijand voortdurend aan te vallen en het gebied van de tegenstrever voortdurend te infiltreren. Toen het koninkrijk Aragon de zuidelijkste grens van zijn expansie bereikte, werden de Almugavaren – de term komt eigenlijk van de Moren en stamt van het Arabisch ‘almugavar’, wat betekent ‘hij die in verwarring brengt’ – ingezet in de expansieplannen van de Aragonese kroon in de middellandse zee. Na Sicilië en Napels veroverd te hebben, beantwoordden ze de roep van de Byzantijnse keizer die door de Turken werd bedreigd. We waren 1302 en de idee om naar Byzantium te trekken om er de Turken te bestrijden, leek waanzinnig…. Hun leider, Roger de Flor (zijn echte naam was Roger von Blum, zoon van een valkenier van Frederik II von Hohenstaufen, opgevoed door de Tempeliers en zelf ook Tempelier), nam de uitdaging aan en scheepte met 4.500 man in, richting Constantinopel. In Anatolië bracht hij 7.000 man bijeen. Hun avontuur wekt op zijn minst verbazing op: eerst versloegen ze de Turken bij Cuzykos (de zee van Marmara), later over geheel de Egeïsche kust en aan de voet van het Taurusgebergte. Ze werden uiteindelijk verraden door de Byzantijnen, maar slachtten die af bij Gallipoli, drongen door tot in Griekenland en stichtten in Thessalië een hertogdom dat ze een eeuw lang konden in stand houden.

Vraag: Waarom waren de “katholieke koningen” Isabella van Castilië en Ferdinand van Aragon zo’n belangrijke figuren voor de Spaanse geschiedenis?

Antwoord: Door hun verenigende en moderniserende werking. Onder hun bewind liep de Reconquista ten einde, het koninkrijk Navarra werd in het nieuwe Spanje geïncorporeerd, de moderne Castilliaanse taal werd gereglementeerd. De religieuze eenheid van het land werd verwezenlijkt met het uitdrijven van de joden. Er tekende zich een post-feodale macht af die meer rechten toekende aan de steden dan aan de edellieden.
Toen ook ontstonden instellingen die aan een nationaal kader beantwoordden, en men vatte de verovering van Amerika aan. Dat was een methodisch georganiseerd plan, vrucht van de gemeenschappelijke wil: de twee soevereine vorsten deelden de idee van een “christelijke republiek”. Met de katholieke koningen werd het moderne Spanje geboren en de Reconquista sloot af met de inname van Granada op 2 januari 1492. Die zege werd in haast alle Europese hoofdsteden gevierd, van Rome tot Londen. Voor de Spaanse geschiedenis heeft dat gebeuren een zeer groot belang, want voor de eerste keer kon het schiereiland de eenheid die het in de Romeinse tijd ook al had gekend, eindelijk opnieuw realiseren (zelfs als het bestaan van Portugal een politieke verdeling betekende). Voor Europa betekende de inname van Granada voor minstens vijf eeuwen het verwijderd houden van de islam tot minstens voorbij de straat van Gibraltar.

Vraag: Twee van de meest betwiste episodes uit de Spaanse geschiedenis blijven de uitdrijving van de joden door de katholieke koningen bevolen in 1492 en die van de Morisken, door Filips III in 1609 opgelegd. Voor de ene waren dat uitingen van onverdraagzaamheid, waardoor de voorspoed van het land bedreigd werd, voor anderen waren het onvermijdelijke vruchten van de volkshaat en beslissende stappen naar de religieuze en politieke eenmaking van het land. Wat is het nu? En hoeveel joden en Morisken werden er uitgedreven?

Antwoord: Het betreft twee verschillende episodes die ook een andere oorsprong hebben. De uitdrijving van de joden is een etappe in de godsdienstige eenmaking van Spanje. Het probleem lag niet bij het bestaan van praktiserende joden, en ook niet van hun beweerde invloed op hen die zich tot het christendom hadden bekeerd. De promotoren van de uitdrijving waren meestal “nieuwe christenen”, eigenlijk dus bekeerde joden. De vijandigheid van het volk zorgde voor de rest. Op te merken valt dat de Sorbonne bijvoorbeeld de katholieke koningen geluk wenste met de genomen maatregel. Overigens werden door de uitdrijving, althans volgens de recentste berekeningen, zo’n 100.000 mensen getroffen.

De zaak ligt anders bij de uitdrijving van de Morisken – muzelmannen die na 1492 in Spanje gebleven waren. De context vindt men terug in de vrees dat een sterke minderheid muzelmannen in Spanje een soort “vijfde colonne” zou kunnen worden voor de Turken als die het schiereiland zouden aanvallen. De gewelddadige opstand in de Alpujarras (een bergketen ten zuiden van Granada), waar die Moorse bendes in 1568-1571 terreur zaaiden, bevestigde die vrees. De bendes verzamelden tot 25.000 oproerkraaiers en werden ondersteund met Algerijns en Turks geld. Een geregelde militaire kampanje was noodzakelijk om dit probleem op te lossen. Desondanks decreteerde men in Spanje nog niet de uitdrijving van de Morisken, maar hun herplaatsing in andere regio’s van Spanje. De uitdrijving greep later plaats toen bleek dat de “integratie” van de Moriske gemeenschappen onmogelijk bleek. Het aantal uitgedrevenen wordt geschat op ongeveer 300.000.

Jose Javier Esparza is schrijver, journalist en politicoloog. In 1963 geboren in Valencia. Hij leidt tegenwoordig het internet dagblad El Manifesto. Hij tekent ook verantwoordelijk voor twee uitzendingen die tot de meest beluisterde behoren van de radioketen COPE: een culturele en een historische uitzending met name. Vroeger werkte hij mee aan verschillende nationale dagbladen, waaronder ABC en hij leidde het politiek-culturele tijdschrift Hesperides. Onlangs nog publiceerde hij twee historische boeken, La Gesta espanola en El Terror Rojo en Espana, twee essais Los Ocho Pescados del Arte Contemporaneo en Curso de Disidencia. Hij is ook auteur van een roman El Final de los Tempos.


Vertaling: Karel Van Vaernewijck

lundi, 27 octobre 2008

La primera etapa de J. Donoso Cortés

 

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De la poesía a la política. La primera etapa de Juan Donoso Cortés

por Gonzalo Larios

El objetivo es señalar los antecedentes que conforman su pensamiento político durante los años previos a su conocido compromiso con la corriente del liberalismo doctrinario. Corresponde el período que ahora nos ocupa al fin de sus estudios universitarios, a su incursión en el ambiente literario y a su incorporación definitiva al mundo de la política. Constituye en sí un peiodo, aunque breve, porque considero que merece la pena distinguirlo dentro de su ideario de juventud, que comúnmente se ha englobado en un todo liberal doctrinario que no siempre corresponde, como en este caso, a la realidad de su pensamiento.

El entorno de su decisión de participar en las lides políticas está marcado por un acontecimiento de la mayor trascendencia para el futuro institucional de la España contemporánea. Me refiero a la cuestión sucesoria que se planteó ante el restablecimiento en 1830 de la pragmática sanción que restauró la sucesión al trono por línea directa, aunque fuera femenina. Su posterior derogación, en septiembre de 1832, y su definitivo restablecimiento, a consecuencia del golpe de Estado ocurrido días después de la anterior revocación, terminan por significar el afianzamiento del régimen político liberal en España.

Es presumible la participación directa de Donoso Cortés en el mencionado golpe acontecido en La Granja [1] . Este fue organizado por sectores de la nobleza, con el apoyo de parte de la alta burguesía liberal. Entre sus ejecutores destacaron el marqués de Miraflores y los condes de Parcent, Puñonrostro y Cartagena, quienes contaron con la activa participación de los cuñados de Donoso, Juan José y Rufino García Carrasco. Sobre todos ellos hay que sumar el apoyo de María Cristina, esposa del, por entonces, moribundo Fernando VII, y además el de la persuasiva Luisa Carlota, hermana de María Cristina y esposa del infante Francisco de Paula, hermano menor del rey y del infante don Carlos. La primera sellaba de esta manera su alianza con el liberalismo, con el objeto de lograr la sucesión al trono de su hija Isabel. La influencia de la segunda, si bien no del todo aclarada, parece decisiva en el súbito cambio de opinión del monarca y en la destitución del Ministerio, asuntos vitales para el éxito del golpe [2] .

La situación política que germina en los sucesos de La Granja, pese a la mejoría temporal de la salud de Fernando VII, quien no fallece sino un año después, supone, en definitiva, el fin del Antiguo Régimen, a través del establecimiento de la Regencia de María Cristina, en espera de la mayoría de edad de su hija Isabel. En lo que corría de siglo, era éste el tercer intento liberal en España por acabar con el Antiguo Régimen. Fue el que finalmente logró su objetivo, no sin tener que resolver por las armas el problema sucesorio que, desde sus orígenes, había planteado el carlismo.

Donoso Cortés se incorpora a la política con decisión y compromiso, en torno a estos significativos "sucesos de La Granja"; reconozcamos, pues, cuál fue, entonces, su  primer aporte intelectual en aquella hora de transición de la monarquía y del fundamento de su soberanía.

Romanticismo

Hemos anotado el ambiente poético y literario en el que se desenvuelve Donoso en su juventud. Ha recibido su formación universitaria en centros pre-románticos como Salamanca y Sevilla. Paralelamente, trató de cerca al poeta Quintana. En todo ello, se puede perfilar el tránsito del sentimiento ilustrado al romántico, fase que se completa en la generación del propio Donoso, la que ha nacido en el siglo XIX. No es fácil precisar el concepto de romanticismo o delimitarlo a una esfera literaria o estética, mucho menos a una política. Parece más bien una forma de enfrentar la vida, un estilo de comportamiento, una acusada mentalidad, que en un afán superador del racionalismo dieciochesco, tiende a valorar desmesuradamente el sentimiento, los instintos, el mero impulso. Así, la actitud propia del romántico es la pasión, el arrebato ligero e idealista que lo mueve a despreciar el análisis racional por considerarlo frío, impersonal, carente de vida. La valoración de la libertad y el sentimiento trágico de la vida, son otras dos características comunes al espíritu romántico, que bien pueden ayudar a entender algunas actitudes donosianas.

Donoso formó parte y dio sus primeros pasos intelectuales junto a la primera generación del romanticismo español. La historiadora Iris M. Zavala lo incluye, en sus inicios, dentro del romanticismo progresista, que abandona durante la decada de los años treinta, para, en la siguiente, influir como pionero del romanticismo conservador junto a Balmes. Para ella, ambos pensadores alimentaron la defensa del altar y del trono, el retorno a las baladas y leyendas populares y la importancia de la religión ante los "extravíos" románticos [3] . Incluso hace hincapié en el ataque donosiano a la soberanía popular -cuando la calificó de absurda, imposible, y atea-, comparándolo con el significado salvífico que ésta había tenido para Larra y Espronceda. Esta distinción ayuda, en opinión de Zavala, a diferenciar ambas corrientes románticas. Lista, Martínez de la Rosa, Alcalá Galiano y el duque de Rivas, evolucionaron hacia esta tendencia literaria conservadora, que contó con exponentes de la talla de Nicomedes Pastor Díaz, Gabriel García Tassara y Joaquín Francisco Pacheco, los tres por entonces, amigos de Donoso. Más tarde incluye en esta corriente a Zorrilla, Navarro Villoslada y José María Quadrado. Si bien no todos compartieron los duros juicios de Donoso sobre la soberanía popular, para Zavala los uniría su común espíritu conservador. Literatura y política tienen en aquella época íntima conexión, son los años en que abunda la figura del político-literato, pero debemos cuidarnos de no diferenciarlas como corresponde.

Con peculiariedad, el estilo y el pensamiento político de Donoso Cortés, tanto como su carácter personal, responden en medida importante a este espíritu romántico. De entre los pocos versos que se conservan, La venida de Cristina  refleja su ánimo romántico ante la llegada de la bella joven y "las felices bodas con el Rey nuestro señor" [4] . Este poema es de felicidad y optimismo ante las perspectivas del nuevo matrimonio Real. Junto a la reina, ve venir la paz, "por la esperanza y el amor llevadas" [5] . No son versos políticos, pero no dejan de reflejar un profundo sentimiento de admiración y respeto por la institución monárquica, incluso un inesperado entusiasmo por lo que podría llegar a suponer para la frustración de la sucesión de don Carlos. Esta inicial simpatía poética llegó a plasmarse, respecto a María Cristina, a lo largo de una vida a su servicio, en una inquebrantable fidelidad.

El régimen liberal que encabeza María Cristina cuenta en Donoso con una de sus principales figuras de apoyo, especialmente a  través de la prensa. Luego, en 1840, tras la caída de la Reina Gobernadora, ésta le solicitará su colaboración personal durante su exilio en Francia.

Es muy probable que Donoso en su primera estancia en Madrid, hacia 1828, recibiera a través de Agustín Durán la influencia del romanticismo schlegeliano, es decir, católico y conservador. De allí pueden provenir sus primeros contactos con las obras de Chateaubriand, M. de Staël y Scott. En su discurso de Cáceres al año siguiente hay palabras de elogio a Durán, cuya posición medievalista debe haber contrarrestado, al menos en parte, los tópicos ilustrados que habría recibido de Quintana. Hacia 1837-38, ya desilusinado del doctrinarismo, se vuelven a hacer notar en sus escritos estas lecturas románticas de matiz conservador y cristiano.

Historia y revolución

De los primeros escritos, generalmente cartas personales de 1828-29, destaca la alta consideración de sí mismo, y la gran estima intelectual que ya le demuestran sus compañeros de estudios. El joven extremeño demuestra en ellas poseer un considerable conocimiento de las tendencias filosóficas del momento, dejándose ver como un liberal optimista, confiado de la trascendencia positiva de los tiempos que corren [6] .

Su Discurso de Apertura en el Colegio de Cáceres (1829), donde apoyado por Quintana comienza a ejercer, no del todo convencido, una cátedra, refleja su fuerte formación ilustrada. Prueba de ello es que la clasificación de la historia que allí utilizó responde al tópico racionalista y liberal apologético en su valoración de la Grecia clásica; recoge asímismo de la Ilustración la despreciativa valoración de la Edad Media como "siglos de barbarie" [7] , y una actitud de sincera admiración  hacia el Renacimiento en las figuras de Dante y Petrarca. No obstante, el joven profesor, nada original hasta el momento, llega a afirmar que el surgimiento de la filosofía de las sensaciones, que origina Bacon en la Inglaterra del siglo XVI y que desarrollaron Locke, Condillac y Helvecio, determinó que desde entonces en Europa todo sea "disputa y agitación" [8] . Esta interpretación histórica la completa en el escrito que se le atribuye y que lleva por título Exposición a Fernando VII en favor de Juan José Carrasco, fechada, sin mayor precisión, entre los años 1831 y 1832. Allí Donoso agrega a su análisis que desde aquel instante de disputa y agitación, fue cuando el mundo entró en un caos:

"Los filósofos quisieron explicar al hombre y constituir la sociedad, y la sociedad y el hombre se han aniquilado entre sus manos" [9] .

Lo explica señalando que fue a partir de entonces cuando se introdujo el germen de la duda en el seno de los pueblos y, con él, el de las revoluciones. Una sociedad, dice Donoso, no puede existir sin una base común de creencia y el principio filosófico, que no es otro  que la duda que origina la disputa, ha combatido el principio religioso, que es, dentro de su ideario, ya constitutivo y civilizador de los pueblos europeos [10] . De esta lucha entre ambos principios, en la que el religioso reúne para conservar y el filosófico individualiza para destruir, han nacido, en su opinión, todos los males de Europa.

En esta interpretación, la Reforma fue el primer resultado de este enfrentamiento, aunque el triunfo de la filosofía no llegó hasta el siglo XVIII, cuando fue capaz de engendrar la revolución que "conduce a la religión al sepulcro" [11] . La sociedad ha perdido, desde entonces, su base común y no logra encontrar un principio que logre serenarla. El ejemplo lo tiene en Francia, en donde ni la República, ni el Imperio, ni la Restauración, ni siquiera aun las convulsiones recientes de julio de 1830, han encontrado un principio que logre dominar la disolución. Esta la explica afirmando que la derrota del principio religioso en Francia lleva consigo tres principios destructores: la destrucción de la unidad de creencia, la destrucción de costumbres y la destrucción del gobierno. Sin la unidad de creencia la sociedad se disuelve, ya que desaparece el principio de unidad y, en su lugar, se entroniza el espíritu de individualización que se apoderará de las masas; la destrucción de las costumbres es fruto de la corrupción que ha invadido todas las clases sociales; un pueblo corrupto, en consecuencia, no puede darse instituciones ya que aparece incapaz de generar estabilidad sin costumbres, o dicho de otra modo, la falta de una creencia disuelve las costumbres y las pasiones no son capaces de organizar instituciones. El problema está en que este desorden social provoca en la práctica:

"la idea anárquica de que todo puede discutirse, de que todos los principios pueden ser falsos si los analiza la razón y de que nada debe respetarse sin haber sufrido el examen de las masas" [12] .

En este temprano análisis encontramos ya el enfrentamiento "revolución contra religión", clave en su pensamiento posterior. El afirmar el triunfo de la primera sobre la segunda lleva consigo la denuncia de las consecuencias, inevitablemente anárquicas, que la sociedad ha de seguir: "si en este pueblo se discuten las grandes teorías de los poderes, si se analizan todas las formas de gobierno, todas las maneras de existencia política y social, el pueblo, que nada respeta, porque nada cree, y nada cree, porque no tiene religión, estará siempre en lucha con el Gobierno que le rige; si la imprenta periódica es la arena donde se combaten todos los principios, el pueblo es el juez que debe decidir sin apelación de la victoria; es decir, que un pueblo que sólo se gobierna por pasiones es llamado a decidir como soberano lo que sólo debiera decidir el tribunal de la conciencia y la razón; cuando el mundo moral ha perdido en este grado su nivel, cuando se han quebrantado de esta manera todas las relaciones de las cosas, cuando se ha organizado de esta manera el desorden en el seno de la sociedad, el Gobierno es una ilusión, la obediencia es un engaño y la sociedad es un abismo. Tal es el estado de la Francia: la discusión aniquiló la religión; la discusión ha aniquilado los Gobiernos" [13] .

Donoso liga directamente el efecto disolvente de la revolución a la acometida de ésta en contra de la religión; la discusión, en una sociedad descreida, en definitiva, es el germen de la anarquía social. Está  aquí presente su crítica a la soberanía popular, en la entrega a discusión de los principios fundamentales de la sociedad a una masa que, sin religión, al perder las costumbres, se regirá por la pasión. En este sentido, la destrucción del principio religioso, en su pensamiento, a diferencia de los filósofos ilustrados, significa una pérdida de análisis racional para hacer frente a los problemas políticos, ya que al final, se someterían únicamente a la resolución "sin apelación" de un pueblo que considera, por descreído, sin costumbres y corrupto. Razón y fe, aparecen ya indisolublemente ligadas en el pensamiento del joven Donoso Cortés. El divorcio de ambas es ya, para él, precisamente la causa de las convulsiones de Francia y el anuncio de catástrofes en toda Europa.

Toda esta interpretación de la historia occidental supone un anticipo a tesis fundamentales de su polémico.Ensayo.(1851) La oposición religión católica-filosofía racionalista esta esbozada en estos poco estudiados escritos, como también su teoría de las revoluciones y, especialmente, la consideración negativa de toda discusión desvinculada de un principio que la ordene. Este Donoso, ciertamente, le debe aún mucho al liberalismo, pero su supuesto racionalismo inicial sufre altos y bajos como lo prueba su siguiente afirmación: "la filosofía por sí sola nada puede... de su divorcio con la religión han nacido todos los males que pesan sobre la Europa" [14] .

El Donoso maduro, católico, enemigo innato de la revolución; aquél que percibe tras toda gran cuestión política un asunto teológico, se anuncia a ratos, pero con inusitada precisión.

Hay quienes han dudado de la sinceridad de estas tempranas afirmaciones donosianas debido al carácter de los escritos en que están incluidas, teniendo en cuenta de que están dirigidos al rey. Sin embargo, la conformidad de ellas con sus posteriores ideas es en muchos casos tan estrecha que, en mi opinión, las liberan, en su mayor parte, de una justificada sospecha de hipocresía.

Continuando con su rápida revisión de la historia, surgen algunas contradicciones. Si el siglo XVI había dado origen a las disputas morales con las ya señaladas repercusiones en la sociedad, el siglo XVIII, que por sus "profundos filósofos y celebres artistas" [15]  lo tenía todo para ser el siglo de las luces fue, no obstante, el de las revoluciones. En este juicio del siglo que lo precedió, combina el reconocimiento de la magnitud de los pensadores que lo moldearon con los resultados sociales que generarían estas ideas en la práctica. Su viraje al interpretar de forma positiva la historia de lo que va corrido de su siglo vuelve a recordar su formación ilustrada y, fruto de ella, su íntima convicción optimista ante el presente y futuro de su siglo. El XIX deberá ser el siglo de las luces, "en el que se encuentran bastante discutidas todas las opiniones que dividieron a los filósofos y que abrazaron las escuelas" [16] . Es el momento, con todo el saber del pasado y la experiencia del presente, de avanzar con paso seguro y esperanzador en la carrera de la ilustración. Nuestro autor demuestra su juvenil entusiasmo ante el momento histórico que vive. Las disputas, no sabemos por qué razón, las siente superadas, como si se tratara de una lección asumida. No cabe duda, sin embargo que en la discusión, ajena a una creencia común, está considerando un aspecto negativo, disolvente de la sociedad, tesis que desarrolló con profundidad durante sus años de madurez [17] .

Su interpretación de la historia es la que por entonces está en boga y que construyó la Ilustración, su juicio negativo del enfrentamiento a partir del siglo XVI de filosofía y religión, rompe el tópico racionalista, anuncia al futuro Donoso, pero no termina de enlazar con el resto de su visión. Nuestro joven intelectual apenas sobrepasa por entonces los veinte años de edad y, como veremos, sus ideas están en continuo desarrollo, no exentas de revisión a través de sus lecturas y en torno a los avatares políticos y sociales de su época. José Alvarez Junco ha creido ver, en estos primeros escritos donosianos, rasgos de un "teocratismo cristiano" al cual "regresará"  tras las revoluciones del 48 [18] .

Las revoluciones, cuyo estudio ya considera de fundamental importancia, son las que establecen el eslabón de los distintos períodos históricos, constituyen la marcha "constante y progresiva" [19]  de los siglos; si bien, en carta a su amigo Gallardo, consideraba que aunque el espíritu humano avance, puede también encontrar retrocesos en su marcha [20] . Este avance progresivo de la historia es una idea muy propia del espíritu decimonónico, del cual Donoso no pretende prescindir, y contrasta con el tono pesimista que se deja ver en su prólogo a El cerco de Zamora (1833), en donde vuelve a perfilarse el último Donoso; en este caso diríamos el de siempre, porque advierte de las consecuencias catastróficas que la supresión de las jerarquías sociales anuncian a la sociedad [21] . Este punto, que ya por entonces llama a meditar, es una de sus constantes: Donoso fue siempre anti-igualitario, porque percibió en las jerarquías una resistencia natural al poder absoluto, a la omnipotencia social  como luego lo denominaría.

La duda ha sido el sepulcro de la razón y de la fe, pero esta situación anárquica, que a través de la revolución Francia extiende por Europa, encuentra en España un duro escollo. Donoso considera que, en su nación, el principio religioso se respeta, de lo que extrae dos inmediatas consecuencias: el trono tiene aun allí hondas raíces y las costumbres sociales, que sobreviven por la ausencia de principios destructores y la presencia del principio religioso, "hacen imposible en España una revolución" [22] . Así, la religión está reconocida ya en su primer pensamiento como requisito de la institución monárquica y  fundamento básico de las costumbres sociales del pueblo español.

Donoso no se detiene en señalar el porqué, a diferencia del caso francés, en España no se produjo el divorcio entre filosofía y religión. Siguiendo la lógica de su interpretación, deberíamos señalar que fue porque, en la península, la razón siguió caminando junto a la fe, ya que las consecuencias que él mismo describiera de la filosofía sensualista y la Reforma no lograron penetrar en el ambiente intelectual español sino varios siglos después, viéndose con ello retrasada la aparición de sus efectos. Fue precisamente la monarquía española la que tomó en sus manos la defensa de la religión católica y colaboró activamente en la llamada Contra-Reforma. Sin embargo, Donoso desconocía por completo, al menos durante su juventud, y muy probablemente por su formación liberal ilustrada, el pensamiento escolástico español. No logra por entonces despegarse de la mentalidad de su tiempo para explicar lo que ya comienza a percibir.

Monarquía y propietarios

Para nuestro pensador los reyes deben depender del "gran movimiento social que se verifica en Europa"  y "no de la voluntad particular de un individuo cualquiera" [23] . El primero es el liberalismo, la segunda, el absolutismo. Sin embargo, hemos visto que Donoso, si es liberal por formación, es conservador por instinto y procedencia. Al liberalismo querrá despojarlo de su espíritu revolucionario, o como lo llamará después, de su ánimo disolvente de la sociedad. Aun si en España germinaran las causas de la revolución, ésta no encontraría el apoyo de los propietarios, quienes por su instinto de conservación tienden a proteger sus intereses. Ellos saben que las revoluciones promovidas por las masas estan escritas con la sangre de los propietarios, pueden "todavía consultar los sepulcros de la revolución francesa y no encontrarán sino los cadáveres de los que tuvieron" [24] .  Esta relación antagónica revolución-propietarios es característica del liberalismo conservador, que surge una vez producida la revolución y trastocada la propiedad. Antes, como sugieren estos escritos del extremeño, parece señal del más mezquino inmovilismo, aquél que sacrifica toda dinámica política a la mera protección de su peculio. Hay, no obstante, que considerar que Donoso, en la cita anterior, está escribiendo a nombre de su cuñado y nada menos que al rey Fernando VII, y, evidentemente, no es el momento de sugerir cambios, ni de hacer críticas al absolutismo. Lo que pretende decir entonces Donoso, es que no se ha de buscar revolucionarios ni conspiradores en los propietarios, entre los que evidentemente estaría su cuñado. Finalizado el golpe de Estado de 1832, nuestro pensador insistirá en esta tesis, dividiendo a los españoles en los partidos"de la legitimidad y la usurpación" [25] . El primero incluye a todo el sector liberal que se ha hecho con el poder, precisamente un amplio grupo de la aristocracia apoyada por la alta burguesía, que más tarde llamará aristocracias legítimas, y que no son otras que las clases propietarias. Por otra parte, los usurpadores, son el bando carlista, donde deben encontrarse los conspiradores y revolucionarios, curiosamente el sector popular y rural, que políticamente califica de inmovilista, por ignorar la gran transformación que se implementa en Europa y pretender, en cambio, retrotraernos al siglo XII.

Donoso proviene de una familia de propietarios terratenientes. Sin embargo, no parece mostrar intereses económicos, ni siquiera en éstos sus comienzos, más allá de los que le permitieran mantener una vida con la dignidad a la que parece acostumbrado. Por otra parte, obtiene el rápido reconocimiento público de sus personales capacidades intelectuales, de lo que sí se muestra orgulloso en esta etapa. Su carrera de funcionario, y el formar parte del selecto ambiente político e intelectual de Madrid, lo mantienen más que satisfecho. Su principal afán será influir a través de sus ideas en la política española e incluso europea. Siempre mantuvo cierto desdén hacia lo material, atributo más propio del ambiente romántico que de su formación liberal.

Busca el extremeño en estos años de transición la liquidación del absolutismo, objetivo que mientras viva Fernando VII no corresponde plantear sino señalando que el rey debe depender del "gran movimiento social que se verifica en Europa", evitando los efectos perturbadores de la revolución. Donoso, como hombre de su siglo, acepta la corriente de su tiempo, un liberalismo superador del anquilosado absolutismo, y en este sentido progresista. Su espíritu se percata inmediatamente de la necesidad de controlar los efectos disociadores de la revolución. Si bien señala las causas de éstos en la pérdida del principio religioso, no alcanza aún a recomendar remedios, sino que trata de hacer ver, poco a poco, a la Iglesia y la religión no como un enemigo a destruir por el liberalismo, sino como una institución que ha sido garantía de libertades y de progreso. Así, en su análisis histórico, también pretende superar una visión negativa de la labor de la Iglesia en relación con el progreso de la economía, al ver en las Cruzadas el germen que introduce el entusiasmo y las virtudes, no por sus resultados políticos o por su carácter de empresa común, que obliga a descuidar la familia y la propiedad, incluso a disponer de la vida por un supuesto ideal religioso, sino porque las Cruzadas generaron un desarrollo del comercio que, a su juicio, ha significado un primer paso hacia la ilustración. El beneficio de las Cruzadas, mediante las cuales sorprende la unidad espiritual de Europa, está, para Donoso, en que permitieron el desarrollo comercial con Oriente y entre los mismos europeos [26] . De esta manera, la religión cristiana ha constituido y civilizado a los pueblos, y su mérito no es otro que el de haber dado impulso al desarrollo comercial. Pareciera querer hacer ver a quienes se rigen por intereses ajenos a la religión que la Iglesia no es una institución negativa, sino que por el contrario, como impulsora del comercio, sería fundamento de la felicidad liberal. Sus primeros escritos son liberales pese a su denuncia del divorcio entre fe y razón y las críticas ocasionales al proceso revolucionario contrario a la religión. No llega, sin embargo, a dilucidar las últimas consecuencias de aquella ruptura, sólo lo hará a partir de 1847. Por el contrario, ahora busca asignar a la religión un papel moderno dentro de su época, forzándole un logro económico como el comercial que acabamos de señalar.

La defensa de la Pragmática

Más allá de adelantarnos algunas consideraciones sobre la monarquía, su Memoria de 1832 buscó la legitimación del golpe del mismo año, incluyendo, para ello, argumentos en pro de la legalidad de la pragmática. Por otra parte supuso afirmar, con decisión, su primera posición política junto a la causa del liberalismo conservador.

Sus duros juicios hacia el carlismo buscan identificarlo como el enemigo político sin cuya amenaza no podría justificarse el golpe de 1832. Más aún, Donoso busca legitimar jurídicamente el golpe afirmando la ilegalidad que constituía la medida impuesta en 1713 por el rey Felipe V, la cual supuso el impedimento a la sucesión femenina del trono de España. Partiendo de esta premisa, quiere reconocer como válida toda acción que busque remediar esta "ilegalidad". Una vez ordenada la anterior situación por Fernando VII mediante la pragmática sanción de 1830, juzga como "usurpadores" a quienes han pretendido ignorar ésta última, por oponerse, en definitiva, al restablecimiento de la tradición y la costumbre.

Su dialéctica es hábil y oportuna, pero no analizaremos aquí la autoridad o validez de sus juicios históricos o jurídicos. Sí, en cambio, nos interesa la intencionalidad de sus argumentos en favor de la precisión de su inicial ideario. Como hemos señalado, su punto de partida sobre la cuestión es la tesis que considera la revocación de Felipe V como "ilegal y nula... concebida por la venganza y sancionada por la fuerza" [27] . Ilegal porque se acabó con una ley que recogía la costumbre: "las primeras leyes de los pueblos son siempre la expresión exacta de sus necesidades, porque son el resultado inmediato de las costumbres que ellas produjeron. Estas leyes deben ser siempre sagradas, porque han recibido la sanción de la experiencia y de los siglos" [28] .

En su opinión, Felipe V, en pos de alejar a la Casa de Austria de la Corona y vengar el agravio de la guerra de sucesión, despojó a las hembras de sus derechos al trono en contra de la costumbre [29] . El asunto es que: "las leyes fundamentales de la Monarquía no pueden trasladarse nunca de una nación a otra, porque una nación no puede existir sino con los elementos que encierra dentro de sí misma. Cuando estas leyes son impuestas y no nacidas espontáneamente en el pueblo que las debe obedecer, ellas son el germen más fecundo de todas las revoluciones" [30] .

En consecuencia, la medida de Felipe V lanzaba a España "al abismo de las revoluciones" [31] , precisamente porque la consideró contraria a sus tradiciones y resistida por sus costumbres. En aval de lo anterior, Donoso señala que, en su día, el Consejo de Castilla la acató por presión real: "es muy difícil que los reyes cuando han expresado su voluntad no encuentren medios de ser obedecidos" [32] . Por otra parte, mientras que en el Consejo "doblaron la cerviz y se sometieron al yugo" [33] , las Cortes de 1713, "sólo sirvieron de máscara para cubrir la ilegalidad de la ley que Felipe V había jurado imponer a la nación que gobernaba" [34] . Su aprobación por ellas careció de validez, para el extremeño, ya que constata y denuncia graves anomalías en su representación. En fin, para Donoso, "la disposición de Felipe V no puede tener fuerza de ley porque no fue libremente aprobada por la nación ni por los grandes Cuerpos del Estado" [35] . Por consiguiente, la pragmática sanción no hace sino colocar las cosas en su lugar.

La argumentación de Donoso fue bien acogida por Fernando VII, quién ordenó su publicación, no sin provocarle al joven extremeño algunos disgustos por la censura a la que fue sometida su Memoria [36] . Fue éste el primer escrito de carácter político que publicó Donoso y mediante el cual, contando con tan sólo veintitrés años de edad, se da a conocer en torno a la Corte. Poco después, fue incorporado como oficial a la Secretaría de Gracia y Justicia, cargo que recibió, siguiendo a sus biógrafos, como recompensa de su hábil defensa de la pragmática.

El joven abogado extremeño ha apoyado a conciencia la sucesión de Isabel, enfrentándose a la del infante don Carlos. Sus argumentos, sean válidos o no, son sí, muy oportunos. Con sagacidad ha defendido la situación que permitirá el establecimiento de un nuevo régimen liberal apelando, más que a la razón o a la inteligencia, a la tradición y la costumbre. Con ello pretende despojar al carlismo de sus títulos y banderas populares. Encasilla como usurpadores a quienes pretenden el trono para don Carlos. Encierra al carlismo en una actitud inmovilista, reflejada en el rechazo a la pragmática de Fernando VII, para calificarlo, finalmente, como revolucionario, por oponerse a lo que establecerían las costumbres y confirmaría la tradición.

La prágmatica sanción de 1830, no obstante, responde, de acuerdo con las circunstancias históricas, más a una interesada presión de la nueva familia del Rey que al restablecimiento de una interrumpida tradición. Es publicada precisamente cuando la reina María Cristina estaba encinta y no antes. Sectores ilustrados, si no la promovieron, la acogieron como una ventana que se abría hacia una nueva liberalización del régimen, posibilidad hasta entonces cerrada por la personal aversión hacia los liberales, tanto de Fernando VII como de su hermano don Carlos, hasta poco después el indiscutible sucesor [37]

Donoso demostró muy joven su habilidad dialéctica. Como lo prueba esta Memoria sobre la Monarquía , comenzó a utilizarla para legitimar su objetivo político. Este, en sus inicios, no fue otro que el apoyar las circunstancias más proclives a la instauración de un régimen liberal, que quiso matizado por un peculiar tinte monárquico y conservador. Su énfasis, al comienzo, no responde en exclusiva a la luz de la razón que pretende imponer un sistema abstracto, sino más bien, y a diferencia de la generalidad de los liberales de su época, a una considerable valoración de las costumbres, la religión y la tradición. Donoso pretende legitimar la llegada del liberalismo, utilizando, paradojicamente, una argumentación más propia del tradicionalismo. Por otra parte, no es menos cierto que a Fernando VII, destinatario de la Memoria , no se le convencería apelando a ideas liberales.

Liberalismo conservador y monarquía

Donoso entra a la política en el mismo sentido en que avanza la corriente ideológica de su tiempo, el liberalismo, que en España tiene aun pendiente el fin del sistema absolutista. Su intención, acabar con el Antiguo Régimen y poder controlar la revolución a través de sus ideas, representa el afán de todo liberal conservador ante el nuevo régimen: acepta sus premisas, advierte sus negativos resultados y se siente capacitado para corregirlos. Valora en más el cambio, la necesidad de superar el absolutismo para marchar con la historia. Es aún optimista ante la revolución, porque se siente capacitado de dominar sus excesos en la medida en que sean sus ideas las que se sustenten desde el poder. Restableciendo un principio, ya distinto al revolucionario, que habría agotado su misión al acabar con el absolutismo, logrará evitar la disolución de la sociedad, estableciendo el orden en la nueva sociedad emancipada y libre. Todo ello debe hacerse desde el poder, requiere, en definitiva, de la monarquía. Análogamente a como en el siglo XVIII los primeros ilustrados se sirvieron del trono para llevar a cabo sus reformas, el liberalismo conservador es conciente de que su cambio deberá producirse desde arriba.

En estos primeros años Donoso puede calificarse como liberal conservador: las características recién señaladas lo confirman. El golpe de Estado de 1832 supone la posibilidad de acabar con el Antiguo Régimen y acceder al poder. El adversario entonces es el carlismo y, por lo tanto, dentro de las filas liberales no es el momento de hacer diferencias, pese a que efectivamente existieron. En su Memoria sobre la Monarquía (octubre de 1832), aún con los sucesos de La Granja muy latentes, Donoso divide a los españoles en sólo dos partidos, los ya mencionados de la "legitimidad" y de la "usurpación". Esta clasificación está distorsionada ante la necesidad de evitar discrepancias y lograr así la unidad del liberalismo frente a la amenaza carlista. El mismo Donoso, unos años más tarde, al referirse en su Historia de la Regencia de María Cristina (1843) a la configuración política ante el golpe de La Granja, ya sin presiones contingentes o al menos no con las mismas, divide, como ya hemos visto, el espectro político español en tres: liberales, carlistas y monárquicos. Expresa aquí Donoso no sólo el problema del liberalismo español decimonónico, su creciente división interna a medida  que se extingue el fenómeno carlista, sino también la estrecha relación del sector que él integra con la institución monárquica [38]  a la que, teóricamente, defiende tanto del liberalismo progresista como del carlismo.

Volviendo a su interesada clasificación inicial, su  Memoria sobre la Monarquía  responde a la necesidad de justificar el golpe de 1832 y el restablecimiento de la pragmática sanción que permite la sucesión femenina; quizás, como ha señalado Carlos Valverde, "para evitar que el vacilante y receloso rey diese otra vez un paso atrás y se retractase de lo hecho y para presentar como magnífica, patriótica y leal la actuación de los liberales" [39] . Esta memoria fue presentada a María Cristina, quien se la dió a conocer al rey, y luego publicada por orden real. De este escrito podemos recoger algunas impresiones con respecto al modelo de monarquía que comienza a sugerir Donoso Cortés. Destaca su insistencia en que el Gobierno requiere unidad en la cima del poder; una unidad que conciba un sistema, que sostenga un principio. Precisamente, en su opinión de lo que carece el partido de la legitimidad, entiéndase todo el liberalismo, es de organización, es decir, de unidad y de sistema. Por ello sugiere al monarca que se rodee de "personas fieles y decididas", unidas entre sí "por los mismos principios" [40] . Está pensando en el grupo que encabezó el golpe, en el sector monárquico del liberalismo, que más tarde se llamará moderado. Son ellos quienes ya han demostrado su decisión, en los mismos sucesos de La Granja, y su unidad debe estar en torno a una idea, a un principio que, precisamente, comienzan a formular. La unidad se requiere para conservar y controlar la espiral revolucionaria: "unamos para conservar; las sociedades no existen si se relajan los vínculos sociales" [41] .

La unión que está en la mente de Donoso no es la del liberalismo exaltado o progresista, que tiene como norte la Francia revolucionaria, sino la de los monárquicos. En su lógica, los primeros disuelven, son los segundos los que conservan. La monarquía es entonces la institución política más útil, indispensable, para llevar a cabo esta labor de conservación. Ahora bien, esta monarquía no debe apoyarse en "las últimas clases" de la sociedad, ya que ello la conduciría al "despotismo oriental", que es como ha calificado al carlismo, o al"abismo de una democracia borrascosa" [42] , donde reconoce ya el destino del liberalismo revolucionario. Donoso esta afirmando que una monarquía que pretende sostenerse únicamente en el pueblo conduce, de forma inexorable, al absolutismo o a la anarquía. Es lo que años mas tarde redondeará, como veremos en su momento, en el concepto de omnipotencia social .

La monarquía, entonces, debe fortalecer las clases intermedias, y buscar en ellas el necesario apoyo que requiere para su funcionamiento [43] . Como vemos, es el propio Donoso quien se encarga de buscar las ideas en torno a las cuales debe cimentarse el nuevo régimen. Aquí ya esta sugerido el gobierno de las clases intermedias que, poco más tarde, al establecer el principio de la soberanía de la inteligencia, llamará de las aristocracias legítimas .

Otra de sus ideas, que en este caso reitera en la Memoria sobre la Monarquía, ya que la viene afirmando desde su Exposición a Fernando VII en favor de Carrasco, es la que establece que la fuerza del monarca deriva de su capacidad de representar todos los intereses de la sociedad [44] . Esta consideración fue una constante en la trayectoria de su pensamiento y fundamento de su posterior crítica a la división del poder. En este momento, sin embargo, este principio se muestra contradictorio con la concepción de una monarquía de clase, como es aquélla a la cual le basta el apoyo específico de las llamadas clases intermedias, a no ser que éstas representen por sí solas, en este momento del ideario donosiano, los intereses de toda la sociedad. Si así fuera, estamos frente a la pretensión de utilizar la monarquía, aceptada por entonces en todos los sectores sociales, para la puesta en práctica del sistema de uno sólo de ellos, el de las clases intermedias.

Creado el sistema y dada la unidad en la cima del poder, Donoso nos hace pasar a la siguiente fase política, a saber,"crear la legalidad y el entusiasmo" [45] . Con ello, primeramente y sin querer, parece reconocer que el régimen que emana del golpe de La Granja carecía hasta entonces de estos atributos, porque de otro modo no sería necesario el llamar a crearlos. Para llevar a cabo esta nueva etapa, nuestro autor recurre a las Cortes. Esta institución es la que "representando la voz de la nación" establece las leyes fundamentales de la monarquía. Ella reviste a la ley "de un carácter sagrado, les da aquella perpetuidad solemne, les imprime la sabiduría de los siglos" [46] . No obstante, sabe bien Donoso que, en la práctica, y a consecuencia del sufragio censitario, a los intereses de las clases intermedias no les faltarán defensores en las Cortes.

El modelo de la monarquía francesa de julio tuvo que estar presente en los sucesos de La Granja y en el proyecto que de ellos emerge. La necesidad de apoyar a la monarquía, como única institución capaz de detener la disolución revolucionaria, en la clase que emerge preponderante y conformar el poder político en torno a las clases intermedias, que consideraron por principio conservadoras, es la vía que escogen para establecer una monarquía que se haga con los beneficios de la revolución, que impida la posibilidad del retorno al absolutismo, como así mismo, que no permita el exceso revolucionario. Donoso pronto percibe que para todo ello finalmente se requiere de un principio político, una nueva concepción de la soberanía. Si los revolucionarios rinden pleitesía a la soberanía popular y la soberanía de derecho divino se entiende superada, necesitan los liberales conservadores establecer una tercera vía de soberanía. Hasta el momento se limita nuestro autor a criticar las dos primeras vías, más adelante recogerá la soberanía de la inteligencia, precisamente, como veremos, de los teóricos franceses de la monarquía de julio. Si han necesitado de la monarquía para reformar la sociedad desde arriba, no pueden afirmar su poder en la soberanía popular. Donoso al menos parece muy consciente de esto; pertenece a la generación post-revolucionaria y, como hemos visto, sus instintos son desde un comienzo conservadores.

El conocido manifiesto a nombre de María Cristina, que es en realidad de Cea Bermúdez como primera cabeza del ministerio desde el golpe de La Granja, está fechado el 4 de octubre  de 1833, días después de morir Fernando VII. Su texto está en buena parte circunscrito a la contingencia de una posible guerra civil, y demuestra este ánimo conservador que no pretende alterar nada sustancial en materia de soberanía real: "Yo mantendré religiosamente la forma y las leyes fundamentales de la Monarquía, sin admitir innovaciones peligrosas... la mejor forma de gobierno para el país es aquella a que está acostumbrado". No obstante, la actitud contraria de Cea a una reunión de Cortes propicia su salida en febrero de 1834. La intervención de los embajadores en torno a María Cristina, en especial el francés y el británico, manifiestan la tendencia a convertirse en no desestimables centros de presión en torno a la Regente y permanecerán como tales largamente durante los inicios del régimen liberal. El inmovilismo político de Cea fue aparente, ya que, junto a las declaraciones citadas, decreta una amplia amnistía y demuestra un afán de profundas reformas administrativas. La amnistía aparece como medida reconciliadora de la Corona ante los antiguos liberales, tan fustigados por Fernando VII luego del trienio, en pro de limar asperezas y fortificar la tan conveniente unidad del bando cristino. Donoso, respecto a esta medida, se refiere luego de unos años, señalando que "vino a abrir las puertas de España a las revoluciones" [47] , y ello porque, al regreso de los exiliados, el partido liberal (entiéndase progresista) tuvo por suya la victoria, ante un partido monárquico que se vió perdido con la llegada para la otra facción de los "capitanes ausentes" . Aún más, Donoso achaca al decreto de amnistía el afianzamiento del carlismo y con ello la prolongación de la guerra, al confirmar la tesis de éste acerca del carácter revolucionario de sus adversarios. No eran, a juicio de Donoso, los tiempos, "revueltos y banderizos" [48] , los oportunos para una amnistía general. Si bien estas consideraciones las realizó en 1843, es decir, diez años después de haberse tomado tal medida, su ininterrumpida denuncia del liberalismo progresista nos llevaría a pensar que en su momento, no debió verla tampoco con buenos ojos [49] . No obstante, sí podemos incluir a Donoso, al menos en parte, junto a aquéllos que propiciaron reformas en la administración. Para Cea éstas constituyeron el norte de su actuación; bien supo recoger el espíritu práctico de los ex-afrancesados, como el de su ministro Javier de Burgos, artífice de la división provincial de España. No se manifiesta  el extremeño - mayormente aún- sobre estas materias, aunque sí asoma su interés por un sistema "sabio de administración" [50] . Su ideario aparece coincidente con los principales objetivos de las reformas. Por un lado, la consolidación del poder central del Estado, que en definitiva debía fortificar la autoridad real, amenazada por los excesos de la revolución. Por otro, las medidas destinadas a favorecer el movimiento de la riqueza, es decir a propiciar el desarrollo de la burguesía, de las clases intermedias que, como hemos visto, ha propuesto como principal sustento social del nuevo régimen, y en especial del trono.

Recapitulando, durante estos años busca Donoso Cortés un principio que organice el nuevo régimen, en el cual colaboró desde su origen. Aunque todavía no lo encuentra, esboza ya la que será su teoría de las aristocracias legítimas e insiste en la necesidad de propiciar un sistema monárquico en torno a una idea nueva, es decir, que supere a las conocidas fórmulas de soberanía.

La herencia de su formación ilustrada conforma sólo en parte su pensamiento en estos inicios, ya que demuestra una tendencia, luego interrumpida durante su paréntesis doctrinario, a no limitarse en un racionalismo meramente abstracto, sino a valorar lo que él llama la entraña de los pueblos: sus costumbres, su religión, el respeto a las jerarquías sociales. El ambiente romántico y su marcado espíritu conservador se sobreponen, en muchos casos, a su educación liberal ilustrada y tienen, p>or consiguiente, un peso considerable en la formación de su pensamiento.

 Gonzalo Larios

[1]  Ver Suárez Verdeguer, Federico: Introducción a Donoso Cortés, Madrid, p.26; Del mismo autor, véase también:"La primera posición política de Donoso Cortés",  p. 79.

[2] Con respecto al golpe de Estado de 1832, ver  Suárez, Federico: Los sucesos de La Granja .

[3] Zavala, Iris M.: "La literatura: romanticismo y costumbrismo", en Historia de España de R. Menéndez Pidal, XXXV-II, Madrid, 1989, p. 147 y ss.

[4] La venida de Cristina (1829), en Obras Completas de don Juan Donoso Cortés, recopiladas por Juan Juretschke, Madrid, BAC, 1946, I, 9.

[5] Ibid, 10.

[6] Dos cartas a Manuel Gallardo (1829), OC, I, pp. 171-178.

[7]   Discurso de Apertura en el Colegio de Cáceres  (1829), OC, I, 184. En Respuesta a una crítica a su ensayo sobre la diplomacia  (1834), define la Edad Media en el mismo sentido con que el racionalismo dieciochesco concibió este concepto: "un período de transición entre la unidad que desapareció con Roma y la unidad que renació con las luces". OC, I, 285.

[8]  Ibid, 199.

[9]  Exposición al Rey Fernando VII en favor de Juan José Carrasco (1831-32), OC, I, 208.

[10]  Ibid, 209.

[11]  Idem.

[12] Ibid, 210.

[13]  Ibid,  209 y  210.

[14]  Ibid,  209.

[15] Discurso de Apertura en el Colegio de Cáceres  (1829), OC, I, 201.

[16] Ibid,  203.

[17] NOTA CON ART´ICULO DE ELIAS DE TEJADA SOBRE DE MAISTRE.

[18] Alvarez Junco, José:"Estudio preliminar" a  Lecciones de Derecho Político  de Juan Donoso Cortés, Madrid, 1984, p. XII. La forma teocrática de gobierno, fue expresamente criticada por Donoso. No me parece el concepto teocratismo cristiano, con el que adjetiviza Alvarez Junco algunos pasajes de la obra donosiana, el preciso para señalar la constatación de la influencia del cristianismo en el devenir político y social de la cultura occidental.

[19] Discurso de Apertura en el Colegio de Cáceres (1829), OC, I, 193.

[20]   Dos cartas a Manuel Gallardo (1829), OC, I, 174.

[21]  Prólogo a su obra Cerco de Zamora (1833), OC, recopiladas por Juretschke, Madrid, 1946, t. I, p. 81 y  82.

[22]  Exposición al Rey don Fernando VII en favor de Juan José Carrasco (1831-32), OC,  I,  211.

[23] Exposición al Rey por don Juan José Carrasco (1831-32), OC, recopiladas por Juretschke, Madrid, 1946, t. I, p. 55.

>[24]  Exposición al Rey don Fernando VII en favor de Juan José Carrasco (1831-32), OC, I,  211.

[25]  Memoria sobre la Monarquía (1832), OC, I, 216.

[26]  Discurso de Apertura en el Colegio de Cáceres (1829), OC, I, 195. La misma idea está expresada también en Exposición a Fernando VII  en favor de Juan José Carrasco (1831-32), OC, I, 207 y 208.

[27] Memoria sobre la Monarquía (1832), OC, I, 221.

[28]  Ibid.  219.

[29]  Históricamente, tiene mayor asidero aquella interpretación de la revocación de Felipe V en orden a despojar a las mujeres de sus derechos a la sucesión, que la relaciona con la conveniencia de evitar la posible unidad de dinastía entre reinos tradicionalmente diferentes, que habría hecho peligrar el inestable equilibrio europeo. Donoso, como fue costumbre en el siglo XIX, utilizó repetidamente la historia como herramienta de sus personales objetivos políticos. De hecho, este argumento que levanta contra la disposición de 1713 podría utilizarse indistintamente también en contra de las constituciones de su tiempo.

[30]  Ibid.  220.

[31]  Idem.

[32]  Idem.

[33]  Ibid.  221.

[34]  Idem.

[35]  Idem.

[36] Ver Querella sobre la Memoria (1832), incluye Carta a Fernando VII e Instancia al Ministro de Gracia y Justicia, OC, I, 224 y  225.

[37]  Ver Suárez, Federico: La crisis política del Antiguo Régimen en España, Madrid, 1958, 171 y ss.

[38] He utilizado un escrito de 1843 porque éste trata precisamente, y con mayor exactitud, asuntos relativos al golpe de 1832.

[39]  Valverde, Carlos: Introducción General a  Obras Completas  de Donoso Cortés , Madrid, BAC, 1970, t. I, p. 39.

[40]  Memoria sobre la Monarquía (1832), OC, I, 219.

[41]  Ibid,  217.

[42]  Ibid,  218.

[43]  Idem.

[44]  Ibid,  216.

[45]  Ibid,  217.

[46]  Ibid,  218.

[47] Historia de la regencia de María Cristina  (1843), OC,  I, 993.

[48]  Ibid,  994.

[49]  No tenemos testimonios de su hipotético rechazo.

[50]  Memoria sobre la Monarquía (1832), OC, I, 219.


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dimanche, 05 octobre 2008

La asabiyya musulmana y la concesion del voto a los immigrantes

 
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La asabiyya musulmana y la concesión del voto a los inmigrantes

por Jorge Martín Quintana (http://www.arbil.org )

La intervención de poderes extranjeros en España a través de los emigrantes obedientes a los mismos.

El 31 de agosto de 2007, un conocido diario digital recogía las declaraciones realizadas por Mohamed Chaib Akhim1, diputado musulmán del PSC en el Parlamento de Cataluña y presidente de la asociación socio-cultural Ibn Battuta, y en las que afirmaba que “no es normal que a estas alturas tres o cuatro millones de inmigrantes no tengan derecho al voto”, a la par que señalaba que los inmigrantes han de tener derecho a decidir “cómo quieren que sean sus ciudades y barrios”, advirtiendo que “en esto los musulmanes tenemos mucho que decir”.

La presencia de centenares de miles de inmigrantes en España ha cambiado radicalmente el panorama social, cultural, económico y, en un proceso lógico, también el político, de nuestro país. Los inmigrantes constituyen un porcentaje de población cada vez más importante, con una media de edad bastante baja, generalmente muy dinámicos y flexibles, con una identidad y solidaridad grupal muy marcada y cuya importancia en la economía, - en la que ya no sólo participan como consumidores, sino también como emprendedores -, es cada vez mayor y más atractiva para diversos sectores empresariales.

Dada su peso, tanto cuantitativo como cualitativo, y dado su marcado sentimiento de grupo, el colectivo inmigrante resulta ser un apetitoso pastel que no sólo las empresas se disputan, sino que los políticos empiezan a cortejar sin embozo, máxime en una España políticamente cada vez más polarizada y en la que el voto está básicamente fijado. Así, el colectivo inmigrante, supone un soplo de aire fresco, una tierra prometida, fértil y llena de posibilidades a conquistar, a fin de decantar la balanza de manera definitiva y contundente hacia uno u otro lado. Es, en ese contexto, es en el que empieza a aparecer en el horizonte una nueva campaña de agitación política, social y mediática que se basará en la concesión del voto a los extranjeros extracomunitarios residentes en España.

Curiosamente, el colectivo extranjero más activo en esta tarea es precisamente el musulmán, lo cual responde quizás, entre otros factores, a la tradición política musulmana: Felipe Maillo, en su magnífico Vocabulario de historia árabe e islámica, nos habla de la asabbiya, concepto desarrollado por Ibn Jaldun y que estaría relacionado con la solidaridad socio-agnática. Para Ibn Jaldun, y siguiendo a Maillo, “el príncipe entonces, para mantenerse [en el poder], ha de crear un nuevo grupo de mercenarios esclavos y de elementos extratribales […]”; de manera que “[…] los extranjeros adquieren un papel cada vez más preponderante en el gobierno del Estado […]2”

Lo cierto es que Chaib Akhim “apuntó la necesidad de un esfuerzo en el acercamiento a los imanes que imparten doctrina en España para convertirles en ‘interlocutores’, porque están presentes en las ciudades y los barrios”, de manera que los jefes de la umma, de la comunidad de creyentes, “adquieren un papel cada vez más preponderante en el gobierno del Estado”, al hacerlos interlocutores entre la comunidad de creyentes y los representantes de la soberanía nacional, con vistas a decidir en ‘sus’ barrios, ‘sus’ ciudades, ‘sus‘ comunidades autónomas…

Y es que, según Maíllo, “la utilización de las fuerzas que procura la asabiyya de un determinado grupo es lo que le permite imponerse a los otros y apropiarse del poder; enseguida el juego de tensiones internas en la dinastía reinante, tendentes a destruir aquel espíritu de cuerpo, obliga al soberano a apoyarse en elementos mercenarios, o esclavos, o a establecer lazos de clientela para mantenerse”.

Si la comunidad musulmana se hace lo suficientemente fuerte, será utilizada por el poder de turno para imponerse a los contrarios, lo cual se hará a cambio de alguna prerrogativa o privilegio: “La dinastía o el dinasta deberá sustraer bienes de los sujetos, a través de los impuestos, y redistribuirlos entre sus adeptos (la élite dirigente y los servidores de los aparatos del Estado), a fin de continuar gozando de la soberanía y el poder”, de manera que, para lograr el apoyo de la comunidad musulmana, el Estado se verá obligado a satisfacer sus demandas de tipo social, económico, cultural, religioso, político, etc. satisfacción que sólo será posible con cargo a los presupuestos y en detrimento de unos ciudadanos españoles a los que se habrá sustraído patrimonio a través de los impuestos, o bien, verán impotentes cómo las políticas sociales se centran en los inmigrantes y cómo prestaciones como sanidad, vivienda o educación son acaparadas por el dinámico y emergente grupo que sostiene a la facción correspondiente.

Así, vemos en pleno S. XXI cómo nuestros nuevos dinastas se apresuran a apoyarse en extranjeros-esclavos y clientes-mercenarios para consolidar su poder, de la misma manera que harían los califas de Bagdad y los ayyubíes de Egipto con, respectivamente, los miserables seljuquíes y mamelucos que, venidos de la feraz estepa centroasiática y las agrestes montañas del Caúcaso como esclavos y clientes, acabaron haciéndose con el poder.

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Jorge Martín Quintana

Notas:

1. Minuto Digital, 31 agosto 2007 Declaraciones hechas por Mohamed Chaib Akhim durante un seminario impartido por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

2. Maíllo Salgado, Felipe Vocabulario de historia árabe e islámica Madrid 1999 Ed. Akal

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samedi, 16 août 2008

La Légion Etrangère du Komintern

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Erich KÖRNER-LAKATOS:

La “Légion étrangère” du Komintern

Le 10 octobre 1936, trois mois après l’ “Alzamiento nacional”, le soulèvement national espagnol, le navire “Ciudad de Barcelona” jette l’ancre dans le port d’Alicante. Débarquent alors 650 volontaires qui apporteront non seulement leur aide aux forces de gauche espagnoles dans la guerre civile mais chercheront à traduire dans les faits une motion décidée par le “7ème Congrès mondial du Komintern” lors de l’été 1935: la constitution d’un Etat de type soviétique sur la péninsule ibérique. Ce 10 octobre est désormais considéré comme le jour de la naissance de cette “légion étrangère” rouge, mieux connues sous le nom de “Brigades Internationales”. Parmi les organisateurs, nous trouvons Josip Broz, dit “Tito”, futur leader de  la Yougoslavie non alignée. Le poète Erich Weinert rédige en allemand le chant de combat des “Brigadas Internacionales”, où nous trouvons les paroles “unsere Brüder sind Bauer und Prolet”, “nos frères sont le paysan et le prolétaire” et “dem Faschistengesindel keine Gnade”, “pas de pitié pour la racaille fasciste”.

Le lieu de rassemblement de ces troupes, leur camp d’entraînement et leur quartier général se situent dans la ville d’Albacete sur le haut plateau de la Nouvelle Castille. Une compagnie de grandes célébrités y tiendra son camp. Parmi elles, un certain Herbert Karl Frahm, que le monde connaîtra plus tard sous le nom de Willy Brandt; ensuite l’écrivain Ilya Ehrenburg qui, lors de la seconde guerre mondiale, en appelera aux viols de masse (“Brisez l’orgeuil des femmes germaniques, prenez-les comme juste butin!”). En tout, quelque 40.000 volontaires s’y rassembleront jusqu’à l’automne 1938. Mis à part les volontaires communistes, on y retrouvait des idéalistes de gauche, ou les “Schutzbündler” d’Autriche (1). Hélas aussi, dans cette grande fraternité, dans cet élan de solidarité avec les républicains espagnols, se mêlèrent des figures moins reluisantes: des criminels violents  cherchant à échapper à la justice de leur pays, des endettés cherchant à fuir leur créanciers, des proxénètes qui cherchent une nouvelle virginité.

“Los Internacionales” sont répartis en cinq grandes unités, sur base de leur nationalité. La 11ème Brigade, dirigée par l’Autrichien Manfred Stern, qui a pris pour nom de guerre “général Kléber”, rassemble des ressortissants allemands et autrichiens. Les bataillons s’appelaient “Ernst Thälmann”, du nom du chef du parti communiste allemand, “Edgar André” (ancien président des milices du “Front Rouge” allemand, exécuté pour assassinat le 4 novembre 1936), “Hans Beimler” (commandant de l’unité) et, enfin, “12 février”, création spécifique du parti communiste autrichien, à l’époque illégal.

Au nom de ce parti entré en clandestinité, Franz Honner, futur ministre de l’intérieur autrichien après 1945, se rend en Espagne. Dans la nuit du 1 au 2 juillet 1937, il fonde ce bataillon autrichien, qui sera composé de quatre compagnies; elles porteront le nom de militants du Schutzbund communiste: “Georg Weissel”, “Koloman Wallisch”, “Franz Münichreiter”  et “Josef Gerl”. 1700 ressortissants autrichiens combattront dans les rangs de ces compagnies; deux cents trouveront la mort au combat. Chez les Allemands, l’impôt du sang, payé à la république espagnole, sera plus lourd encore: la moitié des 3300 brigadistes allemands sera tuée.

Les Italiens se rassembleront dans la 12ème Brigade. La plus haute figure du Risorgimento italien du 19ème siècle lui donnera son nom: Giuseppe Garibaldi. Ces volontaires italiens se heurteront, sur le champ de bataille, à leurs compatriotes du corps expéditionnaire envoyé par Mussolini pour soutenir Franco. Nous en reparlerons.

La 13ème Brigade est composé de volontaires issus des pays slaves. Les Polonais serviront dans le bataillon “Dombrowski”; les Tchèques donneront à leur contingent le nom du principal saint hussite, Thomas Masaryk; les Bulgares nomment leur compagnie, forte d’une centaine d’hommes, “Compagnie Georgi Dimitrov”. Les Hongrois, non slaves, sont inclus dans cette 13ème Brigade. Leur unité est commandée par Mihàly Szalavi, agitateur et ouvrier maçon cultivé; mais le nom de l’unité est celui d’un aristocrate, “Ferenc Ràkoczi”, chef d’une insurrection contre les Habsbourg: il avait proclamé l’indépendance de la Hongrie en 1703.

Les francophones sont affectés à la 14ème Brigade, dite “Commune de Paris”, sous le commandement du Colonel Rol Tanguy. Au sein de cette Brigade, un aviateur de chasse, André Malraux, à l’époque jeune militant communiste; avec la maturité, il deviendra gaulliste et ministre de la culture. La 15ème Brigade rassemble les volontaires de langue anglaise; la majorité d’entre eux est américaine et sert dans le bataillon “Abraham Lincoln”; la plupart des autres sont Canadiens et appartiennent à l’unité “Mackenzie-Papineau”.

Au sein de chacune des brigades, un véritable réseau de commissaires politiques, tous communistes triés sur le volet, assure un contrôle serré, auquel personne n’échappe. Le “politruk” suprême est un Autrichien qui a pour nom Heinrich Dürmayer. En 1945 à Vienne, il montera la police d’Etat, la “Staatspolizei” ou, en abrégé la “Stapo”, du nouvel Etat autrichien. Bien entendu, tous les cadres de cette Stapo seront, à l’époque, des cadres “moscovites” patentés.

Sur le plan militaire, les Brigadistes n’ont pu intervenir que deux fois sur le cours des événements, notamment à Madrid en novembre 1936 et à Guadalajara, au nord de la capitale espagnole, en mars 1937. La bataille pour la capitale commença le 7 novembre 1936. Les Nationaux alignaient 20.000 soldats, principalement des Marocains, des “Moros” et la fameuse “Légion étrangère” espagnole. Ces unités étaient bien entraînées et bien équipées. Elles reçurent l’ordre d’avancer en quatre colonnes contre une masse de combattants bien plus importante mais sans grande formation militaire. Les “héros” du PC espagnol consacrèrent plutôt leurs efforts contre une “cinquième colonne” imaginaire, qui aurait fourbi ses armes dans la clandestinité, à l’intérieur même de la capitale. Pour l’attirer dans les rets des milices communistes, on ne recula devant aucun truc, aussi veule fût-il: une vaste maison madrilène abritait, apparemment, une représentation diplomatique du Royaume du Siam (qui n’avait aucun ministre en Espagne à l’époque). Des centaines de Madrilènes y demandèrent l’asile politique. Ils finirent tous fusillés. Les prêtres et les religieuses furent les victimes favorites des milices du PCE. A la radio, l’agitatrice Dolores Ibarruri Gomez, connue sous le sobriquet de “La Pasionaria”, excitait les esprits. Elle s’adressait aux femmes de Madrid: “Il vaut mieux être la  veuve d’un héros que l’épouse d’un lâche”. Elle martèlait sans cesse un maître-slogan dans la tête des Madrilènes: “No pasaran!”; “Ils ne passeront pas!”.

Le 7 novembre 1936, le 11ème Brigade (germanique) traverse à marche forcée la capitale espagnole; son objectif? Le quartier universitaire à l’ouest de la ville. Les brigadistes rouges y connaîtront le baptême du feu. Un tiers des effectifs tombe au combat rien que dans les quatre premiers jours. Le 12 novembre, une nouvelle brigade entre dans la danse, sous les ordres du Général Lukacs (de son vrai nom Màté Zalka). La bataille durera jusqu’au 23 novembre. Les jeux sont clairs: les Nationaux ont échoué dans leur offensive. Franco ne prendra la capitale espagnole qu’en mars 1939.

La deuxième épreuve du feu des “Internacionales” fut un affrontement entre Italiens. On le sait, Benito Mussolini est venu en aide au camp nationaliste espagnol, en lui envoyant quatre divisions; pour une moitié composées de soldats réguliers, pour un autre moitié de miliciens fascistes. Après la prise de Malaga en février 1937, qui se déroula sans peine, Rome croyait avoir montré ses muscles. Mais un mois plus tard, nous ne sommes plus en Andalousie mais au nord de Madrid, à Guadalajara. Le 3 mars 1937, les troupes du Duce passent à l’attaque. Face à elles, se tiennent les Italiens rouges. En lançant des tracts et des slogans par mégaphone, ils invitent à la désertion. Avec succès! Les nationalistes espagnols connaissent désormais la valeur de leurs alliés, si peu fiables. Malgré ce que colportent les légendes héroïques de la gauche, après Guadalajara, le rôle des Brigades Internationales fut quasiment terminé. Car la cohésion des brigades n’existe plus: c’est la méfiance qui règne en leur sein au lieu de la camaraderie.  Pourquoi? A Moscou, les fameuses purges, les procès spectaculaires ont commencé. Dans les rangs des Brigades, le NKVD soviétique cherche aussi des suspects. Tous ceux qui n’adoptent pas la ligne du parti, c’est-à-dire les trotskistes, les anarchistes et les autres “déviationnistes” finissent dans les chambres de torture. Les fusillades sont à l’ordre du jour. Finalement, les idéalistes perdent leur ferveur: ils ne luttent pas pour un avenir radieux de l’humanité mais pour les intérêts de Staline.

En novembre 1938, le gouvernement de l’Espagne rouge décide de dissoudre les Brigades, afin de satisfaire une clause interdisant à toutes puissances étrangères d’intervenir dans la guerre civile. En vain. Six mois plus tard, Franco peut annoncer la victoire du “soulèvement national”.

Erich KÖRNER-LAKATOS.

(article paru dans “zur Zeit”, Vienne, n°36/2006; trad. franç.: Robert Steuckers).

Note:

(1) Julius Deutsch fut un communiste guerrier. En 1923/24, il organisa le Schutzbund républicain, une milice d’auto-défense ouvrière armée. Il en fut le commandant jusqu’en 1934. Le 12 février de cette année-là, il avait organisé, conjointement avec Otto Bauer, la lutte ouvrière contre le gouvernement autrichien. De 1936 à 1939, Deutsch fut général dans l’armée républicaine espagnole.

 

lundi, 04 août 2008

Chavez à Moscou, Minsk, Lisbonne et Madrid

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 Chavez rencontre le Président biélorusse Loukhatchenko

 

Siro ASINELLI:

Chavez à Moscou, Minsk, Lisbonne et Madrid

A la recherche d’une géostratégie planétaire alternative

Le 21 juillet 2008 a commencé une semaine “brève mais intense” pour le président vénézuélien Hugo Chavez. En effet, il a entamé un voyage en Europe. Première étape: il aété reçu par son collègue russe Dimitri Medvedev, le 22. Outre ce rendez-vous moscovite, le chef d’Etat latino-américain prévoit également de brèves étapes en Biélorussie, en Espagne et au Portugal. Ce voyage n’a duré que quatre jours mais, avant de l’entamer, Chavez, lors du rendez-vous hebdomadaire  et dominical qu’il donne à son peuple, en parlant à la radio, n’a pas hésité à le qualifier de “stratégique”. Il a expliqué en direct durant l’émission “Alo, preidente!”: “Il s’agit d’un voyage très important, je dirais même qu’il s’agit d’un voyage stratégique et géopolitique dont l’objectif est de consolider toujours davantage la position du Venezuela”.

A l’ordre du jour, nous trouvons essentiellement la coopération bilatérale dans les domaines du développement technologique, militaire, scientifique et énergétique. Les antennes de la communauté internationale ont donc indubitablement cherché à capter le maximum sur les rencontres du 22 à Moscou. La veille du voyage en Russie, où Chavez est arrivé dans la nuit du 21 au 22, le président vénézuélien n’a fait aucun mystère sur les buts de son périple européen; sur le plan formel, a-t-il dit, l’objectif est “de créer des relations d’amitié sur base d’une sensibilité politique commune”. Sur le plan plus strictement matériel, cela se traduira par la signature de plusieurs contrats, pour des montants de plusieurs millions de dollars, portant sur la livraison d’armes. Le premier citoyen du Venezuela a lui-même évoqué l’acquisition possible, par Caracas, de chars russes et d’autres matériels de haute technologie destinés aux forces armées vénézuéliennes. Des sources, en provenance des milieux de l’industrie militaire russe, citées par de nombreux organes de presse latino-américains, confirment que plusieurs contrats de ce type étaient déjà sur la table autour de laquelle se sont réunis Chavez et Medvedev. Dès le 22, de vieux projets préparés entre le “Palacio Miraflores” de Caracas et l’ancien président russe  —et actuel premier ministre—  Poutine pourront se concrétiser. Notamment l’acquisition par le Venezuela de trois sous-marins diesel de la classe “Varchavianka” et de la troisième génération. Ce contrat, l’an passé, avait  été l’objet d’âpres critiques de la part des pays soumis aux Etats-Unis, qui craignent l’alliance russo-vénézuélienne.

Par ailleurs, rappelons qu’en 2006 un embargo unilatéral avait été décrété  à propos de la vente d’armes au Venezuela: de ce fait, les Etats-Unis avaient laissé le champ libre à leurs rivaux russes, devenus, en conséquence, les principaux fournisseurs des forces armées du pays latino-américain mis à l’écart de l’américanosphère. En deux ans, les contrats militaires conclus entre la Russie et le Venezuela portent sur un chiffre qui dépasse désormais les quatre milliards de dollars américains. Parmi les accords russo-vénézuéliens qui ont fait froncé les sourcils des atlantistes: la construction, encore en cours, d’une usine de fusils d’assaut fabriqués sur le modèle de la Kalachnikov de la toute dernière génération, l’AK-103, sur le territoire vénézuélien. Pour ceux qui ne cessent de dénigrer la “République bolivarienne” de Caracas, c’est la preuve que les institutions contrôlées par Chavez seront au premier rang pour fournir des armes à tous les guerilleros d’Amérique latine.

La signature des deux présidents ne sera finalement que simple formalité: fin juin, le vice-président vénézuélien Ramon Carrizales et le ministre de la défense Gustavo Rangel se trouvaient déjà tous deux à Moscou. Mais l’importance des relations entre Moscou et Caracas  ne se limite pas au domaine militaire. Avec la nationalisation des ressources énergétiques, qui s’est opérée au cours des trois dernières années au Venezuela après l’approbation de lois visant à soutenir les atouts de la souveraineté nationale, Chavez a réussi à attirer habilement sur son territoire les grandes compagnies d’Etat russes, elles aussi récupérées et tirées des griffes des capitaux privés et étrangers grâce aux trains de lois impulsés par Poutine au cours de ses deux mandats présidentiels. A la fin de l’année 2006, la Lukoil a commencé à extraire du pétrole des gisements vénézuéliens, tandis que la Gazprom a obtenu, dès 2005, la licence d’exploiter les dépôts de gaz naturel dans le Golfe du Venezuela.

Les projets communs dans les secteurs militaire, minier et scientifique connaîtront forcément des développements dans l’avenir, comme l’a d’ailleurs confirmé le ministre des affaires étrangères de Caracas, Nicolas Maduro. Si le point fort reste la coopération militaire, il n’en demeure pas moins vrai qu’ “il s’agit d’une alliance qui permettra à notre pays de rompre le bloc militaire que l’élite américaine cherche à nous imposer”. Les pourparlers en vue de créer une banque russo-vénézuélienne laissent entrevoir des perspectives plus vastes. L’objectif de cette banque sera de financer de futurs projets bilatéraux. L’idée est venue à la suite de la création, sous l’impulsion de Chavez, de la “Banco del Sur”, qui fonctionne déjà en Amérique latine. Nous avons là une autre facette du grand projet d’alternative globale aux actuelles institutions financières privées  comme la Banque Mondiale et le Fond Monétaire International, que Chavez a récemment proposé lors du sommet “Petro Caribe”, en suggérant comme futurs partenaires la Russie, la Biélorussie, la Chine, l’Inde et l’Iran.

Le voyage en Europe de Chavez ne s’est toutefois pas terminé à Moscou. Le 23, le président vénézuéliens’est rendu à Minsk pour rencontrer son homologue biélorusse Alexander Loukachenko, avec lequel il avait déjà signé des accords bilatéraux en matières d’énergie, de technologie etaussi dans un secteur fondamental pour la Biélorussie: celui de la coopération agro-alimentaire.

A Lisbonne, où il s’est rendu après avoir quitté Moscou et Minsk, Chavez a été l’hôte du  premier ministre portugais José Socrates. Les deux hommes ont signé de nouveaux contrats de coopération alimentaire et énergétique, tandis que les premiers pétroliers vénézuéliens étaient déjà en route pour le Portugal, comme Chavez l’avait annoncé à la radio, avant son départ.

En fin de périple, Chavez s’est retrouvé en Espagne, où il s’est rendu, non pas tant pour signer certains accords commerciaux, mais surtout pour sceller la paix, à la suite de la querelle haute en couleurs qui l’avait opposé naguère au Roi Juan Carlos. Celui-ci lui avait lancé un peu diplomatique “Mais ne peux-tu donc pas la fermer?” lors du Sommet Ibéro-Américain à Santiago du Chili. Les deux protagonistes de l’algarade verbale semblent avoir enterré la hache de guerre. Chavez a rencontré à Madrid le premier ministre José Luis Rodriguez Zapatero  puis s’est probablement rendu dans la résidence royale d’été à Majorque. Chavez avait annoncé et espéré cette visite dans son discours à la radio, sur un ton mi-sérieux mi-facétieux: “J’aimerais bien te faire l’accolade, Juan Carlos, mais tu sais que je ne la fermerai jamais et que je continuerai à parler pour un monde de justice et d’égalité”.

Siro ASINELLI.

(article paru dans le quotidien romain “Rinascita”, 22 juillet 2008;  trad.  franç.: Robert Steuckers).

vendredi, 18 juillet 2008

Le numéro de la NRH sur la Reconquista espagnole

Ecole des Cadres de "Synergies Européennes" / Sections de Wallonie (Liège/Namur/Charleroi)

Le dernier numéro de la "Nouvelle Revue d'Histoire" de Dominique Venner est exceptionnellement dense. Il ré-ancre une école de pensée dans le fleuve de l'histoire, que d'aucuns avaient voulu quitter naguère. A lire aussi dans ce numéro, l'histoire du MSI à l'AN en Italie. En vente dans tous les bons kiosques et marchands de journaux du pays.

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mardi, 24 juin 2008

La partecipazione italiana alla guerra di Spagna

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La partecipazione italiana alla guerra di Spagna

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Daniele Lembo stampa
La partecipazione italiana alla guerra di Spagna

Il 1936 è un anno decisivo per la Spagna. Le elezioni hanno portato al governo le sinistre e la situazione politica, già precedentemente incandescente, raggiunge livelli di esasperazione. I militari, appoggiati dalle frange nazionaliste, mal tollerando la situazione politica venutasi a creare, a metà luglio, si sollevano contro il governo legittimo.
Inizialmente, il pronunciamento militare, a capo del quale è il generale Sanjurjo, sembra non attecchire. I rivoltosi controllano saldamente solo il Marocco spagnolo. Oltre alla regione Nord africana, i nazionalisti si impongono anche nella Vecchia Castiglia, nella Navarra, in Galizia, nel nord dell’Estremadura, nelle province di Siviglia, Cadice, Cordova e Granada. Ma le grandi città come Madrid, Barcellona, Bilbao e nella maggior parte del Paese la situazione è decisamente nelle mani del governo legittimo.
La situazione inizierà a cambiare quando, in seguito alla morte di Sanjurjo, a capo dei Nazionalisti si mette il generale Francisco Franco Bahamonde. A Franco, nel prendere il comando delle truppe ribelli, si presenta l’impellente necessità di trasportare le sue truppe marocchine dall’Africa del Nord al territorio metropolitano spagnolo. Il trasferimento è indispensabile per appoggiare la rivolta nella penisola Iberica che, altrimenti, verrebbe presto soffocata.
Per il trasbordo attraverso lo stretto di Gibilterra il generale spagnolo ha bisogno di navi ed aerei, mezzi dei quali, purtroppo egli non dispone e non gli resta che sperare nell’aiuto di Nazioni amiche.
La Germania cede ai nazionalisti venti apparecchi Junkers Ju52 mentre, inizialmente, Mussolini sembra non voler dare alcun aiuto ai rivoltosi. A Roma è stato espressamente inviato da Franco Juan Bolin, per perorare la causa dei nazionalisti e l’ambasciatore di Franco riuscirà a smuovere il Duce solo quando gli dirà che Hitler ha già concesso gli Ju52.
Il 30 luglio 1936 decollano da Elmas, in Sardegna, 12 trimotori Siai SM81 “Pipistrello”. I velivoli, ufficialmente acquistati da Juan Bolin, hanno le insegne obliterate e i 63 uomini che costituiscono gli equipaggi, al comando del tenente colonnello Ruggero Bonomi, vestono abiti civili e hanno nomi di copertura e documenti che li qualificano come personale civile estraneo alla Regia Aeronautica. Per escludere ogni collegamento tra gli aerei e l’Aeronautica italiana, non sono state cancellate solo le matricole militari degli aerei ma sono state limate anche le matricole delle armi di bordo. I trimotori, che volano alla volta del Marocco Spagnolo, incontreranno pessime condizioni meteoclimatiche e non arriveranno tutti a destinazione. Uno precipita in mare, un secondo effettua un atterraggio di emergenza a Bekrane, nel Marocco francese, e va distrutto al suolo, un altro atterra a Zaida, in Algeria, nel territorio del protettorato francese, venendo confiscato dalle autorità francesi. Alla fine, dei dodici partiti dalla Sardegna, solo nove SIAI atterrano a Melilla, in Marocco. Benché il modesto contingente aereo italiano giunga a destinazione ridotto a tre quarti dell’origine, i velivoli saranno preziosi per Franco dando un importante contributo al trasbordo in Spagna del corpo ispano – marocchino dei nazionalisti che viene trasferito sulla penisola iberica entro il 9 agosto.
L’invio dei 12 trimotori Siai SM81 non sarà un fatto isolato legato alle necessità contingenti di Franco e dei suoi, ma segnerà l’inizio dell’invio di una serie infinita di aiuti ai Nazionalisti spagnoli che in Italia avrà come nome di copertura “Esigenza Oltre Mare”. Ai trimotori Siai seguono dodici caccia Fiat CR32 che, il 14 agosto 1936, vengono sbarcati smontati a Melilla (Marocco). I caccia, come d’altronde i Siai, sono accompagnati dai piloti.
Ai primi 12 caccia CR32 ne seguiranno molti altri e gli invii di materiale aeronautico italiano vedranno arrivare in Spagna biplani da ricognizione Imam RO37, assaltatori Breda BA65 e i più modesti Cab AP1, addestratori Breda BA28 e Fiat CR30B, addestratori avanzati Imam RO41, bimotori da osservazione e aerocooperazione CA310, idrovolanti Cant Z501 e Cant Z506, ma anche i nuovi bombardieri Savoia Marchetti SM79. Oltre ai velivoli citati, sarà ceduta all’Aviazione Legionaria anche un’aliquota dei nuovissimi prodotti aeronautici della Fiat: i bimotori da bombardamento BR20 e i caccia G50.
In totale, per l’aviazione nazionalista, verranno inviati in Spagna 730 velivoli, di cui solo 710 giungeranno nella penisola Iberica, dotati di centinaia di motori di ricambio. Per rendersi conto dello sforzo logistico legato a tali velivoli basta ricordare che il personale addetto agli apparecchi sarà composto da 5.699 militari e 312 civili, il carburante dovrà essere sufficiente per le 135.000 ore di volo che verranno effettuate, mentre verranno sganciate 11.584.420 kg. di bombe.
Gli aiuti agli insorti di Franco non consistono solo in invii di materiale e personale aeronautico, ma anche alcune unità della Regia Marina vengono impegnate in azioni controcosta e di interdizione alle unità navali filogovernative. Nel febbraio 1937 gli incrociatori Eugenio di Savoia ed Emanuele Filiberto, senza inalberare alcun segno che ne denunci la nazionalità, cannoneggiano dal mare le città di Barcellona e Valencia. L’incrociatore Barletta, bombardato da velivoli repubblicani, conterà i primi sei morti italiani della Marina su quel fronte marittimo. Nel canale di Sicilia, nel tentativo di interrompere il flusso dei rifornimenti russi, interverranno gli incrociatori Diaz e Cadorna. L’uso di unità di superficie rischia, come è facile intuire, di rivelarsi troppo pericoloso per l’Italia, potendone facilmente compromettere la posizione in campo internazionale, coinvolgendola in un conflitto nel quale, ufficialmente, gli italiani non sono mai entrati. La parte del leone, in aiuto alla modesta flotta nazionalista, verrà svolto dai sommergibili della Regia Marina. Unità insidiose e di nazionalità indefinita fin quando sono immerse, le unità subacquee si rivelano adattissime allo scopo. Ben 36 sottomarini italiani trovano impiego lungo le coste spagnole in una serie di attività che vanno dall’interdizione del traffico repubblicano al cannoneggiamento notturno delle coste. Attività di interdizione al traffico navale russo, diretto in aiuto ai repubblicani, viene poi svolta in Mediterraneo dove i sommergibili italiani fanno base nel Dodecaneso.
Alla Marina nazionalista saranno ceduti “in prestito” i sommergibili Ferraris, Galileo Galilei, Onice e Iride che verranno inquadrati nella Marina di Franco solo per alcuni mesi e faranno definitivamente rientro in Italia nel 1938.
Sul fronte di terra, all’inizio, gli aiuti italiani sono piuttosto timidi in quanto Mussolini non intende assolutamente esporsi in campo internazionale, aiutando a viso aperto i rivoltosi. Evidentemente, al Duce brucia ancora la riprovazione manifestatagli dalla Società delle Nazioni con le Sanzioni comminate all’Italia in occasione dell’intervento in Etiopia.
Nei primi quatto mesi della guerra civile dall’Italia, in aiuto agli insorti nazionalisti, arriva ben poco. In questo primo periodo, sono poco più di 380 gli uomini che il Regio Esercito manda in aiuto agli insorti e si tratta di personale impiegato, prevalentemente, come istruttori e osservatori. Dagli inizi di agosto alla fine di settembre del ’36 arriveranno poi 15 carri L, le famose “scatole di sardine”, e 38 pezzi di artiglieria da 65/17. I carri arrivano senza equipaggi, ma accompagnati solo da istruttori in quanto sono destinati ad essere impiegati da personale spagnolo.
Carri e cannoni italiani troveranno impiego con equipaggi misti italo spagnoli nella presa di San Sebastian e, nell’ottobre-novembre, negli scontri nei dintorni di Madrid. Come detto l’impegno italiano, all’inizio, sembra essere molto cauto e già a fine novembre il personale italiano viene fatto rientrare in Patria, con contestuale definitiva cessione dei materiali agli spagnoli. E’ solo un apparente passo indietro di Mussolini il quale è, invece, destinato ad impelagarsi in una guerra che, vista la massiccia presenza di personale e materiale russo, si avvia ad acquisire l’aspetto della crociata internazionale contro il bolscevismo. Il 16 novembre Italia e Germania riconosceranno ufficialmente il nuovo governo di Francisco Franco e sarà questo il primo passo verso il massiccio intervento italiano nella Penisola Iberica.
Nel dicembre 1936 sbarcano a Cadice i primi 3.000 “volontari” italiani. Imbarcati sul piroscafo “Lombardia”, sono stati arruolati con un premio di ingaggio di 3.000 lire e la promessa di una paga giornaliera di 40 lire. E’ inutile dire che gran parte dei “volontari” provengono dalle regioni più povere del Regno d’Italia. Molti dei volontari, poi, si sono arruolati credendo di essere inviati in Africa Orientale. Perché gli uomini partissero, si sono mossi tutti i Federali con una pesante campagna d’arruolamento e, al momento di firmare, ai volontari è stato genericamente parlato di una “esigenza Oltre Mare” è stata questa vaga indicazione ad indurre molti di loro a identificare i territori “Oltre mare” con l’Etiopia. L’arruolamento è stato considerato allettante perché, oltre che ben pagato, li avrebbe destinati verso una regione dell’Impero che tutti, in quel momento in Italia, credono definitivamente pacificata, mentre invece in Etiopia la realtà è ben diversa. Il fatto che la grande maggioranza dei legionari provenga dalle zone più povere del Meridione può lecitamente indurre a pensare che la buona paga presenti, per molti di loro, un’attrazione più forte della crociata ideologica contro il bolscevismo. Di contro, è da evidenziare, per ragioni di correttezza d’informazione, che molti sono anche coloro i quali si arruolano perché spinti da motivi ideologici, tant’è che molte domande di arruolamento giungono alla rappresentanza franchista a Roma molto prima ancora che venga istituito il Corpo Truppe Volontarie per la Spagna.
Ci sono coloro i quali si arruolano per semplice spirito d’avventura o perché credono genuinamente di andare a combattere contro la barbarie del bolscevismo. Se non fosse così non si spiegherebbe l’alto numero di ufficiali, provenienti dal complemento, che, arruolandosi, lasciano buoni impieghi e sicure professioni per andare in Spagna. Sono stato particolarmente colpito dal pensiero di Montanelli - Cervi che nell’opera “Due secoli di Guerre” (Editoriale Nuova, 1983 Milano p. 256) scrivono: “E’ altrettanto certo che vi furono anche i volontari idealisti, specie tra gli ufficiali di complemento che, a differenza degli “effettivi” non potevano essere sospettati di inseguire promozioni e medaglie, e che non dovevano essere attratti dal denaro, visto che nelle loro file c’erano laureati con un buon impiego professionisti, rampolli di famiglie agiate e perfino industriali come il lecchese Costantino Fiocchi, comproprietario di un’azienda già allora multimilionaria. Essi andarono in Spagna perché credevano realmente di combattere per la civiltà, per la fede cristiana, per il trionfo della fede cristiana sul bolscevismo e, a modo loro, anche per la libertà. Su questo non ci sono dubbi”
Altri 5.000 legionari arrivano nel gennaio successivo ed inizialmente vengono ordinati in una Brigata Volontari agli ordini del generale Roatta che è anche a capo del Servizio segreto militare italiano. Il 16 febbraio 1937, nasce ufficialmente il Corpo Truppe Volontarie che, sempre agli ordini di Roatta, comprenderà le divisioni: “I Dio lo vuole”, “ II Fiamme Nere”, “III Penne Nere” e “IV Littorio”; 2 brigate miste (I brigata “Frecce Azzurre” e II brigata “Frecce Nere”), costituite per il 30% da volontari italiani e per il 70% da volontari spagnoli; 2 gruppi di banderas autonomi (ogni gruppo è equivalente ad un reggimento mentre una banderas è equivalente ad un battaglione); un raggruppamento armi speciali che comprende: un battaglione carri d’assalto L3 su quattro compagnie, una compagnia di autoblindomitragliatrici, una compagnia motomitragliatrici e una sezione cannoni anticarro da 47 mm. Ai reparti citati andranno ad aggiungersi 10 gruppi di artiglieria con 104 pezzi, 3 batterie antiaeree con 16 pezzi, un raggruppamento manovra composto di autoveicoli vari e elementi del genio. Sembra che la Littorio, prima di essere inviata in Spagna, dovesse andare in Africa e forse anche ciò contribuirà a far credere ai volontari che l’esigenza Oltre mare si riferisca all’Africa Orientale.
Nella primavera del 1937, a fronte dell’impegno assunto dall’Italia di non far affluire in Spagna altre truppe, saranno sciolte la I e la III Divisione e gli uomini resi così disponibili andranno a completare gli organici delle altre due divisioni e dei gruppi di banderas. Il 3 novembre 1937 il gruppo di banderas “XXIII Marzo” andrà a fondersi con la divisione “Fiamme Nere”, formando così la divisione “Fiamme Nere XXIII Marzo”. Ma nell’ottobre del 1938, a fronte del rimpatrio di un grosso numero di legionari dalla Spagna, saranno sciolte sia la divisione Littorio che la divisione “Fiamme Nere XXIII Marzo”.
In seguito allo scioglimento delle due divisioni il C.T.V. andrà ad essere composto dalla Divisione d’assalto del Littorio e da tre divisioni miste, denominate “Frecce Nere”, “Frecce Azzurre” e “Frecce Verdi”. Queste ultime, benché definite miste, hanno il personale che è nella quasi totalità spagnolo, mentre solo i quadri e gli specialisti sono costituiti da italiani.
Inoltre faranno parte del C.T.V.:
Un Raggruppamento carristi su due battaglioni carri, un battaglione motomeccanizzato, un battaglione misto (una compagnia lanciafiamme, una compagnia mitraglieri, una compagnia anticarro), una compagnia arditi, una compagnia mitraglieri, una batteria da 65/17 autoportata;
un raggruppamento di artiglieria con pezzi di vari calibri (due gruppi da 105/28, due gruppi da 149/12, due gruppi da 75/27);
un raggruppamento artiglieria antiaerea (quattro batterie da 75, una batteria da 75/46, tre batterie da 20 mm);
Genio Corpo Truppe Volontarie composto da un battaglione artieri, un battaglione telegrafisti, un battaglione radiotelegrafisti, una compagnia fotoelettricisti;
una intendenza legionaria e un centro istruzione con personale istruttore distaccato presso le varie scuole militari spagnole. In totale, si calcola che in Spagna combatteranno circa 100.000 italiani. Come il lettore potrà facilmente intuire, l’impegno italiano a fianco di Franco, analogamente a quanto fatto precedentemente in Africa Orientale, è estremamente oneroso. La sostanziale differenza tra il conflitto con il Negus e l’intervento militare in Spagna sta nel fatto che, mentre con la fine del primo verrà fondato l’Impero, alla fine dell’impegno militare in Spagna, l’Italia non otterrà alcun vantaggio militare, politico o economico. Anzi, il conflitto spagnolo servirà solamente a debilitare le capacità belliche dell’apparato economico militare italiano, con costi particolarmente elevati. Costi che, peraltro, non rientreranno mai perché il generalissimo Franco si deciderà a saldare i debiti con il Regno d’Italia solo dopo la fine della seconda guerra mondiale, pagando i suoi conti in sospeso con svalutatissime lire italiane. In breve, l’appoggio dato ai nazionalisti si rivelerà il peggiore affare militare fatto dalla politica italiana nel XX secolo.
Anche in questo caso, gli italiani avranno molto da imparare dai tedeschi che, differentemente, otterranno il massimo risultato con il minimo sforzo. I tedeschi, in vista del conflitto mondiale oramai prossimo, useranno la Spagna come un immenso campo d’armi dove istruire le proprie truppe. Invieranno su quel fronte solo pochi specialisti da addestrare e da avvicendare semestralmente. Parimenti, utilizzeranno il conflitto civile per provare le loro nuove armi, che cederanno ai nazionalisti in quantità molto inferiori a quelle italiane.

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samedi, 24 mai 2008

J. Ortega y Gasset, philosophe espagnol du politique

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Robert STEUCKERS:

José Ortega y Gasset, philosophe espagnol du politique

Le 9 mai 1883 naît à Madrid José Ortega y Gasset. Brillant élève des Jésuites à Miraflores del Palo, près de Malaga, il perd la foi catholique sous la double influence de Renan et du "modernisme" religieux. Après avoir suivi les cours de droit et de philosophie d'une université de Bilbao, il publie une thèse de doctorat intitulée Les terreurs en l'an mille. Ce sera ensuite une série de séjours à Leipzig, à Berlin, à Marburg-am-Lahn. Fondateur de revues d'idées (Espana, El Sol, Revista de Occidente), hostile aux régimes autoritaires, il réagit en s'engageant personnellement. En 1931, il est élu député et fonde avec Maranon et Perez de Ayala un groupe parlementaire intitulé Al servicio de la Republica.

Cette aventure le déçoit. Aucune unité de vues ne le lie à ses compagnons de combat et il estime plus sage de se retirer de la scène politique. Désormais, il est convaincu que les intellectuels n'ont pas à chercher le pouvoir. Aux jeunes gens de tous les horizons politiques qui viennent lui demander des conseils, il répond : "Je sais - et vous aussi le saurez, dans quelques années - que tous les mouvements caracté-ristiques de notre époque sont historiquement faux et vont au devant d'un échec catas-trophique". Ortega craint la violence de ce qu'il appelait le juvénilisme, conséquence de l’avènement des masses : au cours du XIXe siècle, la population européenne a triplé. Cette démographie galopante ne pouvait que provoquer le rabaissement généralisé du niveau culturel et spirituel et, par voie de conséquence, l’avènement d'un homme moyen dont le comportement est comparable à celui d'un primitif transplanté dans une vieille cité.

À 15 ans, Ortega a vécu l’épouvantable défaite de 1898, qui oblige son pays à céder Cuba, les Philippines et Porto Rico aux Américains. C'est la fin d'une grande puissance coloniale. Cette décadence appelle un renouveau, mais encore faut-il en découvrir les causes. Ortega constate que l'Espagne a perdu sa cohésion et son unité, qu'elle n'a plus de projet susceptible de transcender l'individualisme des hommes ou des groupes ; et, surtout, qu'elle n'a plus d'élites clairvoyantes, dignes de rassembler et de diriger les masses. Cette dialectique masse-élites fera l'objet d'un livre : La Espana invertebrada (1922). Les mêmes arguments seront élevés à la dimension européenne dans ce qui deviendra l'essai le plus célèbre du philosophe, La révolte des masses, paru en 1930.

Pour être totalement espagnol, il faut être européen et Weltbürger (citoyen du monde). Contrairement à l'Allemand qui, dans son éveil spirituel, se retrouve seul et perçoit les événements extérieurs comme "un morne fracas cosmique qui heurte les rochers de son insularité égotique", l'homme du Sud éveille d'emblée sur l'agora et doit se libérer des imbrications sociales pour retrouver la solitude créatrice. S'inspirant de Jung, Ortega pose donc l'Espagnol comme l'homme de la spontanéité, aux réflexes rapides mais superficiels et parfois irréfléchis. L'Allemand, lui, réagit lentement mais les stimuli qui le frappent sont longuement assimilés dans son intériorité avant de susciter une réponse globale.

Ortega oppose la raison vitale à la raison pure de la philosophie allemande qu'il a côtoyée dans les universités d'Outre-Rhin. Pour Leibniz, Kant, Fichte ou Hegel, le monde n'est qu'un vaste chaos que la pensée doit ordonner. Ortega admet l'existence d'un moi libre et conscient qui ordonne rationnellement les choses, mais il conteste le finalisme implicite de l'idéalisme allemand et donne priorité à la vie.

Malgré ces divergences, il ne fait aucun doute que c'est en Allemagne qu'Ortega a trouvé les penseurs qui partageaient sa sensibilité profonde. A Berlin, par ex., Georg Simmel, dont il a suivi les cours, enseignait que certaines valeurs ont effectivement une validité objective et absolue, et que le relativisme de notre perception des valeurs n'est, en fait, qu'un regard perspectiviste, et donc limité, jeté sur la vérité absolue. Les réflexions que cet enseignement a inspirées à Ortega sont rassemblées dans son ouvrage El tema de nuestro tiempo (1923). Entre le relativisme, qui engendre le scepticisme, et le rationalisme, qui est quête d'absolu, il faut ouvrir une 3éme voie. L'entendement ne se laisse pas traverser passivement, mais il n’altère pas non plus ce qu'il appréhende. Sa fonction est clairement sélective : il retient du réel tous les éléments qui s’accommodent de son appareil récepteur, tandis que les autres lui échappent. Une telle vision est radicalement pluraliste. D'un point de vue anthropologique, cela signifie que chaque peuple, à chaque époque, est prédisposé à jouir de tel ou tel aspect du monde. Les perspectives sont les composantes de la réalité. Elles ne sont nullement déformantes, elles constituent l'organisation même du réel. "Une réalité, écrit Ortega, qui, aperçue de n'importe quel point de vue, s'avérerait toujours identique, c'est là un concept absurde".

Nietzsche a appris à Ortega l'idée d'une vitalité corporelle qui sous-tend toute expression vitale, même la plus spiritualisée. Cette vitalité corporelle est elle-même soumise à un rythme sinusoïdal, fait de chutes et d’ascensions. S'il estime que Nietzsche a eu tort de traduire sa pensée en des termes trop zoologiques, somatiques ou biologiques, Ortega ne rejette pas pour autant les prophéties intuitivement géniales du solitaire de Sils-Maria : le temps qu'il avait annoncé est le nôtre. A nous de le vivre.

L'attitude d'Ortega face à la tradition phénoménologique et existentialiste allemande est plus révélatrice encore de sa propre démarche. La phénoménologie de Husserl aurait, selon lui, raté la vocation qu'elle ambitionnait initialement. La volonté de saisir les phénomènes dans lesquels la pensée s'enracine, s'est estompée pour retomber dans une sorte de rationalisme cartésien. Dés que Husserl s'est mis à parler de "conscience pure", il a escamoté la réalité et déréalisé le monde que l'homme doit affronter.

Ortega est plus proche des thèses que Heidegger avait défendues dans Sein und Zeit (1927). La vie comme inquiétude, comme souci, comme insécurité et la culture comme recherche de sécurité étaient des idées qu'il avait déjà approchées dans son livre Meditaciones del Quijote (1914). Le philosophe espagnol a toujours prétendu ne jamais avoir été influencé par Heidegger. Quoi qu'il en soit - et malgré les affinités existant entre les 2 hommes - la controverse s'engagera assez rapidement. Dans L'évolution de la théorie déductive et l'idée de principe chez Leibniz, Ortega conteste l'interprétation heideggerienne du concept d’Être. L'Allemand se serait abusé sur la place de l'ontologie dans la pensée grecque et, pour Ortega, il n'est pas certain que l'homme se soit toujours interrogé sur l’Être. Heidegger aurait dû cerner davantage le sens de ce mot. Il aurait fallu se demander comment et pourquoi la spéculation sur l’Être est survenue en Grèce depuis Parménide. La linguistique, qu'interpelle Ortega, nous apprend que ce verbe est l'un des plus récents qui soient. Dans presque toutes les langues, il est formé de racines aux origines les plus diverses, ce qui souligne son caractère éminemment occasionnel et accidentel. Ortega reproche à Heidegger de ne pas avoir correctement perçu le côté dynamique de la conception grecque de l’Être, comme activité ou actualité.

Il est insoutenable, dit Ortega, de réserver à l'homme seul, le privilège exclusif de s'éprouver comme un être "problématique". L'animal peut, lui aussi, se sentir en péril, vivre en alerte perpétuelle. La déréliction et le pessimisme heideggeriens, qui suscitent la fameuse angoisse des existentialistes, peut entraîner une réaction positive de libération et d'énergie salutaire. Ortega ne conteste donc pas le côté dramatique de l'existence, mais il refuse de définir la vie par ce seul aspect. S'il ne faut pas verser dans l'optimisme béat, s'il faut percevoir la terrible négativité qui gît au tréfonds du monde, la tâche du philosophe est de militer dynamiquement contre ce destin.

L'angoisse et l'infinie "allégresse du monde" cohabitent en chacun de nous. Il faut prendre en compte ces 2 aspects si contrastés de la vie, si l'on ne veut pas se condamner à porter sur celle-ci un regard hémiplégique et réducteur. Ortega conteste cet existentialisme qui ne veut percevoir le monde que comme une noire crevasse et qui n'a d’intérêt que pour le malaise, l'abîme ou le néant. La vivacité hispanique qui habite le philosophe lui fait refuser cette philosophie macabre, cette manie germanique des profondeurs. Sa philosophie veut être, entre les profondeurs et la surface de l’Être, un perpétuel aller-retour.

Après cette initiation universitaire au monde philosophique allemand, Ortega s'est donné pour tâche d'initier la jeunesse d'Espagne à la pensée européenne. Par son labeur incessant, par le nombre important de traductions qu'il a fait publier, par la concision de ses textes, il a permis aux étudiants espagnols de comprendre l'actualité philosophique. Mais il ne s'est pas contenté de cette mission académique. Il souhaitait en effet que ce savoir soit mis au service de la société espagnole et qu'il ait un impact sur la vie politique de son pays.

"Toute ma vie, toute mon œuvre a été au service de l'Espagne". La monarchie décadente, le pouvoir exorbitant de l'aristocratie et du clergé, ces formes désuètes et mortes, exigeaient des innovations. Dans La Espana invertebrada, Ortega explique que toute nation se forme autour d'un "projet qui suggère un mode de vie en commun". C'est par de tels projets que se réalise la phase ascendante d'intégration des unités sociales. La ruine des nations survient lorsque le processus inverse, la désintégration, se met en marche. Alors, les parties, jadis intégrées par le projet initial, se détachent successivement de la vie commune et s'affaiblissent dans une isolation stérile. C'est quand une nation a oublié le projet qui l'animait qu'elle doit recevoir le qualificatif d'invertébrée.

En 1580, pendant le règne du roi Philippe II, l'union de la Castille et de l'Aragon a permis de "lancer l'énergie espagnole aux quatre vents pour inonder la planète et créer un empire d'une superficie jamais encore atteinte dans l'Histoire". La désagrégation, pourtant, n'a pas tardé. Les zones périphériques se sont détachées les 1ères : les Pays-Bas, Milan, Naples. Au début du XIXe s., les colonies sud-américaines acquièrent leur indépendance et l'Espagne se voit réduite à son espace péninsulaire. Après 1898, le séparatisme et le régionalisme entameront l'unité intérieure.

Sur le plan social, l'Espagne perd également son "squelette". Les diverses classes sociales devien-nent des entités hermétiques. Les militaires, les ouvriers, les intellectuels, les politiciens perdent contact les uns avec les autres. Chacun de ces groupes sociaux reste persuadé "d’être l'unique groupe existant, d’être un tout et le tout". Ainsi, les militaires déclenchent des pronunciamentos, la classe ouvrière s'exerce à l'action directe et, au bout du compte, surgit le chaos. Au sein même des groupes sociaux, Ortega, à l'instar du sociologue italien Vilfredo Pareto, distingue une minorité d'individus exemplaires, qui ont des qualités de dirigeants et une masse qui, en période ascendante d'intégration, les suit et, en période de désintégration, refuse toute hiérarchie interne au groupe. L'élite qui survit à la désintégration devient alors indigne de sa tâche.

Ortega a rêvé de forger une élite nouvelle avec des hommes venus de toutes les classes, et de sortir ainsi l'Espagne de son marasme. Ses idées politiques avaient le mérite d'une extraordinaire limpidité que l'on retrouve d'ailleurs dans toutes ses œuvres, mais elles heurtaient de front une société dominée par les conflits d’intérêts, dans laquelle les hommes au pouvoir utilisaient toutes les potentialités de l'irrationnel pour conserver leurs privilèges.

Comme Miguel de Unamuno, Ortega a opté pour un "libéralisme" hispanique opposé aux totalitarismes d'un XXe s. à la recherche de stabilités définitives. "Ni le bolchevisme, ni le fascisme, écrit-il, ne résument tout le passé, condition indispensable pour le surmonter". Ces 2 totalitarismes sont des phénomènes de l'âge des "masses" qui a fait perdre aux hommes toute "conscience historique".

Pour acquérir cette conscience, nécessaire à l'équilibre de toute société politique, Ortega suggère l'enseignement d'une philosophie humaniste qui marquera l’avènement d'hommes nouveaux, conscients des impératifs de l'époque, parce que dépositaires d'une mémoire historique effective. Le bolchevisme et le fascisme se bornent, écrit-il, à nier la validité des institutions libérales sans se rendre compte que cette négation peut les conduire à des positions anachroniques. Il faut plutôt dépasser le libéralisme, en assimilant les acquis spirituels de cette idéologie politique polymorphe.

L'anti-totalitarisme d'Ortega s'accompagne d'une sévère critique des postulats rationalistes de la démocratie libérale. Il est convaincu que seule la sélection permettra de "gouverner les esprits" et d'"orienter les volontés". L'homme, pense-t-il, n'est jamais motivé par des "idées pures" mais par des sentiments et des associations d'images. C'est de la vie - et de la vie seule - qu'émerge la raison.

On a maintes fois insisté sur l'influence qu'Ortega a exercé sur la pensée du chef phalangiste José Antonio Primo de Rivera. Ce dernier a effectivement rendu hommage à la pensée du philosophe, tout en lui reprochant de ne pas assumer d'engagement politique cohérent. Ortega avait choisi le combat politique lors de l’avènement de la République, mais n'en avait tiré que des déceptions. Les années 30 auraient dû, estimait José Antonio, entendre sa voix prophétique et énergique. Cette volonté de se retirer "au-dessus de la mêlée" est sans doute une erreur que l'Espagne paie aujourd'hui encore, parce que le franquisme catholique était foncièrement incapable de traduire dans les faits politiques cette 3ème voie suggérée par Ortega et voulue par José Antonio.

Lorsque la guerre civile éclate en 1936, le philosophe choisit le chemin de l'exil. Cet exil, commencé à Paris et en Hollande, se poursuit au Portugal et en Argentine. En 1946, il se réinstalle à Madrid, boude le régime qui n'a réussit qu'à restaurer sans innover, et crée l'Instituto de Humanidades. Désormais, il fait la plupart de ses conférences en Allemagne où ses idées sont davantage lues et discutées. En 1950, à Baden-Baden, il rencontre Heidegger pour lui faire part de vivo de ses critiques. Il meurt le 17 octobre 1955.

La confrontation d'Ortega avec le monde effervescent de la politique correspond à la désorientation que vécurent les idéaux humanistes et libéraux dans la 1ère moitié de ce siècle. Son cas est semblable à celui de Benedetto Crocce en Italie. Pour les 2 hommes, le libéralisme apparaissait comme un système marqué par la tolérance, qui dépassait les autres idéologies parce qu'il accueillait toutes les vérités dans un cercle plus large, les replaçait là où elles pouvaient s'avérer utiles, et convertissait les éléments jugés arbitraires et fantaisistes en problèmes et en solutions logiques. Tout rejet du polymorphisme leur apparaissait comme stérile.

Ortega et Croce souhaitaient une tolérance active, un refus des illusions, la lucidité pour que l'homme ne se constitue pas prisonnier d'une utopie et ne revendique pas la fin de l'histoire. Malheureusement, le libéralisme n'était pas ce qu'il croyait. C'est lui qui nous impose, aujourd'hui, la mortelle tiédeur que ni Ortega ni Croce ne souhaitaient.

(Texte paru en 1981; version originale perdue).

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samedi, 17 mai 2008

La doctrine du "Grand Maroc"

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Communiqué de "Democracia Nacional" (Barcelone)- 17 juillet 2002

Avertissement de 2008: Ce communiqué du groupe "Démocratie nationale" (Barecelone) mérite toujours, six ans après les événements, une lecture attentive car il recèle des vérités géopolitiques indépassables.

La doctrine du "Grand Maroc" et la guerre qui va éclater

Ce matin, 17 juillet, quand l'agence de presse espagnole a diffusé la nouvelle à 8 heures qu'une force opérationnelle spéciale de l'armée espagnole avait occupé l'Ile du Persil (Perejil), notre pays a vécu un moment d'allégresse et d'union nationale, sauf les marginaux de toujours (IU, ERC) et les nationalistes basques qui estiment que tout ce qui nuit à l'Espagne leur profite. L'Espagne a récupéré sa dignité nationale bafouée, mais, inévitablement, le pire reste à venir car la crise qui oppose l'Espagne au Maroc n'a pas cessé pour autant. Car, une chose est certaine, le Maroc cherche délibérément la guerre.

La doctrine du "Grand Maroc"

Quand, au début des années 50, le Sultan du Maroc obtient l'indépendance de son pays, le moteur idéologique premier du mouvement indépendantiste est l'Istiqlal, un parti nationaliste marocain. Son fondateur, El Fassi, avait élaboré au Maroc pendant la seconde guerre mondiale un programme de type nationaliste qui lui a valu d'être surnommé le "Sabino Arana" marocain, du nom d'un théoricien du nationalisme basque. En effet, sa doctrine, d'un point de vue espagnol, n'est pas moins délirante que la doctrine nationaliste basque.

El Fassi, se référant à des interprétations historiques d'une rigueur plus que douteuse, soutenait la thèse d'une suprématie marocaine, appelée à transformer le pays en une puissance régionale en Méditerranée occidentale. Il appelait cette doctrine celle du "Grand Maroc", une fiction géopolitique finalement assez absurde.

Le rayon d'action de ce "Grand Maroc" hypothétique englobait le Sahara occidental, la frange littorale d'Ifni, Ceuta, Melilla et les îles adjacentes, les territoires de Tindouf et de Colomb Bechar dans l'Ouest de l'Algérie, la totalité de la Mauritanie et une partie importante du Mali, ainsi que la plate-forme continentale des Iles Canaries.

Cette idée délirante n'a pas inspiré que le parti Istiqlal, mais a imprégné tout le processus de formation de l'Etat marocain jusqu'à ce que l'idée du Grand Maroc soit partagée aujourd'hui par toutes les forces politiques du pays, depuis les progressistes de l'Union Nationale des Forces Populaires jusqu'aux socialistes.

La marche vers le "Grand Maroc"

Tous les événements politiques provoqués par le Maroc au cours de la seconde partie du 20ième siècle ne sont pas dissociables de l'idée de "Grand Maroc". En certaines occasions, certaines de ces démarches revêtent un caractère spectaculaire, comme l'annexion de Villa Bens en 1958, d'Ifni en 1969 et du Sahara en 1975. Ou se terminent par des échecs retentissants, comme la guerre de 1957-58 qui a visé l'annexion du Sahara occidental et d'Ifni, ainsi qu'à terme l'annexion de la Maurétanie toute entière. Autre échec cuisant : le Maroc a cultivé l'intention d'inclure dans son territoire national une partie de l'Algérie lors de la guerre dite des "sables mouvants" en 1963. Finalement, nous avons l'épisode tout récent de la prise de l'Ile du Persil, rapidement reconquise par les Espagnols.

Les différents gouvernements espagnols, y compris ceux du temps de Franco, n'ont jamais pris en compte le projet de l'Istiqlal ni pris au sérieux la politique expansionniste du Maroc. Dès que la transition du régime franquiste à la monarchie parlementaire et constitutionnelle a été achevée, il a été impossible de trouver en Espagne des diplomates capables de comprendre le problème, malgré le fait que dans la salle du trône du palais royal marocain on pouvait voir une carte du "Grand Maroc", sur laquelle, bien évidemment, les Canaries apparaissaient comme faisant partie du Sultanat du Maghreb.

Il est toute aussi impensable que Juan Carlos I, qui a rendu visite tant de fois à son homologue alaouite, ne connaissait pas cette carte. Il est curieux également de constater que, tandis que les forces armées espagnoles continuaient à élaborer des plans d'opérations pour un éventuel "front sud", les différents gouvernements démocratiques (de l'UCD, du PSOE et du PP) ont toujours eu une politique de la main tendue à l'endroit de ce gouvernement marocain qui ne cachait pas ses intentions de s'approprier des territoires espagnols. Cette situation insolite nous force à méditer ici une phrase de Carl Schmitt: «Si tu prétends être l'ami de ton ennemi et que celui-ci continue à te considérer comme son ennemi, alors tu es perdu».

Le Maroc cherche la guerre

En 2001, le Maroc a acquis 20 chasseurs bombardiers YF-16 à nos "amis américains" (ndlr: via l'Arabie Saoudite). Peu de temps après cet achat, on apprend que le Maroc acquiert également une quantité énorme d'armes légères, comme des canons sans recul et des mortiers. Tout ce matériel semble à première vue inutile et surtout inapproprié pour combattre le Polisario. Il s'agit bel et bien d'un matériel destiné à combattre une puissance terrestre, en l'occurrence la seule puissance voisine qui pourrait s'opposer à la mise en pratique de l'idée du "Grand Maroc".

Il nous paraît important de ne pas perdre de vue la façon dont ces achats se sont réalisés. Tout ce matériel a été acheté avec l'aval des monarchies les plus réactionnaires du Golfe Persique, qui ont pour point commun, avec le Maroc, d'être les alliées des Etats-Unis!

Que s'est-il ensuite passé? Un jeune roi immature et un gouvernement corrompu commencent ensemble une aventure insensée. Mohammed VI, qui ignore les lois de la politique, veut se muer en un nouveau monarque des "pétro-dollars". Sa "simplicité" mentale l'induit à croire que quelques petits puits de pétrole forés dans les sables du désert vont lui apporter des richesses considérables, grâce à l'entremise des sociétés pétrolières américaines. Il pense que dorénavant, le Maroc ne va plus dépendre de ses exportations de fruits citriques et de haschisch en direction de l'UE et que son économie ne va plus cruellement dépendre des devises envoyées par les deux ou trois millions de travailleurs marocains dispersés à travers l'Europe. Le petit roi Mohammed VI croit qu'il deviendra très bientôt un nouveau monarque des mille et une nuits, un nouvel émir du pétrole. La crise marocaine actuelle ne s'explique que par l'immaturité politique et les faiblesses psychologiques personnelles de ce drôle de petit roi.

Encore plus surprenant, dans le contexte qui nous préoccupe : on construit en ce moment même, dans les chantiers navals espagnols, des bateaux pour la flotte ennemie! Toujours plus surprenant : les immigrés marocains sont admis sur le territoire de l'Union Européenne comme s'ils étaient les ressortissants d'un pays associé et ami. Les événements récents nous l'ont prouvé : il n'en est rien ! Car, tout concourt à affirmer que le Maroc cherche bel et bien la guerre.

La France modifie ses positions

Au cours de cette crise récente, la position de la France a considérablement varié par rapport aux crises antérieures. Jusqu'ici la politique française a consisté à préférer un Maroc francophile, renforcé par l'incorporation du Sahara, à un Sahara indépendant et hispanophile. Pour rappeler le passé, disons que dans toutes les péripéties coloniales du 19ième siècle et des débuts du 20ième, la politique française a cherché à affaiblir l'Espagne. Mais au cours de ces derniers mois, nous avons assisté à un changement de cap, notamment après le 11 septembre 2001

[ndlr: Pas si sûr! Le refus d'entériner la note de la présidence danoise —arrogance inadmissible à l'égard du Danemark et ingérence intempestive dans la bonne marche des institutions européennes—  montre que le Maroc et son roitelet de carnaval peuvent encore compter sur l'appui de Paris, qui reste, comme le prouve une quantité d'écrits quasi officiels, hostile à Vienne et à Madrid, capitales jugées "traditionnelles", de même qu'à des entités comme la Flandre et la Croatie. Cf. l'ouvrage écœurant et scandaleux d'une dame, Annie Lacroix-Riz, professeur à Toulouse-Le Mirail et spécialiste du Maroc (!); cet ouvrage est intitulé Le Vatican, l'Europe et le Reich de la première guerre mondiale à la guerre froide, Armand Colin, Paris, 1996. Si les nationalistes basques et marocains délirent selon nos amis espagnols, ces délires, à coup sûr, n'arrivent pas à la cheville de ceux que profère cette dame Lacroix-Riz! Cet ouvrage franchement insultant, purement propagandiste, s'attaque avec une rare violence à l'Allemagne, au Vatican, à l'Espagne, à l'Autriche, à l'Allemagne, à la Belgique (et, avec une haine qui laisse pantois tout en étant carrément raciste, à sa majorité flamande et au roi Léopold III), à la Pologne, à la Roumanie, à l'Italie et à la Hongrie. Ce bréviaire hallucinant de la haine jacobine à l'égard de tous les peuples européens a reçu une consécration universitaire imméritée et, de ce fait, sert de référence à des hauts fonctionnaires et à des diplomates français. Ce qui se passe de commentaires et explique parfaitement les campagnes haineuses de la presse française  —et pas seulement de la presse!— contre l'Autriche, la Croatie et l'Italie, auxquelles nous avons assisté au cours de ces deux dernières années. Depuis François I, rien n'a changé : l'Europe est toujours l'ennemi pour Paris, en dépit de la construction européenne, et l'Islam (ou une fraction organisée de celui-ci) reste, dans tous les cas de figure, l'allié privilégié; dans un tel contexte, l'"anti-racisme" de la pensée unique sert à diaboliser tout ce qui est européen, à empêcher les braves Français de souche de s'identifier et de se solidariser avec leurs voisins et à présenter sous un jour idyllique et parfaitement abstrait l'allié extra-européen, qui qu'il soit; s'il existait des Martiens ou des Vénusiens qu'on pourrait mobiliser contre le reste de l'Europe, on les présenterait sous des traits dithyrambiques, tout en stigmatisant tous les autres de "fascistes" ou de "nazis", ce qui est le cas : Russes, Hongrois, Autrichiens, Danois, Flamands, Hollandais, Suisses, Italiens, Croates, Serbes, Macédoniens, Espagnols encaissent régulièrement dans la presse parisienne ces épithètes dénigrantes, parfois modernisées en "populistes"; notons que les peuples africains ou asiatiques qui ont l'heur de déplaire aux tenants de cette idéologie criminelle, subissent, eux aussi, des campagnes de haine, comme ce fut le cas des Tutsis nilotiques en Afrique centrale, victimes d'un génocide planifié par les alliés de Mitterrand, que la Belgique officielle, titubant d'une sottise à l'autre, a entériné, elle aussi].

La France a compris qu'elle perd désormais la partie dans le Maghreb. Les Etats-Unis se sont substitués à elle —et à marche forcée—  comme le principal allié et client au Maroc. La France commence à comprendre que les Etats-Unis sont une puissance qui est aujourd'hui une concurrente et qui demain sera ennemie. Comprendra-t-elle que ses attitudes devront dans l'avenir éviter de créer des tensions à l'intérieur de l'UE. La France commence à comprendre qu'elle a perdu la partie en Afrique du Nord.

Quoi qu'il en soit, l'UE et particulièrement l'Espagne et la France savent désormais que nous faisons tous face à une problématique identique : au fanatisme alaouite qui vise à construire son "Grand Maroc", à la course aux armements que l'on observe au Maroc grâce à l'appui financier des principaux alliés arabes des Etats-Unis dans le Golfe et… à cette cinquième colonne potentielle que constituent les deux ou trois millions de citoyens marocains résidant en Europe occidentale.

Le rapatriement de ces contingents d'immigrés, une position de force devant les territoires menacés et la menace de couper les liens commerciaux unissant l'UE au Maroc sont les uniques éléments qui pourront à terme couper les racines du rêve insensé du "Grand Maroc".

DEMOCRACIA NACIONAL (Barcelone).